Queridos terrícolas, "Souvenir" es un precioso regalo de Drew Holcomb y sus vecinos, quienes están formados por Natha Dugger a la guitarra y teclados, Rich Birsnfield al bajo y Jonathan Womble a la batería. Su esposa, Ellie Holcomb, anda por allí también, poniendo todo en orden y arropando a las canciones con su bella y delicada voz. La banda de Memphis, Tennessee, engatusó a media galaxia con su "Medicine" del 2015 pero a Drew Holcomb ya no le hace falta disfrazarse de plátano para llevarnos al huerto, tampoco necesita canciones con tanto gancho como aquella "Here we go" pues en este "Souvenir" hay más y mejores canciones que van del toque Springstiniano al soul blanquito inglés de por ejemplo David Gray, de quién Holcomb se declara un gran admirador, pasando por cantautores del pelaje de Lamontagne, Adams y/o Josh Ritter. Está claro que si alguno de esos grandes artistas te gustan, Holcomb te encantará. Encontramos en este 2017 una gran cantidad de excelentes discos de lo que se suelen mal llamar "Americana", la verdad es que normalmente cuesta elegir entre tanta propuesta, cuesta elegir y separar la aguja de la paja pero durante estos últimos meses las cosas se nos están poniendo muy pero que muy fáciles con, por ejemplo y sin rompernos la cabeza, los nuevos discos de Steve Earle, Justin Townes Earle y Jason Isbell... unas primeras escuchas y ya sé que disfrutaré de lo lindo y, la verdad, el disco de Drew Holcomb no tiene nada que envidiar a esos tres. Puede mirarles a la cara y presumir de canciones y buen gusto. Puede competir codo a codo con ellos y al final del año, ya sea por un pequeño detalle, por un estado de ánimo o un momento de felicidad, encaramarse a lo más alto de mi lista de favoritos del año. Cualquiera de esos cuatro podría estar por encima del otro pero lo que está claro es que todos ellos estarán entre mis discos favoritos del 2017. "Souvenir" es maravilloso de principio a fin, sus once canciones gustan desde la primera escucha para hacerse inmensas en las sucesivas. Rememorando aquella "Here we go" del discos anterior podríamos decir que la música de "Souvenir" nos hace sentir bien, que consigue hacernos sentir comprendidos, como si nunca estuviésemos solos.... así que.. de acuerdo, trataremos de darle sentido a todo.. Haya vamos, no será la última vez que caigamos rendidos a la música de Drew Holcomb y vecinos. Hablaremos de sus canciones, de sus maravillosos once temas. Here we go!


Drew Holcomb and the Neighbors - Souvenir (2017): 01.- The Morning Song/ 02.- California/ 03.- Fight for Love/ 04.- Rowdy Heart, Broken Wing/ 05.- New Year/ 06.- Sometimes/ 07.- Mama’s Sunshine, Daddy’s Rain/ 08.- Black and Blue/ 09.- Postcard Memories/ 10.- Yellow Rose of Santa Fe/ 11.- Wild World.

"I wanna make love after midnight and fall asleep in your arms.." 

Así, de esta guisa, empieza "Souvenir", con una preciosa y maravillosa "The morning song", salpicada del romanticismo de Lamontagne y el soul blanquito de David Gray... fácil, muy fácil, imaginar a cualquiera de los dos entonando, a su estilo, esta preciosa canción. Solamente por este tema ya vale la pena hacerse con el disco pero sin tomar aire nos regala "California", que es pura orfebrería folk-rock. Springstiniana en su inicio pero con el ritmo de nuestro rubio favorito de Florida, y es que esa magia americana es propia de Petty y sus rompecorazones. Sin duda, estamos ante un hit descomunal. "Fight for love" es otra maravilla, muy del "Gold" de Ryan Adams. Sabor romántico americano que nos lleva a la balada "Rowdy heart, broken wing". Joya absoluta, donde una voz grave, a lo Bonnie Prince encandila. "New Year" me descolocó al principio por su intro electrónica aunque con las escuchas consigue ser de mis favoritas del disco, eso sí, sigo diciendo que no pega demasiado (con esos arreglos) en el disco, se pierde un poco el punto que se recupera con "Sometimes" de donde sale el título de "Souvenir" y que en su estructura y construcción podemos ver ecos a Jackson Browne o Steve Earle. Holcomb rompe un poco la melancolía con una canción alegre y juguetona donde destaca el ukelele, y es que "Mama's sunshine, daddy's rain" es un caramelito countrificado veraniego. "Balck and blue" bebe descaradamente de Ryan Adams mientras que "Postcard memories" lo hace del aroma dylanesco de Nashville Skyline. Antes dar carpetazo a "Souvenir" aparece "Yellow Rose of Santa Fe" que es una balada country en toda regla, y finalmente, el temón "Wild world", cierra el disco de manera magistral. Canción hermosa por la que matarían muchos de los cantautores folk de la actualidad. Un pedazo de tema, grande y maravilloso como todo el disco. No os miento, Holcomb y vecinos firman un señor disco. 
"War On War"


