Lo que a muchos les pasa con los nuevos discos de Paul Weller, Macca, los Monos Árticos y otros especímenes varios me pasa a mi con The Jayhawks. Les adoro, les he amado, les he incluso venerado pero ahora mismo me parecen aburridos, y su último disco, su "Back Roads and Abandoned Motels" sólo hace que confirmarme lo que no quiero sentir ni reconocer, que no es otra cosa que a mi parecer su creatividad se agotó pero son tan sumamente buenos músicos que siguen sonando excelentes,... tan perfectos, tan limpios.... que aburren. Esa impresión me dieron cuando les vi en directo la última vez que pisaron Barcelona, Sala Apolo. Lo hice junto a mi archienemigo Don Guzz, un gran seguidor de la banda aunque ahora lo diga a regañadientes. Ambos amamos "Hollywood Town Hall", "Tomorrow Green grass" y "Rainy Day Music", y diréis? y quién no? además yo soy de los que defiende su "Mockinbird Time" y de los que disfrutó con "Paging Mr Proust". Así que sí, creo que entro en el selecto grupo de fiel seguidor de la banda de Minnesota aunque ahora me hayan decepcionado con su directo frío, su colaboración azucarada y encorsetada con el maestro (venido a menos) Ray Davies en sus Americanas (I, II) y por supuesto con su nueva colección de canciones con las que no conecto para nada.
Dicho todo esto, esta pájara mental que llevo, tengo que reconocer que el disco está muy bien parido para venir de una idea muy manida como es la de retomar canciones antiguas, olvidadas o realizadas para otros y volver a grabarlas años después. Es una jugada arriesgada, sin ir muy lejos a Paul Simon no le ha funcionado para nada este año el mismo invento. The Jayhawks sí consiguen darles nueva vida a los temas. Eso no podemos negarlo. Todo suena exquisito pero desgraciadamente para mi no acabo de conectar, no engancho con los temas y eso ya me pasó con el "Americana I" de Ray, y eso es lo que les pasa a muchos con el nuevo de Weller con el que yo sí he conectado. Es así de simple y complicado a la vez. Se trata de emocionarse, de conectar en un momento determinado y eso no me ha pasado esta vez pero para nada hablamos de mal disco y por supuesto con las escuchas te va seduciendo y reconfortando.
La canción inicial "Come crying to me" es una de las culpables de mi falta de trempera. Suena bonica, todo en su sitio pero no me dice nada, en cambio creo que "Everybody knows" es un temazo, y la versión que presentan es exquisita. Con "Gonna be a darkness" y "Bitter end" parece que sí, que es el disco que va a sonar mucho en el hogar nikochiano pero luego en mi opinión todo se desinfla. La primera de ellas es de otra época, suena a setenta, a hermosura, a ricura. Y la segunda, tiene una épica bárbara. Me gustan, y se dejan gustar. Es fácil por supuesto, son los Jayhawks. "Backwards Women" mantiene el tipo y el nivel pero después de esto todo me parece monótono y algo insulso para qué negarlo. Sigue habiendo buenos temas como el encargado de cerrar el disco, "Leaving Detroit", pero el resto, aunque suene de miedo, es anodino y obvio.
A pesar de pensar esto sobre el nuevo disco de los Jayhawks os lo sigo recomendando porque lo que para mi es un "sí pero no", para otros es un "sí" absoluto. Por ejemplo, para el amigo y maestro Joserra Rodrigo lo es, y ya nos lo comentó en su reseña para Exile SHM, y él es de los que no han tragado con Weller, a medias con Macca y los Monos Árticos, así que sobre gustos... "Back Roads and Abandoned Motels" es un disco que suena de miedo, que tiene momentos excelentes y canciones estupendas pero que peca de monotonía y falta de emotividad, de chispa, de sangre, de fuerza aunque eso ya sea algo marca de la cada para la banda últimamente. Lo seguiré intentando porque amo la música de The Jayhawks, tal vez necesite del momento adecuado. Nunca es tarde si la dicha es buena.
