SINOPSIS: Peter Highman (Robert Downey Jr.), un hombre que está a punto de ser padre, tendrá que cruzar todo Estados Unidos para asistir al nacimiento de su primer hijo, pero también tendrá que soportar la compañía de un excéntrico compañero de viaje (Zach Galifianakis).
Rondaban las seis de la tarde del domingo y la depresión por la vuelta al trabajo este mismo lunes despúes de la efímera baja por paternidad no dejaba de darme por el culo cuando decidí que debía distraerme con alguna que otra perla televisiva. El aburrimiento supino se apoderó aún más de mi cuando después de ver el último episodio de Fringe disponible, el 3x15, me cogió una decepción del carajo. Qué mierda de episodio! Lo peor en lo que llevamos de serie. La Virgen qué aburrimiento! Qué poco me gustan esos episodios retros de las series para explicar cosas que ya se suponen y para ello sólo utilizan unas pelucas cutrísimas para que los protas parezcan más jóvenes. Ah!. Maldición! Aún estaba peor después del episodio que antes, así que rebusqué en mis pelis pendientes, abrí la carpeta de “comedias al uso” y apareció un nombre prometedor: “Due Date”, aquí en el país de la bellota llamada “Salidos de cuentas”. Película de los productores y del director de la cachondísima “Resacón en Las Vegas” con un dúo portagonista prometedor. Por un lado el gordo barbudo de Galifianakis y por otro el del estrellón de Robert Downey Jr. Pues bien, lo que ha hecho el director Todd Philips no es otra cosa que repetir la fórmula del “resacón” pero sin la gracia, la sorpresa y la frescura que se le debiera suponer. La química entre los protagonistas es francamente nula. No me reí ni una puñetera vez, si a eso le sumamos un guión de lo más previsible y típico que uno pueda imaginar y que se me hizo larga de cojones no puede uno estar muy contento con el producto elegido para subirse el ánimo. La verdad es que durante todo el film me estuve preguntando, quién cojones quiere ver esta mierda si pudo ver en los ochenta “Planes, trains and automobiles” (aquí conocida como “Mejor solo que mal acompañado”) con John Candy y Steve Martin. La película es calcada pero sin gracia, es una puesta al día pero sin gracia, usa dos protas enrollados pero sin gracia, la química entre las estrellas del film a diferencia de la antigua es inexistente y por supuesto Galifianakis tiene que aprender mucho para igualar el odio y repulsión que Candy consigue que sintamos por su personaje en la película, aquel abominable y tierno vendedor de aros de cortina de baño, y ya no digo Downey Jr lo que debe mejorar para tan solo acercarse al histrionismo de Martin. Así que podemos considerar este “Due Date” como un producto fallido, descafeinado y sosaínas. Una pena, pues la cosa prometía. Finalmente tengo que decir que la tarde no fue del todo un fiasco gracias a que me reconcilié con el cine al ver “La misión” por enésima vez. Qué gran film, la ostia. Si es que uno tiene que ir a lo seguro, más aún cuando al día siguiente le toca volver al tajo después de quince días disfrutando de su marcianita predilecta.
Rondaban las seis de la tarde del domingo y la depresión por la vuelta al trabajo este mismo lunes despúes de la efímera baja por paternidad no dejaba de darme por el culo cuando decidí que debía distraerme con alguna que otra perla televisiva. El aburrimiento supino se apoderó aún más de mi cuando después de ver el último episodio de Fringe disponible, el 3x15, me cogió una decepción del carajo. Qué mierda de episodio! Lo peor en lo que llevamos de serie. La Virgen qué aburrimiento! Qué poco me gustan esos episodios retros de las series para explicar cosas que ya se suponen y para ello sólo utilizan unas pelucas cutrísimas para que los protas parezcan más jóvenes. Ah!. Maldición! Aún estaba peor después del episodio que antes, así que rebusqué en mis pelis pendientes, abrí la carpeta de “comedias al uso” y apareció un nombre prometedor: “Due Date”, aquí en el país de la bellota llamada “Salidos de cuentas”. Película de los productores y del director de la cachondísima “Resacón en Las Vegas” con un dúo portagonista prometedor. Por un lado el gordo barbudo de Galifianakis y por otro el del estrellón de Robert Downey Jr. Pues bien, lo que ha hecho el director Todd Philips no es otra cosa que repetir la fórmula del “resacón” pero sin la gracia, la sorpresa y la frescura que se le debiera suponer. La química entre los protagonistas es francamente nula. No me reí ni una puñetera vez, si a eso le sumamos un guión de lo más previsible y típico que uno pueda imaginar y que se me hizo larga de cojones no puede uno estar muy contento con el producto elegido para subirse el ánimo. La verdad es que durante todo el film me estuve preguntando, quién cojones quiere ver esta mierda si pudo ver en los ochenta “Planes, trains and automobiles” (aquí conocida como “Mejor solo que mal acompañado”) con John Candy y Steve Martin. La película es calcada pero sin gracia, es una puesta al día pero sin gracia, usa dos protas enrollados pero sin gracia, la química entre las estrellas del film a diferencia de la antigua es inexistente y por supuesto Galifianakis tiene que aprender mucho para igualar el odio y repulsión que Candy consigue que sintamos por su personaje en la película, aquel abominable y tierno vendedor de aros de cortina de baño, y ya no digo Downey Jr lo que debe mejorar para tan solo acercarse al histrionismo de Martin. Así que podemos considerar este “Due Date” como un producto fallido, descafeinado y sosaínas. Una pena, pues la cosa prometía. Finalmente tengo que decir que la tarde no fue del todo un fiasco gracias a que me reconcilié con el cine al ver “La misión” por enésima vez. Qué gran film, la ostia. Si es que uno tiene que ir a lo seguro, más aún cuando al día siguiente le toca volver al tajo después de quince días disfrutando de su marcianita predilecta.