Cansado de decepcionarme con los millones de películas basadas en cómics que inundan las salas de cine tomo la decisión de no ver ninguna más de ese tipo de adaptaciones cuando me recomiendan por activa y por pasiva la adaptación que se hizo en 2014 para la gran pantalla de los cómics de "Kingsman", los cuales desconocía. Me informan que son divertidos y llenos de acción, que no hay superhéroes pero sí espías y que existe una segunda parte (El círculo dorado) que es como mínimo igual de buena. Busco información y veo que es una película inglesa (bien!, vamos bien), con Matthew Vaughan de director (Stardust, Kick Ass... seguimos bien) y con él mismo de guionista junto a Jan Goldman, su co-guionista habitual y responsable de por ejemplo el renacer de Burton con "Miss Peregrine". Contar con Samuel L Jackson, Michael Caine, Mark Strong, Mark Hamill y Colinf Firth solo suma. Así que me decidí a verla y lo pasé en grande, a quién quiero engañar. No es nada del otro mundo pero el film pasa en un plis plas, como si uno volviese a la adolescencia. La elección como protagonista de Tarod Egerton es muy acertada, así como las secuencias de acción, el ritmo y el humor inglés algo desatado. Según filmaffinity (para qué me voy a liar, hoy no tengo el día) la historia se basa en un veterano agente secreto inglés (Colin Firth) que debe entrenar a un joven sin refinar (Taron Egerton), pero que promete convertirse en un competitivo agente gracias a un ultra-programa de entrenamiento, al mismo tiempo que una amenaza global emerge procedente de un genio retorcido (Samuel L Jackson). Y eso es, así de simple, tampoco pretenden hacer el guión del siglo. Somos conscientes de no estar ante un grandísimo film, es algo tramposo y superficial, pero en general le da nuevos aires a las películas de espías, y hace que lo pasemos en grande. Además, Colin Firth está glorioso. Muy recomendable. 

Es curioso que con setenta y cuatro años, más de media docena de discos notabilísimos y cientos de canciones exitosas, ya sean cantadas por él o no, ya sean en sus discos o como parte de la banda sonora de un film, Randy Newman siga siendo un loser. Uno de nuestros losers favoritos, a decir verdad, el mejor de todos ellos. Un servidor le tiene en alta estima pero confieso mi pecado y reconozco que en una  lista de mis cincuenta discos favoritos, Randy no estaría. En cambio, es escuchar una de sus canciones y se me eriza el bello. Sus primeros discos son POMs ocultas, de todas ellas me quedo sin dudar con "Sail Away" de 1972 y con "Good old boys" de 1974. Tiene otro poker de discos incontestable pero yo me quedo con estos dos. Luego tiene, como ya dije, innumerables canciones míticas que todos conocemos pero a veces no sabemos ni que son suyas. Tiene tantas que no cabrían en un recopilatorio doble. Aún así, Randy continúa en el olvido, únicamente en el Olimpo de músicos para los fans más acérrimos del folk-rock. Es un cantautor atípico, un cuenta historias romántico y burlón. Si no recuerdo mal hace unos nueve o diez años firmó su último disco no perteneciente a banda sonora, aquel "Harps and Angels" que estaba francamente bien. Este año llegan a mis manos dos trabajos suyos. Por un lado, la banda sonora de "The Meyerowitz stories", y por otro su nueva colección de canciones: "Dark Matter". De entrada diré, y confesaré, que me ha costado entrar en el disco, digerirlo un algo, pero creo que ese esfuerzo realizado (por ser Randy, sólo por eso) merece la pena. Lo teatral se mantiene durante todo el disco, no es un disco para todo momento pues necesita de un recogimiento y un estado de ánimo, por eso tal vez cueste un algo cogerle el punto como a la canción que abre el disco "The Great Debate" donde después de debatir y darle vueltas al asunto acaba en un momento gospel magistral (que le enlaza a la banda sonora de Tiana y el Sapo, nada más y nada menos), y ojo a la letra, como siempre magistral. "Brothers" sigue en la linea del musical. Es una delicia que vuelve a sorprender a partir del ecuador con un ritmo sabrosón (azúcar!). "Putin" es una del las canciones del disco, como lo es también "Sonny Boy". Hay dos temas que me han ido ganando mucho con las escuchas y que tienen como tema el final de la vida, la muerte. Primero "Lost without you" que es boniquísima e irresistible. Me atrevería a decir que es una de sus mejores composiciones en años aunque quién soy yo para decir eso, ni siquiera soy un gran fan de Randy. Y segundo, el tema que cierra el disco, "Wandering Boy" que es sensacional. "Dark Matter" no es el disco perfecto. No es el disco del año, ni siquiera es el mejor disco de Randy Newman pero seguro que es el disco que necesitaban sus fans. Absténganse los no iniciados, o no. O comiencen su relación con esta obra de un genio septuagenario. Uno de los pocos merecedores del carnet de socio del club de "la arruga es bella".

Randy Newman - Dark Matter (2017): 01.- The Great Debate/ 02.- Brothers/ 03.- Putin/ 04.- Lost Without You/ 05.- Sonny Boy/ 06.- It’s a Jungle out There (V2)/ 07.- She Chose Me/ 08.- On the Beach/ 09.- Wandering Boy.

"Mama Told Me Not to Come"


Serie inglesa. De seis episodios. Detectivesca. Con Richard Dormer. De la BBC y en la cartera de HBO.... "Rellik" era candidata a ser visionada y disfrutada. El veredicto? interesante y notable pero con peros. Dormer me encanta, aunque a veces sobreactúe. Me fascina su personaje en "Fortitude" (serie que confirma su tercera temporada), su Dan Anderssen es colosal, y me gusta menos como Beric Dondarrion en "Juego de Tronos", pero siempre agradezco su presencia. En Rellik, Dormer interpreta a un inspector de policía, Gabriel Markham, que es agredido por el asesino en serie al que persigue aunque consigue sobrevivir. La serie utiliza el método "memento", es decir, construir a base de flashbacks. Tanto es así que la serie pierde algo el norte, comienza en la actualidad y va tirando para atrás hasta casi dos semanas antes para en el episodio seis, el último, poner el reloj en hora. No quiero desvelar nada puesto que perdería la gracia, solo comentar que no está todo bien ligado y que me resulta el final algo precipitado. No es obvio pero se ve venir. Y no me gusta nada alguna historia secundaria que se plantea en el primer o segundo episodio y se abandona totalmente, si es que no se quiere retomar en un asegunda temporada aunque no creo que tenga la relevancia ni el interés suficiente. Al director, Sam Miller, no le va nada mal, puesto que está metido en series notabilísimas como "American Crime", "Fortitude", "Luther" ... Y cabe destacar esa revelación absoluta que es Jodie Balfour, aunque lo es menos cuando uno ata cabos y recuerda que era la Joni Conway de "Quarry". Magnífica. Así pues, "Rellik" no nos da todo lo que promete porque se pierde en las formas y en el estilo, requiere bastante atención para construir temporalmente la historia en nuestra cabeza, eso gusta y está bien pensado pero se olvidan de darnos una historia con más chicha. Fría en sus dos primeros episodios y adictiva en su parte final. Ya digo, un notable con mal sabor de boca.


