Sin Escobar parecía poco probable una tercera temporada de Narcos. Sin Walter Moura se perdía mucho del encanto de la serie, sin su regulera pero entrañable actuación la serie parecía perder encanto y mucho del gancho que había lucido. Visto la tercera temporada tengo que reconocer que está a la altura en términos generales pero que me parece algo inferior que la T1 y la T2. La sombra dejada por el personaje principal es demasiado alargada y aunque aplaudo los esfuerzos realizados no se consiguen los resultados deseados. A la serie le falta mojo, chispa, no sé, le falta eso que la hacía diferente. Sigue siendo de nivel impecable pero todo se vuelve repetitivo y en ocasiones aburrido. Le sobra más de un episodio y la trama no acaba de tener el ritmo adecuado. La historia de los hermanos Orejuela líderes del cartel de Cali no me acaba de engatusar, los actores que los interpretan no me convencen, como tampoco lo hace Alberto Ammann con su Pacho. La presencia de Javier Cámara, Miguel Ángel Silvestre y Tristán Ulloa es, no secundaria, sino casi testimonial, poca chicha para unos personajes que merecían más. Decepcionante el papel casi protagonista de Matias Varela interpretando a Jorge Salcedo, no me ha gustado nada y es uno de los puntos que han provocado esa sensación de regulería. En cambio, sorprenden Arturo Castro como David, el hijo de Miguel Rodríguez Orejuela (visto en Broad City) y sobretodo Kerry Bishé, la maravillosa Donna Clarck de "Halt and Catch Fire". Siguiendo el mítico Peña (Pedro Pascal) al pie del cañón. En fin, un reparto más internacional que nunca, una historia más coral de lo imaginado, menos acción y más crítica social, menos magia y leyenda... esta temporada 3 de Narcos es algo peor que las dos anteriores y cuesta pensar en una cuarta entrega. Por el bien de la serie esperemos que esta tercera temporada haya supuesto el final de una serie notable que no sobresaliente.
Sin invitados y con Mark Ronson en la producción, Homme y la Reinas de la Edad de Piedra, anunciaban a bombo y platillo que volvían a primera línea con canciones nuevas para dar forma al que es ya su octavo disco de estudio, "Villains". Un disco corto en minutaje y algo más ligero que su predecesor, el descomunal y mortífero "..Like Clockwork" del 2013. Hacía nada más y nada menos que cuatro añazos desde aquel gran disco, cuatro años donde Homme ha podido hacer un poquito de todo, menos ponerse manos a la obra y darnos el deseado segundo disco de "Them Crooked Vultures", eso sí, parió en 2015 con su banda paralela, Eagles of Death Metal, un disco notable y divertido llamado "Zipper Down", y participó en la resurrección de la Iguana Iggy en su último y grandioso disco "Post Pop Depression" (2016). Homme no ha parado desde el último disco de la "reinonas" pero desde luego esas dos referencias son lo más interesante en estos años. Nuestro pelirrojo favorito reúne a la banda al tener ya unas cuantas canciones nuevas, les dan la puesta apunto y bien engrasadas se las presentan a Mark Ronson que añade la chapa y pintura necesaria para gustar al primer contacto. El trabajo realizado por la banda: Theodore, Fertitia, Shuman, Van Leeuwen y el propio Homme, es como siempre excelente. Sus señas de identidad siguen intactas a pesar que en algún tema se note la mano de Ronson con palmaditas molonas y ritmillo rabiable pero, francamente, siguen siendo los mismas reinas de la edad de piedra. QOTSA son una grandísima banda, una de las pocas que sigue teniendo los riff de guitarra como núcleo central de su trabajo, de sus ideas y canciones, todo gira alrededor de la guitarra y eso es de agradecer. Esto es buen ROCK, y punto. No le busquemos tres pies al gato. Valiéndose de su humor raruno titulan al disco como "Villains" en homenaje al "Heroes" de su ídolo Bowie, del que Homme está tirando últimamente muy mucho que no demasiado, y continúan con una estética demoníaca alucinante, recordando la portada al Fauno de Del Toro. Otro guiño que me enamora. Pues bien, esto no tendría importancia sin las canciones y os aseguro que lo que contiene este "Villains" es una maravilla que no podemos dejar pasar ni escuchar este 2017, año que conforme llega a su final nos entrega más grandes discos.
Queens of the Stone Age - Villains (2017): 01.- Feet Don’t Fail Me/ 02.- The Way You Used To Do/ 03.- Domesticated Animals/ 04.- Fortress/ 05.- Head Like A Haunted House/ 06.- Un-Reborn Again/ 07.- Hideaway/ 08.- The Evil Has Landed/ 09.- Villains Of Circumstance.
"Feet don't fail me" se despereza a cada segundo para abrir un grandioso disco. Los coros entran al trapo y teclados de otra época emergen con lentitud hasta que llegamos al clímax con el riff poderoso y la voz desafiante de Homme. Estupendo. Un temazo demoledor que da paso al single del disco, single que por cierto hizo temblar a muchos de los fans de la banda pues la influencia de Ronson se nota muchísimo, dando un tema más comercial de lo normal, aunque nada que discutir de "The way you used to do", pues es una canción irresistible. Debajo de las palmaditas, ruidismos varios y los riffs molones están las reinonas de siempre, como bien demuestran con "Domesticated animals", el tema gigantesco del disco, el que sí consigue equilibrar el por donde iban y a donde van. En cambio en "Fortress" aparece la vena más comercial, con ecos sonoros a Bowie, uno de los grandes referentes de Homme. "Head like a haunted house" es rara de cojones, parece un tema bastardo de los monos árticos con las águilas del death metal, así al menos la veo yo. Gamberra, algo punkera y acelerada. No es de lo mejor del disco, pero "Un-reborn again", sí. Podría perfectamente estar en su disco anterior, recuerda muy mucho a Bowie e incluso al mejor Bolan, y tiene suficientes matices y cambios para volarnos la quijotera, dando pistoletazo a un final de disco sobresaliente. "Hideaway" hipnotiza mientras que "The evil has landed" es puro QOTSA. Temón. Cierran el disco con una de sus baladas rockeras del siglo veintiuno, cierran así un excelente disco que aún estando por debajo de lo entregado años atrás tiene la virtud de mantener las señas de identidad y abrirse nuevos caminos al mismo tiempo que nos engancha sin remordimientos.
