Fences (2016)


Este film dirigido e interpretado por Denzel Washington es una adaptación de la obra teatral del mismo nombre creada por August Wilson, quién en 2005 finalizó el guión adaptado pero también murió dejando su guión preparado para la gran pantalla con una única condición: que su director fuese negro. Esta anécdota que he leído en mil y un sitios supongo tendrá su trocito de verdad, esa puede ser la explicación al porqué ha tenido que pasar más de una década para ver su historia en la gran pantalla, y curioso que sea Washington el director, puesto que tampoco se había prodigado demasiado en esa faceta. Como director cumple, llevando la obra de teatro al cine, en realidad siempre estamos viendo teatro, y como espectadores tenemos que estar atentos y no perdernos nada del guión, nada de sus gestos, sus pausas, sus movimientos... Es este film muy teatral, muy puro en cuanto a actuación, y en eso el propio Denzel y la co-protagonista, Viola Davis, lo bordan. Sin duda sus actuaciones son sobresalientes y elevan al film hacia el notable. Un drama bien definido, un drama en toda regla, una historia con luces y sombras familiares, con pasados oscuros y rencillas que vuelven y no olvidan, con pecados ocultos que no se pueden olvidar ni enterrar. Todo perfectamente presentado para atraparnos a pesar que su origen teatral se note demasiado y eso pueda llegar a ser un lastre. La historia es fantástica, las actuaciones también, sus casi dos horas de metraje pasan en un suspiro y al final, uno tiene la sensación de haber visto una gran historia que invita a reflexionar sobre la vida. Esa a la que el ser humano necesita poner vallas, y sentirse así protegido, de lo que viene de fuera y de lo que hay adentro. 

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