The Jayhawks - Back Roads and Abandoned Motels (2018): 01.- Come Cryin’ to Me/ 02.- Everybody Knows/ 03.- Gonna Be a Darkness/ 04.- Bitter End/ 05.- Backwards Women/ 06.- Long Time Ago/ 07.- Need You Tonight/ 08.- El Dorado/ 09.- Bird Never Flies/ 10.- Carry You to Safety/ 11.- Leaving Detroit.
Es sin duda "Heridas abiertas" una de las series del año. Puede incluso que sea "la serie". HBO vuelve a sorprender con una historia dura sobre el trauma de una mujer durante su infancia condimentado todo o con la excusa, si preferís, de unos asesinatos en serie que tienen como víctimas a unas niñas de un pueblucho americano, al que nuestra protagonista tiene que volver, puesto que allí pasó la infancia y vive su familia, para cubrir la noticia ya que es periodista. Nuestra protagonista, Camille, es la excelente actriz Amy Adams, que no es que lo borde es que está superior. Su interpretación es estupenda y nos hace participe de su dolor, sus problemas y sus miedos, incluso de esa extraña sumisión que siente al estar delante de su madre, madre interpretada también magistralmente por Patricia Clarkson. Un lujo de actriz. No quiero desgranar mucho o casi prefiero no hacerlo nada. La serie es adictiva y desde el primer minuto nos mantendrá embrujados y nos llevará hacia un desenlace impresionante y unos últimos segundos sorpresivos que dan un cierto giro que podrían llevarnos hacia una segunda temporada si se lo propusiesen aunque todo parece indicar que la serie finalizó del todo y que sus ocho episodios son suficientes para colocarse entre las favoritísimas del año. "Heridas abiertas" es altamente recomendable, es una joya más en la colección de HBO. Ya os digo, es imprescindible pero no se lo digáis a mamá.
Siendo sincero del todo "Silver Season" del 2015 no acabó de gustarme. Prefería al de Missouri cuando llevaba la coletilla de Gripka. Adoro su "Barn Doors and Concrete Floors" (2011) y tengo en alta estima su continuación dos años después en "Rain Plans" pero no entiendo del todo esas ganas de ser tan espeso e intenso, tan metido en atmósferas perdiendo la esencia de la canción de tres/cuatro minutos. Perdiendo la esencia rocanrolera y metiéndose en unos berenjenales difíciles de clasificar, como de unos Pink Floyd con sombrero de cowboy y botas de espuela. Ese Nash no acaba de gustarme del todo y por eso tenía muchas dudas de su nuevo trabajo, su "Lifted" que nos llegaba justo después de producirle un señor discazo (Dripping Springs) a nuestra querida Joana Serrat. La sombra de Tito Neil está muy pero que muy presente, y se agradece. Neil Young parece la razón de que Israel se dedicase a la música, al menos así lo veo yo. La influencia del canadiense en Nash es evidente, obvia. Es imposible no ver en él un alumno aventajado. Nash esta vez no se pierde por el camino del exceso atmosférico y combina a la perfección los estilos de todos sus trabajos, siendo este "Lifted" (a excepción del imprescindible "Barn doors...) el disco para iniciarse en su música. Hay mucho Tito Neil, obviamente el timbre de voz hace imposible no pensar en ese gigante, pero hay mucha tradición americana, hay mucho Eagles, algo de los Richmond Fontaine y pinceladas Stonianas. Y eso a un servidor le vale. No es un disco que de primeras lo escuches y te enamores. El disco te va seduciendo a cada escucha en la que se pueden encontrar matices que hace grande a esta colección de canciones.
Israel Nash - Lifted (2018): 01.- Rolling On (Intro)/ 02.- Rolling On/ 03.- Looking Glass/ 04.- Lucky Ones/ 05.- Sweet Springs (Intro)/ 06.- Sweet Springs/ 07.- Spiritfalls/ 08.- Northwest Stars (Out Of Tacoma)/ 09.- Hillsides/ 10.- The Widow/ 11.- Strong Was The Night/ 12.- Golden Fleeces.