No creo que sea bueno retomar una idea, genial idea, que llevaste a cabo hace casi cuarenta años y que gustó y arrasó en el planeta. Nunca es buena idea revisar dicha idea porque ya no será original, ni pura. "Alien, el octavo pasajero" es una obra maestra del cine de terror, se mire como se mire, copiada, homenajeada y "revisada" millones de veces. La saga Alien, la orginal, la de cuatro películas me encantó pues partiendo de la idea original siempre daba un paso adelante, un paso valiente, siempre con el mismo hilo conductor, utilizando estilos y directores diferentes: Ridley Scott (Alien), James Cameron (Aliens), David Fincher (Alien 3) y Jean-Pierre Jeanot (Alien: Resurrection). Cada una avanzando libremente respetando una reglas básicas. Todas interesantísimas aunque ninguna superase a la original. Hace unos años la fiebre por los "remakes", los "reinicios", los "homenajes" velados con la vuelta de todo, de Star Wars, Star Treck, Terminators, y hasta este año "Blade Runner"!!! (ya no se respeta nada, eh? señor Scott), a Ridley le dio por retomar Alien sin retomarlo, es decir, volver a la nave que encontró Ripley en su Nostromo, y darle una vuelta de tuerca. "Prometheus" no era nada del otro mundo pero como película funcionaba bien si la separábamos de la saga, a mi me gustó, de hecho, Scott así lo dijo, buscaba un nuevo punto de interés, el de los "ingenieros", para pronto quitarse la careta y ver que su "alien" seguía en mente, cosa que con esta "Alien: Covenant" ha confirmado. Esta nueva entrega es muy "Alien", se olvida de los "ingenieros" (aunque salgan) y sigue el camino del blockbuster. La nueva película funciona, y lo haría mejor si nos olvidásemos de todas las anteriores cosa imposible por cierto. Hay algunos fallos de guión estúpidos e infantiles, y demasiada repetición con lo ya visto pero en general la película funciona bastante bien "homenajeando" el universo que el mismo Scott creó. La estrella del tinglado vuelve a ser Fassbender, notable en su doble papel, y el resto hace lo que puede para secundarle. La heroína de la historia (Katherine Waterston) no me convence, no es lógicamente Sigourney Weaver, ni tampoco Noomi Rapace, a la que me hubiese gustado ver aquí. Anecdótica la presencia de la propia Noomi Rapace, de James Franco y de Guy Pearce, y un aprobado justito (y la enésima oportunidad) para Billy Cudrup. No voy a desvelaros nada importante pues poca gracia tendría aunque todo se vea venir a leguas. La nueva nave, Covenant, viaja a un planeta para colonizarlo con miles de personas crionizadas. Por el camino surgen mil problemas, una llamada misteriosa de un planeta que está al ladito de la nave y es mejor que el de destino. Es el planeta de los "ingenieros".. y hasta aquí puedo leer... Y, qué coño, os diré algo... está bien que por una vez no ganen los buenos!!! "Covenant" no es nada del otro mundo. Funciona, no diré que no, en un primer visionado que creo no aguantaría un segundo. Imposible de aprobar si la comparamos a la saga original, no ya a la primera película de Ridley Scott que es insuperable, pero como digo, todo está bien engrasado y Fassbender lo borda. Film visualmente fantástico pero carente de alma.
Australina, de Adelaida para más señas y afincada en Melbourne en la actualidad. Rockera de rompe y rasga con unos cuantos discos ya en su haber, por tanto no estamos hablando de una jovencita cabreada con el mundo, pero sí de un talento al que le ha costado mucho sacar la cabeza. Tal vez este paso adelante en cuanto a recibir el foco de atención se lo deba de algún modo a su colaboración con su amiga Courtney Barnett quién se marcó hace un par de años uno de esos discos de escándalo y poderío, aquel "Sometime I sit and think, and sometime I just sit" fue una de las agradables sorpresas del 2015 y algo de aquel encontramos en este disco de Jen Cloher sin título alguno. En el disco no sólo encontramos a Barnett sino también al guitarrista de los Drones Dan Luscombe y al genial Kurt Vile, ambos están actualmente orbitando alrededor de Barnett, es decir, todo queda en casa. El tema que abre el disco es el colaborativo entre las dos compinches, entre Jen y Courtney. Una delicia que sin disimulo, al igual que el segundo tema, el titulado "Analysis Paralysis", bebe de la esencia Velvetiana. "Forgot Myself" tiene una guitarra lenta pero muy musculosa, un ritmo adormilado pero rotundo, un no sé qué que embruja, en cambio "Analysis Paralysis" tiene ese ritmo trotón que tanto usaba Lou cuando pertenecía a la factoría Warhol. Magnífica. No es un disco fácil, ni de fácil escucha. Es un disco más que notable, sobresaliente. Un disco que necesita ser escuchado a fuego lento y es entonces cuando sale triunfador. Una escucha rápida y sin atención por el detalle puede llevarnos a un juicio e impresión equivocada. No es un disco perfecto pues sí hay altibajos y la sensación de repetición conforme avanza el minutaje agradeciendo que todo se vuelva más "easy" y acústico para el final pero en el trayecto encontraremos verdaderas perlas como por ejemplo "Regional Echo, "Shoegazers", creo que es la mejor de la hornada, y "Loose Magic" que personalmente me vuelve tarumba. Por el medio, destacables temas como "Strong Woman" o el maravilloso final acústico con "Dark Art" que nos deja un gran sabor de boca, y unas ganas locas de recomendar este disco que seguro no estará en casi ninguna lista de lo mejor del año aunque no debería faltar en ninguna de ellas.
Jen Cloher - Jen Cloher (2017): 01.- Forgot Myself/ 02.- Analysis Paralysis/ 03.- Regional Echo/ 05.- Shoegazers/ 06.- Strong Woman/ 07.- Kinda Biblical/ 08.- Great Australian Bite/ 09.- Loose Magic/ 10.- Waiting In The Wings/ 11.- Dark Art.
