DANIEL JOHNSTON
YIP/JUMP MUSIC (1983)
CASPER THE FRIENDLY GHOST
YIP/JUMP MUSIC (1983)
CASPER THE FRIENDLY GHOST
1.- Skeletons From The Closet (1974, Grateful Dead)
1.- Thriller – Michael Jackson
Justin Townes Earle - “Harlem River Blues”: a este pájaro hijo de Steve Earle ya le tenía cogido el número. Sin ir más lejos su anterior trabajo me pareció la repera. Aquel “Midnight at the movies” resultó ser una de las sorpresas del 2009. Ese sonido americano descendiente de Steve Earle, de Townes Van Zandt, de Neil Young y de tantos otros madura ostensiblemente en este nuevo disco que suena a las mil maravillas y que nadie en su sano juicio debería perderse. Atentos a “Move over mama”, “Harlem river blues” y “Ain't waiting”.
Hayward Williams - “Cotton Bell”: buenísimo nuevo disco de Hayward, el gafitas que me deleitó con aquel “Another's sailor dream” del 2007 imposible de piratear que tuve que comprar en iTunes, creo que el “cotton” va por el mismo camino. Lo de este tipo no tiene nombre, como es posible que con esa calidad siga en el anonimato absoluto?. Es el mejor cantautor que he escuchado en los últimos cinco años con permiso de Sexsmith y P.Hinson. Calmadito y con una voz grave que no se sabe de donde la saca con ese cuerpo tan finico se aproxima más esta vez a un Springsteen íntimo que nunca. Una delicia de disco. Atentos a “Cotton bell”, “Mockinbird” y “New years eve”.
Elvis Costello - “National Ramson”: de primeras me asusté un poco, me hizo dudar y decidí darle unos días  de descanso. Al retomarlo una semana después tengo que decir que el nuevo disco del otro Elvis comienza a parecerme la ostia en verso. Aquí cabe de todo, cabe el Costello eléctrico, el folki acústico, el americano, el tradicional. Ah! Qué bueno es saborear cada canción del gafotas. No creo que llegue a los niveles de “King of America” pero no le va a la zaga. Sin ser un devoto de Costello tengo que reconocer que está enrachado y no entrega disco que no sea mínimo de notable. Atentos a “Dr Watson, I presume”, “Stations of the cross” y “Five small words”.
La revista Ruta66 cumple 25 años y es por es motivo que previo pago de 5,5€ (sin cd ni ná de ná) nos obsequian con un número especial retrospectivo de su existencia. Es de esos números que uno debe comprarse sea seguidor o no de la revista pues si te gusta la música se tiene que reconocer que el ruta es un referente y sus críticas se deben tener en cuenta, además de ser una buena lección de historia de lo que se escuchaba y opinaba en este país de pandereta durante el último cuarto de siglo que se dice rápido. Particularmente donde disfruto más de este tipo de lecturas es mientras cago (perdónenme los finolis pero a eso se le llama así, aquí y en la China) o a lo sumo en el autobús pues a uno le da tiempo de leerse una migaja de revista plácidamente, sin prisas y sin pausas. Los del Ruta por un lado van de 1985 a 2010 poniendo para cada año una de las doce portadas que aparecieron, un disco destacado y otros a tener en cuenta haciendo lo mismo con los conciertos y la interesante sección “¿te acuerdas...?. Eso, un año para cada vez que uno va al tigre, o cada vez que coge el autobús para ir al trabajo. Cuidadín no coger hábitos poco saludables y acabar sentándose en el autobús con los pantalones bajados a leer la revista. No, eso no. Pero aquí no acaba la cosa, hay también artículos anticuados de lo más interesantes y entrevistas exclusivas como la que se le hace a Costello, a Patti Smith, Iggy Pop o al modfather Weller. No es un número habitual, no hay críticas de discos, ni entrevistas al uso, ni comentarios de opinión, ni nada de lo que uno encuentre cada mes en su quiosco habitual. Aquí tenemos un especial en toda regla con ese aroma a rancio de rutero de toda la vida y esa pinta de brutear más de la cuenta. Sí, así es es el ruta y así nos lo están contando.