MICAH P HINSON/ PRESENT THE HOLY STRANGERS (2017) OH, SPACEMAN

 

Consolidado ya como uno de esos grandes artistas tapados independientes a Micah P Hinson no le hace falta cambiar ni modernizar su estilo para captar nuevos seguidores. Lo suyo es vivir en la sombra, en la minoría, sin duda también en el buen gusto. Hinson, tejano de adopción afincado en Abilene, ha superado momentos traumáticos en su vida que van de accidentes casi fatales a adicciones nada saludables mientras nos entregaba discos maravillosos, melancólicos y en ocasiones tristones, de escucha atenta y pausada. Su trayectoria es fabulosa y casi nada podemos objetarle, tal vez se perdiese un algo a principios de esta década, o tal vez, creo lo más seguro, le falto algo de magia a sus composiciones, volviendo en 2014 con un excelente disco bajo el brazo, el ya comentado ".. and the nothing". Difícilmente citaremos entre los discos de nuestra vida los creados por Micah P Hinson, siempre encontraremos otros por los que decantarnos. Difícilmente sus discos coparan el top ten de discos del año en cuestión, pero también difícilmente, si amas la música, se te olvide citar a Micah como uno de los cantautores más interesantes y mágicos de los últimos tiempos. Debilidad personal por todos sus trabajos, sobretodo los primeros: "The Gospel of Progress" (2005), "The Opera Circuit" (2006) y "The Red Empire Orchestra" (2008), luego sus discos no son tan completos, hay cosas estupendísimas y alguna otra que podría haberse ahorrado, pero lo estupendo lo es tanto que nos hace olvidar y perdonar todo lo demás. Incluso confieso mi amor por su doble disco de versiones, aquel altamente recomendable "All dressed up and smellinf of strangers" (2009). Micah sigue siendo ese tipo delgaducho con gafas de pasta que fuma con boquilla y canta como si estuviese poseído por Johnny Cash. Sigue siendo ese secundario de lujo de la escena musical, ese cantautor folki que enamora con su canciones folk melancolícas a ritmo de vals. Sigue siendo el mismo que nos enamoró con "Beneath the Rose" pero, como todos nosotros, más maduro. Su nuevo disco es otro paso más, otra delicatessen para sus fieles seguidores. Un disco íntimo, tranquilo. Precioso y profundo en lo vocal y delicado y doloroso en lo musical.



Micah P Hinson - Presents the Holy Strangers (2017): 01.- The Temptation/ 02.- The Great Void/ 03.- Lover’s Lane/ 04.- The Years Tire On/ 05.- Oh, Spaceman/ 06.- The Holy Strangers/ 07.- Micah Book One/ 08.- The War/ 09.- The Darling/ 10.- The Awakening/ 11.- The Last Song/ 12.- The Memorial Day Massacre/ 13.- The Lady From Abilene/ 14.- Come By Here

Las catorce canciones del disco siguen un hilo conductor. Podríamos decir que todo el disco gira entorno a la idea de una familia en tiempos de guerra. Es, a su manera, una folk-opera. Un nuevo concepto o tal vez uno viejo traído de vuelta para dar un sentido al disco, un orden a las canciones para tener que escuchar el disco como antaño, de principio a fin, haciendo de su escucha una experiencia maravillosa. En el disco hay casi media docena de temas instrumentales (de los catorce que lo componen) y un tema recitado larguísimo titulado "Micah Book One". El resto son canciones espléndidas donde Micah se acerca al que más nos gusta, al hombre de negro, al legendario Johnny Cash. "The temptation" se toma su tiempo, y con estilo cinematográfico nos conduce a una "The great void" fronteriza y melancólica. "Lover's Lane" es puro Cash que sin duda es de mis favoritas del disco. No pienso entrar en cada tema  pues en realidad lo justo es respetar la idea de Micah y escuchar el disco de un tirón. De esa manera disfrutaremos con los pasajes instrumentales como el de "The holy strangers" que da nombre al disco, o "The years tire on" muy en la línea de Lambchop. No querría olvidarme de destacar algunas canciones como la nana "Oh Spaceman", la espléndida y bellísima "The Darling", y como no "The lady from Abilene" y "The last song" que son puro Hinson. Así pues, Micah P Hinson entrega otro disco de notable alto. Otro disco donde su estilo está muy presente, sin modernidades ni experimentos. Hinson en estado puro. Lo tomas o lo dejas. Te dejas llegar por su melancolía fantasmagórica vaquera o no. No caben medias tintas. Aquí, en la Isla, amamos la música de Micah P Hinson. 

Este film dirigido e interpretado por Denzel Washington es una adaptación de la obra teatral del mismo nombre creada por August Wilson, quién en 2005 finalizó el guión adaptado pero también murió dejando su guión preparado para la gran pantalla con una única condición: que su director fuese negro. Esta anécdota que he leído en mil y un sitios supongo tendrá su trocito de verdad, esa puede ser la explicación al porqué ha tenido que pasar más de una década para ver su historia en la gran pantalla, y curioso que sea Washington el director, puesto que tampoco se había prodigado demasiado en esa faceta. Como director cumple, llevando la obra de teatro al cine, en realidad siempre estamos viendo teatro, y como espectadores tenemos que estar atentos y no perdernos nada del guión, nada de sus gestos, sus pausas, sus movimientos... Es este film muy teatral, muy puro en cuanto a actuación, y en eso el propio Denzel y la co-protagonista, Viola Davis, lo bordan. Sin duda sus actuaciones son sobresalientes y elevan al film hacia el notable. Un drama bien definido, un drama en toda regla, una historia con luces y sombras familiares, con pasados oscuros y rencillas que vuelven y no olvidan, con pecados ocultos que no se pueden olvidar ni enterrar. Todo perfectamente presentado para atraparnos a pesar que su origen teatral se note demasiado y eso pueda llegar a ser un lastre. La historia es fantástica, las actuaciones también, sus casi dos horas de metraje pasan en un suspiro y al final, uno tiene la sensación de haber visto una gran historia que invita a reflexionar sobre la vida. Esa a la que el ser humano necesita poner vallas, y sentirse así protegido, de lo que viene de fuera y de lo que hay adentro. 