La resolución de esta magistral serie galesa ha estado a la altura. Sus cuatro últimos episodios han cerrado el círculo y han resuelto con sencillez y clase una historia central que durante la segunda temporada se había difuminado un algo para volver con fuerza en el último episodio de aquella temporada. Hinterland (T1, T2) no es perfecta pero tiene todos los ingredientes que me gustan. Buenos guiones e interpretaciones, una fotografía y atmósfera descomunales (el paisaje es otro personaje más), interesantes casos por resolver y uno central que está presente desde el primer episodio. Sí, los episodios son largos en metraje, casi mini-películas, pero nunca se hacen largos ni pesados, lo que dificulta sin duda un maratón televisivo aunque yo me lo haya metido entre pecho y espalda. La resolución de la serie, pues creo que no habrá cuarta temporada, colma mis expectativas. El inspector Mathias se mete en un berenjenal y su superior no es trigo limpio, hay demasiadas frutas podridas y al final la mierda siempre sale a flote. Atrás queda la anécdota de estar grabada en galés e inglés, no doblado, cosa extraña y peculiar, y atrás queda que forme parte de las mil y una series sobre detective atormentado en un ambiente rural. La serie es de notable alto, no es nada comercial por suerte, y es un producto magnífico del catálogo de Netflix que a nadie en su sano juicio debería pasarle por alto. Decía que su final no augura una cuarta temporada pero cruzo los dedos porque sí acabe rodándose, un servidor quiere saber más sobre Mathias. Rumores de haberlos haylos, crucemos los dedos.
La pequeña y antigua localidad irlandesa de Ballyshannon vio nacer un 2 de Marzo de 1948 a una de las grandes leyendas de la guitarra y a una de las figuras esenciales del blues-rock, vio nacer y crecer a Rory Gallagher quién a los quince años ya tocaba en mil y un garitos, pero no fue hasta la creación del trío "Taste" que se le reconoció su inmenso talento. Con la base en la ciudad de Cork los Taste a partir de 1966 comenzaron a engrasar la maquinaria y con el disco debut homónimo en 1969 y sobretodo con "On the Boards" en 1970 conocieron el éxito, y con el éxito vinieron las disputas y Rory acabó partiendo peras e iniciando una carrera en solitario con un nuevo disco llamado sencillamente "Rory Gallagher" en 1971, un disco de esos que mirando hacia atrás se antoja imprescindible. A partir de este momento el talento y la creatividad de Rory se disparan, sus directos son brutales, y su fama a las seis cuerdas se hace mundialmente famosa, tanto nivel tenía el amigo Gallagher que superaba en crítica al mismísimo mano lenta Clapton y se le ofreció en más de una ocasión formar parte de las Satánicas Majestades Stonianas, creo que llegó a tocar con ellos en algunos conciertos por tierras holandesas, aunque el carácter irlandés de Rory no ligaba demasiado bien con la dictadura de los Glimmer Twins. Rory conforme pasan los años va perfeccionando su forma de componer y tocar, además de su manera de beber, exagerada y sin fin. Su mejor disco de siempre tal vez sea "Tattoo" (1973) aunque como imagináis mi favorito es el disco que hoy nos ocupa, el maravilloso "Calling Card", después tiene discos buenos y brutales, pero el debut, este par comentados y lógicamente "Deuce" son imprescindibles. Volviendo a "Calling Card", es curioso que cuando el mercado musical se vuelve más rockero con la llegada del punk y más variado en propuestas, es cuando Rory decide realizar un disco con influencias más jazzísticas, dejando de autoproducir el disco como siempre había hecho para colaborar en dicha producción con el bajista de Deep Purple Roger Glover quién sin duda realiza un espléndido trabajo en el estudio. Como músicos Gallagher cuenta con Gerry McAvoy al bajo, Lou Martin a los teclados y Rod de'Ath a la percusión, teniendo él todo el protagonismo a todos los niveles. Nunca su voz suena mejor, nunca su forma de componer es tan certera y como siempre, su guitarra dispara demoledores riffs.
Rory Gallagher - "Calling Card" (1976): 01.- Do You Read Me?/ 02.- Country Mile/ 03.- Moonchild/ 04.- Calling Card/ 05.- I'll Admit You're Gone/ 06.- Secret Agent/ 07.- Jacknife Beat/ 08.- Edged In Blue/ 09.- Barley And Grape Rag/ 10.- Rue The Day (Bonus Track)/ 11.- Public Enemy No. 1 (B-Girl Version)(Bonus Track)/ 12.- Where was I'm going to? (Bonus Track)
Rory Gallagher consigue llamar poderosamente nuestra atención desde el primer segundo del disco, consigue atraparnos en su mundo, en su atmósfera mágica y envolvente. La intro inicial de "Do you read me?" es absolutamente genial, con esa entrada tan rocanrolera, tan sonido setenta, tan putoámica. Sin duda estamos ante un tema de esos míticos que todo bicho viviente debería escuchar día sí día también, me copian? El woogie-woogie de "Country Mile", perdónenme ustedes pero.., me la pone dura. Riffs infecciosos y un solo de guitarra marca de la casa espectacular. La dureza guitarrera va subiendo poco a poco de nivel, esta vez toca disfrutar de la hardrockera "Moonchild", que lleva en su ADN el ABC del rocanrol, parece sencillo pero no lo es, es una brutalidad de tema que en su riff parece enseñar por donde deben ir los tiros en esto del hard-rock. Entonces Rory nos da una pausa con el tema que da nombre al disco, "Calling Card" es un tema inclasificable, un tema demoledor de blues-rock con esencia jazzística, el guitarra parece haberle enseñado al gran guitarrista Neils Cline de Wilco como hay que tocar rock con clase y emoción. Una canción que a nivel de composición resulta insuperable, bonica, deliciosa, mítica, seductora, otoñal... el bajo y los teclados vistiendo de gala el tema, y un Rory vocalmente perfecto. Temón. "I´ll admit your're gone" es tal vez mi tema favorito del disco, un tema folk con esencia sixtie, con hechuras kinkinianas, un tema, podríamos decir muy muy muy Dave Davies, tanto en su construcción como en su interpretación, si cerramos los ojos podemos imaginar perfectamente al pequeño de los Davies poniéndonos la piel de gallina o al mismísimo Rod Stewart dejándonos el corazón como un guiñapo. Con "Secret Agent" retoma Gallagher el camino del hard-rock, estamos ante un temazo para cargar pilas y desnucarse moviendo la quijotera al ritmo que marca la música. La sombra de sus admirados "Little Feat" aparece en la monstruosa "Jack-Knife Beat" y en "Edged in blue" marca la pauta de las guitarras de finales de los setenta, un tema que con las escuchas va enamorando y a día de hoy es uno de mis favoritos. El disco original lo cerraba "Barley and Grape Rag", un tema acústico grabado en directo en el salón del estudio con los músicos a su alrededor, ya sabemos de donde Jack White saca sus coqueterías no?. En la reedición del disco de 1999 aparecen dos bonus tracks: "Rue the day" y "Public enemy", ambos grabados en San Francisco. El primero de ellos con una armónica descomunal y un rocanrol incendiario a la vieja usanza, y el segundo es la primera versión del tema que aparecería en "Top Priority" que me gusta más aunque está versión es muy curiosa. En 2012 apareció otra nueva reedición del disco con otro tema extra llamado "Where was I'm going to?" al que nunca le he pillado la gracia, al que no veo en todo el contexto del disco y queda simplemente como una anécdota de un disco imprescindible, una POM del rock y sin duda el mejor disco de Rory Gallagher, uno de los maestros de la guitarra, un genio, un artista brutal al que habría que reivindicar más a menudo.