La sencillez es una virtud. Un estado de transparencia y verdad, sin innecesarios adornos. Jeff Tweedy parece haber llegado a esa conclusión pues en "Together at Last" nos da por fin una magnífica colección de canciones maravillosas, simples, muy de cantautor folk. Canciones antiguas despojadas de sus ruidismo. Canciones ya escuchadas en otros discos pero desposeídas de las vestimentas de entonces y trasladadas ahora a una sencillez que las hace todavía más grandes. Habrá, siempre lo hay, algún cenutrio que critique al gran Jeff por excavar entre su inmenso catálogo para entregárnoslo otra vez con otras vestimentas. Revisitarlo, revisarlo... Esos mismos que critican por criticar, y que les gusta decir que Wilco están acabados y que hace tiempo que no hacen un disco bueno. Esos que no se han dado cuenta aún que "Schmilco" era oro puro. Todo lo que hace Tweedy lo es, no nos engañemos. Es un grande entre grandes, es uno de los pocos grandes de hoy en día, y si todavía el personal no se ha dado cuenta vamos apañados. Es escuchar el single de adelanto, ese precioso "Laminated Cat", y caer rendidos a los pies de Jeff. Es entender que menos es más, y que sus canciones son inmensas, da igual como las toque, como las vista, como las presente. Suena a cantautor oldie, suena a trocito de cielo. Suena a paraíso... a historia viva del rock, a leyenda, porque, a estas alturas alguien duda de que Jeff Tweedy no sea una leyenda, uno de los grandes? Este disco es un capricho de grande, no diré que no, pero bendito capricho!. Si "Via Chicago" es grandísima, en "Together at last" se vuelve gigantesca. Sin duda Tweedy consigue llevarla a otra dimensión y, si cabe, la hace todavía mejor. Dylanesca a más no poder. Y a sí podemos estar hablando de cada canción del disco aunque haya alguna que me hace disfrutar como hacía tiempo no lo hacía. Por ejemplo, las versiones de "Dawned on me", "Hummingbird" y la final "Sky blue sky" son tres absolutas gemas. Tres temas bellísimos que en acústico se aproximan, aún más si es que se puede, a la esencia Beatle, aunque de todas me quedo con la inicial "Via Chicago" y la POM "Ashes of american flags". Disco más que recomendable, imprescindible.

Jeff Tweedy - Together at Last (2017): 01.- Via Chicago/ 02.- Laminated Cat/ 03.- Lost Love/ 04.- Muzzle Of Bees/ 05.- Ashes Of American Flags/ 06.- Dawned On Me/ 07.- In A Future Age/ 08.- I’m Trying To Break Your Heart/ 09.- Hummingbird/ 10.- I’m Always In Love/ 11.- Sky Blue Sky.


Puede caer mejor o peor pero Julián Ruiz es una auténtica enciclopedia musical, y aunque su figura se ha ido desdibujando con los años tenemos que reconocer que es uno de los nuestros, un apasionado. Hará, creo, más o menos un par de años apareció su libro sobre anécdotas, chascarrillos y algo de prensa rosa rocanrolera. Apareció su "El sargento Pepper nunca estuvo allí" y acabó en mis manos gracias a alguna alma caritativa que tuvo la delicadeza de regalármelo a sabiendas de que me gusta el rock, sus historias a tres bandas y que me descojonaba con Julián Ruiz en su "Plásticos y decibelios" y leyéndolo con su crónica deportiva en tiempos de Mourinho (el famoso "El cortador de césped), en eso también se dejaba llevar por la pasión.... Volviendo al libro, tengo que reconocer que no es un imprescindible. Sí es ameno, interesante y en ocasiones divertido pero claro, las anécdotas dan para lo que dan y Julián anda en momentos sobradísimo con su sapiencia. Sin duda mis partes favoritas son las que incluyen a los Beatles, ya sean como grupo, por separado, con el fin de semana perdido de John, el triángulo amoroso de George, o la estupidez de Paul con Jacko... Ya digo, nada del otro mundo pero con suculentas historias, mucha miga y alguna que otra errata que supongo que se habrá corregido en las siguientes ediciones y que habrán calentado al bueno de Julián. Un libro para leer poco a poco, capítulo a capítulo... no miento si os digo que me ha acompañado durante días al WC.... Si os van las anécdotas rocanroleras, este es vuestro libro. 

Llegué a esta serie por casualidad. Ni sabía de qué trataba cuando comencé a verla. Bueno, la primera temporada pues hay dos, aunque creo que aún está en camino. Es "Doctor Foster" una miniserie de BBC ONE ( de ahí que acabara viéndola), de cinco episodios que claramente va de más a menos. Una serie que arrasó en las Islas en audiencia pero que tampoco sé muy bien el motivo porque su factura es muy de teleserie barata y su tema ya no es nuevo, pues en mi opinión se habla de algo parecido, más y mejor, en "The Affair", que tiene esa genialidad de darnos todos los puntos de vista de los implicados aunque también es muy tramposa. Aquí, en Doctor Foster, no tenemos ni a Dominic "McNulty" West ni a mi musa Ruth Wilson, como no, hay buenas actuaciones pero la serie tiene algo que no acaba de gustarme y no sé que es. La protagonista, Suranne Jones, lo borda pero no así alguno de los secundarios que no dan el pego. Por ejemplo, el marido sobreactúa y no convence.. y eso es demasiado importante para dejarlo pasar. La serie se pude ver en Netflix, creo que en exclusiva. Como digo, no  mata pero se puede disfrutar. Un drama psicológico bien llevado, realista y crudo.


JETHRO TULL/ AQUALUNG (1971)/ LOCOMOTIVE BREATH

 

Me declaro fan absoluto de Jethro Tull, fan absoluto desde su extraordinario debut "This Was" pasando por obras imprescindibles como "Stand Up" (69), "Benefit" (70), el disco que hoy nos ocupa: "Aqualung" (71), que es considerada por un servidor su POM, "Thick as a Brick" (72) que es su apoteosis creativa , y así con todas las obras que le siguen hasta, tal vez, la dupla formada por "Songs from the wood" y "Heavy horses" en 1977 y 1978 respectivamente, luego, después de eso, nada sería igual, lo entregado no estaría al nivel e incluso podríamos decir que discos como "A" (80) producen vergüenza ajena, provocando que muchos de los seguidores de los Tull lo lleven, como las hemorroides, en secreto. Para bien o para mal la banda de Ian Anderson tiene un sonido muy particular, un sonido propio que les define y caracteriza, y de ahí no les vamos a sacar (ni falta que nos hace) pues cuando ellos mismos se salen del guión, con perdón, la cagan. La etiqueta de rock progresivo, la flauta, la forma circular de componer de Anderson, sus manías y neuras, los cambios de formación, etc, etc... no son plato fácil, pero sin duda si por algún disco se tiene que empezar es por el disco por el cual todo bicho viviente debe recordarlos:"Aqualung".  En España, ese país de bellota en el que vivimos, "Aqualung" fue uno de los discos que fueron recortados por la censura, era la época del Caudillo y aunque sólo sabía tres palabras en inglés, si detectaba algo en la portada o contraportada inadecuado el tipo sacaba la tijera, y precisamente este disco sufrió una amputación devastadora. Como muchos terrícolas de este país, yo poseo el vinilo original español, y allí, en esa perlita, no está "Locomotive breath". Incomprensible y brutal, pues si el Caudillo y sus secuaces hubieran entendido el idioma de Shakespeare el disco no hubiese visto la luz en el territorio español, pues su temática (anti)religiosa es demoledora. En el tema "Aqualung" se habla de un mendigo alcohólico y pedófilo, en "Cross-eyed Mary" la María de siempre no es virgen, sino una prostituta bizca. o como el mítico "My God" donde se ensañan con la Iglesia, La víctima fue el temazo absoluto "Locomotive Breath", sustituido por la menor e insulsa "Glory Row" que desentona un poco aunque desde luego no es mala canción. De aquellas sesiones hubieron otras canciones que han ido apareciendo posteriormente como "Like your fingers clean" (que apareció modificada en 1974 en el disco War Child y otras compilaciones varias), "Wondring again" (en el Living for the Past), o varias tomas de canciones en esas mismas sesiones que aparecieron posteriormente en las ediciones deluxe en disco compacto. 


