Synecdoche, New York (2008)

Decir que Charlie Kaufman guionista judío de New York no está muy bien de la quijotera no creo que sea descubrir nada nuevo, el tipo debe tener fabricada la sesera de otro material diferente al nuestro, le funciona diferente eso está claro, y su visión de la vida y la construcción de historias además de ser muy pero que muy particular es para realizar un extenso estudio. Para los que no lo conozcáis aquí os dejo sus trabajos como guionista: “Being John Malkovich” (1999, Spike Jonze), “Human Nature” (2001, Michel Gondry), “Adaptation” (2002, Spike Jonze), “Confessions Of A Dangerous Mind” (2002, George Clooney), “Eternal Sunshine Of A Spotless Mind” (2004, Michel Gondry), y finalmente el film que nos ocupa, un film en el que no sólo se limita al trabajo de guionista sino que se decide y se pone detrás de las cámaras a manejar todo el cotarro, el film lleva por título “Synecdoche, New York” (2008). Y si las historias de las películas anteriores os parecían algo raras, freaks, extrañamente hipnóticas y difíciles de entender, Synecdoche se lleva la palma.

SINOPSIS: Caden Cotard, un director de teatro, se encuentra en plena crisis en casi todos los aspectos de su vida: su mujer se ha ido a Berlín con su hija y la posibilidad de una relación con una nueva mujer se ha esfumado antes de empezar. Cotard decide entonces poner en escena su día a día con actores que encarnan tanto a él como a sus allegados…

El film es larguísimo, y más denso que el cemento. Después de mas de dos horas de película me doy cuenta que no he entendido su significado, me he perdido en muchos de sus pasajes y no he llegado a conectar con Kaufman. Y es que el tipo está a años luz de los guionistas de Hollywood. Tengo la extraña sensación de haber visto un peliculón pero también de no haber entendido ni la mitad de lo pretendido. Eso sí, la actuación de Philip Seymour Hoffman, como viene siendo habitual, es indiscutiblemente monstruosa. Es con total seguridad el mejor actor en activo. Volviendo a lo de la compresión…., la volveré a ver estos días, seguro que se me ha escapado algo que hilvana todo a la perfección. A parte del extraño y complicado guión y de la tremenda actuación de Philip, hay que destacar las bellísimas imágenes que logra ofrecernos Kaufman, como un plató de teatro tan grande como una ciudad que representa la realidad que envuelve la vida cotidiana de su creador, el del film, y que sólo puede salir de la mente del auténtico creador, Kaufman, el verdadero, el real. Coño, ya parezco el film, no sé si es real, o es ficticio, si sucede o no, si sólo pasa en la mente del director del film, del de la obra de teatro, del que interpreta al director de la obra de teatro… joder, qué complicado. Por último señalar el elenco actoral que quita el hipo: Samantha Morton, Michelle Williams, Catherine Keener, Emily Watson, Dianne Wiest, Jennifer Jason Leigh, Hope Davis, Tom Noonan, etc, etc…Supongo que el film es una autocrítica y autoparodía que Kaufman se fabrica para él solito, para su uso y disfrute, hay tantas cosas que se ma han escapado, tantos matices, que supongo que es inevitable un segundo visionado. En esas estoy, no sé si me ha gustado o no, si hay que recomendarla o no, no lo sé, pero es tan extraña y da tanto que pensar, y claro como lo de pensar está en extinción, pues uno cree que hay que verla, si es necesario las veces que haga falta.

0 comentarios:

Publicar un comentario