Sin duda Paul fue un pulpo extraordinario, carismático, único en su especie. Qué grandes momentos nos brindó ese pulpo, consiguió que sus predicciones se retransmitieran en directo en todos los canales estatales. Ni el mensaje del rey Juanca consigue semejante unidad nacional, qué grande!. Ahora que Paul nos ha dejado cabe preguntarse si se le sobreexplotó, si se utilizaron sus dotes de adivino en exceso, si llegó a sentirse acosado o si se le subió demasiado el ego. Cuentan las malas lenguas que el éxito se le subió a la cabeza, que iba de pecera en pecera fecundando a pulpas prometiéndoles peceras de oro y diamantes, y acabó pagando varias pensiones para sus pulpitos y manteniendo a más de una madre soltera, por no decir de su adicción a la coca y el éxtasis líquido que según cuentan algunos fueron la causa de su repentina muerte. La versión oficial es que su muerte fue natural, se le paró el corazón mientras decidía quién iba a ganar el mundial de Fórmula 1, al parecer se puso encima de la casita de Hamilton y entonces murió. Quedando la duda si Paul dará en el clavo con su último pronóstico o no. A mi lo de los hijos y la coca me da francamente igual ya me diréis si no juzgo a Polanski me pondré ahora a crucificar a Paul, y cada uno se deja explotar lo que quiere, siempre puede uno ponerse de brazos cruzados y revelarse. Sólo me gustaría pediros un solemne minuto de silencio por Paul, un pulpo que dejó huella. Bye bye Paul, siempre estarás en mi corazón.
Cuando todo el mundo estaba atento al desenlace final de Lost yo ya me había enamorado de Olivia Dunham. Sí, yo me enganché hace muchísimo a “Fringe”. Tanto me engatusó la nueva creación de J.J.Abrams que fui haciéndole publicidad por todos sitios y dejándole al personal todos los episodios de la primera temporada que comenzaba como si de un X-files se tratase pero que se hacía poco a poco más intrigante y enrevesada que Lost. Sin duda un gran decubrimiento. Luego me hice con la temporada dos que incomprensiblemente quedó aparcada pues a mi señora algunos episodios le dan algo de miedo y claro, la familia Soprano llegó a mi hogar y a Tony no hay quien le tosa. Así pues todo el mundo al que había enganchado a ver la serie acabó por ver la temporada dos antes que yo, incluso algunas me recriminan cómo cojones no la he visto, pues eso, que ya estoy en ello. El domingo después de comer comencé a saco a ver esa segunda temporada y la verdad es que todo el mundo tenía razón, porqué cojones la dejé aparcada? Y me empecé a enganchar y a enganchar y me vi unos cuantos episodios del tirón, luego lo dejé porque mi equipo futbolero reclamaba mi presencia y ahora que los periquitos estamos que nos salimos no me pensaba perder el partidico. Después de la victoria se acabó Fringe para el fin de semana, la Nikochana exigía un poquito de lo poco que me queda de los Soprano y exigía acabarla pronto pues las andanzas de Don Draper nos esperan a la vuelta de la esquina. La verdad es que Fringe es un seriaca cojonuda que un seguidor de la ciencia-ficción no puede dejarse en el tintero. Tal vez lo mejor de ese género que uno puede ver en estos momentos en la pequeña pantalla. Nunca para de crecer y crecer, y ahora que la temporada tres empezó a rodar no hay excusa para hacerse una maratón y ponerse al día, en esta dimensión o en cualquier otra.