Todo empieza con una breve intro instrumental que nos mete en el rollito y luego continua con otra canción del mismo nombre y de incalculable valor. "Rolling On" es maravillosa, de principio a fin. Con ese regusto a Neil Young tan increíble, en modo "helpless" forever. "Looking Glass" sigue sonando a puro setenta. No se esconde, no engaña a nadie. Seguro que le encantaría formar parte de CS & N. Incluso notamos una guitarra muy harrisoniana pero sigue sonando todo muy "Woodstock". "Lucky Ones" es otra joya donde la americana predomina por encima de todo. Muy Eagle. El disco es simplemente una maravilla y antes de que nos lo confirme con unos cuantos temazos más aparece otra instrumental con el mismo nombre que la canción que le sigue, y lo que le sigue es gloria. "Sweet springs" es neilyounguera a tope. De mis favoritas del disco. Un disco que tampoco pienso ir desgranando pero que tiene temazos incleíbles y que aún tiene mucho que darnos como por ejemplo "Northwest stars" y "The Widow". En la primera hay algo de Brian Wilson y en la segunda luce un baladismo de rompe y rasga, de piel de gallina. Otra joya es la canción que cierra el disco. Su "Golden Fleeces" recuerda no solo por su título a Van The Man. Como he leído por ahí acertadamente, creo que en Uncut, tiene un algo de "and it Stone me" y "Tupelo Honey". Es decir, la gloria celestial. "Lifted" es un muy buen disco, un disco estupendo donde Israel Nash confirma todo ese talento que sabemos que tiene y sobra.
Todo empieza con una breve intro instrumental que nos mete en el rollito y luego continua con otra canción del mismo nombre y de incalculable valor. "Rolling On" es maravillosa, de principio a fin. Con ese regusto a Neil Young tan increíble, en modo "helpless" forever. "Looking Glass" sigue sonando a puro setenta. No se esconde, no engaña a nadie. Seguro que le encantaría formar parte de CS & N. Incluso notamos una guitarra muy harrisoniana pero sigue sonando todo muy "Woodstock". "Lucky Ones" es otra joya donde la americana predomina por encima de todo. Muy Eagle. El disco es simplemente una maravilla y antes de que nos lo confirme con unos cuantos temazos más aparece otra instrumental con el mismo nombre que la canción que le sigue, y lo que le sigue es gloria. "Sweet springs" es neilyounguera a tope. De mis favoritas del disco. Un disco que tampoco pienso ir desgranando pero que tiene temazos incleíbles y que aún tiene mucho que darnos como por ejemplo "Northwest stars" y "The Widow". En la primera hay algo de Brian Wilson y en la segunda luce un baladismo de rompe y rasga, de piel de gallina. Otra joya es la canción que cierra el disco. Su "Golden Fleeces" recuerda no solo por su título a Van The Man. Como he leído por ahí acertadamente, creo que en Uncut, tiene un algo de "and it Stone me" y "Tupelo Honey". Es decir, la gloria celestial. "Lifted" es un muy buen disco, un disco estupendo donde Israel Nash confirma todo ese talento que sabemos que tiene y sobra.