Si nos centramos en el disco, en "Aqualung", está claro que para la banda fue un punto de inflexión, un nuevo y brillante comienzo. La formación sufría constantes cambios, fue el último disco del batería Clive Bunker, y llegaron justo en este momento John Evan (como miembro oficial) y el bajista Jeffrey Hammond;  estaba Martin Barre y David Palmer quién años más tarde llegada su jubilación decidió convertirse en Dee Palmer y abrazar la transexualidad. Curiosidad y chismorreos rosas a un lado, el disco se centra en la temática Religión/Dios, y ha sido su disco con mayor éxito en cuanto a ventas. Y si no recuerdo mal, fue el primer disco de esta magnífica banda que llegó a mis manos, fue una compra compulsiva, fue comprado al enamorarme de esa portada mítica, ese mismo día también compré "Little Creatures" de Talking Heads, lo recuerdo porque fue el día del impulso artístico, suerte que lo que ambos contenían era un enorme tesoro. Un tesoro ya desde su mítica portada realizada por Burton Silverman hasta la última nota. Una Puta Obra Maestra, lo miren ustedes como lo miren, de arriba a abajo y de principio a fin. En el disco encontraremos rocanrol de toda la vida plagado de riffs infecciosos como los de "Locomotive Breath", "Wind up" y "Aqualung" o maravillas acústicas que como bien se dice beben descaradamente de Ben Jansch o Roy Harper, hablo de pequeñas joyas como "Cheap day Return", "Wondring aloud" o "Slipstream". El disco es una muestra de ese rock progresivo de los años setenta, con una temática global, algunas canciones de alto minutaje y dos caras bastante diferenciadas, donde en la primera se habla de la espiritualidad del hombre y en la segunda hay un pequeño ataque a la religión y su business. Además, es imposible no destacar el trabajo de Martin Barre, simplemente acojonante.

"Sitting on a Park Bench…"


El riff mítico de "Aqualung" da comienzo al disco, y nos deja ya tocados, deslumbrados, aturdidos. Temón de la historia del rocanrol, por su letra pedófila, su riff atronador y su solo de guitarra. Presenta ya una particular forma de componer de Anderson, con estrofas que se repiten circularmente, y la combinación de electricidad con momentos más acústicos. Una POM, indiscutible. La intro a la flauta de Cross-eyed Mary es de las que marcan época. El ritmo va cogiendo fuerza, y la flauta va perdiendo la vergüenza hasta conseguir estallar y dar inicio a la canción. Un lujo. Una maravilla. "Cheap day return" forma parte de esas pequeñas maravillas acústicas del disco, de poca duración pero de belleza gigantesca. "Mother goose" es el ejemplo claro de lo que es Jethro Tull. Riffs, flauta, teatralidad, voz fenomenal y letra con segundas. Eso son los Tull, nada más y nada menos. La maravillosa "Wondring aloud" es la siguiente en aparecer en escena, otro tema acústico delicioso y bello, muy folki él, muy bonico del to. Nada que decir, sólo comprobar que sigue apareciendo la piel de gallina al escucharlo. Cierra la primera cara el divertido e irónico tema "Up to me". Y abre la cara B ese brutal "My God" que quita el aliento. Siete minutazos de sobresaliente rocanrol, de POM absoluta, de mágico rock progresivo. Un temón inconmensurable por el que vale la pena no sólo un disco sino toda una banda. La flauta desbanca a los riffs de guitarra con su tono celestial y su maravillosa melodía a la que acompañan unos memorables coros. Imprescindible aquí en la Tierra como en el Cielo. Amén. "Hymn 43" sigue electrificando el tono general del disco hasta que "Slipstream" vuelve a regalarnos un minutito folki delicioso antes de la tormenta con "Locomotive Breath", que contiene, tal vez, la mejor intro de una canción de rocanrol de la historia (ahí queda eso): flauta, piano desbocado, guitarra eléctrica aullando, y todo cada vez a más velocidad hasta que aparece el mítico riff y un Anderson cantando como el mismísimo diablo. Brutal. Para cerrar el disco original nos encontramos con "Wind Up", otro tema largo que combina a la perfección lo acústico con lo eléctrico, lento y bonico del to de inicio, casi susurrante, y que avanza hasta un clímax explosivo con un Martin Barre demoledor a la guitarra, cerrando así (bonus tracks a un lado) un disco mítico, inigualable, una auténtica e indiscutible POM de su género y de una banda con un estilo propio, muy suya, y no apta para todos los paladares pero con una discografía, al menos hasta 1978 para enmarcar, y lógicamente "Aqualung" es uno de esos discos que deben tenerse en cuenta cuando hablamos de lo mejor entre lo mejor.

