Elliott Brood - Ghost Gardens (2017)


Escuchando el nuevo trabajo de los canadienses Elliott Brood, su "Ghost Gardens", a uno le viene a la cabeza ese sonido que les caracteriza y que les lanzó a la fama en el 2005 con la aparición de su primer LP titulado "Ambassador" aunque ya habían mostrado sobradas muestras de calidad con el EP "Tin Type" del año anterior. Un servidor les conoció gracias al temazo "Second Son" de su primer disco, disco con el que me hice en poco tiempo y que aún disfruto. De ahí recuerdo verles en uno de aquellos "caprichos de Apolo" de la sala barcelonesa y meses después en la pequeña y coqueta sala Heliogàbal, donde ya acabé enganchado a ellos para siempre, pues pocas veces uno puede disfrutar de una banda de esa guisa ni a dos metros de distancia (y sentado en un sofá) con un trío de esta calidad y energía. Cada disco suyo ha sido adquirido y disfrutado por un servidor, observando y paladeando su maduración y crecimiento sonoro. "Mountain Meadows" (2008), "Days Into Years" (2011) y "Work and Love" (2014) son tres joyas descomunales. Como decía, escuchando las nuevas canciones de los de Toronto a uno le viene ese recuerdo del Heliogàbal, esa fuerza, esa energía y a la vez sencillez que les caracterizaba, esa mezcla de country con el lado salvaje del punk. Y creo que esa sensación se ve aumentada al saber que todas estas nuevas canciones son viejas canciones. Leí en algún sitio que eran nuevas canciones con viejos sonidos o eran viejas canciones con nuevos sonidos? no lo recuerdo, en cualquier caso esas canciones estaban en un cajón olvidado, y por suerte para nosotros han sido retomadas, regrabadas y puestas a punto con el toque de banjo, mandolina e incluso me atrevería a decir que la maleta Samsonite de Pitkin está presente otra vez en forma de bombo. Mark Saso, Casey Laforet y Stephen Pitkin siguen demostrando que son una magnífica banda de death-country, frontier-rock, alternative-rock, alt-country... o como queráis llamarlo, simplemente buena música.


Elliott Brood - Ghost Gardens (2017): 01.- Til the Sun Comes Up Again/ 02.- Dig a Little Hole/ 03.- Gentle Temper/ 04.- 2 4 6 8/ 05.- The Fall/ 06.- Adeline/ 07.- The Widower/ 08.- Thin Air/ 09.- T.S. Armstrong/ 10.- Searching/ 11.- For the Girl.

Los primeros acordes algo tímidos se aceleran de la mano de Saso y toman cuerpo como lo hacían años atrás en "Ambassador". Un tema estupendo muy marca de la casa, con Saso desgañitándose y hacer lo difícil, fácil. Un inicio maravilloso que empalma con una de las mejores canciones del disco, "Dig a little hole", esta vez cantada por Laforet muy bien acompañado a las voces por Saso, como siempre, sus voces empastan de lujo. Un tema magistral, con un ritmo infeccioso y un ramalazo pop en su estribillo que quita el hipo. "Gentle Temper" es muy americana se mire como se mire, tiene hechuras de M Ward, de Conor Oberst e incluso de Ryan Adams. Preciosa de principio a fin, es un tema que gana con las escuchas. "2 4 6 8" es ese tema perdido del "Ambassador" que pedíamos a gritos, es un tema country-punk de la ostia pues tiene ese desarrollo de guitarras tan fantástico y tan, tan, tan "londocallero", ya me entendéis, los Clash están aquí muy presentes y ese riff roza el plagio, como la canción de los Clah robaba del "Dead End Street" de los Kinks. "The Fall" es otra joya oculta. Otra maravilla sin discusión alguna. "Adeline", de belleza extrema, es una balada preciosa que sin disimulo apunta a la bajada de revoluciones del disco con un piano y un banjo en estado de gracia. El disco desde este momento se vuelve muy tranquilo como demuestran los canadienses a ritmo de Walz con su "Widower" donde un piano ensoñador saca la cabeza. "Thin air" es una pequeña delicatessen instrumental que nos conduce al final del disco con dos piezas cortas pero deliciosas: "T.S. Amstrong" y "Searching" que son bocetos o pequeñas muestras de canciones, pues parecen casi inacabadas. Finalmente, cierran el disco con la maravillosa "For the girl" donde la mandolina nos hace estremecer. Elliott Brood son una grandísima banda de minorías, unos favoritos en la Isla Nikochiana, y su nuevo disco simplemente ha resultado ser sobresaliente a pesar de haberse creado a partir de canciones inacabadas encontradas en un pendrive de un cajón abandonado. 

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