EELS X PARTIDA DOBLE

Qué majo es el Nicho a veces leñe... Sabiendo que uno es (muy) fan del Sr. Everett (o Eels, que es lo same), el tipo se las ingenió para mover sus contactos con la cia, el kgb, la interpol y el Betis (único organismo que me merece las mayúsculas del grupo) para llevarme al hospital, donde convalecía por una durísima operación de espalda que solo yo (y quizá Chuck Norris) puede tener arrestos de soportar en este planeta, el último disco del insigne barbudo fumador de puros: "end times". Rematando la faena el marciano, ya tocando las navidades y una vez "desherniao" (y en casita), al regalarme el libro autobiográfico de Mark. O. Everett titulado "Cosas que los nietos deberían saber" por mi trigésimo cuarto aniversario (detalle pergeñado en comándita con su enfermera favorita -algún día pondré un post incendiario a colación de este gremio, ya aviso- cómplice de los delitos diarios). Excelente y muchas graciacas (igual hasta te dejo el libro y todo).
Tras dejar "respirar" un poco al doble botín, llega la hora de valorar en mis modestas posibilidades (que de "modestas" solo tienen el quedar bien -al ser uno más chulo que un ocho verde pistacho y tal-) tanto disco como libro.

"Cosas que los nietos deberían saber"
Lo primero que me llamó la atención por motivos obvios es la solapilla exterior con las opiniones del Pete Townshend ("uno de los mejores libros jamás escritos por un artista") y de Rodrigo Fresán -autor del prólogo del artilugio- ("el mejor libro de autoayuda que no intenta ayudar a nadie pero que lo consigue casi sin proponérselo")... bueno, tampoco hay que hacer mucho caso, pienso para moi: uno es colega y el otro fan (y hay que vender la burra, no nos engañemos... solo faltaría que apareciera en la portada algo del tipo: "vaya bazofia te acabas de comprar colega" o "¿te sobran los cuartos, no?" -que igual así aún vendían más, que nunca se sabe con la de piraos que hay en este mundo-). En cualquier caso, al desplegar la vitola naranja -y de paso descubrir del todo la bonita portada con los pajaricos-, leo una breve intro sintetizando el contenido del libro (lo que sería la vida del pájaro protagonista), las fotos de las portadas de todos los discos "anguilaos" hasta fecha presente, un top-10 de "cosas que no sabías sobre la barba del cantante de Eels" (impresionante), una mera reseña donde se aprovecha para señalar la condición de amante de los perros -además de las aves- del tipo y, finalmente -al desplegar del todo el tema-, una espeluznante foto en b/n del susodicho con su perraco actual -supongo- que de verdad (pero de verdad) acojona lo que no está escrito. Metidos ya en harinas, desde el mismo prólogo se nos aconseja escuchar el inagotable "blinking lights..." (el, ahora, antepenúltimo elepé del barbas) a modo banda sonora para la lectura... Bueno, tampoco es mala idea pero lo cierto es cualquiera de los discos sirve para dicho propósito. En él hay momentos para todos los estados de ánimo, y aunque prolifera cierta sensación de tristeza en no pocos pasajes (la vida de este señor -por temas de pérdidas y relaciones familiares- no es como para descojonarse de la risa), su gran acierto es la absoluta falta de victimismo y/o fatalidad. No se pierde en afectismos ni tópicos de baratillo (nada en la dirección de "mirad que desgraciado soy, que ejemplo de autosuperación") y logra un tono distendido y altamente adictivo, que sabe ser completamente natural sin "ir de guays" ni vacilar para nadie ni nada y que, posiblemente lo mejor, agrada por si mismo (como vehículo, como libro vaya) más allá de si uno es seguidor de los Eels o no. A aquellos que ya sepan algo o bastante de la vida de Mr. E, eso si, se cargarán de nuevas razones para que el individuo les caiga todavía mejor. Desde luego el personaje es real, no impostado, y rezuma un carisma sin pretenderlo que lo hace entrañable a su modo tortuoso, peculiar y , en efecto, algo (beautiful) freak. En lo que si