"... he's not the kind you have to wind up on Sundays.. "





*Post aparecido originalmente en Exile SH Magazine por Nikochan


Aquello de "passion is no ordinary world" se le queda pequeño al bueno de Joserra Rodrigo. Primero fue el llevarse el "IV Rust Fest" a un lugar inigualable y mágico, para repetir algo más tarde con el homenaje a The Band en "El último Vals de Frías". El pueblo, su castillo y su gente son simplemente de otro mundo, o tal vez así es como debería ser nuestro mundo. Este verano en Frías se ha montado algo más pequeño pero no con menos cariño y pasión, se ha montado otro fin de semana de música y amistad que lamentablemente me perderé por motivos laborales, a pesar de la insistencia de mis pequeñas por volver al castillo y ver a su tío "Joserra" porque ellas son "tobalineras" de corazón. El festival tendrá lugar los días 30 de Junio y 1 de Julio, con la excusa de rendir homenaje a Muddy Waters y a The Rolling Stones, y contará como siempre con un cartel de lujo: 

Viernes 30 de Junio
21:00 horas: Confluence (de Bilbao)
22: 30 horas: Copernicus Dreams (de Castro Urdiales -Cantabria-)

Sábado 1 de Julio
21:00 horas: Moses Rubin (de Madrid) 
22: 30 horas: Sleepy Roosters (de Madrid)
24:00 horas: The Sugar Stones (de Madrid)

Uno no puede sino lamentar el no poder estar allí pero animo a todos aquellos que tengan esos días libres a acercarse a un lugar de enorme belleza. Cruzo los dedos para poder volver a un evento musical en ese castillo, tal vez Joserra nos sorprenda con un homenaje a The Kinks por los 50 de "The Village green preservation society" el año que viene.... Por soñar.... ya se sabe: pasión no es una palabra cualquiera. 

Programa del Festival:
Bonos ya disponibles:  18 €
Venta: Turismo Frías Ciudad de Frías y bares de Frías.
Entrada Viernes 30 Junio: 8 € 
Entrada Sábado 1 de julio: 12 €.
Aforo Limitado. * entrada gratuita para menores hasta 12 años acompañados por adultos.
Lugar : Patio de Armas Castillo de Frías.

"Waterloo Sunset"


Sarah Shook ronda la treintena, es americana, caucásica y aspirante como Nikki Lane, Lydia Lovelees, o Tift Merrit al nuevo trono del country, y aunque yo la corona ya se la he entregado a Nikki, cada una de ellas en su estilo reina. Algunas más folk otras más rock, y en el caso de Sara Shook algo más punk. Junto a los Disarmers firmó en 2015 un disco que recupero estos días para la Isla, un disco excelente donde Shook se destapa como una gran compositora y una excelente intérprete. Su voz suena real, tiene fuerza y cierto grado de mala leche pero sigue sonando country como lo demuestra la inicial y fantástica ""Keep the homes fires burning" que fácilmente imaginamos en una fiesta yanquiloide por su estructura básica y sus guitarras bailongas. "The Nail" tiene ese inicio puro Cash con giro a la Creedence cosa que me agrada y me hace feliz. "Heal me" se aproxima más a cantautoras más viejunas, algo de Lucinda vemos en un tema que tiene uno de esos estribillos para enmarcar. "Sidelong" es la canción que da nombre al disco y en cierta manera la canción que se sale algo del tiesto para demostrar la versatilidad de Shook. Un temón. Dos temones más encontraremos en el disco: "No Name" y "Fuck up", que sin desmerecer al resto de canciones se llevan la mayor atención. "Misery without company" es una debilidad personal así como el cierre con "Road that leads to you". "Sidelong" es un disco maravilloso y muy recomendable, aunque posiblemente sólo lo disfrutarán aquellos, que como yo, amen el country. 

Sarah Shook and The Disarmers - Sidelong (2015): 01.- Keep the Home Fires Burnin’/ 02.- The Nail/ 03.- Heal Me/ 04.- Sidelong/ 05.- No Name/ 06.- Dwight Yoakam/ 07.- Misery Without Company/ 08.- Solitary Confinement/ 09.- Nothin’ Feels Right but Doin’ Wrong/ 10.- Fuck Up/ 11.- Make It Up to Mama/ 12.- Road That Leads to You


Bloodline es esa serie que de entrada da mucha pereza ver pero que sorprendentemente te acaba atrapando. Es ese tipo de serie que sin duda va de más a menos, con una primera temporada (T1) notable, con algún que otro resbalón, y una segunda (T2) más floja en plan continuista que intenta mantener el pulso pero a la que se le empieza a ir la mano. Netflix estrenó hace unos meses la tercera y última temporada de su exclusiva serie, y francamente os tengo que decir que es una temporada aburrida e innecesaria. Los guionistas se han hecho un lío morrocotudo desdibujando a sus personajes y haciendo desaparecer a otros de forma absurda e incomprensible, no respetando la trama ni la premisa original, esa que decía que "no somos gente mala pero hemos hecho algo terrible...". Los dos últimos episodios rondan el pestiño, y el cierre final decepciona mucho. Bloodline no jugaba en las grandes ligas pero destacaba entre la serie media como ninguna. Realmente es una pena lo que han hecho en esta tercera temporada, estirada en exceso y dirigida sin rumbo hacia su cancelación. Podría haber sido grande, se quedó en medianía.