Varios eventos importantes se condensaban este fin de semana a mi alrededor lo que lamentablemente había provocado que tomase la decisión de no asistir a la emblemática sala Rocksound para ver en directo las canciones de uno de mis discos favoritos del año: "Stich of the World" de la tejana Tift Merrit. Por suerte para un servidor, uno tiene a su lado a un compañera que no se merece, quién acabó sorprendiéndome con una noche inolvidable que tuvo como broche la sorpresa de ver a Tift en directo. Venía Tift a presentar su último disco casi en solitario, venía sin ser la telonera de Jason Isbell, con quién anda girando por medio mundo, y sin la presencia de Eric Heywood como se anunciaba en el póster promocional pero sí con el músico belga Bart Verbaeck que estuvo tan discreto como excelente. Venía de haber tocado en Madrid un setlist estupendo y prometía hacer lo mismo en Barcelona, como así se confirmó. Pocas variaciones, pero de haberlas haylas. Tocó temas antiguos y una media docena de los nuevos, de esos no faltaron: Dusty old man, My boat, Stich of the world, Icarus, Heartache is an uphill climb... Love soldiers on con la que cerró el concierto de manera espléndida y no sé si me dejo alguna más. La sala Rocksound es perfecta para este tipo de conciertos, americanos y countryfolkeros, pero a Tift, no sé si por timidez o porqué razón, le costó arrancar (ya empezó todo media horita más tarde de lo previsto), estuvo fría inicialmente con algún que otro problema de sonido hasta calentarse tanto que se metió entre el público para tocar la maravillosa "All the reasons we don't have to fight" de su disco "See you on the moon" del 2010. Mágico. Maravilloso. El mejor momento de la velada. Tift Merrit confirmó que sigue creciendo, que las nuevas canciones (y las viejas) tienen magia, que sabe tocar la guitarra con alma, y que tiene una voz portentosa mezcla de Joni Mitchell, Gillian Welch, Emmylou Harrys, Dolly Parton e incluso Bonnie Raitt. Fantástica.


*post aparecido originalmente en EXILE SH Magazine por Nikochan
"Such a Night"


Como ya comenté en la reseña de la primera parte de esta tercera temporada (T3), la historia de esta serie parecía coger forma y empezarnos a interesar justo cuando su hermana mayor flaqueaba del todo. The Walking Dead ya está de vuelta pero desgraciadamente tiene ya poco que ofrecernos, "Fear" no es que puede darnos más, ni diferente, ni mejor, pero sí está más por el espíritu inicial, por la idea original que por el culebrón sin sentido. Se barruntaba cancelación, los guionistas se pusieron las pilas con mejores historias, más sangra, más muertes, y zombies, sí, porque parece que quedan en un término secundario y coño, la serie es de zombies y no de vampiros. A veces parece que eso, se olvida. La trama, en esta segunda parte, avanza sin prisa pero sin pausa donde lo dejaron. En el rancho, y acaba de manera violenta y algo sorprendente en la presa, dejándonos la duda de quién habrá sobrevivido y quién no, puesto que muchos ya habían perecido por el camino y el resto, excepto Madison (Kim Dickens), auténtica protagonista y heroína de la serie. Es nuestra Rick Grimes, en un mundo zombie fronterizo y desértico, y de habla hispana. Los personajes empiezan a cuajar, empiezan a enamorarnos aunque hayan tardado mucho en hacerlo, con muchos abandonos de espectadores por el camino. Francamente, esta tercera temporada es mucho mejor globalmente que las de la serie original, ha sido tan estupenda que ya han firmado para una cuarta. Así que tenemos "caminantes" para rato, esos mismos "caminantes" que echamos de menos en The Walkin Dead.


HISS GOLDEN MESSENGER/ HALLELUJAH ANYHOW (2017)/ DOMINO (TIME WILL TELL)


Mi primera sensación, y creo la de muchos, al escuchar el nuevo trabajo de MC Taylor bajo sus Hiss Golden Messenger, fue decepcionante de algún modo. Esperaba un servidor que ese disco le diese la vuelta al corazón y le llegase al alma, y de primeras, esa sensación no apareció. Pasa con "Hallelujah Anyhow" como con otros grandes discos de este año, como por ejemplo "Bobby Fuller died for your sins" de Chuck Prophet, el "Poor David's Almanack" de David Rawlings, o sin irnos muy lejos en el año "Villains" de Queens of the Stone Age. Pasa que sus trabajos anteriores, son tan buenos que su sombra es alargada, y más aún, pasa que sus dos o tres últimos trabajos estaban a un nivel casi inalcanzable e inigualable, hablo más concretamente en el caso del Profeta. Dicho esto, obviamente no voy a descubrir nada si afirmo que este "Hallelujah Anyhow" es muy bueno aunque no sea mágico, pero sigue siendo muy muy bueno, vale, es verdad que no es "Heart like a levee" ni "Lateness of dancers", pero aún así, sigue siendo estupendo. Creo que está al mismo nivel del disco que abría la tripleta mágica de la banda, está a un nivel igual o superior a "Haw", pero es que hablamos de un grupo que además de los discos comentados tiene en su haber otros tres grandes discos a redescubir como son el debut "Country hai east cotton", "Bad dept" y "Poor Moon", que son de notable alto, como el disco que nos ocupa. Y ahora que hemos repasado sus  trabajos originales, y pensándolo bien, podríamos preguntarnos qué banda de la actualidad (que esté en plena forma ahora) tiene esa colección de discos. Tal vez la pega, por poner una, es que "Hallelujah Anyhow" suena a lógica continuación de "Heart like a levee", y no un paso más como este disco en cuestión resultó al compararlo a su predecesor "Lateness of Dancers", el cual, sinceramente, sigue siendo mi favorito. Las canciones de "Hallelujah anyhow" podrían estar en su anterior disco sin cambiar nada, podrían (jugando a imaginar) ser descartes o grabaciones de esas mismas sesiones, porque suenan a eso, a lo mismo, tienen la misma cocción con tan solo el sonar en sus estructuras más aún a un Dylan despreocupado con los arreglos suaves y maduros de los discos de Van the Man de final de los setenta principios de los ochenta sin obviar su estilo propio que rebosa clase y calidad. El disco, como digo, a la primera escucha deja algo frío y descolocado, no por modernez ni cambio de rumbo ni sonido, sino más bien por la sensación de repetición , pero a caso AC/DC no llevan cuarenta años haciendo la misma canción?. Las canciones, que al fin y al cabo, son lo que realmente importa son notabilísimas con alguna cima pseudo-POM como "Harder Rain", tal vez, la mejor del lote. Hay otras, claro, no podía ser de otra manera. Hay otras canciones sobresalientes que se destapan poco a poco hasta llegarnos al tuétano, y dejarnos enganchados a un disco, que sin entrar en comparaciones absurdas, es, otra vez, sobresaliente. 


Hiss Golden Messenger - Hallelujah Anyhow (2017): 01.- Jenny of the Roses/ 02.- Lost Out in the Darkness/ 03.- Jaw/ 04.- Harder Rain/ 05.- I Am the Song/ 06.- Gulfport You’ve Been on My Mind/ 07.- John the Gun/ 08.- Domino (Time Will Tell)/ 09.- Caledonia, My Love/ 10.- When the Wall Comes Down.

