Apunten el nombre de Max Kinghorn-Mills. Memorícenlo y grábenlo a fuego en su quijotera. Pertenece a ese selecto y escueto grupo de jóvenes talentosos a los que habrá que seguir la pista independientemente del proyecto que tengan entre manos. Apunta a artista grande, a poseedor del mojo, a geniecillo en ciernes. El amigo Max se enfunda en la piel de una banda a la que llama Hollow Hand que bebe directamente de la tradición sixtie más clásica ya sean Beatles y Kinks, cantautores a lo Donovan y se acerca a los ejercicios nostálgicos que ya otros muchos han realizado estos últimos años tipo "Morning Phase" de Beck, o los ejercicios beatlelianos que hacen mis adorados Dr Dog, luego, mete todo en el túrmix y le sale un batido inmejorable. Curiosamente no es este el primer trabajo de la banda. Existe una especie de EP llamado como la canción que abre el disco pero que no llegó a deslumbrar como lo ha hecho su primer largo. "Star Chamber" es de esos discos que un servidor descubre tarde y no incluye en su lista de favoritos. Creedme si os digo que estaría entre los diez mejores discos del 2018. Un disco de esos que te dejan con el culo prieto desde la primera escucha pero que con las sucesivas te van hipnotizando y van aumentando su poder, puesto que solo hace que crecer y crecer, mientras nosotros, totalmente asombrados y deleitados con sus sonoridades, únicamente podemos ir limpiándonos la baba. Vale. Será fácil ponerse de acuerdo y llegar a la conclusión de que el chico no inventa nada, pero no está todo ya inventado? Estamos ante una delicatessen absoluta. Un disco de yo me lo guiso y yo me lo como. Un disco que emana una atmósfera bella y mágica. Sin duda uno de los mejores trabajos del 2018.
Hollow Hand - Star Chamber (2018): 01.- Ancestral Lands/ 02.- One Good Turn/ 03.- Blackberry Wine/ 04.- A World Outside/ 05.- Milestone/ 06.- It’s You/ 07.- Two of Us/ 08.- End of Everything/ 09.- Made Up My Mind/ 10.- Avalon/ 11.- Land of the Free.
Es escuchar los primeros acordes de "Ancestral Lands" y caer rendido a los pies de Max Kinghorn-Mills. Tiene estilo propio pero nos hace conectar fácilmente con millones de cosas que nos gustan aunque no sea fácil hacer una comparación exacta. "One good turn" es más moderna, más de nuestro tiempo pero sigue con ese aura mágica. Tiene este segundo corte algo de los Byrds, algo incluso de guitarras smithteras, tiene esa beatlesque, y un estribillo que es oro puro y que nos hace esbozar una sonrisilla de felicidad. Una de las joyas de la corona es sin duda "Blackberry Wine". Sixtie total. Reminiscencias a Kinks y coetáneos. Juguetona e irresistible. Deliciosa y coqueta. "A world outside" es oro puro. Enlaza con los clásicos más clásicos que podamos imaginar/recordar. La forma de explicar las historias, los arreglos... Mágico. "Milestone" deja lo "brittish" por un instante y cambia de lado del charco y se impregna del verano del amor. Hay reminiscencias a los "Airplane", a "las mamas y los papas" y animales de similar pelaje, el amor se respira en el ambiente.... El periodo post-beatle entra en escena con "It's you". Una balada a lo Big Star, de las de pelos de punta. "Two of us" tiene esas guitarras tan familiares y enlaza maravillosamente con otro de los grandes temas del disco, una "End of everything" que es un clásico instantáneo. Y todo lo que os explique de este disco es quedarse corto. El final nos acecha con tres grandes temas. "Made up my mind" tiene incluso dejes vocales a lo David Byrne.... es increíble... qué maravilla! "Avalon" es la típica canción que Sir Paul McCartney se sacaba de la chistera después del té de las cinco, de esas que nos enamoraba y que podríamos encontrar perfectamente en el "White Album"..... Cierra este tremendo artefacto, "Land of the free", entre lo mágico y lo épico, entre la lisérgia brittish de los 60 y el hippismo americano.... con los Beatles y Brian Wilson en el retrovisor..... Todo suena a ya escuchado, todo suena de lujo. Sin duda estamos ante uno de los discos del año pasado. Un favorito personal.
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