PAUL WELLER/ A KIND REVOLUTION (2017) WOO SE MAMA

 

Llevaba el ModFather dos o tres discos deshojando la margarita... Despistando a sus fans sin centrarse del todo, probando demasiadas cosas que pensábamos nunca escucharíamos en sus discos como sonidos krautrock y acercamientos al Duque Blanco Bowie, pero Weller iba a lo suyo, dándonos modernidad cuando nosotros solo queríamos su modsoul. "22 Dreams" del año 2008 fue una de sus cimas creativas, un disco sublime y casi inigualable. Tal vez solo "WildWood" pueda competir con él cara a cara, en calidad y en misticismo. Después de aquel maravilloso disco, Paul Weller, vive una montaña rusa de emociones en su vida. Desde la muerte de su padre a su nueva paternidad. Todo ello le lleva a editar un disco fresco con esencia a The Jam donde incluso hace las paces con Bruce Foxton, hablo del notabilísimo "Wake Up the Nation" del 2010. Y es entonces, o durante el proceso cuando su mente creativa hace un nuevo click. Decide dar un volantazo y probar nuevas sonoridades, cosa que a muchos les pilla con el pie cambiado, provocando quejas, incomprensibles malas críticas y mucha pereza entre el personal, pero al final tanto "Sonic Kicks" (2012) como "Saturn's Pattern" (2015) no bajan del notable. Es imposible que Weller entregue un mal disco, es imposible que sus canciones no tengan calidad, pero sí que lo es que nosotros no estuviésemos preparados. En mi opinión sí que del 2010 al 2015 firma su trilogía más floja. No estamos ante su sobresaliente tripleta formada por “Heliocentric” (2000), “Illumination” (2002) y “As is now” (2005), y mucho menos sus últimos discos se acercan a la magia de "Stanley Road" (95) pero desde luego, una vez pasado el tiempo y con cientos de escuchas, para nada son malos discos. Es más, son discos más que buenos pero diferentes a lo esperado y a lo acostumbrado. En esas, Weller llega este 2017 con "A Kind Revolution" bajo el brazo, donde da continuidad al sonido aparecido en sus dos discos anteriores pero añadiendo su sonido clásico, tanto el de sus primeros años en solitario como el de su época con The Style Council. Prueba de ello es el protagonismo que recibe Andy Crofts (órgano, hammond, moog, guitarra, voces...) en detrimento de su compinche Steve Craddock. A todo esto, es necesario subrayar las colaboraciones que en el disco encontramos. Tenemos a Boy George, a Robert Wyatt y, tenemos a PP Arnold y Madeleine Bell, dos grandes voces negras de los sesenta que vuelven a conectar al ModFather con el soul de toda la vida, a pesar de sonar más que nunca a Bowie en algunos tramos del disco. Un disco que reconcilia a todos, incluso al mismísimo Weller, con su sonido clásico sin olvidar que estamos en 2017. Un disco que gana mucho a cada escucha, que tiene nervio e intención, que tiene eso que le faltaban a los dos anteriores, y que demuestra que Weller ha entrado por la puerta grande, a sus 59 años, en el club de la bella arruga. Pues miles de arrugas lucen en su cara, orgullosas de su historia. Y habrá seguro más, de arrugas y de canciones, y todas seguirán siendo maravillosas. 


Paul Weller - A Kind Revolution (2017): 01.- Woo Se Mama/ 02.- Nova/ 03.- Long Long Road/ 04.- She Moves with the Fayre/ 05.- The Cranes are Back/ 06.- Hopper/ 07.- New York/ 08.- One Tear/ 09.- Satellite Kid/ 10.- The Impossible Idea.

Confieso abiertamente que las primeras escuchas de "A kind revolution"  me dejaron dudas. No sé cuando fue, ni qué canción fue la responsable pero en un momento determinado noté un click, de repente el disco me había embrujado, y a día de hoy me parece un trabajo sobresaliente. El disco, por cierto, viene con su edición supedeluxe, pero para la reseña creo que será mejor centrarse en los excelentes diez temas que lo componen. Así pues, Weller comienza con la supervitaminada y rocanrolera "Woo se Mama", heredera de sus disco noventeros y hermana gemela de "Peacock Suite". En "Woo se Mama" destaca esa electricidad y energía positiva, pero sobretodo el soul llevado al terreno del modfather y por supuesto ese órgano que viste a la canción con ecos doorsianos, recordando, porqué no decirlo, a aquella espléndida "I Might" de Wilco, no en un parecido total pero sí en su esencia. "Nova" es puro Duque Blanco, como un Bowie mezcla del "Ziggy" y del "Scary". Más que nunca Weller suena o quiere sonar como Bowie en un tema que de primeras nos descoloca para más tarde hacernos totalmente suyo. "Long Long Road" es la balada clásica de Weller, balada McCartniana e incluso con dejes al bueno de Costello, balada maravillosa. La trompeta de Robert Wyatt aparece en "She moves with the Fayre" para embrujarnos. Uno de mis temas favoritos del disco, donde el funki se apodera de nuestras almas. En este momento del disco comenzamos a ser conscientes o a intuir que estamos ante algo grande y "The cranes ara back" sólo hace que reafirmarnos en esa idea. Es una balada clásica, una balada soulera que Weller borda, y que no por tener una estructura escuchada mil y una veces en su cancionero deja de ponernos la piel de gallina. "Hopper" es puro clasicismo sixtie, tanto en sus arreglos como en su composición. Caben en ellas Beatles, Small Faces y Kinks. Deliciosa. "New York" es una de mis debilidades. en la que el hammond de Andy Crofts vuelve a brillar arropado perfectamente por el genial Steve Craddock. El déjà vu con "One Tear" y The Style Council es demoledor, sólo que aquí Boy George se pega un cantecito. Adictiva a tope. "Satellite Kid" es muy blusera en su adn, la más americana del lote, y en mi opinión la más floja, en cambio "The Impossible Idea" es el cierre deseado y perfecto para un disco de una calidad indiscutible que ya no esperábamos, y tal vez por eso, por la sorpresa y sus enormes diez canciones ha acabado por atraparnos.