El nuevo disco de Taylor comienza con la preciosa "Jenny of the Roses" que descaradamente nos ofrece ese aroma a The Band para entregarse inmediatamente a una maravilla de la americana como es "Lost out in the darkness", una de esas canciones que te ganan con las escuchas, con las señas de identidad de Hiss Golden Messenger, con una armónica muy Dylan. "Jaw" es un despiporre, otra vez tiene esa dylanesque llena de sensibilidad y armonías, de esas que rebosaban en su anterior trabajo, justo allí donde este tema no desentonaría para nada. Hasta este momento y siendo justos, el disco es un pelotazo descomunal, si nos olvidamos de lo anterior y nos centramos en él, sin duda es un gran disco, no hay discusión. Más aún cuando nos topamos con una de las grandes canciones del año, hablo de "Harder Rain", una POM en sí misma. Siguiendo por la vía Dylan, claro está, pero abrazando a Van the Man, aquel que nos enamoró (otra vez) en "Veedon Fleece". "I am the song" tiene cierta épica ochentera, algo de Petty, algo del Boss, algo de soul, y un mucho de Taylor. Ya pasando el ecuador me sigo preguntando donde está el bajón de nivel en este disco, yo es que no lo encuentro y la única explicación a la decepción de muchos seguidores de la banda sea la repetición, pero qué queremos? que Taylor haga tecno? que se vuelva Bon Iver? No, desde luego no, queremos canciones como las de "Hallelujah Anyhow", como ese acercamiento al Dios BOB en "Gulfport you've been on my mind" y esa velada reverencia al León de Belfast en "John the gun", que sin duda se ha convertido en una de mis favoritas del lote. "Domino (time will tell)" es acojonantemente buena con esa guitarra tabernera, como lo es también la delicada "Caledonia, my love". Cierra el disco "When the wall comes down" con una letra descomunal. Positiva, amorosa, llena de verdad, de vida. El listón estaba muy alto pero para nada han bajado de nivel, para nada han entregado un disco menor, si el error es no superar lo escuchado anteriormente creo que aceptarán la crítica, pero escuchando con detenimiento el disco, no pensáis sinceramente que es maravilloso?

Venía precedida de una crítica muy positiva y me habían recomendado decenas de veces ver la enésima película basada en las viñetas de superheroínas pero me resistía pues ando muy cansado y aburrido de este tipo de películas. Mucha cantidad y muy baja calidad. Todo el mundo me decía que sí, que sí valía la pena ver "Wonder Woman" que era una de las mejores películas del género de los últimos años y que además era todo un alegato feminista. Y sí, la protagonista es una mujer, faltaría! no va a salir Matt Damon vestido de Wonder Woman (que podría), y sí, Gal Gadot es guapísima, tiene una mirada hipnótica, y un nombre y apellido de estrella pero qué queréis que os diga, a mi su actuación me parece muy normalita y nunca acabo de conectar con su personaje. Si es una película feminista porque su protagonista sea una mujer, una amazona con poderes, pues bueno, aceptamos pulpo como animal de compañía, que decía aquel anuncio. Supongo que muchos cambiarán de opinión cuando vean a Wonder Woman plancharle la capa a Superman en La Liga de la Justicia. A mi, esto de vender esta película como feminista me parece una estupidez supina. Si esto es feminista, Alien el octavo pasajero que era?. Hace falta más que una mujer pegando leches para decir que estamos ante un film feminista. Esto es un panfleto infantiloide, ni más ni menos. Un pastiche comiquero de más de dos horas que no hay quién se lo acabe. Típico y plano, con una protagonista que va muy justita interpretando, más pendiente de morderse el labio inferior que de convencernos con su personaje. Como podéis imaginar a mi la película me ha parecido soporífera. Ojo, que está muy bien hecha (faltaría!). Luego está esa villana... esa Dra Posion (Elena Anaya) que es de chiste o vergüenza ajena. Ya lo de Chris Pine, Robin Wright, Danny Huston o David Thewlis es de desperdicio total. Qué personajes más anodinos! Nada, que no sé porque me entretengo a ver películas de capas y poderes, intentando vender unos valores 2.0 que rozan el ridículo, todo por ser políticamente correctos y hacer taquilla. Este film es muy aburrido y eterno, ya digo, 141 minutos de metraje es abusar de nuestra paciencia. Y confieso, la paré en el minuto 96. Horrorosa.
"Sunken Treasure"


La última trilogía de Chuck Prophet es algo al alcance de muy pocos. "Temple Beautiful", "Night Surfer" y su último trabajo "Bobby Fuller Died for your Sins" son tres obras supremas donde el Profeta muestra todas sus virtudes. Donde se reafirma en su discurso rocanrolero heredero de Alex Chilton, los Clash y los Kinks, todo con ese toque de San Francisco y del clasicismo roquero aliñado con unas letras siempre excelentes. Nada que no sepamos, nada que sea noticia pues la discografía de Chuck es todo un tesoro. Otra de las cosas que ya no son noticia cuando se relacionan con el Profeta son sus excelentes conciertos. Chuck lo da todo en ello, es muy bueno en directo, sobretodo a las seis cuerdas pues es un guitarrista fantástico, pero además es un gran showman y por supuesto es un tipo majo, muy simpático y atento que tiene siempre un momento y una sonrisa para los fans. Muchos diréis que es lo normal, que va con el trabajo, pero no, lo de Chuck es simpatía pura y dura, amor a la música, y al trabajo del músico, así pues como seguidor y fan no queda otra que corresponderle comprando sus discos y asistiendo a sus giras. Esta vez, la gira de su nuevo disco, comenzaba en Barcelona para continuar en cinco ciudades más españolas. La sala escogida fue Be Good, un local pequeño y alargado perfecto para rocanrolear si estás en primera línea porque si estás al final toda la magia se pierde. Por suerte, un servidor se colocó a un par de metros de distancia del Profeta y la experiencia volvió a ser inmejorable. Antes de la actuación de Chuck fue el turno del quinteto británico Lords of Lono que vienen siendo los telonerors durante toda la gira y que venían a presentar su disco "Severed" con un sonido interesante pero al que creo que le faltaba algo de chispa, de garra, de embrujo.

Media hora más tarde de lo anunciado Chuck Prophet y The Mission Express subieron al escenario contagiando sus optimismo y felicidad. Un tema instrumental a tope para con el clásico 1,2,3,4! dar paso al tema que da nombre y abre su último disco. En ese momento la contagiosa alegría confirma que será otra gran noche del Profeta. Del disco nuevo no tocó demasiadas canciones para mi sorpresa, se dejó muchas que hubiesen sido la repera pero sí sonaron "Bobby Fuller", "Bad year for rock and roll" puro ochenterísmo, "Jesus was a social drinker" ya un clásico instantáneo, "In the mausoleum" junto a Stephanie. Todas ellas excelentes, y por supuesto muchos de sus grandes hits de todos los tiempos: Temple Beautiful, Lonely desolation, Willie mays is up a bat, Summetime thing, You did.... bueno, fue un despiporre como siempre, aunque uno se queda con la sorpresa de "Holding On" que me pareció espléndida y el cierre con la versión "Shake some action" de los Flaming Goovies. A pesar de contar con su bajista a medio gas por enfermedad, la banda estuvo como siempre espléndida, y chuck magnífico. Otro gran concierto del Profeta que fideliza su parroquia y que sigue haciendo nuevos apóstoles. Grande Chuck.


