Niko y el sonido Brit de los 90

El Brit-pop dejó grandes discos pero también dejó la sensación de que las bandas que lo representaron tampoco fueron para tanto. Blur, Oasis, Supergrass, Pulp, Suede, Ocean Colour Scene... No tienen mucho que ver pero se les metió en el mismo saco. Todas esas bandas repescaban un cierto aroma por la British Invasion (aquello sí que fue la ostia), recuperaban y reivindicaban la figura de Ray Davies, de los Mods y por supuesto de los Beatles, vamos, lo que se hace década tras década y venían a coger el relevo del sonido “Manchester” que particularmente me deja algo frío. Como bandas no han sido sobresalientes pues han tenido muchos fiascos pero tampoco nos engañemos, todas ellas dejaron grandes discos eso es cierto. No hay que negar la evidencia. Damon Albarn and company firmaron grandes discos como “Modern life is rubbish”, “Parklife” y “The great escape”, los hermanos Gallagher no se quedaron atrás y despacharon “Definitely maybe” y “What's the story morning glory” además de provocar a lo Mourinho el odio de la prensa especializada. Pero hubo más, ahí estaban los Pulp con su “Different class” y su “This is hardcore”, los Suede con “Dog man Star” y aquel pelotazo comercial llamado “Coming up”, mis favoritos Supergrass con “I should coco” y el inmenso “In it for the money” sin olvidarme de los Ocean Colour Scene con el atemporal y magnífico “Moseley shoals” ni de los Super Furry Animals a quién les doy de comer aparte porque son una rara avis en este selecto grupo, ya no digo aquel discazo de “Elastica” que deberíais recuperar para mañana.

En aquella época yo era un adolescente con las hormonas revueltas que prefería cualquier clásico de finales de los sesenta principios de los setenta que cualquier grupo que sonara en la radio (aún hoy lo prefiero) y tengo que recordar que en aquella época no había ni ipod, ni mp3, ni internet, el cd comenzaba a aflorar y un servidor se maneja con vinilo y a base de cintas para el walkman con auto-reverse. Sin duda, otros tiempos. Pero qué cojones, acabé escuchando a los grupos de las islas antes que a su competencia en las Américas con todo aquello del grunge, claro que caté a Pearl Jam y a los Nirvana pero el Imperio Británico me cameló del todo. Lo confieso. Después de aquella avalancha aparecieron los Radiohead que me cogieron algo más madurito y guste o no dieron un golpe de timón, sin ir más lejos ese timbre de voz hizo escuela, y como suele pasar habitualmente aparecieron infinidad de grupos que se apuntaron al carro pero ninguno superaba al original pues “The bends” y sobretodo “OK computer” son francamente buenos. Aún así los Coldplay de Martin asomaron la cabeza y antes de convertirse en el grupo nauseabundo que son hoy firmaron dos grandes discos que reconozco haber escuchado un millar de veces como “Parachutes” y “A rush of blood to the head” aunque después de eso su conversión en los nuevos U2 ha sido imperdonable además de nauseabunda.

Otros que me gustaron en su momento fueron los Travis que cerraban el círculo y acababan con el britpop pues como Coldplay o los reguleros Turin Brakes y Starsailor eran una secuela del aclamado movimiento, precisamente el otro día me sorprendí a mi mismo repesacando “The man who” que tal vez es su obra más destacable aunque su siguiente trabajo no estuvo del todo mal, aquel “The invisible man”, este ya en los dosmiles. Recuperar a Travis es el causante de este rollo que hoy os estoy soltando, es la causa de este rápido repaso por el mundo Brit de los noventa. Estos son tal vez los que yo recuerdo haber pinchado aquellos años, hubo más claro, pero todos de segunda fila como The Verve, Doves, Stereophonics, Kula Shaker, que aunque tenían buenas canciones nunca firmaron un disco sensacional pero ayudaron a etiquetar con facilidad el movimiento que no lo era tal. De todas maneras y aún habiéndome empapado y disfrutado en su día de todos estos grupos opino que si uno puede ponerse los discos de los Small Faces, de los Kinks o de Paul Weller para qué necesita toda esta martingala aunque claro también al repasar alguno de aquellos discos de los noventa a un marciantio como yo se le salta la boina.

2 comentarios:

  1. Me alegra este post. Yo tenía también mis preferencias a ambos lados del océano, aun hoy scucho de vez en cuando a Travis, me encantan, son un caramelo, al igual que OCS, muy buenos incluso cuando nadie hablaba de ellos. Hoy voy a recuperar a Travis en tu honor con The Invisible Band.
    Saludos

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  2. Travis... me bajé toda su discografía y me puse 'The Invisible Band' con unas expectativas muy altas y la verdad es que me aburrió bastante, me gustan muchísimo más Ocean Colour Scene; los dos míticos de 1996 y 1997 son una bomba y después siguieron haciendo cosas dignas. No era un movimiento ni nada de eso, pero para mí es la última generación del rock. Lo cierto es que entre 1993 y 1997 salieron unos grupos con unos discos muy especiales. Por supuesto, me quedo con Oasis. Y después Suede y OCS. Y Supergrass, que el 'In It for the Money' como bien dices es la leche. El de Elastica, bueno, como exhibición de riffs mola pero igual está una pizca sobrevalorado. En cualquier caso, daba lo que hiciese falta por otra minibritish invasion.

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