Rory Gallagher consigue llamar poderosamente nuestra atención desde el primer segundo del disco, consigue atraparnos en su mundo, en su atmósfera mágica y envolvente. La intro inicial de "Do you read me?" es absolutamente genial, con esa entrada tan rocanrolera, tan sonido setenta, tan putoámica. Sin duda estamos ante un tema de esos míticos que todo bicho viviente debería escuchar día sí día también, me copian? El woogie-woogie de "Country Mile", perdónenme ustedes pero.., me la pone dura. Riffs infecciosos y un solo de guitarra marca de la casa espectacular. La dureza guitarrera va subiendo poco a poco de nivel, esta vez toca disfrutar de la hardrockera "Moonchild", que lleva en su ADN el ABC del rocanrol, parece sencillo pero no lo es, es una brutalidad de tema que en su riff parece enseñar por donde deben ir los tiros en esto del hard-rock. Entonces Rory nos da una pausa con el tema que da nombre al disco, "Calling Card" es un tema inclasificable, un tema demoledor de blues-rock con esencia jazzística, el guitarra parece haberle enseñado al gran guitarrista Neils Cline de Wilco como hay que tocar rock con clase y emoción. Una canción que a nivel de composición resulta insuperable, bonica, deliciosa, mítica, seductora, otoñal... el bajo y los teclados vistiendo de gala el tema, y un Rory vocalmente perfecto. Temón. "I´ll admit your're gone" es tal vez mi tema favorito del disco, un tema folk con esencia sixtie, con hechuras kinkinianas, un tema, podríamos decir muy muy muy Dave Davies, tanto en su construcción como en su interpretación, si cerramos los ojos podemos imaginar perfectamente al pequeño de los Davies poniéndonos la piel de gallina o al mismísimo Rod Stewart dejándonos el corazón como un guiñapo. Con "Secret Agent" retoma Gallagher el camino del hard-rock, estamos ante un temazo para cargar pilas y desnucarse moviendo la quijotera al ritmo que marca la música. La sombra de sus admirados "Little Feat" aparece en la monstruosa "Jack-Knife Beat" y en "Edged in blue" marca la pauta de las guitarras de finales de los setenta, un tema que con las escuchas va enamorando y a día de hoy es uno de mis favoritos. El disco original lo cerraba "Barley and Grape Rag", un tema acústico grabado en directo en el salón del estudio con los músicos a su alrededor, ya sabemos de donde Jack White saca sus coqueterías no?. En la reedición del disco de 1999 aparecen dos bonus tracks: "Rue the day" y "Public enemy", ambos grabados en San Francisco. El primero de ellos con una armónica descomunal y un rocanrol incendiario a la vieja usanza, y el segundo es la primera versión del tema que aparecería en "Top Priority" que me gusta más aunque está versión es muy curiosa. En 2012 apareció otra nueva reedición del disco con otro tema extra llamado "Where was I'm going to?" al que nunca le he pillado la gracia, al que no veo en todo el contexto del disco y queda simplemente como una anécdota de un disco imprescindible, una POM del rock y sin duda el mejor disco de Rory Gallagher, uno de los maestros de la guitarra, un genio, un artista brutal al que habría que reivindicar más a menudo.
*Post aparecido originalmente en Exile SH Magazine por Nikochan
Como a tantos directores actuales, a Alex de la Iglesia parece que los plomos se le habían fundido. Tampoco es que su carrera sea un no parar de éxitos y grandes películas pero sí que es verdad que su estilo, reconocible por todos y plagiador de otros, gustaba bastante en el hogar nikochiano sin, digamos tampoco, volvernos locos. Siempre podemos nombras un poker de buenas películas suyas, que no excelentes, sin riesgo a errar el tiro pero como decía parecía que había perdido el norte, al menos hasta la llegada de "El Bar", su último film estrenado donde De la Iglesia recupera un algo el pulso de antaño y nos hace pasar un gran rato. La idea "buñuelesca" de encerrar a un grupo de personas (esta vez en un bar) debido a algún suceso de difícil explicación no es nueva, pero desde luego el inicio del film funciona a la perfección, con un ritmo demoledor, unos personajes suculentos, una atmósfera acongojante y un humor a la altura, lástima que conforme pasan los minutos y la historia avanza el film se vaya descafeinando demasiado, hasta volverse una chufla. Cuenta el director con un plantel a su medida donde cabe destacar a la desaparecida Terele Pávez y a Secun de la Rosa, sin duda lo mejor del film, y sorprende ver de esa guisa a Mario Casas, como sorprende que entendamos cuando habla. El resto cumple y se amolda al estilo De la Iglesia. No es una película diez pero sí es lo suficientemente entretenida como para hacernos pasar un buen rato. Sin duda el mejor trabajo de Alex de la Iglesia en años.
