CLÁSICOS GUZZEROS: "LONDON CALLING" (THE CLASH, 1979)

Ajá, aquí quería llegar yo...Mi disco de cabecera por los tiempos de los tiempos, el acabóse, el no va a más, la repera consagrada: “London Calling”, la obra maestra de Strummer, Jones, Simonon y Headon. Por si alguien tenía dudas esta cochambra de sección no está numerada por orden de preferencia (aunque no renunciaría a ninguna de las refes aparecidas), de ser así (y costelladas de lado) estaríamos ante el “fakin namber uan”. Según algunos críticos entusiastas y enteraillos varios-no pocos, en cualquier caso- se trata de “el último gran disco de la última gran banda de rock” (y después dirán que uno es grandilocuente y exagerado...y además sin cobrar !).
La historia de la banda posterior a este álbum siempre generará controversia para algunos bastantes. Hay quien ve en el inabarcable “Sandinista!” (su siguiente disco) un currado homenaje y tributo a los ritmos reggaeros (dub y variantes) llevados a cabo en los tugurios de ciertos barrios londinenses desde algún momento de los 70, para otros es una ensaimada intragable cuyo único reclamo son “up in heaven (not only here)”, “somebody got murdered” y poco más...Después vendría “Combat Rock” (su último disco con Jones, y/o para miles y miles de fans -y yo de los primeros- su último disco y punto pelota -lo del “Cut the trap” es el gran pecado capital hasta el fin de los tiempos-) , un muy buen disco (“Rock the Casbah”, “Straight to hell”, “Know your rights” o la ya sobadísima “chubasquero o chubasgó” -con perdón-) al que muchos dieron la espalda cruelmente en su momento por no perdonarles lo del mentado triple álbum anterior...En cuanto a la historia anterior... Su primer disco es seguramente “el” disco punk si tomamos la concepción global del género existente como referencia. Ha envejecido mucho mejor que el único (y sobrevalorado) disco de los Pistols o que la primera referencia ramoniana del 76, y lo ha hecho (clarinete) básicamente porque les da mil patadas a los dos juntos (tanto si hablamos de elepés como de bandas -y cuidao que de lo mentado a mí no me desagrada nada ni nadie, al contrario-). Después está “Give'em enough rope”, su aventura americana del 78 que siempre se suele “saltar” por ir en medio de lo que va. El disco de “stay free”, “safe european home”, “Tommy Gun” o “English civil war”, casi ná.
“London calling” queda a caballo de todo eso. Y es mejor que todo eso. De hecho es mejor que cualquier “best of” que os pueda caer en la manos de tan aclamada formación (y eso que no están las ya mencionadas “up in heaven (not only here)”, “stay free” y “straight to hell”, tres de mis canciones predilectas de los sujetos en cuestión). Leía hace más o menos un añico, a colación del disco, que “¿acaso sería una herejía considerarlo new wave?” . Es verdad, ¿por qué no?. La retahila de estilos que se mezclan ahí es incontable y su sonido tiene un aire más claramente nuevaolero que no punkie.
Los detractores de la banda (más ninguneantes que detractores que estos es de los pocos que crean consenso) se aferran recurrentemente y sin compasión a dos argumentos: a)”Sandinista” tuvo su sentido en su momento seguramente, pero abrió las puertas al gilipollismo abyecto de zona pija que piensan que el mestizaje lo inventaron los Mano Negra (se refieren a la gente esta de “flauta y perro” que tenemos aquí en BCN, p.ej., en el barrio de Gracia...chavales con papaítos con pasta que se disfrazan de homeless cada “güiken” emulando las andanzas de los squads británicos de años a -alguno de verdad habrá digo yo...pero si es verdad que dan rabia si-). b) ¿si tan auténticos, militantes, anticapitalistas y comprometidos eran porque grababan con Columbia y se iban de gira a los USA?... A los primeros les diría que se vayan a la mierda...puestos en ese plan deberíamos dejar de escuchar a Bowie o Led Zep, por ejemplo, por generar toda la movida del heavyglam guarro ochentero...A los segundos, ¿qué quieren que les diga?. Si viven en el maravilloso mundo del mago de Oz donde nos creemos todas las cosas, mejor para ellos. Es de rock de lo que hablamos, el hermano pequeño bastardo y tramposo de un arte mayor al que se puede querer, adorar incluso, pero jamás creer.
