Don

Seguramente a la mayoría de vosotros no os sonará para nada el nombre de Michael Schacht, esto tampoco tendría que preocuparos mucho si es que no soys unos enganchados a los juegos de mesa en cuyo caso el desconocimiento no tiene perdón alguno. “Hansa”, “Coloretto” y “Richilieu” son tres grandes obras suyas, los dos últimos los tengo en mi poder y al primero jugué una partidica que me dejó con ganas de profundizar. Ahora y gracias a la gran generosidad meepleniana gozo de otra obra de Schacht llamada “Don”. El juego es uno de esos maravillosos “fillers” que te enganchan como una cosa mala como lo son también “Richelieu” (uno de mis favoritos) y “Coloretto” pero esta vez con una temática mafiosa y un tono puteante y de farolero de auténtico lujo. En Don somos mafiosos que queremos apoderarnos de los distintos distritos de Chicago a base de dólares. Realmente es un juego de pujas donde cada jugador recibe 12 fichas (dólares) y en cada ronda se tendrá que pujar por los diferente distritos (cartas), estas pujas van por paquetes de una carta, dos cartas, tres cartas, una carta y así sucesivamente. Los distritos/cartas van por colores y al final gana quién tenga más puntos los cuales se consiguen contando los distritos: 1 distrito del mismo color da 1 punto, 2 del mismo color dan 3, 3 darán 6, 4 dan 10, y 5 dan 15, además el jugador con más fichas/dólares gana 2 puntos. La verdadera gracia del juego es la restricción en las pujas. Las cartas del distrito llevan un número grabado, al coger esa carta con su número esto nos recuerda que no podemos ofrecer a partir de entoces en otra puja el mismo número de fichas que marca el número de la carta. Es decir, si hemos cogido un distrito con un 2, ya no podremos pujar con dos fichas, ni con doce, ni con 22. Si hemos cogido un distrito con un 0, no podremos pujar con 10 fichas, ni 20, ni 30. Me explico???? El jugador que gana la puja se lleva la carta/s, pero quién se queda el dinero? Pues si el jugador gana la puja con por ejemplo 7 fichas, esas 7 fichas se las quedará aquel jugador que tenga más cartas con el número 7, en caso de empate se reparten equitativamente y si sobra alguna queda de bote para la siguiente puja. Hay alguna variante que endurece y dificulta el juego y alguna que otra sanción para los faroleros. El juego parece una chorrada pero realmente da una vidilla impagable. Lo recomiendo para iniciarse en el mundillo jueguil, sobretodo para esas tardes lluviosas de verano en las que tener “Don” y estar rodeado de amiguetes puede ser una bendición aunque el tiempo intente amargarnos las vacaciones.

2 comentarios:

  1. El concepto "juego de pujas" me parece sumamente interesante (mi juego favorito de naipes "la pringada" o "el podrit" funciona en base a eso). Pero ojo a la última cuestión que me ha llamado la atención en materia lúdica: el ajedrez chino ! (que chungo que es de pillar el cabrito pero, no se duda, lo seguiremos intentando).

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