La Maldición de Hill House


Muchas esperanzas tenía depositadas en esta serie de terror clásico y viejuno, de fantasmas y casas encantadas, que Netflix anunciaba a bombo y platillo. Inlcuso, cosa extraña, Stephen King había hablado maravillas sobre ella por el ritmo, la ambientación, la profundidad y psicología de sus personajes, los fantasmas, si son reales o mera ilusión....  Así que un ser como yo que adora este tipo de historias no podía faltar a la cita. Una cita en forma de serie de diez episodios de alrededor de una hora que al parecer ha concluido aunque la recepción ha sido tan buena que se rumorea que pueden estirar la saga de las casas encantadas que no de la familia implicada. Una familia formada por un matrimonio con sus cinco hijos. Una familia que se dedica a comprar casas en ruinas, repararlas y venderlas. Una familia que acaba en Hill House, una mansión encantada que acabará por destruirles. Primero por la muerte de la madre y años más tarde les perseguirá hasta acabar con la menor de las hijas. Nada nuevo ni sorprendente pero todo muy bien empaquetado y presentado. Con todos los tics y los tacs de este tipo de productos, más el añadido de los constantes flashbacks que hacen que siempre estemos a caballo entre el pasado y el presente. Personalmente no me ha acabado de engatusar del todo, cosa que no quita que sea una de las series del año, una grata sorpresa y un agradecimiento por comenzar a dar series de esta temática, algo abandonada últimamente. Las actuaciones son más que correctas. Hay caras conocidas, las que más de Carla Guggino, Michael Huisman, Henry Thomas y Timothy Hutton. Serie bien trenzada, con sus sustos, sus miedo, sus fantasmas, sus rollos psicológicos y sus intrigas pero, sí un pero, con algo de falta de encanto, de por decirlo de algún modo, de magnetismo. Aún así es muy recomendable.  

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