Y si es de rock de lo que hablamos, “London calling” de los Clash ocupa un puesto de honor, sea la década, estilo o subgénero por el que se tenga preferencia.El álbum arranca con la canción que le da título y que hasta la ameba más sorda de la fosa más profunda del Pacífico la ha escuchado alguna vez...”London callling to the faraway towns...”. Le sigue “brand new cadillac” con esas guitarras de rock cincuentón garajero y su bajo rockabilero...Vamos que nos vamos, porque entonces llega “Jimmy Jazz” con sus vientos a lo club de Harlem que parece sacada del soundtrack de “Jungle book” y que da entrada a la acelerada “Hateful” que es más adictiva que la madre que la parió, con su marchamo nuevamente digno del mejor Valens pero que además viene rematado por un “bonito estribillo” clashero a dos voces marca de la casa. “Rudie can't fail” puede pasar por doo woop o reggae según tengas el día y Mick Jones lleva la batuta con los alaridos de Strummer de fondo...muy cachonda pero sobretodo muy buena...Claro que le sigue “Spanish bombs” (yot' quierro y finito) donde además de descubrir su pasión por Granada, y conocimiento de la Guerra Civil clavan otro “greatest hit” de órdago. “The right profile” es la canción que el partido demócrata yanqui utilizaba en su cabalgata de entrada en todas la poblaciones que se encontraban a su paso en sus penúltima elecciones, que por si mismo no significa una mierda claro está, pero que sirve para imaginarse las majorettes, festival y fanfarria verbenera que proyecta. “Lost in the supermarket” es la canción más claramente pop hasta el momento (para Jones que va, claro) y es otra de esas que nos lleva de nuevo a lo apuntado sobre la ameba del principio de párrafo. “Clampdown” sigue la estela de la anterior pero de manera mucho más vivaracha y guitarrera (Strummer berreando y coros del otro), superándola incluso gracias al impagable bridge que se marcan por el medio los muy cabrones. “Guns of Brixton” parece un outtake de Marley cantado por el tipo de los Madness. De hecho si no se quiere escuchar nunca dicha banda -que sería una pena porque son unos cachondos- o a los Specials, no tiene más que ponerse esto una y otra vez ...o la que sigue, “Wrong 'em Boyo”, que empieza a lo “Jimmy Jazz” y acaba con aires de feria de Valderramas con Byrne de pregonero y con dibujos animados del año de la castaña de fondo...dan ganas de subirse al pulpo y comer nubes de algodón de esas. “Death or glory” con su estribillo reiterativo tampoco tiene desperdicio sobretodo por como la conduce el Strummer de las narices dejando lo otro de lado...y esa guitarrilla de casi el final, que debe estar registrada porque yo solo se la he escuchado a estos. “Koka kola” es casi un jingle, la mar de dicharachero, que busca y encuentra un obvio tono de burla que es lo que requerían para el tema. Jones borda “the card cheat”, otro monstruo en formato pop-rock que no encontraréis en los “best of”, tremenda porqué si (con sus vientos y pianito...si la hubiera hecho el Boss estaríamos hasta el moño de oirla). Llega el rollito casi soul en su inicio de “lovers rock” y que acaba en una especie de bossanova (esos coros), si no fuera por la sugerente guitarrita que no desaparece en ningún momento. Aunque para guitarrita la que se marcan en “Four horsemen” acompañada brevemente para la ocasión por piano a lo Jerry Lee Lewis hasta que el bajo de Simonon nos arrastra al final bajo los quejidos de Joe. “I'm not down” es una virguería rítmica con otro bajo de esos que se te mete en la cabeza haciendo de nexo entre “cachos” y unos punteos de guitarra swingueros de corta y rasga. Una de mis favoritas sin duda (del disco y de la banda). “Revolution rock” es el reggae más obvio del disco, ya sin máscaras que valgan, con su organillo, sus percusiones y vientos de fondo. La única putada de esta amena y fresca canción es que precede a “Train in vain” que es de lo más grande que ha parido madre y cierra el álbum definitivamente (inmenso Mick).
Un disco de la misma importancia, calidad y onda expansiva (por lo de las referencias y su infinita vigencia) de a quien os de la real gana de mentar dentro del mundillo rocanrolero...”El último gran disco de la última gran banda”...Jode, por el tema de las debilidades personales (aún siendo tan fan el menda de los de Strummer) de uno y eso, pero si, seguramente sea cierto qué narices.

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