*post aparecido originalmente en Exile SH Magazine por Nikochan

Fan de Guillermo del Toro y de su trilogía vampírica literaria junto a Chuck Hogan. Como sabréis o suponéis también fiel seguidor de la serie televisiva basada en los libros y producida por ambas cabezas creativas. La serie finalizó hace unas semanas con una cuarta temporada que se realizó para estirar el producto y poco más, pues con tres temporadas de sobra se explica todo lo que acontece en los libros a pesar que muchos de los personajes corran diferentes destinos. La serie va seguro de más a menos, tanto en general como en su última temporada pues el desenlace, que no es otro que el final del Amo, no sorprende y obliga a que éste cometa unos fallos que de ser tan maléfico y mortal sería imposible que cometiese. Dicho esto, yo he disfrutado porque este tipo de productos me encantan: vampiros, virus, infecciones, nazis, mucha sangre y serie b... Vamos que todo lo que uno desea lo encuentra aquí si es fan acérrimo de la ciencia-ficción terrorífica. La temporada 3 de The Strain dejó todo preparado para un gran desenlace, para un final espectacular que no se dio. Ahondamos en ese vampiro que soporta la luz, en el nacido, en Quinlan. Un personaje maravilloso que merece serie propia. Mientras que el resto se fueron desdibujando, incluyendo Setrakian y el Amo. Nada nuevo, nada espectacular, nada que no esperásemos pero imposible dejar de verla si uno desde pequeño es un adicto al terror y la ciencia-ficción. Podía haber sido mejor? sin duda, sí, pero es una gran serie, serie b, que merece ser devorada de un mordisco.


DANNY AND THE CHAMPIONS OF THE WORLD/ BRILLIANT LIGHT (2017)/ WAITING FOR THE RIGHT TIME


La pérdida de Grand Drive en su día no fue un gran problema para un servidor puesto que todavía no conocía la grandeza de su líder Danny George Wilson. Los discos de la banda que Danny creó junto a su hermano Julian Wilson no encontraron acomodo en el hogar nikochiano hasta que Danny nos llegó al corazón con los trabajos de su nueva aventura, los Champions of the World. Lo creado por estos hermanos de origen australiano pero londinenses de adopción es digno de estudio, pues su media docena de discos no tienen desperdicio y me atrevo a decir, con la ventaja que otorga el tiempo, que son uno de los grandes tesoros de la música de las dos últimas décadas. Me quedo, sin dudar, con "True love and high adventure" del 2000 y con "See the morning in" (2002), dos discos por los que muchos artistas matarían o pagarían lo indecible por poder componer algo de este nivel. Curioso es que para la gran mayoría de seres humanos, estos discos han sido olvidados, o simplemente aún no han sido descubiertos. No sé a que espera ese gran tanto por ciento de humanidad para ponerse manos a la obra. Imposible no caer rendido ante esos dos grandísimos discos. Aún con ese nivelón Danny decidió disolver la banda, aventurarse con algún disco en solitario y finalmente crear un nuevo grupo para moverse en otros estilos. Fue entonces cuando nuestros caminos se cruzaron. Fue sin duda "Henry the Van" la canción que me cautivó, ese tema dylaniano que era el corazón de "Street of our Time", disco maravilloso que retomo habitualmente y que fue uno de los más escuchados en el ya lejano 2009. Una joya. Todo lo que ha venido después es oro puro y, poder seguir sus pasos y ver como ha ido evolucionando tanto a nivel compositivo como en variedad estilística, no tiene precio. A cada disco Danny nos sorprendía e inicialmente nos dejaba con el paso cambiado, hasta que caíamos rendidos a sus pies.

La evolución de Danny Wilson en sus discos con los Champions es alucinante. Del folk dylaniano de "Street of our time" (2009), pasando por la épica Springstiniana de "Hearts and Arrows" (2011) hasta abrazar al soul en el espléndido e imprescindible "Stay True" (2013), sin duda su mejor disco, su obra cumbre, repleta de magia e inolvidables canciones. Esa evolución pareció tirar de freno de mano en el 2015 con "What kind of love" que estaba un peldañito por debajo del anterior pero que nos daba todo lo que necesitábamos de los Champions. No defraudaban pero no sorprendían. Era una lógica continuación al haber dado con la tecla correcta, al haber encontrado un estilo y un sonido como banda, banda que en directo (más aún si llevan teclados) es una apisonadora. A todo esto, llega 2017, y es el momento de un nuevo disco, disco que ya sabíamos que llegaría puesto que el dicharachero y alegre Danny ya había anunciado personalmente en su concierto de Frías (en el festival tributo a The Band: el último vals), tocando incluso algún tema nuevo. El disco en cuestión hace mucho tiempo que está en mi poder, hace mucho tiempo que lo llevo escuchando y la verdad, es que he querido dejarlo madurar y aposentarse en mi cabeza puesto que se trata de un disco doble, compuesto por nada más y nada menos que 18 canciones, en las que Danny no abandona su manera de entender el soul pero que lo lleva hacia otros estilos ya conocidos, pues hay trazas de Grand Drive, y del folk y americanismos de sus primeros discos con los Champions. Es como bien escuché o leí por ahí, su "Exile on Main Street", un despiporre musical y de estilos que de primera aturde al personal, lo descoloca, y hace que la mayoría quede empachado por tanta canción y tanto minutaje, tildando al álbum de demasiado largo, y concretamente al segundo disco de flojo. Nada cierto en mi opinión si uno no se apresura en la crítica y deja que el disco vaya arropándole. No digo que sea su mejor trabajo, no lo es en absoluto, pero desde luego creo que está a un nivel excelente, manteniendo la línea sobresaliente de los Champions y aportando aire fresco, dando importancia a la banda, a los Campeones del mundo, puesto que todos participan en la composición de los temas dándonos un disco de country/soul/rock excelente donde todos ellos, todos los músicos tienen su momento para lucirse.


Danny and the Champions of the World - Brilliant Light (2017): 01.- Waiting For The Right Time/ 02.- Bring Me To My Knees/ 03.- It Hit Me/ 04.- You’ll Remember Me/ 05.- Swift Street/ 06.- Consider Me/ 07.- Coley Point/ 08.- It’s Just A Game (That We Were Playing)/ 09.- Never In The Moment/ 10.- Gotta Get Things Right In My Life/ 11.- Waiting For The Wheels To Come Off/ 12.- Don’t Walk Away/ 13.- Hey Don’t Lose Your Nerve/ 14.- Everything We Need/ 15.- Let The Water Wash Over You (Don’t You Know)/ 16.- Long Distance Tears/ 17.- The Circus Made The Town/ 18.- Flying By The Seat Of Our Pants.

