Como a tantos directores actuales, a Alex de la Iglesia parece que los plomos se le habían fundido. Tampoco es que su carrera sea un no parar de éxitos y grandes películas pero sí que es verdad que su estilo, reconocible por todos y plagiador de otros, gustaba bastante en el hogar nikochiano sin, digamos tampoco, volvernos locos. Siempre podemos nombras un poker de buenas películas suyas, que no excelentes, sin riesgo a errar el tiro pero como decía parecía que había perdido el norte, al menos hasta la llegada de "El Bar", su último film estrenado donde De la Iglesia recupera un algo el pulso de antaño y nos hace pasar un gran rato. La idea "buñuelesca" de encerrar a un grupo de personas (esta vez en un bar) debido a algún suceso de difícil explicación no es nueva, pero desde luego el inicio del film funciona a la perfección, con un ritmo demoledor, unos personajes suculentos, una atmósfera acongojante y un humor a la altura, lástima que conforme pasan los minutos y la historia avanza el film se vaya descafeinando demasiado, hasta volverse una chufla. Cuenta el director con un plantel a su medida donde cabe destacar a la desaparecida Terele Pávez y a Secun de la Rosa, sin duda lo mejor del film, y sorprende ver de esa guisa a Mario Casas, como sorprende que entendamos cuando habla. El resto cumple y se amolda al estilo De la Iglesia. No es una película diez pero sí es lo suficientemente entretenida como para hacernos pasar un buen rato. Sin duda el mejor trabajo de Alex de la Iglesia en años.
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