En 2008 la muchachada se vio excitada por la llegada de "Cloverfield" ("Monstruoso" en las Españas). El film dirigido por Matt Reeves y producida por JJ Abrahams no dejaba de ser una película de monstruo gigantesco con adolescentes con el único atractivo de no saber mucho de los monstruos hasta más de la mitad del film y los minutos donde vemos a través de la cámara de los protas que se divierten en una fiesta en el piso cuatromil de un rascacielos. Era un film visible y disfrutable pero sin historia. Usar y tirar, cine palomitas. Años más tarde, sobre el 2016, a JJ Abrahams le llega un guión de algo llamado "The Cellar" y se enamora de él, lo empieza a grabar con el gran John Goodman y el film se convierte en la segunda parte de aquella, y se acaba titulando "10 Cloverfield Lane", y es una película excelente y muy recomendable, casi independiente de la primera si no fuese por un final que no pega mucho con lo visto pero que enlaza a la perfección las dos historias. Ahora, una década después de la primera, la Paramount y Abrahams deciden cerrar una trilogía cogida por los pelos con "The Cloverfield Paradox". Más pasta, la colaboración de Netflix y con algún que otra cara famoseta: Daniel Bruhl, Gugu Mabtha, Elisabeth Dibicki... El film no acaba de funcionar del todo. Demasiados tópicos. Hablamos de una película espacial. Una película claustrofóbica en una estación espacial con sucesos extraños. Sustos,problemas, muertes, mentiras... y... la explicación final de porqué y cómo llegaron aquellos monstruos a la Tierra en el film del 2008. El film empieza muy bien pero se desinfla y conforme pasan los minutos pierde interés. Es por tanto una historia fallida pero que se pude ver con facilidad y en cierto modo entretiene si has visto las anteriores películas. Le falta al film carácter, tensión y unos personajes con más magnetismo. De los tres es el film más flojo con diferencia y tal vez el que prometía más, el que generó más expectativas y desgraciadamente no estuvo a la altura.
Los tres primeros discos de Sam Beam como el único y gran señor del "Hierro y el Vino" son de una calidad pasmosa. Tres discos geniales y magistrales difíciles de igualar y muy diferentes entre ellos, siendo "The Shepherd's Dog" del 2007 su gran obra hasta la fecha. Después de aquello Sam Beam comienza a perderse un poco en el camino, comienza a hipsterizarse y su disco del 2011 "Kiss each other clean" aunque sí tenía cosas defendibles, yo incluso me situé al lado de los que sí, no ha pasado la prueba del tiempo, del reposo. No es la obra maestra que pensaba que podría ser, y fue perdiendo fuelle y cuando quiero escuchar al bueno de Sam no recurro nunca a ese disco que por otro lado sigo defendiendo aunque con la boca chica. Luego su "Ghost on Ghost" del 2013 es indefendible y creo que allí tiré la toalla aunque "Best Epic" me fue recomendado por gente con criterio muy cercana pero un par de escuchas me tiraron para atrás, no estaba yo en esos sonidos, en esas historias. En cambio este 2018 Sam Beam viene con un EP intimista de seis estupendas canciones donde recupera el pulso, el buen tino, y las sensaciones de maestro del folk del nuevo milenio. Muy pero que muy recomendable. Hasta su portada rememora épocas pasadas y mejores! Encontramos una colección de canciones artesanales, con ecos a Tim Hardin, a Stephen Stills, a sí mismo, al folk de toda la vida, No me sean cenutrios y escuchen este magnífico EP, solo por "Last of your rock'n'roll heroes" vale la pena dejar las manías a un lado.
Iron & Wine - Weed Garden EP (2018): 01.- What hurts worse/ 02.- Waves of Galveston/ 03.- Last of your rock'n'roll heroes/ 04.- Milkweed/ 05.- Autumn town leaves/ 06.- Talking to fog.
La respuesta de HBO a Netflix por su Dirk Gently (T1, T2) que desgraciadamente no tendrá tercera temporada no es otra que la descacharrante "Future Man" original de Hulu, estrenado el año pasado y formada por unos trece episodios de una media hora y que por suerte tendrá una segunda temporada. Hablamos de una comedia de ciencia-ficción basada en los viajes en el tiempo con mucho frikismo y mucho homenaje nada disimulado. No esperéis una obra maestra ni os la toméis demasiado en serio porque es una tontería de serie con chistes muy de adolescente pero si consigues entrar en su mundo se disfruta estupendamente en modo maratón. Joss Futterman es limpiador en una empresa científica y además es un freak de los videojuegos, es el primero y único en superar "Cybergeddon" y una vez superado recibe la visita del futuro de dos de sus protagonistas, pues el videojuego solo era una prueba para encontrar al salvador del mundo.... A partir de aquí intentan cambiar el futuro sin éxito, pasando por situaciones absurdas y divertidas llenas de referentes cinematográficos. Lo mejor de la serie son esos dos soldados de la resistencia que provienen del futuro... su evolución es estupenda pero todos los secundarios cumplen a la perfección. El papel de Futterman parecía perfecto para Elijah Wood pero no siempre puede llevarse esos golosos papeles. Joss Hutcherson cumple pero le falta el carisma de Elijah. La serie empieza floja pero no para de crecer y aumentar nuestro enganche, ya digo, es perfecta para una maratón y para pasar un buen rato sin pretender nada más que divertirnos.