El primer disco comienza de manera sensacional con una composición marca de la casa. "Waiting for the right time" tiene todo lo que nos gusta de los campeones del mundo. Tiene soul, tien magia, tiene un estribillo demoledor, solo de guitarra precioso, unas armonías perfectas y el inconfundible sello de Danny. "Bring to my knees" es fantástica. La guitarra llora rememorando a los Eagles, mientras que la melancolía del piano nos enamora. Segundo tema, segundo temón. "Hit me" es el soul de siempre, un temón descomunal (y ya van tres) que como bien dice Johnny JJ en su reseña del disco nada tiene que envidiar a clásicos del género. Muchos se quedan en esta tripleta. En el fantástico regusto que deja pero el disco solo ha hecho que empezar a andar, a dar sus primeros pasos. La balada "You'll remember me" es de pelos de punta, como nos los pone también uno de los mejores temas del disco, "Swift street". "Consider me" nos devuelve la energía, y nos viene a la memoria el "Hearts and arrows" donde este tema sin duda encontraría acomodo, puesto que tiene esa épica springstiniana que tan bien llevan a cabo los "champions". Lo de "Coley Point" es de traca, bajo esa primera escucha fría se muestra con el tiempo un tema inmenso, uno de mis favoritos del disco. "It's just a game" es un tema con gancho heredero del "Stay True", un as ganador, un triunfo asegurado. Una pedazo de canción que vale por un disco. El final del primer disco se acerca, y "Never in the moment" está allí para desear que nunca termine. Un tema donde asoma la esencia de "what kind of love" y que nos lleva a otro temón para cerrar el primer acto. "Gotta get things right in my life" es oro puro. Nada más que decir.

El segundo disco empieza increíble con una gran canción titulada "Waiting for the wheels", con todas las señas de identidad de los "Champs", un tema que en directo promete ser incendiario, y que es sin duda otro de los grandes momentos del disco. Su toque funk engancha, sus vientos y su ritmo trotón deslumbran, y como siempre Danny vocalmente sensacional. El baladón "Don't walk away" nos lleva a ese regusto de Simon y Garfunkel, ese aroma, esa sensación. En "Hey don't lose your nerve" practica ese soul agustito que borda Van the Man, y es fácil imaginar la canción cantada por el León de Belfast, rugiendo en ella, y haciéndola más grande si cabe pues el tema es excepcional. "Everything you need" y "Long distance tears" son ligeras y nos llenan de felicidad, en el medio de ambas "Let the water wash over you" brilla rememorando a la Creedence. El final está cerca, primero con "The circus made the town" a la que no le acabo de coger del todo el punto y finalmente cierran el disco con la romanticona "Flying by the seat of our pants". Un disco que para nada se hace largo, que para nada baja el nivel de la banda, que los posiciona en una situación privilegiada, como a una gran banda con mucho que decir todavía. Un señor disco al que hay que dedicarle su tiempo, un disco que enamora a fuego lento y que el tiempo lo colocará donde debe, entre los grandes del año. 

Netflix sigue su política de expandirse y hacerse grande. El siguiente paso ha sido obviamente, después de las series propias y los documentales, realizar películas exclusivas, provocando la ira del mundillo "oscariano" y provocando que se comience a discutir si para ganar la estatuilla es necesario o no que el film se estrene en salas comerciales, pues dichas salas están muertas y lo que se lleva es el cine en casa. Ya lo decía Dylan, los tiempos están cambiando. Para su aventura cinematográfica proponen el nombre de Noah Baumbach. Un tipo genial que tanto dirige como guioniza para él o para otros. Como director (y también guionista en este caso) me quedo con "The squid an the whale (una historia de Brooklyn)" y "Greenberg", y como guionista con "The Life aquatic with Steve Zissou", "Fantastic Mr Fox". Por tanto, podréis imaginar si lo relacionáis con Wes Anderson por donde van los tiros. Tampoco esconde sus referencias, y Woody Allen es una de ellas (.. y de quién no?!), esta "The Meyerowitz Stories" es una mezcla entre un film de Allen y otro de Anderson, es una comedia con toques dramáticos o un drama con grandes dosis de humor. Es un film con diálogos ingeniosos y momentos gloriosos. Es una gran película para todos aquellos que disfrutamos con los films de Allen o Anderson, pero no es un film para todo el mundo, no te reíras a carcajadas ni llorarás a moco tendido. Además puede que el casting provoque cierto repelús. Un film donde coinciden Ben Stiller (habitual en sus películas y en las de Anderson) y Adam Sandler (habitual de Netflix) es difícil de digerir, pero curiosamente lo bordan (sobretodo Sandler) en un registro, el dramático, que para nada está hecho para ellos. La grata sorpresa es la menos conocida Elisabeth Marvel, casi irreconocible. Los tres actores interpretan a tres hermanastros, del mismo padre, un Dustin Hoffman descomunal (sin duda mi actor favorito de su generación). Un padre/artista venido a menos, un loser, al que le buscan exponer una retrospectiva mientras su nueva mujer (Emm Thompson) intenta vender la casa y mudarse con él al campo. Durante el proceso, el patriarca Meyerowitz enferma y los tres hijos deben ocuparse de todo, lidiar con su madrastra, limar asperezas y superar su difícil relación con su padre. No cuento nada más, pero el film, sinceramente, es de notable alto. Los secundarios cumplen y gustan, papelitos para Adam Driver, Grace Van Patten, Candice Bergen e incluso Sigourney Weaver realizando un maravilloso cameo. Además, banda sonora de Randy Newman, qué podemos pedir más?
"Strawberry felds forever"


Cincuenta años después de su creación "Sgt Pepper's Lonely Hearts Club Band" sigue siendo un disco esencial. Seguramente esté entre los mejores discos de la historia compitiendo fuertemente con otros discos de sus mismos autores, The Beatles. La historia de los cuatro de Liverpool es la historia de la música actual, su evolución como músicos, personas, y figuras de la sociedad es digna de estudio. En este fantástico documental dirigido por Alan G Parker (reputado documentalistas, tiene obras sobre los Clash, Jam, Kiss, Sex Pistols...) se intenta explicar la situación de los Beatles alrededor de 1967. Curioso es que en ningún momento del documental aparezcan canciones de los Beatles, supongo que será un tema económico, de permisos y todo eso, pero choca que en un documental sobre el disco no aparezcan sus canciones, como tampoco aparecen los Beatles vivos ni ningún personaje realmente relevante, de primera línea. A pesar de todo esto el documental es una gran pieza histórica, y se centra muy mucho en la figura de Brian Epstein. El quinto Beatle vivía por ellos y organizaba las giras, en esa época las famosas declaraciones "cristianas" de Lennon provocaron un caos en yanquilandia, y otras giras no fueron mejor. Además ya no se escuchaban ni en los conciertos, como explican en un anécdota John cambiaba letras en las canciones y nadie, salvo ellos, se daban cuenta. Así que deciden no salir de gira y concentrarse en el estudio, y es allí donde Epstein pierde el tren, allí él no sabe hacer nada y su relevo lo toma George Martin capacitado triplemente para dar buenos sonidos. McCartney toma el mando, tanto en el estudio como de influenciador. De él es la idea del disco, de la portada, de sus ropas, del bigote... e incluso del Maharishi. Paul era el alma y el cerebro del grupo en esa época y John seguía siendo el genio. La época con el Maharishi está muy explicada así como el tema de la creación de la mítica portada y la muerte de Brian Epstein. Del disco, curiosamente, no se habla tanto, no analizan las canciones, únicamente alguna anécdota en sus letras como la de "Lucy in the sky with diamonds" y "Benefit of mr Kite", en eso, como ya he dicho, el documental es flojo. En general, no es el documental que el disco merecía. Se queda en aprobado justo aunque cualquier seguidor, como un servidor de los FabFour, disfrutará viéndolo, y volviendo a escuchar el disco por trillonésima vez. Un disco tan grande que no puede ni explicarse, y más grande hubiese sido aún si originalmente "Penny Lane" y "Strawberry fields forever" hubiesen formado parte de él. En cualquier caso, documental esencial para amantes de John, George, Paul y Ringo.