Tal día como hoy llegó al mundo Charles Edward Anderson Berry y el 18 de marzo del 2017 "Mr Rock and Roll" se fue de este mundo dejándonos en herencia la música que más nos gusta, innumerables canciones que han influido en todo y en todos. Y se fue a lo grande, con un gran disco bajo el brazo. Chuck Berry deja un legado descomunal, una historia maldita y el abc de lo que es ser una estrella de rock. Él era el Rock. Llevaba 38 años sin grabar un nuevo disco de estudio, tal vez demasiado, pero durante este tiempo ha ido trabajando en él, pues como le dijo a su esposa Themetta: "Mi amor, me estoy haciendo viejo. He trabajado mucho para hacer este disco. Es el momento de guardar mis zapatos". Con noventa años, Chuck Berry, dice estar envejeciendo, dice estar cansado pero sigue rocanroleando como el primer día. Su energía, su carisma, sus riffs, y su voz canalla siguen estando ahí, nada ha cambiado. Bueno sí, nosotros. Para su último disco Chuck se rodeó de buenos amigos y familia. En la grabación aparece su buen amigo Jimmy Marsala que fue su bajista durante cuarenta años, Robert Lorh al piano y Keith Robinson a la batería, curiosamente están presentes sus hijos: Ingrid Berry a los coros y armónica, y Charles Berry Jr, como no, a la guitarra. El sonido del disco es el sonido de Berry, su sonido, el del rocanrol. No hay trampa ni cartón, ni postureo ni modernidad alguna. Hay esencia y verdad. Pureza. "Wonderful woman" abre el disco, en esta canción colabora Gary Clark Jr, dándole este toque del nuevo milenio pero sin salirse del tiesto. Un tema fantástico dedicado a su esposa. En "Big Boys" hay ese riff característico, eso que queríamos oír, que deseábamos volver a sentir. Y en esta canción hay dos colaboraciones de lujo: Tom Morello y Nathaniel Rateliff. Casi ná. No es mi intención diseccionar el disco tema a tema, pues es un artefacto demoledor de rocanrol, sin altibajos. Claro que tengo mis favoritas como "You got to my head", "Darling" y "Lady B. Good", pero es que todo el disco es fantástico. El cierre blusero de "Eyes of a man" es muy destacable pero como digo todo el disco es para enmarcar. El disco de una leyenda, de uno de los más grandes. El disco con el que se despidió de todos nosotros. Gracias por todo señor Rocanrol.
Chuck Berry - Chuck (2017): 01.- Wonderful Woman/ 02.- Big Boys/ 03.- You Go To My Head/ 04.- 34 Time (Enchiladas)/ 05.- Darlin’/ 06.- Lady B. Goode/ 07.- She Still Loves You/ 08.- Jamaica Moon/ 09.- Dutchman/ 10.- Eyes Of Man
Me recomendaron GLOW y, yo la he visto y disfrutado pero ciertamente no es gran cosa. Netflix tiene esa facilidad para darnos series disfrutables que tampoco son para tanto. Es una gran creadora de guilty pleasures, como esta GLOW, la serie sobre wrestling femenino. "Gorgeus Ladies Of Wrestling" fue una liga femenina de luchadoras televisada en los ochenta, de ahí sale la idea de esta serie que es una tontá pero que tiene algo que engancha. El piloto prometía algo más para luego ir bajando un poco el nivel y las expectativas, pero ciertamente la interpretación de la protagonista Alison Brie es excelente. Aunque pretende ser coral al final se queda en una lucha entre Brie (Ruth) y Marc Maron (Sam Sylvia) sin duda lo más destacado de una serie que vuelve a hurgar en el aroma ochentero pero que en la mayoría de ocasiones se queda en la superficie, no va más allá y mantiene una "blancura" que no se entiende, porque de ser más arriesgada y porculera se hubiese convertido sin duda en una de las series de la temporada y no en esa serie simpaticona. Está bien pero no mata, no es muy buena pero tampoco nos engañaremos, la he disfrutado mucho.
Escuchando el nuevo trabajo de los canadienses Elliott Brood, su "Ghost Gardens", a uno le viene a la cabeza ese sonido que les caracteriza y que les lanzó a la fama en el 2005 con la aparición de su primer LP titulado "Ambassador" aunque ya habían mostrado sobradas muestras de calidad con el EP "Tin Type" del año anterior. Un servidor les conoció gracias al temazo "Second Son" de su primer disco, disco con el que me hice en poco tiempo y que aún disfruto. De ahí recuerdo verles en uno de aquellos "caprichos de Apolo" de la sala barcelonesa y meses después en la pequeña y coqueta sala Heliogàbal, donde ya acabé enganchado a ellos para siempre, pues pocas veces uno puede disfrutar de una banda de esa guisa ni a dos metros de distancia (y sentado en un sofá) con un trío de esta calidad y energía. Cada disco suyo ha sido adquirido y disfrutado por un servidor, observando y paladeando su maduración y crecimiento sonoro. "Mountain Meadows" (2008), "Days Into Years" (2011) y "Work and Love" (2014) son tres joyas descomunales. Como decía, escuchando las nuevas canciones de los de Toronto a uno le viene ese recuerdo del Heliogàbal, esa fuerza, esa energía y a la vez sencillez que les caracterizaba, esa mezcla de country con el lado salvaje del punk. Y creo que esa sensación se ve aumentada al saber que todas estas nuevas canciones son viejas canciones. Leí en algún sitio que eran nuevas canciones con viejos sonidos o eran viejas canciones con nuevos sonidos? no lo recuerdo, en cualquier caso esas canciones estaban en un cajón olvidado, y por suerte para nosotros han sido retomadas, regrabadas y puestas a punto con el toque de banjo, mandolina e incluso me atrevería a decir que la maleta Samsonite de Pitkin está presente otra vez en forma de bombo. Mark Saso, Casey Laforet y Stephen Pitkin siguen demostrando que son una magnífica banda de death-country, frontier-rock, alternative-rock, alt-country... o como queráis llamarlo, simplemente buena música.
