Historia de un matrimonio (2019)


Había leído cosas maravillosas sobre "Historia de un matrimonio". Estupendas críticas y recomendaciones de peso. Había escuchado también las comparaciones con los films más serios de Woody Allen, también con la mítica "Kramer contra Kramer" de Robert Benton. Una vez vista, la verdad, es que aunque adoro a Noah Baumbach, éste no es Allen pero sí la película quiere acercarse, sin éxito, a ser una nueva "Kramer" aunque para milenials. Como digo, adoro a Baumbach que en si mismo es un Woody Allen milenial. Adoro todas sus películas, sobretodo recuerdo con cariño "The Squid and the Whale", "Greenberg", "The Meyerowitz Stories" (también de Netflix..), "Frances Ha"... Bueno, me gusta mucho su estilo, su ritmo, su pausa, sus diálogos, su melancolía... Y todo eso está presente en "Historia de un matrimonio", al parecer bastante más autobiográfica de lo que pensamos. Todo esto gracias a un guión excelente también suyo, donde retrata el amor, el desamor, el odio y el cariño de un matrimonio que necesita separarse. Todo aumentado por unas interpretaciones asombrosas de sus dos protagonistas. Un excelso Adam Driver y una Scarlett Johansson deslumbrante. Sin duda ellos son la luz del film y están espectaculares. Da gusto ver también de nuevo a Alan Alda (me encanta ese hombre!) y también, porqué no, a Liotta y a Laura Dern, cuyo personaje acabé odiando al final del film, lo que me hace pensar que la tipa lo borda. No es una película original ni asombrosa, ni nos hará llorar.. pero sí duele, si te deja algo descuajaringado. La historia del final de una relación siempre es dura y cuando hay abogados/tiburones de por medio para sacar lo peor de cada uno todo se ve aumentado. El personaje de Alan Alda en la primera reunión con su cliente lo clava, lleva más razón que un santo.... y acaba pasando justo lo que él explica. Lo mejor del film es que Baumbach nunca nos hace posicionarnos en favor de uno y otro. Nunca uno lleva razón y el otro está equivocado. Nunca es blanco o negro. Suele ser todo gris. Por si fuera poco la música corre a cuenta del maestro Randy Newman, y en ocasiones viste a las mil maravillas escenas preciosas como cuando ambos cierran el portón una a cada lado, buscando una rendija para verse mientras se separan.. pura poesía.. Película magnífica, real, dolorosa, y tristemente positiva. Imprescindible

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