No me declaro un fan incondicional de los Zeppelin. Tal vez sea porque Jimmy Page nunca me ha caído del todo bien, nunca me he ido de copas con él claro está pero es que hay algo que no me acaba de gustar. No sé, son manía mías. La verdad es que tengo unas cuantas y de vez en cuando se me cruza alguien y ya no hay manera de soportarlo. Veo a Page y me repugna pero escucho su guitarra y me corro pa'dentro. La música de Led Zeppelin es tremendamente maravillosa, incontestable y francamente difícil de igualar. Es difícil encontrar en la historia alguna banda que no sean las cuatro de siempre que encadenen media docena de discos perfectos, y claro, estos inglesitos los tienen. Vamos si los tienen. Del uno al cuatro y tiro porque me da la corriente (o no era así?) sin olvidarme de “Houses of the holy” y el inconmensurable “Physical graffity”. Muchos diréis “Coño!, Niko, y no son santos de tu devoción?”. Pues sí y no. Son geniales e imprescindibles pero uno siempre prefiere a la tripleta de la muerte formada por Beatles, Stones y Who. A esos ni tocarlos, por ellos má-to!, entiendes?. A quién en su sano juicio no le gusta “Led Zeppelin IV” (1971) con su escalera al cielo, su ruaquenrol o su perro negro que va para California? Discazo, discazo. Un puto clásico nikochiano igual que mi favorito, su debut. Qué pelotazo ese “Led Zeppelin” (1969), qué inicio! qué despipórrensen!. De los cuatro primeros me quedo con esos, el “II” (también del 69) aunque es tremendo nunca me la ha llegado a poner dura aunque algo morcillera si se me pone al escuchar “Ramble on” o “Who lotta love” no lo voy a negar y si de los seis primeros tengo que confesar una debilidad es el “III”. La mare del Tanu! Qué bueno es. Toda esta reflexión sobre los Zeppelin llega hoy porque ayer en el metro me puse en el ipod “Since I've been loving you” y creo que de golpe me reconcilié con el mundo pues llevaba unas semanas con los nervios a flor de piel y una mala leche de la ostia. Menuda canción! Así que hoy en la botica llevo dos escuchas seguidas de “Led Zeppelin III (1970) y estoy encantado con todo, con la canción mencionada antes y con por ejemplo esa “Inmigrant song”, esa “Gallow's pole” o la siempre exquisita “Tangerine”. Así pues llevo unas horas zeppeliando de lo lindo intentando quitarme de la cabeza la cara de hijodeputa de Page, un tipo que quería volver a montar el grupo... sin Plant! qué cojones, o que dice ser el autor del riff de “You really got me” o de “My generation” cuando era músico de sesión para Shel Talmy productor de Kinks y Who. Menudo fantoche!. Aij, que me enciendo! Me pondré “Tangerine” one more time para tranquilizarme. Qué bonica!. Sí, bonica del to...
“Tatto” (1973): 01.- Tattoo'd Lady/ 02.- Cradle Rock/03.- 20-20 Vision/ 04.- They Don't Make Them Like You Anymore/ 05.- Livin' Like A Trucker/ 06.- Sleep On A Clothes-Line/07.- Who's That Coming/ 08.- A Million Miles Away/ 09.- Admit It/ 10.- Tucson, Arizona/ 11.- Just A Little Bit.
"Patchwork River" (2010): 1.- Patchwork River/ 2.- Jawbone/ 3.- Good Together/ 4.- Alligator Alley/ 5.- Louisville Rock/ 6.- Tall Eyes/ 7.- Turn to Stone/ 8.- El Dorado/ 9.- Up My Sleeve/ 10.- Far in the Far Away/ 11.- Between Your Heart and Mine/ 12.- Winnona/ 13.- My Lips are Sealed
Sigo con el piso empantanado por culpa de las dichosas obras que probablemente y si no se tuercen las cosas el viernes finalizarán pero como toda la casa está hecha una auténtica mierda a uno no le viene en gana encender ni el disco duro para ver sus series predilectas. Es por eso que aún no acabé Los Sopranos ni he visto aún la temporada dos de Fringe y eso que yo fui de los primeros en ver la primera temporada y agobiar al personal hasta que se hiciesen con ella y descubrieran a la gran sustituta de Lost porque desde luego que aquel truñaco, soso y sin gancho llamado Flashforward no convenció a nadie y menos a un ser de otro planeta como yo. Por eso me agarro a cualquier estreno que den en la televisión aunque yo hago trampas porque soy de Ono y tengo un porrón de canales, el último en añadirse a la parrilla ha sido TNT con varias series de postín como “Treme” que aún tengo esperando en la cola de pendientes. Pues bien, ayer este canal estrenó una nueva serie llamada “The Event” cuando en yanquilandia sólo se han visto tres episodios, así que vamos rapiditos para que la muchachada no vea la serie por los canales de pirateo habituales.  
La serie tampoco es gran cosa la verdad sea dicha pero cumple bien con la táctica tocomocho de sus predecesoras (Lost y el Flash de los cojones), con sus flashbacks pa'trás y sus forwards pa'lante a toda pastilla y sin dejarte a penas respirar. Es decir que intentan dártelas con queso porque puede que más adelante te des cuenta que la trama es insostenible. Trama basada en la desaparición de una guarrilla cuando iba en crucero con su novio que parece estar planificada por altas esferas políticas para asesinar al presidente de yanquilandia porque quiere liberar a unos científicos que no sé que cojones hacen en una isla pero que tiene que ver con algo sobrenatural o con extraterrestres al uso. Es decir, lo mismo de siempre pero muy bien facturado y a toda pastilla. A mi, me vale siempre que mantenga esa tensión e incertidumbre del episodio piloto aunque sinceramente dudo que lo consiga. Lo que si consigue es mantenerte delante de la pantalla y al finalizar aumentan tus ganas de ver el segundo episodio. Cada lunes a las 22:15 en TNT. De momento prefiero nadar y guardar la ropa porque creo que se acerca más a Flashforward que a Fringe y eso no es nada bueno pero puede que me equivoque, dudo que lo haga, pero mientras tanto estaré al loro no sea que me la coma doblada.