*Post aparecido originalmente por Nikochan en Exile SH Magazine

Leída la novela de Paula Hawkins, tocaba ver a La Chica del Tren interpretada por Emily Blunt. Ver una adaptación al cine siempre gusta en el hogar nikochiano pues somos muchos de buscarle tres pies al gato y de encontrar mil dimes y diretes a todo lo que conlleva pasar del papel al celuloide. Normalmente no sale bien, y en este caso concreto que nos ocupa no es que salga mal, simplemente es que es igual que la novela, es decir, se ve venir la trama a millas de distancia. No ayuda que uno de los actores sea Justin Theroux, marido de la pija Jennifer Aniston y estrella espectacular de The Leftovers (T1, T2), pues tiene todos los números para se el sospechoso número uno (blanco y en botella)... No ayuda tampoco Emily Blunt, no porque no lo haga bien, que sí lo hace, sino porque nunca leyendo el libro imaginas que ella sea así. El resto de actores, como en el libro, son secundarios como podían ser terciarios e incluso alguno ni salir, eh Lisa Kudrow? pero bueno, no comencemos a sacar el machete, no hace falta pues "La chica del Tren" es lo que es. No pasa de Thriller de mediodía para amas/amos de casa sexualmente insatisfechos, tiene factura notable, ritmo adecuado y en general se puede ver una vez pero no se repetirá su visionado. Vale, no es la horrenda "Cincuentas sombras...", en eso estamos de acuerdo pero desde luego esto no es precisamente "Extraños en un tren". Que si hay que verla? bueno, si uno zapea y la encuentra por ahí, pues igual que un día uno se come un bollicao y no un bocata de jamón, pues se puede ver, ahora, si nunca pruebas el bollicao tampoco pasará nada. 
"Down In The Tube Station At Midnight"


Aburrido como una ostra y harto de zapear, acabo en Netflix buscando un documental que valga la pena cuando topo con el llamado "Bowie: The Man Who Changed The World" aparecido en 2016 a rebufo de la muerte del Duque Blanco. Como no puede ser de otra manera lo devoro pero quedo insatisfecho. No me gusta. Me parece flojo y disperso. A años luz de la figura que fue/es Bowie, quedándose a medias de todo y no llegando a meterse a fondo en nada. Pocas imágenes, fotos de archivo repetidas una y otra vez, muy pocos famosos opinando, pasando de puntillas sus relaciones amorosas o no, aunque en eso hay excusa pues el documental intenta expresar lo influyente que fue y para eso sí que tal vez no hace falta tirar de prensa rosa... eso sí, si lo que se quería o pretendía es ver lo alargada que es su sombra, donde están los artistas a los que ha influido durante tantas décadas? Porque no salen imágenes de archivo o comentarios sobre Bowie de Iggy (este sale un poquito), Lou, Ian Hunter, Bolan, Pete Townshend, Tony Visconti... no sé, hay miles, e incluso de grupos actuales, como influyó en ellos.... Me parece un documental pobre. Aburrido y con un ritmo que deja mucho que desear. Hay alguna que otra curiosidad como la del ojo, o la de su hermano, pero poco más. Este documental no será precisamente el que cambie el mundo. Una pena.


Nunca hubiese pensado que me engancharía a una serie como "The Expanse" pero así ha sido. La serie de SyFy/Netflix basada en las novelas de James S.A. Corey me ha sorprendido por su gran calidad visual, su ambición y su tono algo más adulto que otros proyectos de SyFy. Encontramos en ella ciencia-ficción pura y dura, conflictos políticos y aventuras espaciales. Realmente es un cocktail que cualquier seguidor de la ciencia-ficción no debería perderse, sobretodo si Battlestar Galactica y Star Treck están entre sus favoritas. De momento The Expanse no llega a esos niveles de calidad pero está en ello, promete y avanza sin decaer ni aburrir. Sus tres diferentes historias flaquean por el lado terrícola, pero todo lo que tiene que ver con la estación Ceres, los Marcianos y la guerra que parece estar a punto de estallar es una delicia. Además, cuando se centran en los supervivientes de la nave Canterbury todo fluye magníficamente. No quiero destripar nada, el guión es más que correcto, visualmente es notable, flaquean un algo las interpretaciones y el ritmo es perfecto. Las tramas van enganchando y enseñando que pueden ir muy pero que muy lejos... Si uno es amante de la ciencia-ficción no puede dejar escapar esta serie. Una grata sorpresa en el hogar nikochiano.


RON SEXSMITH/ THE LAST RIDER (2017)/ RADIO

 

La primera conclusión al escuchar el nuevo disco del blandito y tristón Ron Sexsmith, al que vaya por delante aprecio con todo mi corazón, es que seguramente el consumo de Brandys Alexanders le ha sentado mal por excesivo y enfermizo, haciéndole perder el juicio y el criterio. Se veía venir, no lo vamos a negar, sus últimos discos "Long player late bloomer" (2011) y "Carousel One" (2015) no estaban al nivel deseado, y aquel maravilloso y genial "Forever endeavour" (2013) resultó un oasis en una discografía que va de más a menos. Los arreglos a los que últimamente se entrega no le vienen bien, Ron necesita estar arropado por mejores músicos como lo estuvo en el imprescindible "Exit strategy of the soul", olvidar ese sonido de cantautor regulero ochentero y dejarse de una vez por todas de intentar conseguir ese disco que lo catapulte. Eso ya no pasará, no firmará otro "Retriever" y no hace falta abrirse a sonoridades más modernas como en "Cobblestone Runaway" del 2002. Algo de aquel disco está aquí presente, algún intento de variar, de sonar diferente o sonar a veces a Colplay... algo de eso hay pero sinceramente el intento de sonar como el hijo perfecto de Costello y McCartney le sale rana pues acaba sonando ñoño, empalagoso, aburrido, monótono y sinceramente su sonido es más propio del festival de Eurovisión o de hilo musical que de un disco de Sexsmith. No se le ha olvidado hacer melodías preciosas, de eso seguimos encontrando pero, sin duda, alguien con criterio debería aconsejarle, hacerle reflexionar... tantos "alexanders" y tanto azúcar acaba por jodernos la salud. Recuerdo que me asusté mucho al ver la portada pero al leer que su amigo y genial batería Don Kerr andaba metido en el proyecto como productor (y poco más) respiré tranquilo o al menos las dudas fueron menos y aunque el disco es flojo, muy flojo, he de reconocer que con alguna escucha de más he empezado a cogerle el punto, claro está que si uno necesita de escuchas casi obligadas para aceptar unas canciones poco tendrán ellas de memorables, y de haber sido otro y no Ron, esas escuchas nunca las hubiese dado.