Elliott Brood - Ghost Gardens (2017): 01.- Til the Sun Comes Up Again/ 02.- Dig a Little Hole/ 03.- Gentle Temper/ 04.- 2 4 6 8/ 05.- The Fall/ 06.- Adeline/ 07.- The Widower/ 08.- Thin Air/ 09.- T.S. Armstrong/ 10.- Searching/ 11.- For the Girl.
Los primeros acordes algo tímidos se aceleran de la mano de Saso y toman cuerpo como lo hacían años atrás en "Ambassador". Un tema estupendo muy marca de la casa, con Saso desgañitándose y hacer lo difícil, fácil. Un inicio maravilloso que empalma con una de las mejores canciones del disco, "Dig a little hole", esta vez cantada por Laforet muy bien acompañado a las voces por Saso, como siempre, sus voces empastan de lujo. Un tema magistral, con un ritmo infeccioso y un ramalazo pop en su estribillo que quita el hipo. "Gentle Temper" es muy americana se mire como se mire, tiene hechuras de M Ward, de Conor Oberst e incluso de Ryan Adams. Preciosa de principio a fin, es un tema que gana con las escuchas. "2 4 6 8" es ese tema perdido del "Ambassador" que pedíamos a gritos, es un tema country-punk de la ostia pues tiene ese desarrollo de guitarras tan fantástico y tan, tan, tan "londocallero", ya me entendéis, los Clash están aquí muy presentes y ese riff roza el plagio, como la canción de los Clah robaba del "Dead End Street" de los Kinks. "The Fall" es otra joya oculta. Otra maravilla sin discusión alguna. "Adeline", de belleza extrema, es una balada preciosa que sin disimulo apunta a la bajada de revoluciones del disco con un piano y un banjo en estado de gracia. El disco desde este momento se vuelve muy tranquilo como demuestran los canadienses a ritmo de Walz con su "Widower" donde un piano ensoñador saca la cabeza. "Thin air" es una pequeña delicatessen instrumental que nos conduce al final del disco con dos piezas cortas pero deliciosas: "T.S. Amstrong" y "Searching" que son bocetos o pequeñas muestras de canciones, pues parecen casi inacabadas. Finalmente, cierran el disco con la maravillosa "For the girl" donde la mandolina nos hace estremecer. Elliott Brood son una grandísima banda de minorías, unos favoritos en la Isla Nikochiana, y su nuevo disco simplemente ha resultado ser sobresaliente a pesar de haberse creado a partir de canciones inacabadas encontradas en un pendrive de un cajón abandonado.
Jarmusch es uno de mis directores favoritos de los últimos años. Me encantan sus películas y como le da la vuelta a los estilos, incomodando y sorprendiendo a la vez. Ya sea una comedia romántica (Flores Rotas), un western (DeadMan), una de yakuzas (Ghost Dog) o cualquiera de sus increíbles colecciones de historias (Night on Earth, Coffe and cigarrettes). Una nueva "Bajo el peso de la ley" resulta imposible, esa grandeza sólo ocurre en contadas ocasiones pero me comentan que "Paterson" es muy grande y me falta su visionado, pendiente también tenía su "Only lovers left alive", su deconstrucción del cine vampírico y la otra noche pude darle un buen mordisco. La verdad, lo reconozco, no sabía muy bien de que iba el film, no sabía de su contenido vampírico. Mi única información era que contaba con tres actores muy de mi agrado: el ya fallecido John Hurt, la promesa Tom Hiddelstron y la inconmensurable Tilda Swinton (demasiado buena para este mundo). La película está ambientada entre Detroit y Tánger, entre los pensamientos y vivencias de una pareja de amantes vampiros, una historia que en mi opinión nunca acaba de funcionar debido a un guión demasiado snob, gafapastil y ombliguista. Sabe mal decirlo pero el film de Jarmusch es aburrido y no sabe muy bien ni a donde va ni a donde pretende llevarnos. Y es una lástima porque sus primeros veinte minutos eran muy prometedores. Solo para fieles seguidores de Jarmusch que pueden dejar de serlo después de este film al que solo lo salva Tilda Swinton.
El 11 de Agosto de 1976 en los estudios Indigo de Malibú (California) bajo la producción de David Briggs, Neil Young grabó un buen puñado de preciosas canciones que por un motivo u otro se quedaron en el cajón de las olvidadas. Algunas fueron apareciendo en sus siguientes discos como "Rust never sleeps" (Pocahontas, Powderfinger), "Comes a time" (Human Highway), "American stars'n bars" (The old country waltz) o la canción que da nombre a este disco aparecida años después en el "Le Noise" por poner algunos ejemplos, otras, sin embargo, como "Hawaii" y "Give me strenght" quedaron inéditas hasta nuestro días, cuando finalmente "Hitchhiker" ha sido editado. Tito Neil desempolva sus grabaciones olvidadas y nos regala un disco que sin darnos nada nuevo nos lo da todo. Me explico. No encontraremos nada que nos eleve al séptimo cielo, nada nuevo, pero lo presentado aquí suena de miedo y muestra el nivelón que tenía entonces Young (y el que tiene siempre, no nos engañemos). Al escuchar estas versiones, que se entiende que son las versiones originales tendemos a compararlas a las que escuchamos por primera vez, y es imposible no entablar una discusión sobre cual de las dos es mejor. Para ejemplo un botón: Powderfinger. A mi, la versión de este disco me pone la piel de gallina, no sé a vosotros. Los dos temas inéditos no desentonan y particularmente me parecen notables sobretodo "Hawaii" que me parece descomunal pero es en Pocahontas, Powderfinger y Hitchhiker con las que más fácilmente conecto y me hacen esbozar una sonrisilla de placer incalculable. Poco que decir sobre este disco. Un disco para fans, para fieles seguidores y coleccionistas de la inmensa e imprescindible obra del más grande (que Bob nos perdone), un disco que es un capricho, un regalo, un tesoro. Imprescindible como banda sonora otoñal. Magnífico.
