Me he levantado hoy con la intención de comprarme dos entraditas para ver al modfather, Paul Weller, el día 17 en la sala “espacio movistar” de Barcelona, y a pesar que el sitio no me gusta en absoluto, que las entradas van a 33 euracos y que estamos en una época en la que lo correcto es apretarse el cinturón, me iba a comprar las entradas. Su nuevo disco que es sensacional, su pasado en solitario que justifica cualquier desembolso al igual que su época en The Jam, además el último concierto al que asistí de Weller fue brutal, y creo que estas eran razones suficientes para acudir a verle de nuevo. Pero de golpe aparece un problemón, un obstáculo al parecer insuperable debido a un mal cálculo nikochiano, el día 17 trabajo de tardes en la rebotica, no puedo salir antes, y difícilmente puedo haceme un cambio, lo único posible es cambiar un viernes por un sábado y eso no me parece muy buen plan, no me apetece trabajar tres sábados seguidos, maldición!, estoy metido en una terrible encrucijada, me equivoqué, que tonto soy, al tocar en Madrid el 18 pensaba yo, pobrecito de mi, que las fechas eran al revés, menudo chasco me he llevado, me jode perderme a este tipo, pero por otro lado, dos entradas mas las cervezas pertinentes y cualquier cosica que venda este tipo como una camiseta, una chapita o cualquier chorrada por el estilo podían caer, así entre pitos y flautas me hubiese gastado cien euracos, y no está el horno para bollos, creedme, así pues he ganado dos cosas: cien euros y un berrinche morrocotudo debido a mi inutilidad innata, el berrinche se me pasará, pero los cien euros servirán para otros menesteres lúdicos, o eso espero, la cosa está muy mala y el hijoputa del señor Trichet nos lo pone cada día mas difícil, acabaré comiendo cada día raviolis como en aquella mítica serie televisiva, o haciendo la calle, o las dos cosas, mejor me guardo los cien euros por si este país se va al garete.
Berrinche tontuno
Me he levantado hoy con la intención de comprarme dos entraditas para ver al modfather, Paul Weller, el día 17 en la sala “espacio movistar” de Barcelona, y a pesar que el sitio no me gusta en absoluto, que las entradas van a 33 euracos y que estamos en una época en la que lo correcto es apretarse el cinturón, me iba a comprar las entradas. Su nuevo disco que es sensacional, su pasado en solitario que justifica cualquier desembolso al igual que su época en The Jam, además el último concierto al que asistí de Weller fue brutal, y creo que estas eran razones suficientes para acudir a verle de nuevo. Pero de golpe aparece un problemón, un obstáculo al parecer insuperable debido a un mal cálculo nikochiano, el día 17 trabajo de tardes en la rebotica, no puedo salir antes, y difícilmente puedo haceme un cambio, lo único posible es cambiar un viernes por un sábado y eso no me parece muy buen plan, no me apetece trabajar tres sábados seguidos, maldición!, estoy metido en una terrible encrucijada, me equivoqué, que tonto soy, al tocar en Madrid el 18 pensaba yo, pobrecito de mi, que las fechas eran al revés, menudo chasco me he llevado, me jode perderme a este tipo, pero por otro lado, dos entradas mas las cervezas pertinentes y cualquier cosica que venda este tipo como una camiseta, una chapita o cualquier chorrada por el estilo podían caer, así entre pitos y flautas me hubiese gastado cien euracos, y no está el horno para bollos, creedme, así pues he ganado dos cosas: cien euros y un berrinche morrocotudo debido a mi inutilidad innata, el berrinche se me pasará, pero los cien euros servirán para otros menesteres lúdicos, o eso espero, la cosa está muy mala y el hijoputa del señor Trichet nos lo pone cada día mas difícil, acabaré comiendo cada día raviolis como en aquella mítica serie televisiva, o haciendo la calle, o las dos cosas, mejor me guardo los cien euros por si este país se va al garete.
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