Ron Sexsmith - The Last Rider (2017): 01.- It Won’t Last for Long/ 02.- Our Way/ 03.- Breakfast Ethereal/ 04.- Worried Song/ 05.- West Gwillimbury/ 06.- Who We Are Right Now/ 07.- Shoreline/ 08.- Dead End Dream/ 09.- Evergreen/ 10.- Upward Dog/ 11.- Only Trouble Is/ 12.- Radio/ 13.- Every Last One/ 14.- Dreams Are Bigger/ 15.- Man at the Gate (1913)

El esqueleto de las canciones sigue inmutable. A Ron no se le ha olvidado construir buenas melodías pero todo suena monótono, aburrido e incluso algo rancio. Suena a cantautor trasnochado, como un Leo Sayer en horas muy pero que muy bajas. La canción inicial es un buen ejemplo de lo que comento, y "Worried song" también. Baladas bien construidas pero sin chicha ni limoná. Previsibles y repetitivas. "Our Way" tiene unos arreglos, en mi opinión, horrendos pues la construcción es muy "Retriever" pero sin aquel nervio, sin aquella intención de ir más allá. Me explico, es como si McCartney compone puesto de tranquilizantes homeopáticos o como si Brian Wilson lo hace totalmente limpio, es decir, como sus últimos discos. Un rollo patatero. Lo de "Breakfast ethereal" no tiene desperdicio. Es puro Coldplay. No todo es malo, claro. "West Gwillimbury" es costelliana a tope, "Evergreen" podría estar escrita por Jeff Lyne, y finalmente para rematar mi póker de salvables encontramos "Radio" y "Dreams are bigger" con algún deje kinkiniano. En general, y sin ponernos pesimistas, "The Last Rider" es un señor patinazo. Con unas melodías muy de radio M80, algo de Eurovisión y un mucho de hilo musical. Es decir, que ni siendo un fan de Sexsmith como soy, me veo escuchando alguna vez más este disco si no es porque Ron viene de concierto, y a eso, diremos sí, pero a esta colección de canciones le decimos, con mucha pena, que NO.

"Silencio" es la enésima paja mental religiosa de Scorsese, auqnue se tiene que reconocer que sus pajas mentales acostumbran a ser grandiosas. Este nuevo film, adaptación de la novela de Shushako End, narra la historia de las persecuciones sufridas por los Jesuítas en el Japón del siglo diecisiete. De vez en cuando, el bueno de Martin deja su vena sanguinaria y se acerca a la espiritualidad, ya lo ha hecho otras veces y en todas esas ocasiones el resultado ha sido notable. Y notable es "Silencio", de eso no hay duda. Es íntima, dolorosa, reflexiva y silenciosa, puede que excesivamente larga y en ocasiones demasiado lenta, pero es muy bella. Las actuaciones son excelentes, ya sean la del protagonista Andrew Garfield, como la de secundarios de lujo como Adam Driver, Liam Neeson o Tadanobu Asano. Estamos ante un dramón muy bien explicado y que realmente llega a tocarnos el alma. Una manera inteligente de explicar cuando dos diferentes culturas y creencias se cruzan, y una intenta engullir a la otra. Es un film para creyentes, para entender esa creencia, esa lealtad ese amor por el Dios de cada uno, el cual calla a pesar de que se cometan lo actos más crueles imaginados, y en ese abandono, en ese silencio, como dicen en la película, se puede encontrar la auténtica fe.... Como digo, una película con mucho poso religioso pero también social. Martin Scorsese entrega otro film que con los años será considerado indispensable. Magnífica.
"Purple Rain"


Richard Pryor es el rey de la comedia americana. Sus monólogos han sido y son brutales, y su sombra e influencia están presentes en todos los cómicos americanos desde su estrellato. No hay quién no plagie a Pryor, y viendo alguno de sus monólogos no es nada de extrañar. En este documental dirigido por Jodi Flynn y  Brent Montgomery no vemos casi nada de las actuaciones de Pryor, si un repaso descomunal a su vida, a su dura vida desde pequeño, pasando por sus inicios televisivos imitando la fórmula blanca y amable de Bill Cosby hasta su transformación en un deslenguado activista negro y su adicción a la cocaína. Todo a través de las palabras de cómicos de todas las épocas, amigos y compañeros. Un documental que, sinceramente, podría haber sido mucho pero mucho mejor, pero es suficiente para hacernos una idea de quién fue realmente Richard Pryor, qué significó y no quedarnos únicamente en sus películas de mediodía. Después de ver este documental es aconsejable meterse entre pecho y espalda su "Live in Concert" (parte I,  parte II). Brutal.


La primera temporada de la serie de Aziz Ansari me gustó, pero tardó en engatusarme. "Master of None" no era lo esperado pero acabó por convertirse, no sé muy bien como, en una de mis serie favoritas de ese año, por ese motivo tenía muchas ganas de ver su continuación, de ver que le sucedía a Dev, que había decidido irse a Italia para aprender a cocinar pasta, y como seguía su relación con Rachel (fantástica Noël Wells, quién aparece en uno de sus episodios). La segunda temporada arranca en Módena, en blanco y negro a lo Roberto Beningni.. y gusta pero descoloca. Es un episodio necesario pues allí conocemos a la bella Francesca (Alessandra Mastronardi) que en los episodios finales será la protagonista pues viajará a La Gran Manzana con su prometido Pino pero acabará enamorada de Dev, o al menos confundida al más puro estilo enamoradizo woodyallinesco. Los primeros episodios son algo decepcionantes pero desde el episodio cuatro, creo que es "First dates" todo vuelve a su cauce, destacando sobretodo "NY, I love you", "Thanksgiving" y "Amarsi un poco". Tres episodios geniales y muy diferentes entre ellos. Además de "Francesca", vuelven a aparecer los compinches y familiares de Dev, y una sorpresa, la participación de Bobby Cannavale (Vinyl) que está francamente genial. En fin, "la segunda temporada de Master of None va claramente de menos a más, dejando un regusto agridulce, dejándonos ganas de más.