A pesar de no prodigarme mucho en las partidas ilegales caseras que mi hermano Black Meeple monta en su hogar normalmente a altas horas de la madrugada a pesar de tener ya dos churumbeles de 1 y 3 años cada zagal con pinta de en pocos años ser unos auténticos hijosdeputa en los juegos de mesa (sobretodo el peque que parece estar maquinando todo el tiempo a lo Stewie) me he enganchado a los jueguecitos de antaño dejando a un lado el mundo consolero. Sí, es mucho  más divertido sentarse en una mesa y compartir una experiencia divertida o salvajamente hijoputesca dependiendo de quienes sean los jugadores que sentarse a tocar botones para matar a un zombie que quiere acabar con nosotros. Bueno, eso también mola. Lo de “juegos de antaño” es más que nada porque son juegos de mesa no porque su temática sea antigua, además creo que es un movimiento que en el país de la bellota está repuntando y cada vez sé de más gente enganchada y cada vez conozco más tiendas que se dedican al comercio del ocio. Primero llegó a mis manos “Catán” que últimamente ha resucitado gracias a la extensión para 6 jugadores y luego le metí caña al “Ticket to ride”, ambos son grandes juegos familiares para iniciarse en el mundillo. Más tarde me regalaron dos joyas para jugones como son “Bootleggers” y “Vikings”, y tengo que reconocer que me pirro por ellos. Después la inercia me llevó a varias incursiones en juegos menos densos como “Taluva” o “Wasabi” y diversos de cartas más ligeritos pero de darle a la sesera. Finalmente este verano me hice con “Carcassone” que no me defraudó y que recomiendo a toto el mundo. Juegaco. Pero mi cuerpo pide más, ahora entiendo a mi hermano. Es como una droga, juegas a uno, te gusta, lo compras. Juegas a otro con amigos, y luego a otro y tu bolsillo empieza a pasarlas canutas. Mi última adquisición ha sido una locura llamada “Ubongo”. Divertidísimo, adictivo y muy, muy estresante.
La edición española es muy bonica y la distribuye “Homoludicus” que han mantenido el diseño inspirado en África, y para ganar deberemos obtener piedras preciosas. De piedras preciosas hay de varios colores pero no ganará quién más coja sino quién tenga más de un mismo color. Eso cuando juegas le da un ligero toque de estrategia dentro de la locura de los puzzles. Sí, he dicho puzzles. Porque para conseguir las piedras antes tendremos que resolver un puzzle con unas piezas a lo tetris. En total hay nueve turnos, pulután cada jugador deberá resolver nueve puzzles. Los puzzles están en unas tarjetitas que tienen a un lado 6 símbolos africanos como por ejemplo una máscara, una serpiente, un elefante, etc.., etc, y al lado de cada símbolo las piezas necesarias para resolver el puzzle que es para que os hagáis una idea como un tangram. La secuencia de juego es la siguiente: el primer jugador agarra el reloj de arena y el dado, todos los jugadores tienen delante su tarjeta del revés. Se gira el reloj, se tira el dado, y los jugadores al ver el símbolo giran rápidamente la tarjeta para coger las fichas necesarias que indica el símbolo para realizar el puzzle. El primero que lo consiga en el tiempo debe gritar “Ubongo!” y así sucesivamente hasta que acabe el tiempo. Acabar el puzzle da derecho a coger dos piedras preciosas. Dichas piedras están distribuidas a lo largo de seis líneas, el jugador que consiga primero resolver el puzzle en tiempo podrá moverse tres líneas, el segundo dos y el tercero una, el último si es que lo consigue no se podrá mover pero todos cogerán si lo han conseguido dos piedras consecutivas de la misma línea. Pero ojo!, todo eso antes de que el tiempo se agote. Como dije, el que más tenga de un color gana, cosa que francamente es difícil de conseguir más aún si ya llevas unas copas de más como fue el otro día mi caso. “Ubongo” es un juego para todos los públicos, muy cachondo que tiene la utilidad de animar al personal para afrontar retos mayores. Y cuidadín con la versión en 3D o la extensión “extreme” que pueden ser la releche.
