Narcos T3


Sin Escobar parecía poco probable una tercera temporada de Narcos. Sin Walter Moura se perdía mucho del encanto de la serie, sin su regulera pero entrañable actuación la serie parecía perder encanto y mucho del gancho que había lucido. Visto la tercera temporada tengo que reconocer que está a la altura en términos generales pero que me parece algo inferior que la T1 y la T2. La sombra dejada por el personaje principal es demasiado alargada y aunque aplaudo los esfuerzos realizados no se consiguen los resultados deseados. A la serie le falta mojo, chispa, no sé, le falta eso que la hacía diferente. Sigue siendo de nivel impecable pero todo se vuelve repetitivo y en ocasiones aburrido. Le sobra más de un episodio y la trama no acaba de tener el ritmo adecuado. La historia de los hermanos Orejuela líderes del cartel de Cali no me acaba de engatusar, los actores que los interpretan no me convencen, como tampoco lo hace Alberto Ammann con su Pacho. La presencia de Javier Cámara, Miguel Ángel Silvestre y Tristán Ulloa es, no secundaria, sino casi testimonial, poca chicha para unos personajes que merecían más. Decepcionante el papel casi protagonista de Matias Varela interpretando a Jorge Salcedo, no me ha gustado nada y es uno de los puntos que han provocado esa sensación de regulería. En cambio, sorprenden Arturo Castro como David, el hijo de Miguel Rodríguez Orejuela (visto en Broad City) y sobretodo Kerry Bishé, la maravillosa Donna Clarck de "Halt and Catch Fire". Siguiendo el mítico Peña (Pedro Pascal) al pie del cañón. En fin, un reparto más internacional que nunca, una historia más coral de lo imaginado, menos acción y más crítica social, menos magia y leyenda... esta temporada 3 de Narcos es algo peor que las dos anteriores y cuesta pensar en una cuarta entrega. Por el bien de la serie esperemos que esta tercera temporada haya supuesto el final de una serie notable que no sobresaliente.

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