"White Gold", la miniserie de seis capítulos de la BBC2 que aquí emite Netflix, es oro puro, blanco para ser más exactos. Una serie tan canalla e hijoputesca que sólo podía salir de la Gran Bretaña. La serie dirigida y escrita por Damon Beesley (responsable de otras joyas como "Flight of the Conchords y The Inbetweeners) está ambientada en la ciudad de Essex durante los años 80, época de Thatcherismo, en la que tres hombres se desviven por hacerse millonarios vendiendo ventanas de PVC. El protagonista y líder es Vincet Swan interpretado magistralmente por Ed Westwick (visto antes en Gossip Girl, Hijos de los Hombres, Son of Rambow, etc, etc..). Westwick borda un personaje de lo más cabroncete que se permite chulearnos contínuamente mirando a cámara, y haciendo todo aquello que le haga sentir superior, machote y ganador cuando es un loser de cuidado. Sus dos compinches están interpretados por James Buckley y Joe Thomas (ambos de Inbetweeners) y como no, están geniales. Las féminas por su parte son divertidísimas, sobretodo Lauren O'Rourke (de This is England 90) haciendo de secretaria bobalicona y empanada, y Linzey Cocker (Shameless) magnífica como la señora Swan. Si no se ha visto nunca "Inbetweeners" esta "White Gold" sorprenderá, si ya la hemos visto apreciaremos un crecimiento locuelo por parte de su creador Beesley. La serie es una mamarrachada absoluta, carece de buen gusto y su sentido del humor es grosero y algo tontuno, pero por eso me encanta, por eso y por su genial banda sonora, la mejor que he escuchado en los últimos años repleta de éxitos radiofónicos de los ochenta. No es para todos los gustos, pero para seros sincero no puedo esperar más para ver la segunda temporada que ya se está grabando. Necesitamos a Vincent Swan, ya!


EILEN JEWELL/ DOWN HEARTED BLUES (2017)/ IT'S YOUR VOODOO WORKING

 

El anterior disco de Eilen Jewell, aquel "Sundown Over Ghost Town" del 2015, con el reposo y las atentas escuchas hicieron que acabará enamorado de él pero mis primeras impresiones fueron falta de swing y contundencia. Lógicamente estaba equivocado pero la comparación, inevitable, con el disco que hizo que nos conociésemos le hacía salir perdedor. "Queen of the minor key" es un favoritísimo en el hogar nikochiano, uno de esos discos que se vuelven indispensables, frescos, alegres y no exentos de calidad. Más aún cuando había disfrutado de su "Live at the Narrows" unos meses antes, pero es que en los directos Eilen se crece como ninguna. El disco anterior era más country y este "Down hearted blues", como bien indica su nombre, tiene mucho blues, no en vano ella misma comenta rendir homenaje a los pioneros del blues como Willie Dixon y Bessie Smith entre otros, además no se olvida de sus raíces, y del estupendo instrumento vocal que posee. Siempre acompañada por unos músicos magníficos, sobretodo esa guitarra de Jerry Miller que embruja y seduce como ninguna, el bajista Shawn Supra está de lujo y, el batería y esposo de Eilen, Jason Beek lo borda aunque, como digo, toda la banda está sobresaliente. El disco tiene ese aire blues, ese aire pre-british invasion, ese regusto a bourbon añejo,  ese toque agustito total, esa clase y ese boniquismo que parece no costarle en absoluto a Eilen, parece brotar de manera natural, espontáneamente. Las doce canciones del disco son versiones, sí, todas y cada una de ellas son temas ajenos, algunos míticos, temas del blues y el rhythm and blues, pero todos ellos están llevados al terreno de Eilen con maestría, al terreno del country, el folk, el swing, algo de jazzi y un poquito de ligero rocanrol. Todo en su justa medida, todo presentado maravillosamente por esta Reina, porque eso es lo que Eilen Jewell, y este disco, una auténtica joya. 


Eilen Jewel - Down Hearted Blues (2017): 01.- It’s Your Voodoo Working/ 02.- Another Night to Cry/ 03.- You’ll Be Mine/ 04.- Down Hearted Blues/ 05.- I’m a Little Mixed Up/ 06.- You Gonna Miss Me/ 07.- Walking with Frankie/ 08.- Nothing in Rambling/ 09.- Don’t Leave Poor Me/ 10.- Crazy Mixed Up World/ 11.- You Know My Love/ 12.- The Poor Girls Story.

El tema que abre el disco puede ser lo mejor de él, no lo niego. Al menos sí es el que entra mejor de primeras, con ese regusto sonoro a banda sonora Tarantiana. Una versión fabulosa de la canción original de Charles Sheffield que da paso a un bonito blues, "Another night to cry", que reconforta antes de otro temazo. Esta vez versionando a Howling Wolff, dotando a la canción de más ritmo, de swing, de buen rollismo. Magnífica versión que rememora el sonido pre-british invasion, de ese que amamantó a toda una generación del rock y el garaje, de los Stones a los Who, pasando por los Animals. Una maravilla que queda perfectamente aderezada con esa delicada voz de Eilen. Seguimos con la maravillosa "Down hearted blues" que da nombre al disco, original de Bessi Smith. que Eilen ayuda a pasar del jazz al country en un santiamén. Favoritísima. "I'm a little mixed up" con su sonido cinematográfico y "You gonna miss me" con el blues por montera, certifican que estamos ante un grandísimo disco ya sea o no de versiones. De lo que queda, todo notable, aunque cabe destacar la simpática "Walking with Frankie", la muy claptoniana "Nothing in rambling", "Crazy mixed up world" con aromas jazzi y el final con la fantástica "The poor gilrs story". Y nada más, Eilen ha firmado un disco sobresaliente, vale, de versiones..., pero qué versiones!