“Every Picture Tells A Story” (1971): 1.- Every Picture Tells A Story; 2.- Seems Like A Long Time; 3.- That’s Alright; 4.- Tomorrow Is Such A Long Time; 5.- Maggie May; 6.- Mandolin Wind; 7.- I’m Losing You; 8.- Reason To Believe. 
Modern Family es el nuevo producto de Fox que promete hacernos reír. Sus creadores Christopher Lloyd y Steven Levitan ambos responsables de aquella magnífica “Frasier” parecen haberlo conseguido si nos ceñimos a los premios obtenidos por su primera temporada. La comedia está montada de manera muy original como un falso documental y es habitual que los protagonistas hablen en cualquier momento a la cámara. Eso está muy bien, me gusta. El hilo principal de todo el asunto es Jay Prittchet interpretado por el mítico Ed O'Neill conocido sobretodo por su papel en la serie “Married... with children” o en films de culto como “Ford Farlaine”, casi ná. Pues bien, Jay es un ricachón que se ha vuelto a casar a sus sesenta años con una chica colombiana de treinta, madre de un hijo preadolescente gordo llamado Manny. Además Jay tiene dos hijos mayores: Claire que  es ama de casa, madre de tres hijos y esposa de un vendedor de pisos bastante retrasado (lo mejor de la serie, sin duda); y el otro hijo es Mitchell, un gay orgulloso de serlo, casado y padre de una niña china adoptada. El tono de la serie es familiar, humor blanco, sin puñetas ni dobles intenciones. Las tramas son las de siempre pero están muy bien tratadas, sobretodo la relación gay me está sorprendiendo ya que si bien es cierto que trata los clásicos temas he de decir que lo hace con bastante gracia. De todas maneras el episodio piloto me defraudó aunque me ha ido ganando con los siguientes, tal vez debido a mi estado esquizofrénico o tal vez porque realmente es buena. No lo sé, ni me importa. Sólo sé que después de ver un par de episodios de la serie me siento totalmente relajado y con un humor a prueba de bombas o de obras en este caso.
Menudo gili estoy hecho. Si es que no sé que me pasó por la cabeza para plantarme una noche a ver ese pseudofilm basado en un juego de ordenador llamado “Prince of Persia: The sands of time”. No lo entiendo, puede que me faltase algo de riego cerebral aunque a los más grandes ya les pasa a veces eso de ver una mierdaca al uso, sin ir más lejos mi gurú del celuloide Guzz me confesó una noche con algunas copas de más haber visionado la nueva versión de “Furia de Titanes” para después de despertarse de la siesta, vomitar todo lo que llevaba dentro que no es poco. Recuerdo que para poner la etiqueta de mierdaca al uso es necesario que como se supone el film sea horripilante pero es condición indispensable el no acabar de ver el film siendo el minuto en el cual se detiene la película un indicador magnífico del hedor que emana dicho film. En este caso fueron escasamente diez minutos.  El director de este engendro apestoso es Mike Newell, es posible que no os suene de nada este tipo pero si os digo que es el director de films como “Cuatro bodas y un funeral” y “Donnie Brasco” seguro que os preguntáis que cojones le ha pasado para hacer este bodrio, claro que dirigir un episodio del Harry Petas e infumables dramas rosas como “Amar en tiempos de cólera” daban pistas de hacía donde se dirigía su carrera. Hacía el vertedero estaba claro, pero no hacía la mierdaca al uso disfrazada de blockbuster pixelado. Al lado del Príncipe de Persia los seres azules de Cameron son un manjar exquisito.
