Michael Kiwanuka - KIWANUKA (2019)


Aquella obra de orfebrería del 2012 a medio camino del folk y el soul con aromas a Van the Man titulada "Home Again" me enamoró desde la primera escucha. El debut del británico de origen ugandés Michael Kiwanuka hijo (curiosamente como los Davies) de Muswell Hill era ese típico disco que te deja en pelotas, que embruja y da calidez a nuestras maltrechas almas. Como era un disco debut corría el peligro Kiwa de estropearse por el camino, de que fuese flor de un día, de que entrase en el club del "One album wonder"... Pero no fue así. Y no es que ese segundo y difícil segundo disco no estuviese a la altura sino que multiplicó por diez todo lo escuchado, le dio una vuelta alucinante al estilo y saltó sin red. "Love & Hate", desde su mítica e icónica portada, nos mostró a un Kiwanuka excelso, en estado de gracia. Refrendado todo por un directo exquisito (BCN/Bikini 16/11/16) que pintaba a gafapastismo por el tipo y la cantidad de público asistente, además de contar con casi todas las canciones de ese disco como banda sonora de mil y una series que hacían que llegase a un público más amplio de lo esperado. Y claro, la cosa con Kiwanuka se había puesto sería. Hacia donde le llevaría su carrera? su nueva y recién estrenada fama? Todo era un misterio, y la tardanza en publicar nuevas canciones nos ponían la mosca detrás de la oreja, como también el single gracioso y molón que editó a principios de año, aquel "Money" funkero y discotequero que alegra a cualquiera pero como hemos podido comprobar no pegaba para nada con su nueva colección de canciones. Además, para rizar el rizo, que Danger Mouse estuviese detrás de las nuevas tonadas no sé si era buena o mala señal. Su influencia suele ser máxima y su abrirse a la comercialidad también, por suerte Kiwanuka es un artistazo y ha sabido aprender y vampirizar del productor, y no dejarse llevar.... El disco que hoy nos ocupa es un auto-afirmación del artista. Un disco personal y con mucha personalidad de, sí ya lo podemos decir, un genio de nuestro tiempo. Titulado "Kiwanuka" y con una portada de un retrato suyo ataviado como un rey ugandés colonizado por los británicos lo que nos encontramos es una tremebunda colección de canciones pero que para que funcionen del todo deben ser escuchadas de principio a fin, y con ese orden concreto que han ideado y decidido Michael y el ratón peligroso. Es un álbum a la antigua, ese formato LP que se está, desgraciadamente, perdiendo en favor de los singles y el aquí te pillo aquí te mato. En el disco nos encontramos la influencia de los grandes souleros negros como Gaye, Mayfield, Callier, pero también de las atmósferas pinkfloidianas y de concepto de obra magna y algún que otro ramalazo guitarrero digno del mismísimo Hendrix. Este disco es una puta maravilla, un disco por encima de la media que el tiempo nos dirá si es POM o no, aunque si solamente comparásemos con la añada está claro que sí estaríamos ante obra maestra. Un disco celestial, de un artista que no busca el acomodo, ni la repetición, que arriesga, que vence y convence, que engatusa, enamora y embruja. Michael Kiwanuka es un artistazo como pocos, a sus escasos 30 años (32 tiene el muchacho, cuidadín con el club de los 33 que al parecer Kiwa no va muy bien de salud!) ... Un genio de nuestro tiempo aunque sea complicado decir esto con tan solo tres discos (y qué tres discos!) a sus espaldas y toda una carrera por delante. "Kiwanuka" si no es el mejor disco del año, por ahí andará.


Michael Kiwanuka - KIWANUKA (2019): 01.-You Ain’t The Problem/ 02.- Rolling/ 03.- I’ve Been Dazed/ 04.- Piano Joint (This Kind Of Love) (Intro)/ 05.- Piano Joint (This Kind Of Love)/ 06.- Another Human Being/ 07.- Living In Denial/ 08.- Hero (Intro)/ 09.- Hero/ 10.- Hard To Say Goodbye/ 11.- Final Days/ 12.- Interlude (Loving The People)/ 13.- Solid Ground/ 14.- Light.

Tribalismo al cuadrado para abrir el disco. "You ain't the problem" suena a las raíces de Kiwa y se abre al soul americano de la Stax, los coros (que nos acompañaran durante todo el álbum) aparecen para colorear una canción soberbia, algo diferente al resto del disco, pero que sirve como un puñetazo sobre la mesa. Como un "aquí estoy yo". Tremenda. Como bien todo el mundo piensa, el disco es para saborearlo a la antigua, de principio a fin. Y los enlaces entre canciones son básicos y esenciales. El paso del tema inicial a "Rolling" es bonico del to. Y el temazo, "Rolling" es favoritísimo. Esa guitarrita, ese ritmo trotón, ese Kiwa con todo el poderío en su pelo afro metío.... Qué maravilla!. Y llega "I'ven been dazed" ... melodía próxima a la balada del siglo veintiuno, delicada y bella, con clase y algún que otro toque lisérgico... Muy en la línea de su anterior disco... Señas reconocibles y sonido ya propio. La intro de "Piano Joint" es estupenda. Qué digo, es gloria. Tiene ese aroma a obra grande, a atmósfera pinkfloidiana en su concepto, para luego, al entrar el tema "Piano Joint (the kind of love)" dejarnos en cueros con un piano que suena celestial. Romanticismo al cuadrado. Melodía grandiosa. Llegamos al ecuador del disco con otras dos canciones indispensables. Primero "Another human being" que es una espléndida instrumental, y luego los la la las de "Living in denial" que nos embrujan. Estamos ante una excelente canción (en el disco no hay ninguna que baje del sobresaliente) pero que creo que es el momento bajo del disco. Por suerte, la intro de "Hero" y la propia "Hero", hacen que el disco salte por los aires, convirtiéndose en obra mayúscula. Temón, favorito personal y creo que será de lo mejor en directo. En la intro Kiwa entra modosito para conforme avanza el tema irse espabilando, activando y electrizando, dando un final Hendrixiano que quita el hipo. Demoledora. "Hard to say goodbye" se repone al brillo cegador de "Hero", es un temazo, no hay duda. De otra época. Se toma su tiempo con una intro descomunal de bonita, su calma y su delicadeza: luego Kiwa con la acústica vuelve a sus orígenes y nos da un soulecito maravilloso que poco a poco y con las escuchas se descubre con facilidad como una de las mejores canciones del disco. Y qué decir de "Final days"? con un inicio muy funki y cacharrero... y la voz de Kiwa estirándose para deleitarnos con sutileza. Otro "Interlude" muy bonito, nos lleva a "Solid Ground" que tiene ese piano inicial tan de Lennon... Temón de piel de gallina... El cierre con "Light" es magistral, con su ingeniería sonora maestra para vestir una canción simple pero sobresaliente, con sonoridades brillantes y dejes gospelianos. Kiwanuka confirma lo sabido: es un monstruo, un grande, y su nuevo disco una obra atemporal, bella y básicamente imprescindible.

2 comentarios:

  1. Me consta que me quedo solo en el mundo, pero esto no me dice absolutamente nada, igual no estoy yo para sutilezas últimamente.
    Un abrazo.

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    1. No coincidimos Jorge. A mi Kiwa me parece de un talento abrumador y sus tres discos son tres joyas, este último me tiene enamorado.

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