No es nada del otro mundo ni nada que ya no hayamos visto antes. No es la película perfecta ni definitiva, ni su guión es un prodigio ni sus interpretaciones son magistrales, aún así "Manchester frente al mar" engatusa y convence, atrapándome es una historia dramática, de culpa y dolor insoportable. El film dirigido y escrito por Kenneth Lonergan se revuelca en la modernidad indie/gafapastil, en el hype indiscrimado del aquí te pillo aquí te mato, en el elevar un film a los cielos cuando es muy terrenal, aunque sea de lo mejorcito visto en la Tierra los últimos meses, porque una cosa no quita la otra. La película es interesantísima y personalmente consiguió mi atención exclusiva durante las más de dos horas de su metraje pero dejando una sensación de vacío demasiado grande una vez finalizada. El film cuenta la historia de Lee Chandler, quién después de la muerte de sus hijos y su divorcio, decide vivir en modo zombie sin a penas contacto con su familia, hasta que su hermano mayor fallece dejando a su sobrino a u cargo, teniendo que volver a la ciudad donde perdió el alma y teniéndose que enfrentar a su pasado. Lee Chandler es Casey Affleck, el hermano bueno, el que sabe interpretar, aunque tampoco tanto. No es el palo en el culo de Ben pero tampoco es que sea el rey de la expresividad. En este caso el papel le va como anillo al dedo pero hay algo, ese no sé qué, que no me acaba de convencer. El Óscar ganado, como premio comercial está bien, como premio merecido a la interpretación va justito. Los secundarios cumplen de sobras, sobretodo Lucas Hedges como el sobrino de vida difícil que nunca lo ha tenido ni lo tendrá fácil y que está condenado a madurar a marchar forzadas. Creo que no dejo claro mi opinión no? A mi el fin me ha gustado, muy por encima dela media, pero todas las críticas y recomendaciones tenían mis expectativas por los aires. Es una película notable, bonita en su tristeza real, en su dolor cotidiano. Con excelentes planos e interpretaciones secundarias sobresalientes, pero tal vez demasiado calculada. Aún así, una de las películas esenciales del año pasado. 

Una de mis más ocultas debilidades, de aquellas que normalmente no acostumbro a citar cuando se me pregunta por mis bandas predilectas, es sin ningún tipo de duda la formación ingles The Tindersticks. Uno de esos proyectos de difícil catalogación y etiquetaje, de esos que requieren paciencia y tiempo que puede hacernos hipotecar nuestra vida, y en general requiere esfuerzo por parte del público que eso sí, al final siempre tienen su recompensa. La cabeza visible y líder indiscutible del grupo recae en la figura de Stuart A Stapples. todo un señor, quién siempre va muy bien acompañado, normalmente con un no parar de entradas y salidas pero siempre con un nivel excepcional como el de toda esta muchachada: Dickon James Hinchliffe (guitarra, violín, piano, y arreglos de cuerda y viento); Neil Timothy Fraser (guitarra y vibráfono); David Leonard Boulter (teclados y percusión); Alasdair Robert De Villeneuve (batería, percusión y trompeta); y Mark Andrew Colwill (baix). Stapples es el guitarra principal,  máximo compositor del grupo y voz, pero qué voz!!! de esas que salen de debajo dela tierra, densa, rugosa, cavernosa... potente y triste a la vez, con toques sutiles melancólicos. Sí, una voz única. Seguramente los dos primeros trabajos de Stapple con The Tindersticks son de esos para enmarcar, de esas que te cogen una época dolorosa sentimentalmente acabaran con toda seguridad formando parte de la banda sonora de tu vida, como es mi caso, y particularmente junto a su "Curtains" forman mi tripleta soñada de la banda. Brutales. Al comienzo del nuevo milenio la banda sufre un buen vacío creativo y sus nuevos trabajos no se encuentran al nivel esperado y deseado, y al final todo desemboca en una separación no oficial de la banda que será muy bien aprovechada por Stapples para dar vía libre a una carrera en solitario, el año 2005 con "Lucky dog recordings" y en el 2006 el trabajo del que hoy quería contaros cuatro cosas, el sensacional "Leaving Songs". Poco después de esta aventura en solitario los Tindesticks vuelven al trabajo y desde el 2008 hasta la actualidad han estado entregando notables discos pero siempre lejos de sus grandes obras del pasado e incluso de este "Leaving Songs" que fácilmente podría formar parte del catálogo de la banda. 


Stuart A Stapples - Leaving Songs (2006): 01.- Goodbye To Old Friends/ 02.- There Is A Path/ 03.- Which Way The Wind/ 04.- This Road Is Long/ 05.- One More Time/ 06.- Dance With An Old Man/ 07.- That Leaving Feeling/ 08.- Already Gone/ 09.- This Old Town/ 10.- Pulling In To The Sea.

No resulta demasiado difícil colocar a Stapples junto a los cantantes de voz tempestuosa, como un Cave azucarado o un Cohen más pop. y claro, Lenny es su absoluto referente, su mentor, el espejo donde mirarse. Si te gusta Lenny te gustará Stu, y si resulta que eres muy fan de The Tindersticks no podrás dejar escapar este enorme y fantástico disco que además tiene un cierto regusto, un aroma ambiental muy similar al de los Lambchop, por culpa seguramente de  Mark Nevers asociado a la banda de Nashville pero que también ha trabajado con Jason Isbell, Bonnie "Prince" Billy, Howe Gelb y animales de similar pelaje. Las canciones de este trabajo dejan algo de lado el toque dramático y la complejidad jazz que acostumbramos a escuchar en los discos de Tindersticks para vestirse con más sencillez, con más naturalidad como por ejemplo la guitarra que abre "Old Friends", canción muy larga para abrir el disco que se hace más grande cada segundo pasado, muy Cave y eso siempre es buena noticia. Una de mis favoritas es "The Path", si cierras los ojos y te concentras la voz de Stapples te arrastra al fondo del mar, entre Cohen y Kurt Wagner, es decir, divina. La guitarra nos continua dando alegrías en "Wich way the winds" y por un momento parece aparecer en nuestras caras una leve sonrisa de felicidad gracias a unos arreglos preciosos. La sombra de Kurt Wagner vuelve a aparecer en "The road is long" donde nos encontramos con un excelente dueto al lado de Maria McKee, de esos que enamoran. Otro dueto, esta vez con Lhasa de Sela, que responde al título de "That leaving feeling", ojo que puede ser la mejor canción del disco, nos teletransporta al "Curtains" de los Tindersticks pero antes de eso nos habíamos topado con "Dance with an old man" donde la única presencia de la voz de Stapples nos pone la piel de gallina. En la parte final de este "Leaving Songs" encontramos tres tema del que sin duda destacaría "This old town" con su regusto desértico y sus guitarras tex-mex, muy similar a temas ideados por el gran Howe Gelb. Antes sonaba "Already gone" que no me acaba de gustar ni convencer del todo, para cerrar brillantemente con la más que notable y preciosa "Pulling into the sea". Así pues Stuart A Stapples firma un disco en solitario de una grandísima calidad con canciones espléndidas que podríamos encontrar en cualquiera de sus trabajos con los Tindersticks. 

*post aparecido originalmente en NSVSR y EXILE SH Magazine por Nikochan