Esta vez no pienso comentar nada del argumento porque es horroroso, tampoco pienso copiarlo de filmaffinity ni similares porque no vale la pena. Sólo quiero que quede claro que no recomiendo este film ni a mi peor enemigo. Saltos y más saltos, ordenador por un tubo, frases de risa y actuaciones abominables. Lo de Gyllenhaal es de traca, menudo cutre de tipo, qué malo es. Eso sí, se ha puesto super cachas cosa que agradecerá la muchachada adolescente y así ha firmado una trilogía o eso leo por las webs. En eso le tengo que aplaudir, ha firmado un contrato por tres pelis por una pasta descomunal por ponerse cachas, y saltar como un energúmeno para acabar diciendo una frase ridícula y besar a una tía que está buenísima y que nadie sabe como se llama. Ahora, lo que se dice hacer buenas actuaciones y participar en buenos films ya lo descartamos del todo, y que no me venga nadie nombrando "Donnie Darko" o "Brokeback Mountain" porque en el primer caso el film es muy bueno a pesar de su penosa actuación y en el caso de los vaqueros gays mejor no volver a ver la película. Malísima!. Ya no quiero pensar que llevó a Ben Kingsley a participar en este bodrio, supongo que debe pasar la pensión a su ex. Bueno, diez minutos de flagelación e indignación que fueron parados rápidamente cuando el saltimbanqui del protagonista asalta un castillo solito. Lo mejor del film es sin duda lo buena que está la protagonista, lo malo es todo lo demás. La alternativa no fue tampoco la releche pero se dejó ver. La última de Mel Gibson es bastante mala pero es honesta, no engaña ni pretende nada más que hacerte pasar el rato con un policía que investiga una trama política que acaba con la muerte de su hija. Nada nuevo, Mel en estado puro ya algo viejuno. Pero al menos para ver la película no tienes la sensación de tener que darle a la cruz o al cuadrado del mando para que las secuencias avancen.
"Para un servidor de ustedes, lo que dice David Bowie va a misa. Por ese motivo, cuando el hombre dijo hace unos años que el grupo canadiense Arcade Fire era lo más grande que había oído en tiempos, me hice rápidamente con su primer trabajo. Si Bowie decía lo que decía, yo estaba obligado, por lo menos, a darles una oportunidad a esos chicos de Montreal. Les di tres antes de rendirme, archivar el disco y olvidarme de ellos: hacía tiempo que no me aburría tanto. La crítica se rindió a Arcade Fire, pero a mí sus canciones me resultaban severas, pomposas y llenas de pretensiones.
Al repasar las figuras vitales en el rock de los sesenta y setenta acostumbran a salir siempre los mismos nombres, estrellas que se han ganado por derecho propio el ser indispensables en esto del rock pero como en todo siempre se acostumbra a ser injustos con alguien. Es el caso de los rivales de Stones, Who y Kinks. The Small Faces eran tan buenos como estos en la misma época claro que luego cada uno cogió un rumbo diferente que los llevó donde todos sabemos. Aquellos Small Faces estaban formados por el increíble Steve Marriott, Ian McLagan, Kenny Jones y por supuesto por el personaje que hoy nos ocupa, el gran Ronnie Lane. Ronnald Frederick Lane nació el 1 de Abril de 1946 en Plaistow (England), junto a Kenny Jones y su batería formaron un grupito donde Lane tocaba la guitarra que dejó por el bajo al entrar en el grupo Marriott que introdujo a ese par de jovenzuelos en la música negra de Motown y finalmente formaron los Small Faces junto al teclista McLagan. Aunque Lane es el formador original del grupo la fuerte personalidad de Marriott, su forma de tocar la guitarra y su impresionante voz le convirtieron con suma facilidad en el líder del grupo quedando Lane en un bonito segundo plano. El grupo era pura dinamita y sin duda fueron la punta del iceberg del movimiento mod con singles impresionantes que están muy bien escogidos en el doble recopilatorio imprescindible “The Darlings of Wapping Wharf Launderette” el cual recomiendo encarecidamente donde aparecían joyas como “Here comes the nice”, “Green circles”, “Eddie’s dreaming”, “Itchicoo park”, “Tin soldier” y muchísimas más, un total de 50 cancionacas que incluso incluyen tomas en directo, rock de alto voltaje de la última época del grupo y por supuesto el disco enterico que les encumbró en leyendas y que es un verdadero clásico, hablo claro de “Odgen’s Nut Gone Flake”. Amén.