NIKKI LANE/ HIGHWAY QUEEN (2017)/ JACKPOT

 

Mirando atrás y comenzando a valorar lo aparecido y escuchado en este 2017, pues nos acercamos a su ecuador, uno debe reconocer que este año hay mejores discos que en el anterior, o al menos, en mi modesta opinión, discos que se acercan más a mis gustos y manías. Alguna decepción hay como la del bueno de Ron Sexsmith, que de verdad no hay por donde cogerla, pero en general creo que la añada está siendo muy buena. De entre lo mucho escuchado debo destacar el disco que hoy nos ocupa, un disco maravilloso que lo tiene todo para estar entre mis favoritos del año. Un disco excelente de la cantautora americana Nicole Lane Frady con quién había tenido ya algunos escarceos pero nunca había consumado. Nikki Lane, que así se llama ella, me ha revolcado y dejado extasiado con su nueva colección de canciones que a cada nota rinden homenaje a la America de carretera, de aventura y esperanza, de corazones rotos y rocanroles acelerados. La voz de la señorita Lane es demoledora, es escalofriante, como si Lucinda Williams hubiese rejuvenecido. Bebe también sin disimulo de otras grandes como Loretta Lynn, Wanda Jackson, Emmylou Harris... pero eso es una obviedad, toda fémina que quiera ser algo en el country debe conocerse al dedillo a esas pájaras, pero también toma prestado algo de Neko Case, Exene Cervenka e incluso de Sheryl Crow... sí, sí... ya podéis dejar de leer, es así, tiene esa voz tan fantástica y una belleza y sensualidad integaláctica..., bueno, dejémoslo en un deje, sí, pero con puterío.. Sus dos discos anteriores tenían muchas cosas buenas pero les faltaba algo de pegada, algo que sin duda el tecla negra de Dan Auerbach sabe darle, gracias a una producción espectacular, en su justa medida cosa que se agradece pues normalmente la intromisión del geniecillo/productor es apabullante y acaba siendo negativa. Nikki se corona con este disco como la reina de la carretera y de seguir así, su reinado será largo y próspero. "Highway queen" es puro clasicismo instantáneo, hay verdad en él. Hay fuego, alcohol, borracheras, resacas y corazones rotos y desolados. Hay carretera, y hay una reina: Nikki.


Nikki Lane - Highway Queen (2017): 01.- 700,000 Rednecks/ 02.- Highway Queen/ 03.- Lay You Down/ 04.- Jackpot/ 05.- Companion/ 06.- Big Mouth/ 07.- Foolish Heart/ 08.- Send the Sun/ 09.- Muddy Waters/ 10.- Forever Lasts Forever.

 "Oh yippee ki yay..."

Desde el primer segundo, la primera nota, desde el primer tema llamado "700000 Rednecks", Nikki nos hace suyos, primero mediante un rocanrol clásico y luego con una interpretación brutal y electrizante. La segunda canción "Highway queen" sigue las enseñanzas de grandes como Steve Earle o Lucinda Williams. Demoledora. Qué podemos decir? es simplemente descomunal. Un medio tiempo rocanrolero roto por una pedal-steel nos eriza el bello al ritmo de una percusión exuberante pero cuando entra el estribillo de "Lay you down" con esa voz rasgada de Nikki.... bufff... El disco que no para de crecer y crecer, tanto a cada escucha como a cada canción nos tiene reservado uno de los pelotazos y singles del disco, hablo claro de "Jackpot" y ese grito de "Viva Las Vegas...". Nuestros pies vuelan, nuestra cabeza da vueltas, y nuestro cuerpo ya entrado en años pronto comenzará a notar los excesos del rocanrol....  Es escuchar la canción y sonreírnos hijoputescamente. Sí, el rocanrol es así de simple y de sencillo. Un riff de guitarra loco, un piano  desbocado, una voz con una actitud salvaje y es eso, solo rocanrol.... La tripleta venidera conforma mi parte favorita del disco. Primero con la preciosa "Companion" que sin salirse del country-rock aumenta la paleta de colores. Puro Lucinda, como si la Williams rejuveneciese por arte de magia. Luego con "Big Mouth" saltan chispas. Ardiente y putera. Muy Stoniana ella. Me encanta! Y finalmente, mi favorita del lote: "Foolish Heart", que contiene una de esas letras country que merecen ser enmarcadas. Seguimos con este discazo "Send the sun" mediante, donde creo que la parte vocal brilla por encima de todo. "Muddy Waters" es un clásico instantáneo. Un temón de esos para escuchar toda tu vida. Un baladón de valor incalculable. Cierra la señorita Lane con una tremebunda canción de ruptura, "Forever lasts forever" es acojonante, como todo el disco. Como toda esta perfecta colección de canciones que sin duda coronan a Nikki Lane como la Reina de la carretera, y que encumbran a su disco a lo más alto de mis predilecciones y seguro a estar entre mis favoritísimos del año. 

Tenía muchísimas ganas de ver el film sorpresa del año pasado en los festivales internacionales. En Canes sorprendió y en Sitges reinó con el premio a su director (Yeo Sang Hoo) y al de fotografía. Una película coreana de Zombies no se me podía escapar, y sabiendo lo que verás y encontrarás no decepciona para nada, Todos los tópicos están ahí, en eso no hay debate alguno, pero están allí con una vueltecita de rosca descomunal ayudada, claro, por su origen asiático que le dan ese puntito exótico y diferente. El film se basa en un previo film, concretamente de animación llamado "Seoul Station", y al parecer a partir de dicho artefacto al que deseo echarle el guante calca y luego desarrolla la historia que es un verdadero maratón de agonía, adrenalina y sustos con su moraleja final. La película a pesar de su planteamiento más visto que el tebeo y escasa profundidad de personajes no nos da respiro, nos engancha y nos tiene totalmente atrapados. La fotografía y la estética son impactantes, así como las secuencias de acción que están calculadas al milímetro. No tengo mucho más que decir, parece mentira que una película de un género tan visto pueda llegar a ser tan fresca y excitante. Una "cult movie" instantánea.