Neil Young - "Hitchhiker" (2017): 01.- Pocahontas/ 02.- Powderfinger/ 03.- Captain Kennedy/ 04.- Hawaii/ 05.- Give Me Strength/ 06.- Ride My Llama/ 07.-Hitchhiker/ 08.- Campaigner/ 09.- Human Highway/ 10.- The Old Country Waltz
Tenía la mosca detrás de la oreja después de la mediocre temporada seis de la serie, de que Martin se hubiese entregado a los dólares de HBO y a la gandulería, y sobretodo a que ahora resulte que todo el mundo adora las novelas cuando muchos ni las han leído y que tampoco nos engañemos, el cuarto libro fuese bastante regulero no así el quinto, Danza de Dragones, y de momento último libro de la saga pues "Vientos de Invierno" y "Sueño de primavera" no sabremos si llegarán a estar alguna vez entre nuestras manos. Dicho esto, la serie atrapó al escritor, y todos aquellos que hemos leído los libros y que llevamos un cabreo considerable esperábamos ser sorprendidos con aquello que sucediese ahora en la historia aunque de sorpresa tampoco han habido tantas. Tranquilos, no voy hacer ni un spoiler. Primero diré que esta temporada siete es mucho mejor que la anterior, aquella temporada seis me decepcionó muy mucho aunque no estaba exenta de fuegos artificiales. Dicho esto, tampoco sucede nada que uno no imaginase, pues casi todo se sabía de historias paralelas o leyendas que se han contado durante los libros. La serie es visualmente un espectáculo inigualable, el ritmo mejora y todo se hace más conciso, dan menos vueltas al asunto... ayudados gracias a que la mensajería por cuervos sea más rápida que el whatsapp y que un viaje en barco por los siete reinos se hacen en unas horillas. A veces cuesta pensar que detrás de este casi final esta Martin, pero supongo que él dirige en la sombra, aconseja y guía. Acabará como él quiere que acabe, llegaremos a dónde él quería aunque creo que el camino no será exactamente el mismo. La serie cada vez tiene más seguidores, y nosotros cada vez vemos menos tetas y sangre, muchas muertes de soslayo y comentarios teenager sobre ligoteos entres las reinas y sus sirvientas. Ha perdido un poco el norte, esa es mi opinión, pero aún así la seguiré viendo porque es puro espectáculo, y porque, joder, quiero saber quién acabará sentado en el trono de hierro. Hagan sus apuestas.
En 2015 David Rawlings junto a su inseparable media naranja Gillian Welch nos regaló una de esas pocas colecciones de canciones que se pueden considerar casi instantáneamente como obra maestra. Parecía exagerado en un primer momento pero simplemente aquel "Nashville Obsolete" es y será siempre una Puta Obra Maestra. Rawlings al frente de su "máquina" superaba lo mostrado en el debut "A friend of a friend", doblaba su apuesta y le otorgaba una magia que difícilmente se puede llegar a igualar, es por eso que tenemos que soportar como muchos hablan de su nuevo disco, el tercero aunque ya sin su "machine", su "Poor David's Almanack", en términos de disco menor, incluso he leído y escuchado que es aburrido y que tiene canciones tontas, y perdónenme o no aquellos que opinan de esa manera pues creo que es una de las mayores estupideces que alguien puede decir sobre este excelente disco. Vale, no es "Nashville Obsolete" pero eso es francamente difícil por no decir imposible, aunque en esta nueva entregar encontremos canciones que podrían pertenecer a aquella joya del 2015. Sí, creo que al menos la mitad de sus canciones no desentonarían en absoluto pero desgraciadamente para todos, en este nuevo disco no encontramos joyas como "Thr Trip" o "Pilgrim", pues encontrarnos con milagros musicales no suele suceder todos los días. Rawlings puede que haya realizado un disco más ligero, y digo puede porque me asalta la duda. Cuenta para ello como siempre con Gillian Welch, con muchos de sus colaboradores habituales y además con colaboraciones estelares como la de Keth Secor, Willie Watson y Critter Fuqua (Old Crow Medicine Show), Griffin y Taylor Goldsmith (Dawes), y Paul Kower (Punch Brothers). El disco es por tanto menos "máquina" y más reunión de amigos, es más ligero y menos introvertido que su predecesor y en cuanto a comparaciones sónicas es menos Tito Neil y más Jackson Browne, menos Dylan y más countrificado aunque, claro, Rawlings viene de donde viene y ramalazos a Dylan y sobretodo al Young de después de la fiebre del oro encontramos por doquier, pero sobretodo está bañado por la vieja medicina del cuervo. Ese es mi parecer, esa es mi sensación al escucharlo. Disco menor? paparruchas!.
David Rawlings - Poor David's Almanack (2017): 01.- Midnight Train/ 02.- Money Is the Meat in the Coconut/ 03.- Cumberland Gap/ 04.- Airplane/ 05.- Lindsey Button/ 06.- Come on Over My House/ 07.- Guitar Man/ 08.- Yup/ 09.- Good God a Woman/ 10.- Put ‘Em Up Solid.
La deliciosa "Midnight Train" da el pistoletazo de salida. Perfectas guitarras que erizan el bello y unas voces, las de David y Gillian, que sencillamente son celestiales. Compenetradas, increíblemente empastadas y complementarías. Mágicas. La divertida y desenfadada "Money is the meat in the coconut" tiene mucho de la esencia de los "Old crow medicine show", y es de las pocas no escritas a cuatro manos por Rawlings y Welch, como los últimos tres temas del disco, tal vez esos temas que firma en solitario Rawlings, son los que hacen bajar un poquito la nota final. Aún así, a mi, personalmente la del "coconut" me divierte y me hace feliz. Llega entonces "Cumberland Gap", la mejor canción del lote, la única junto a "Lindsey Button" que encajarían perfectamente en su anterior trabajo. Es "Cumberland Gap" un tema 99% Neil Young después de la fiebre del oro, su esencia es puro "After the gold rush", y como el falsete no le da a David, pues Gillian se encarga de dar con ese sónido putoámico. "Airplane" es preciosa de principio a fin. Pura americana, pura tradición. Muy balada "Old crow", porqué no decirlo, con un estribillo ganador. "Lindsey Button" es una de mis favoritas del lote. Canción de cantautor top, canción que nos atrapa poco a poco para no soltarnos y así llevarnos en volandas a "Come on over my house" con el country de pradera por montera... fogatas, violines, whisky y buen rollo. "Guitar man" es la última firmada por la pareja celestial, es un tema precioso, un tema muy pero que muy Jackson Browne, esas guitarras son puro Eagle. La tanda final la firma Rawlings en solitario, y no digo que sean malas, son notabilísimas pero un servidor prefiere que Welch supervise. "Yup" y "Good god a woman" van cargaditas de humor, son divertidas y desenfadadas, pero para nada malas. La segunda de ellas, "Good god a woman" tiene ese aroma a los "Old crow medicine show" que supongo yo proporciona el trabajar con Secor, Watson y Fuqua. Cierra magistralmente volviendo al sonido neilyounguero con "Put'em up solid" un disco que siendo un peldañito menor que su predecesor es toda una delicia.
