Comprar, tirar, comprar...

“Comprar, tirar, comprar” no es el documental del siglo pero no está nada mal, tampoco es que nos descubra nada que ya no sepamos o que podamos intuir con el día a día sólo que ahora aportan pruebas y nos hacen saber como se etiqueta al hecho de que nuestros electrodomésticos, nuestra ropa, coches, y otros utensilios parezca que cada vez duren menos. A eso al parecer se le llama “Obsolescencia programada” y por si alguien lo dudaba es el motor de la economía moderna, porque seamos sinceros, lógicos y dejémonos de hipocresía pues si los productos durasen eternamente nadie compraría nada y la economía se estancaría, habría muchos menos puestos de trabajos y por mucho que se esfuercen algunos lumbreras ecologistas y filósofos de medio pelo no tiene pinta de que eso vaya a cambiar en un periodo breve de tiempo si es que alguna vez consigue cambiar. Que sí, que hay una bombilla que lleva cien años seguidos funcionando y desde entonces todos los fabricantes de bombillas del mundo se reunieron para acortar la vida de las bombillas a sólo 1000 horas de uso, y también que antes las medias de nylon duraban tropecientos años y ahora tienes suerte si duran una tarde, y que las impresoras duran poquísimo y tampoco nos extraña que les inserten un chip para que a unas horas determinadas de uso el ordenador nos diga que alguna pieza no funciona y que hay que repararla, es decir, cambiarla porque la reparación sale por un ojo de la cara. Tampoco extraña que Apple fuese denunciada porque al principio la batería de los ipods que fue fabricada para estropearse con muy pocas horas de uso no podía ser sustituida y uno debía cambiarse el aparatejo que si ahora os parece caro imaginaros cuando salió el producto en cuestión. Y bueno, que van dando ejemplos, construyendo una historia para entretenernos y hacer un documental de denuncia digerible y entretenido, la verdad es que lo consiguen a pesar de que el tema tampoco es la repera y que no sale el hijodeputa gordo y cansino de Michael Moore haciendo populismo barato. Curioso artefacto parido a medias entre Francia y Catalunya, pagado claro por España cosa que debe joder a muchos que no veas (je, je, pobre Rajoy) aunque esos ya están contentos con ver que sus productos televisivos pro-casa Real triunfan en prime time. No es “Felipe y Letizia” la mejor comedia involuntaria de la historia de la televisión de este país? Oh!, ese es un gran tema a debatir, tal vez el siguiente proyecto de los ideólogos de este documental sería debatir si a la monarquía se le debe aplicar la obsolescencia programada o no, pero ese es otro tema, un tema serio y aquí en la isla no estamos para esas cosas de señores con barba que fuman y se citan con mujeres de vida alegre, o sí, o yo que sé. Y nada más, si un día os encontráis delante de la tele y dan este documental no cambiéis de canal porque la verdad es que está bastante bien parido.

1 comentario:

  1. Lo conocia de oidas.Es una verguenza en lo que hemos caido, en tirar cualquier cosa que no funciona.Tengo una amiga de Colombia que se queda alucinada con lo que tiramos, alli como en Africa, las cosas se reparan 1000 veces antes que tirar!
    un abrazo

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