Tindersticks - The Waiting Room (2016)


Para muchos Nottingham es una ciudad medieval situada en los East Midlands ingleses, una coqueta ciudad medieval con su castillo incluido a la que hace muchos siglos regresó de las Cruzadas el Rey Ricardo Corazón de León con la sorpresa de encontrarse a su hermano Juan usurpando su trono, y estrangulando a los fieles del Rey, a sus ciudadanos, con la ayuda y el beneplácito del Sheriff, teniendo sólo como oponente, rival y salvador de Nottingham a la leyenda llamada Robin Hood, un ladronzuelo que robaba a los ricos para darles lo robado a los pobres. Nottingham además puede presumir de tener a uno de los más queridos y losers equipos del fútbol inglés, el Nottingham Forest campeón de la antigua UEFA los años 79 y 80; y si esto no es suficiente de allí salieron talentos como Bruce Dickinson, Jake Bugg, Andy Cole o la banda que hoy nos ocupa y que perfectamente podía haber tocado su rock de cámara en las salas de la corte del Rey Ricardo, los Tindersticks. El líder de esta increíble banda inglesa no es otro que Stuart Ashton Stapples que desde 1993 ha entregado como mínimo una tripleta de discos increíbles e imprescindibles: "Tindersticks" (93), "Tindersticks II" (95) y por supuesto la POM "Curtains" de 1997. Entre estas tres joyas de la corona hay otros discos notabilísimo e incluso alguno en solitario de Staples como "Leaving Songs" que son pura orfebrería musical. Stapple y los Tindersticks podrían emparentarse con los inclasificables Lambchop, con Nick Cave, Isbell, Cohen, Bonnie Prince, Richar Hawley.... de todo eso hay un algo peor no todo, de esos sonidos sin duda salen rasgos de lo que es el estilo propio de los Tinderstick, un Universo sonoro muy particular, para nada fácil pero que dedicándole algo de tiempo acaba dándonos sus frutos, saboreándolos y apreciándolos como es debido. Su nuevo disco "The Waiting Room" no llega a la magia o misticismo de esa tripleta magnífica que nombré antes pero se acerca y mucho, y en mi modesta opinión se acerca y supera a mis amados "The Hungry Saw" y al disco en solitario de Stuart, que es sin duda un clásico nikochiano, "Leaving Songs". 


Tindersticks - The Waiting Room (2016): 01.- Follow Me/ 02.- Second Chance Man/ 03.- Were We Once Lovers/ 04.- Help Youself/ 05.- Hey Lucinda/ 06.- This Fear of Emptiness/ 07.- How He Entered/ 08.- The Waiting Room/ 09.- Planting Holes/ 10.- We Are Dreamers!/ 11.- Like Only Lovers Can.

El disco desprende un aroma a banda sonora cinematográfica, a bella y melancólica historia. Desde la belleza sonora de "Follow me", un misterioso tema instrumental encargado de abrir el disco, somos conscientes de estar ante un gran trabajo de Staples y compañía. El órgano y la cavernosa voz de Staples en "Second change man", entregan una bellísima canción al más puro estilo Wagner/Lambchop que me enamora y se introduce en mi cerebelo, desde que sonó por primera vez, para no dejarme y ya nunca abandonarme. "Where we once lovers" muestra un funki juguetón mediante un bajo eléctrico que quita el hipo, un tema descomunal que va creciendo, un tema circular que crece a cada nota... otra vez muy Lambchop, teñido de un Cave con sus malas semillas. El camino de las malas semillas seguimos encontrándolo en el soul-funkoso de "Help Yourself", un temón de esos que me vuelven tarumba con los vientos dominando el cotarro. Y entonces llega una pequeña obra maestra, belleza divina es lo que encontramos en "Hey Lucinda" donde comparte protagonismo vocal con Lhasa de Sela con quién ya había colaborado en su disco en solitario en sin lugar a dudas su mejor canción "That Leavin Feeling". "Hey Lucinda" es preciosa, con esas dos voces tan perfectamente complementarias como de belleza sideral, y por supuesto sus arreglos de cuerda y viento, y sus cambios de ritmo. La primera primera parte del disco se cierra con otra instrumental de lujo: "This fear of Emptiness" que simplemente es oro puro. "How he entered" tiene esa magia que derrochaba Lou Reed, ese recitado de leyenda, esos pelos de punta, esa sensibilidad y belleza que no cabe en el pecho. Una canción redonda, de mis favoritas en lo que va de año, una preciosidad, una exquisitez. La canción que da nombre al disco, "The Waiting Room", no le va a la zaga pues resume muy bien lo que son los Tindersticks y como bien decía el maestro Chals Roig en Exile SH Magazine tiene un algo de Terry Callier que yo no supe ver de entrada pero que con lo dicho pude detectar algo más tarde. Con la instrumental "Planting holes" abren el camino hacia el final, primero con "We are dreamers!"que se mete de lleno en el mundo de Nick Cave: su pulso, su esencia, su atmósfera es puro "Bad Seeds". Y cierran con la delicadeza de "Like only lovers can", cierran así un disco estupendo, tal vez el mejor en lo que llevamos de año, un disco en el que los Tindesrticks vuelven a mirar al pasado, a sus raíces, entregando un señor disco de los que se saborean a fuego lento.

2 comentarios:

  1. Fantástico disco, coincido contigo, el mejor disco en lo que llevamos de año. Y tienes razón respecto a ese punto a Lambchop y Hawley, qrandísima reseña. (y gracias por la mención)
    Abrazo

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  2. Ese apunte asemejando a la banda a un cuarteto de cámara en el entorno medieval inglés tiene su buen punto. Refleja muy bien la peculiaridad de la música de Tindersticks, del que solo tengo "The Something Rain", un disco que me dejó muy gratamente sorprendido. A estesu nuevo trabajo ya le tengo echado el mal de ojo, o sea, que lo compro en cuanto cobre la pensión de alquiler.
    Abrazos,
    JdG

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