En 1968 los Small Faces entregan su mejor álbum que sigue la línea de “Sgt. Peppers”. La portada del disco es de las que hacen época, sus canciones son impresionantes. Toda la primera cara es una vacilada total y es que “Afterglow (of your love), “Rene”, “Song of a baker” y por supuesto “Lazy Sunday” son imbatibles, son clásicos instantáneos que te seducen y llevan al huerto con suma facilidad. Aún hoy suenan frescas y aún consiguen impresionar al personal. Pero claro, lo que nos espera en la cara b es acojonante, una historia narrada con magia donde las canciones van y vienen, destacando ese trallazo que es “Rolling over” y la estupendísima “Mad John”. “Odgen’s Nut Gone Flake” es sin duda uno de mis discos favoritos de la historia y eso creo yo es mucho decir. Pero bueno, los Small Faces tocan el cielo con el disco pero poco a poco Marriott necesita más, más guitarra, más rock duro, incluso cuenta la leyenda que gracias a Keith Richards provó para entrar en los Stones pero al ponerse a cantar el señor Jagger le vetó. De todas formas su personalidad no encajaba en el corralillo de Jagger/Richards, así que dejó a las caritas con el culo al aire y montó junto a un jovencísimo Peter Frampton el supergrupo de hard rock “Humble Pie”. Grupo que recomiendo encarecidamente y que es imprescindible para entender el movimiento hardrock que llevó todo al heavy que vino después. Lane no tenía la mínima intención de dejar abandonado su grupo, su idea así que junto a Kenny Jones y McLagan se pusieron a buscar sustituto.
En la movida musical de la época destaca sobremanera el grupo de Jeff Beck en el cual pasaban grandes figuras del rock cuando eran jovencitos y casi desconocidos, se hacían un nombre para luego abandonarle. Las dos últimas figuracas que dejaron a Jeff Beck con el culo al aire fueron ni más ni menos que Ron Wood y Rod Stewart, ambos hablaron con Lane y ficharon por el grupo. Dejaron de ser los Small Faces para convirtirse en The Faces, dejaron la esencia mod y el hippismo y viraron hacia el blues-rock stoniano. La voz de Stewart impresiona y uno entiende porque ese tipo hortera es tan famoso y reconocido. El grupo de Lane del 70 al 73 publica cuatro discazos inconmensurables aunque para principiantes es bueno recomendar la compilación “Good Boys When They're Asleep”. De Lp’s no hay ninguno malo pero particularmente me quedo sin dudar con el impresionante “Long Player” de 1971, un auténtico clásico nikochiano. En aquel disco encontramos tres trallazos de esos que quitan el hipo, hablo claro de “Bad’n’ruin”, “Sweet lady Mary” y “Had me a real good time” y como no la espectacular versión “Maybe i’m amazed” de McCartney. Discazo, discazo. Los Faces están que se salen pero la volada que está cogiendo Stewart comienza a tensar el grupo, lo hace tanto que Lane tira la toalla y se pira con la salida de “Ooh La la” (1973), lo que provoca una estampida general. Stewart comienza su exitosa y extraña carrera en solitario, Kenny Jones sustituye al difunto Keith Moon en los Who, Ron Wood se hermana con Richards y se integra como un Stone más, McLagan trabaja como músico de sesión de postín y como curiosidad se casa con la viuda de Keith Moon. Lane forma el grupo “Slim Chance” y comienza su carrera en solitario.
La carrera en solitario de Lane no tiene desperdicio y justamente ahora estoy profundizando en ella. Ya conocía su debut en solitario llamado “Anymore for anymore” y su continuación “Ronnie Lane’s Slim Chance” ambos del 74 pero nunca les he prestado la atención que se merecían a pesar de tener canciones cojonudas y tener ese sonido que suele engatusarme con facilidad. Tal vez mi mayor incursión en su carrera en solitario fue cuando colaboró con uno de mis ídolos, Pete Townshend, en el disco de 1977 “Rouge Mix”, imprescindible, lo prometo. El disco contiene material de lujo y colaboraciones que quitan el hipo como la de Clapton, Entwistle y Charlie Watts, además de contener la cancionaca Misunderstood que me chifla del todo. Durante la grabación del disco a Lane se le diagnosticó esclerosis múltiple que comenzó a joderle, se mudó a Texas y siguió involucrado en la música pero ya en un segundo plano. Ronnie Lane falleció en Colorado el 4 de Junio de 1997 debido a una pneumonía hijadeputa. Nos dejó un gran referente de la música, una figura imprescindible en la historia del rock que a veces se tiende a olvidar debido a la presencia de las megaestrellas multimedia. Sin él nada hubiese sido igual y los amantes del rock nos hubiésemos perdido infinidad de excelentes canciones y discos imprescindibles. Gracias Ronnie.
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