01. American Girl (Tom Petty and the Heartbreakers, 1976)
02. Don't Do Me Like That (Damn the Torpedoes, 1979)
03. Learning to Fly (Into the Great Wide Open, 1991)
04. Free Fallin' (Full Moon Fever, 1989)
05. Listen to Her Heart (You're Gonna Get It!, 1978)
06. Don't Come Around Here No More (Southern Accents, 1985)
07. Wildflowers (Wildflowers, 1994)
08. A Face in the Crowd (Full Moon Fever, 1989)
09. The Waiting (Hard Promises, 1982)
10. Refugee (Damn the Torpedoes, 1979)
11. Runnin' Down a Dream (Full Moon Fever, 1989)
12. Asshole (Songs and Music From "She's the One," 1996)
13. Mary Jane's Last Dance (Greatest Hits, 1994)
14. Change of Heart (Long After Dark, 1982)
15. Breakdown (Tom Petty and the Heartbreakers, 1976)
16. You Don't Know How It Feels (Wildflowers, 1994)
17. Fault Lines (Hypnotic Eye, 2014)
18. I Won't Back Down (Full Moon Fever, 1989)
19. Ain't Love Strange (Let Me Up (I've Had Enough), 1987)
20. You Got Lucky (Long After Dark, 1982)
Me desperté ayer con un mensaje de mi hermano que me decía que Tom Petty había fallecido. No me lo creí y me levanté rápidamente a comprobarlo. Aún sin recuperarme de toda la violencia sufrida el 1 de Octubre en las calles barcelonesas, y en un día de paro laboral para denunciar la violencia extrema policial recibo otro mazazo. Sí, Tom Petty sufrió ayer un ataque al corazón y murió en el Hospital de Santa Mónica (California) a los 66 años. El talento y el carisma del rubio de Florida está fuera de dudas, sus innumerables hits forman parte de la historia del rock y muchos discos forman parte de los esenciales de la música. Ahora suenan sus hits, esos que forman parte de la banda sonora de mi vida, mientras escribo estas lineas totalmente apesadumbrado. Petty como ningún otro representa el rock de los setenta, representa el sonido americano. Atrás quedan sus grandes obras como su debut de 1976, "Damm the Torpedoes" (1979), "Hard Promises" (1981), "Full Moon Fever" (1989), "Wildflowers" (1994) e incluso cabe reivindicar su "Hypnotic Eye" del 2014. Sin olvidarnos de los Travelling Wilburys, ese supergrupo junto a Bob Dylan, George Harrison, Jeff Lynne y Roy Orbison, con dos discos soberbios e imprescindibles. Como decía, en estos momentos suenan sus canciones, suena su mítico Greatest Hits editado en 1996 y que incluye su mejor trabajo desde 1976 hasta el año de edición. Una compilación básica en cualquier discoteca que resume muy bien su trayectoria y sus éxitos, una compilación que puede encontrarse por menos de cinco euros y que es una auténtica joya. No es tan todas sus grandes canciones pero todas las que están lo son. Petty nos ha abandonado, el rubio de Florida ha roto nuestro corazones.
01. American Girl / 02. Breakdown / 03. Listen To Her Heart / 04. I Need To Know / 05. Refugee / 06. Don't Do Me Like That / 07. Even The Losers / 08. Here Comes My Girl / 09. The Waiting / 10. You Got Lucky / 11. Don't Come Around Here No More / 12. I Won't Back Down / 13. Runnin' Down A Dream / 14. Free Fallin' / 15. Learning To Fly / 16. Into The Great Wide Open / 17. Mary Jane's Last Dance / 18. Something In The Air
Netflix tenía reservada una de sus grandes apuestas del año para el verano, y a pesar que sus dos últimas entregas de los Defensores en solitario (Luke Cage e Iron Fist) fueron bastantes reguleras, el populacho tenía ganas de ver a este grupo de superhéroes juntos, más aún al recordar lo interesante que fue Daredevil (T1, T2) y, aunque menos, también Jessica Jones. Por primera vez la serie no funciona individualmente. Me explico. Uno puede ver cualquiera de ellas y es independiente de la otra, incluso puede verlas en el orden que mejor le venga en gana, pero The Defenders necesita del visionado de todas y se tiene que ver, sí o sí, en último lugar pues la historia de los cuatro defensores converge en esta miniserie de tan solo ocho episodios. Al repartir minutos Daredevil sale perdiendo pero el resto ganado, nos encanta Jessica Jones aunque algunos no lo reconozcan y tanto Luke Cage como Iron Fist se benefician de poco papel, casi un rol secundario. Rosario Dawson sigue siendo el nexo de unión, como lo es "La mano". Casi todos los secundarios aparecidos tienen aquí sus minutos de gloria, y además añadimos la presencia de mi querida Sigourney Weaver como la más mala entre las malas. Da gusto verla siempre aunque sea en productos indignos para su nivel. The Defenders funciona porque es todo espectáculo y acción, avanza sin rodeos y no nos deja casi ni un respiro. Se agradece. Ir al grano le sienta bien. Puede que sea una enorme película de unas ocho horas de duración troceada para que de el pego como serie, y eso se nota a la hora de explicar la historia. Una historia que es de preescolar. Unos malos que buscan algo y unos buenos que lo impedirán. Épica y mamporros y algo de romanticismo blanco. No es una gran serie pero sí es muy entretenida. No engaña a nadie, es lo que aparenta y se enorgullece de ello. Y al final todo apunta a una Daredevil temporada 3... así que tenemos mucho Marvel por delante, en breve llegará The Punisher. Dejémonos de prejuicios y a disfrutar.