La Muñeca Rusa de Juan Miguel Contreras

Viajaba calentito dentro de mi bolsa el libro “La muñeca rusa” de Juan Miguel Contreras esperando su oportunidad pero no encontraba el momento, después de muchos meses de devorar un libro tras otro me había quedado sin apetito. Y personalmente tenía ganas de leerlo pues llegó a mis manos gracias a la amabilidad y generosidad de su autor que me envió su obra a casa pues nos unen gustos musicales parecidos y formamos parte de esa extraña familia bloguera que hemos formado algunos locos apasionados de la música. Pero tampoco quería leer el libro forzado, con prisas. Quería disfrutarlo así que lo dejé reposar y él mismo al final encontró el momento y me lo hizo saber. La semana pasada me senté, abrí el libro y lo devoré en cuestión de horas. Me encantó. Debe ser realmente difícil escribir una historia cualquiera y tremendo crear esos personajes que crea Juan Miguel aka Caimán Sincopado, pero ya, hacerlo así de bien es la repera. Para mí la historia es una historia de amor o desamor, de amor incomprendido por una mujer, por una ciudad o por una vida pérdida. El checo Milos Meisner abandona Praga, abandona a sus amistades y a Irina. Una joven ingresada en el hospital mental donde él trabaja, hija de un cosmonauta desaparecido en el espacio. Milos sale de Checoslovaquia huyendo de la invasión rusa, buscando su destino e intentando encontrarse a sí mismo, viaja por Europa, vive en París y acaba en un pueblecito costero donde encuentra en el dueño de una pequeña librería un amigo con quien desahogarse a su manera. Como digo el libro me ha encantado, el personaje principal, Milos, es un personaje increíble con mil cosas que explicar, del que nos gustaría saber más y más, y hay imágenes que el libro me ha trasmitido de una belleza exquisita e ideas ingeniosas. No lo digo por cumplir, ni por quedar bien. Lo digo de verdad verdadera. “La muñeca rusa” es una pequeña gran historia. Felicito a su autor por ella y os recomiendo leerla, no os arrepentiréis. 

3 comentarios:

  1. Joder, Nikochan, le doy las gracias, en privado, en público y por aquí... Me alegran muchísimo sus palabras tan amables. Reconozco que Milos es una persona que me ronda muy a menudo, aún hoy, y le debo muchas cosas, quizá contar más cosas de él... quizá aparezca en la historia de otra gente... Un abrazo...

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