estoy de acuerdo con el Sr. Fresán desde su prólogo es en que la vida de Everett -ya ahora- sería una historia perfecta para que la dirigiera Wes Anderson (en su mejor versión -la de las dos primeras pelis-, añadiría yo). Y aquí lo dejo, no entro en detalles pero, aunque diox me libre de ir por los sitios recomendando libros sobre todo sin conocer nada -o poco- de la persona a la que te diriges, si creo que, por la agilidad narrativa y genuidad (nadie como uno mismo para contarte su historia) que atesora, se hace susceptible de ser devorado por cualquiera que le hinque el diente sin problema (yo ya me lo he leído de principio a fin y sin descanso en un par de ocasiones y creo que, antes de pasárselo al Nicho, conseguiré el hat-trick) .
"End times"
Se confirman las sospechas... Tras el subidón del "Hombre lobo" llega la calma con un disco bastante más reposado y menos explosivo (aunque tan acojonante como cabe esperar... como siempre). Otro gran trabajo a sumar a una colección de la que ya hace tiempo que aprendí que liarse a hacer rankings es tirar el tiempo de forma chorras y gratuita. Más tranquilo este "end times", si, pero (cuidao) también se debe señalar que al igual que el anterior no es "solo caña" este no es "solo calma"... "Gone man", "paradise blues" y "unhinged" tienen las guitarritas necesarias para constar en cualquier "pout-pourri animado" de los Eels (la primera con su obvia guitarra "beatlelera" tiene una pinta single -lo sea o no- que no puede con ella). Mencionar también que hay un par de pistas muy breves con trampa que funcionan como nexo entre canciones sin serlo ellas ("apple trees" y "high and lonesome") pero que ayudan (más) al "man called E" a apuntalar mejor lo que pretende generar en términos globales cuando busca ex profeso discursos menos eléctricos (recurso de su agrado ya empleado en "electro-shock blues" y "blinking lights..."). Por lo demás, festival folkie pseudoacústico y con breves destellos poperos (mediante órganos, pianitos o lo que toque) que nos devuelve al inmenso y ya mentado "electro-shock" a todos los fans... y más que nunca: "nowadays", "in my younger days", "end times", "little bird", la inicial "the beginning" y alguna más que se queda pal tintero, son la (tercera) cara perdida de aquella impagable burrada de segundo elepé de los Eels. Mi favorita eso si, y sin duda, es "mansions of Los Feliz" que ya me la imagino abriendo la peli del Wes Anderson... El octavo trabajo indispensable de los ocho discos de estudio editados hasta día de hoy por Mark. O Everett -bajo el pseudónimo Eels- para sus incondicionales (como el que suscribe, que soy fan hasta el punto de dejarme también las barbas lo más ralas que pueda y que, actualmente, siguiendo al gurú he empezado a fumar puritos en vez de cigarros). No podía empezar mejor este 2010 musicalmente hablando para mi (renovadas gracias al -últimamente irascible en general- Nicho y de rebote al Gramófono).

Pd. "pusimos Eels de nombre para que la gente nos encontrara en las tiendas a continuación de los dos discos en solitario -tiene dos discos previos firmados sencillamente como E: "a man called E" y "broken toy shop"-, pero la cagamos porque no tuvimos en cuenta a los Earth, wind & fire ni a los Eagles...".

2 comentarios:

  1. Lo del libro tiene delito... delito que aún no me lo hayas dejado, cabronazo!. El disco lo tengo antes que tú, obviamente, pero por unas cosas u otras no le he dedicado el tiempo suficiente ni una escucha en condiciones, culpa de ello la tiene la cajita de los Stones, y mis tres nuevas adquisiciones: The builders and the butchers, Danny and the champions of the world y Spoon. Demasiado pal cuerpo, aunque seguro que lo siguiente es el cabronazo de Eels.

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  2. Aquí el muá el de Mr.Ë se lo consiguió en limited edition (2CD)el primer dia que salió,ya tengo toda la Discographie.

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