En 1986 un joven Steve Earle arrasaba en medio mundo con su "Guitar Town", no era de extrañar pues su talento se había forjado junto al genio de Townes Van Zandt, compartiendo también guitarras, actuaciones y muchas copas con una jovencísima Lucinda que ya nos había dado grandes muestras de su talento en "Happy Woman Blues". A Steve pronto le catalogaron como el nuevo Springsteen cosa que no le hizo ningún favor, y el tiempo ha puesto a cada uno en el lugar que le corresponde, a cada uno en su sitio. Earle nunca llegará a las cotas de mercado ni a la genialidad a las que llegó el Boss, seguramente tampoco entregará discos con tan poco nervio como los últimos del de New Jersey, manteniendo siempre un criterio musical intachable a pesar que las circunstancias de la vida privada de cada cual, desde adicciones varias a corazones rotos, se vean plasmadas en la música, en sus canciones. Y digo yo esto porque a Steve un sector algo talibán de la crítica blues-rock le había comenzado a dar cera por doquier por aproximarse a sonidos algo más ligeros por llamarles de algún modo, más en la línea de "Tremé" que en sus anteriores discos poniendo, eso sí, como excusa a la fémina de turno, pero de ahí a decir que eran malos, hay un mundo. "Train a coming", "I feel alright", "El corazón" y "Trascendetal blues" por citar algunas entre muchos son notabilísimos discos, algunos de ellos sobresalientes pero siendo diferentes no creo que "I'll never get out of this world alive" y sobretodo "The lost higway" se queden muy atrás de aquellos. Si algo caracteriza la carrera de Earle es una calidad inamovible, iindiscutible, sin a penas altibajos, pero aquellos puristas seguidores se sentían defraudados, y lo estaban tanto que comenzaban a ensalzar al hijo, a Justin, que es un muy buen músico con un futuro descomunal por encima del padre pero al que le falta mucha sopa que tomar, y hasta ahí hemos llegado!!! No y rotundamente no. El único nervio que tiene el hijo es el de los filetes que se debe comer, y al padre, cuando quiere, le sobra. Por suerte para todos Steve Earle ha vuelto al blues, y con ello han vuelto las excelentes críticas a tutiplén aunque ahora que no nos lee nadie diremos que hay dos o tres canciones que bien podrían salir en sus discos anteriores y no desentonar para nada.
"Terraplane" es la vuelta al blues de Steve Earle, la vuelta, el reencuentro o el abrazo defintivo a ese género, y la reconciliación con sus viejos seguidores, de eso no hay la menor duda. Parece ser un nuevo punto de inflexión, otro más en su carrera. No por su magnífica portada, que sigue por los mismos derroteros que las anteriores, como dicen por ahí, un día tendrá que hacer una exposición con ellas; pero sí por su música. Para todos aquellos que han sido críticos con Papá Earle habrá sido una grata sorpresa este nuevo disco, para otros como yo ha sido una vez más la confirmación de que es un puto genio, uno de los pocos que nos quedan, al que hay que amar y respetar sobre todas las cosas hasta que la muerte nos separe. Es "Terraplane" un discazo' Sí, lo es. Es "Terraplane" muy diferente a lo publicado últimamente? no, no lo es. Es "Terraplane" un giro inesperado de Earle? pues no, oigan. Será "Terraplane" uno de los discos favoritos en esta Isla a final de año? Seguro.
Steve Earle & The Dukes - "Terraplane" (2015): 01.- Baby Baby Baby (Baby)/ 02.- You’re The Best Lover That I Ever Had/ 03.- The Tennessee Kid/ 04.- Ain’t Nobody’s Daddy Now/ 05.- Better Off Alone/ 06.- The Usual Time/ 07.- Go Go Boots Are Back/ 08.- Acquainted With The Wind/ 09.- Baby’s Just As Mean As Me/ 10.- Gamblin’ Blues/ 11.- King Of The Blues.
A la primera Earle ya nos enseña sus intenciones, ya nos deja clarito de que va esto de "Terraplane". "Baby Baby Baby" es un blues puro y sencillo, de toda la vida, de manual. De esos que parecen fáciles pero que teniendo lo que hay que tener, y él lo tiene, te dejan con el culo prieto. Después de este tremendo inicio Steve nos deleita con ""You're the best lover that I ever had" que sigue la línea trazada y que funciona perfectamente como single con un estribillo fantástico para luego desembocar todo en la diabólica "The Tennesse Kid" una de mis favoritas, sin duda, con ese recitado y esa atmósfera doorsina. Ya digo que es uno de mis temas favoritos del álbum. Como también lo es aunque no pueda ser más diferente "Ain't nobody's daddy now" que es de esos temas que perfectamente podría haber estado en sus dos anteriores trabajos sin desentonar un ápice. Preciosérrimo tema de esos que me gustan, me seducen y me llevan al huerto. A mi me guat igual este Steve que el blusero de manual, no tengo manías mientras sea esta la calidad. El mediotiempo "Better off alone" sigue subiendo el nivelón de este disco, es de esas que gana a las escuchas y que tiene un solo de guitarras de esos acojonantes. Vuelve el blues puro y duro, típico, con "The usual time" y otra vez a ponerse en pie y a aplaudir. La segunda parte del disco, perdón, del discazo, comienza con un rock cien por cien americano, "Go go boots are back" podría estar firmada por Petty o por cualquiera de los grandes americanos. Un temón. Luego llega el caramelito de "Acquainted with the wind", trotona como ella sola, alegre y vivaracha, para rematarnos seguidamente con la dulce "Baby's just as mean as me", con aire al Atlantic city de Nucky Thompson, un violín precioso y una voz femenina de otra época, bonica del to. Otro de mis temas. Cerrando el disco encontramos dos gemas. Primero "Gambling blues" con su finger-picking, su country, su esencia Townes Van Zandt, su todo completo; y segundo y para acabar otro lujo, "King of the blues" que como la inicial es otro blues para enmarcar. Steve Earle nos ha entregado otro disco descomunal, otro más, nunca baja de nivel se diga lo que se diga. Estamos ante un gran disco de blues, uno de los discos del año y hace tiempo que no colocábamos a uno de sus discos a estas alturas del año como favorito a estar entre los mejores. "Terraplane" es un discón, y Steve Earle uno de los pocos grandes de verdad que nos quedan y que parece que sigue en plena forma con ganas de hacer música de verdad, no le enterremos antes de tiempo.
A la primera Earle ya nos enseña sus intenciones, ya nos deja clarito de que va esto de "Terraplane". "Baby Baby Baby" es un blues puro y sencillo, de toda la vida, de manual. De esos que parecen fáciles pero que teniendo lo que hay que tener, y él lo tiene, te dejan con el culo prieto. Después de este tremendo inicio Steve nos deleita con ""You're the best lover that I ever had" que sigue la línea trazada y que funciona perfectamente como single con un estribillo fantástico para luego desembocar todo en la diabólica "The Tennesse Kid" una de mis favoritas, sin duda, con ese recitado y esa atmósfera doorsina. Ya digo que es uno de mis temas favoritos del álbum. Como también lo es aunque no pueda ser más diferente "Ain't nobody's daddy now" que es de esos temas que perfectamente podría haber estado en sus dos anteriores trabajos sin desentonar un ápice. Preciosérrimo tema de esos que me gustan, me seducen y me llevan al huerto. A mi me guat igual este Steve que el blusero de manual, no tengo manías mientras sea esta la calidad. El mediotiempo "Better off alone" sigue subiendo el nivelón de este disco, es de esas que gana a las escuchas y que tiene un solo de guitarras de esos acojonantes. Vuelve el blues puro y duro, típico, con "The usual time" y otra vez a ponerse en pie y a aplaudir. La segunda parte del disco, perdón, del discazo, comienza con un rock cien por cien americano, "Go go boots are back" podría estar firmada por Petty o por cualquiera de los grandes americanos. Un temón. Luego llega el caramelito de "Acquainted with the wind", trotona como ella sola, alegre y vivaracha, para rematarnos seguidamente con la dulce "Baby's just as mean as me", con aire al Atlantic city de Nucky Thompson, un violín precioso y una voz femenina de otra época, bonica del to. Otro de mis temas. Cerrando el disco encontramos dos gemas. Primero "Gambling blues" con su finger-picking, su country, su esencia Townes Van Zandt, su todo completo; y segundo y para acabar otro lujo, "King of the blues" que como la inicial es otro blues para enmarcar. Steve Earle nos ha entregado otro disco descomunal, otro más, nunca baja de nivel se diga lo que se diga. Estamos ante un gran disco de blues, uno de los discos del año y hace tiempo que no colocábamos a uno de sus discos a estas alturas del año como favorito a estar entre los mejores. "Terraplane" es un discón, y Steve Earle uno de los pocos grandes de verdad que nos quedan y que parece que sigue en plena forma con ganas de hacer música de verdad, no le enterremos antes de tiempo.