Pablo, Pablito y Pablete. Los tres Paul lanzaron sus nuevos trabajos casi al unísono. Tres leyendas, tres grandes, tres tipos arrugados con todavía cosas que decir. Macca, Simon y Weller respectivamente han entregado sus nuevas colecciones de canciones y la polémica generada no se ha apagado aún. Soy fan de los tres, a muerte. Cómo no adorar a Macca? como no querer a McCartney, el ex-Beatle nos ha dado tanto que ponerle peros a sus trabajos nos hace entrar en depresión pero es verdad que su nuevo disco, su "Egypt Station", no me dice mucho, no me apasiona aunque eso tampoco es noticia porque excepto un poker de lp's su carrera en solitario, a diferencia de los otros Beatles, no me dice nada. No seré yo quién diga que el disco no tiene cositas pero es flojete. Más flojo y más decepcionante es el disco de Paul Simon. Un adiós enmascarado. Un remiendo de sus canciones al que le falta nervio y tino, con una producción exquisita, casi jazzísitica, que lo hace muy bonito pero insulso. Una lástima porque seguramente sea su último disco. El tercero en discordia, el modfather, Pablete Weller, es el menos "leyenda" por así decirlo, claro que también es un favorito personal en cualquiera de sus vertientes. Su disco, ya os lo digo de primeras, es maravilloso. Creo que es sobradamente el mejor de los tres trabajos, y seguramente el tiempo lo pondrá en lugar que merece. No hagáis caso a aquellos que lo desprestigian y ningunean llamándolo aburrido y soso. Ni tampoco a aquellos que lo comparan con Nick Drake, que se han fumado? no tiene nada que ver, pero nada de nada. No nos hagamos líos. "True Meanings" es un disco intimista. Con toques folk sí, pero hay mucho soul: soul blanco, soul de etiqueta, con clase, con reposo, bonico del to. Es Weller básico que no sencillo ni desnudo. Hay una producción maravillosa en todas las canciones. Un vestir las canciones con cuerdas, pianos, y melodías exquisitas. Un disco para llorarse toa. Un disco a escuchar con calma y a valorar sin prisas, sin manías, sin estupideces. Vale, no es "Wildwood" ni "22 Dreams", tal vez sus dos mejores discos en solitario de calle. Ni puede que no haya en el disco una "Broken Stones" ni una "You do something to me" pero queremos que haga otra vez lo mismo? Después de una época donde buscó un toque de modernidad y de investigación con la tripleta: "Sonick Kicks" (2012), "Saturn's Pattern"(2015) y "A Kind Revolution" (2017) vuelve a su esencia, a su soul, a su "Style Council" y entrega un disco maravilloso, que no os engañen.
"True Meanings" contiene las canciones más bonitas del modfather desde vete tú a saber cuando. Unas canciones de esqueleto sencillo, de ADN folk inglés, de eso no hay duda. Claro que después de pasar por la maravillosa producción a cargo de Nicolas Laugier y el propio Weller, más los amigos de siempre que van de Noel Gallagher a Steve Craddock pasando por el mismísimo Richard Hawley o Earland Cooper, y todos los excelentes músicos de sesión que aportan cuerdas, vientos, teclados..., las canciones cogen un tono de clásicos instantáneos que ni os cuento. Veo más acertada la comparación de no sé que revista inglesa (lo siento, no recuerdo la fuente, era NME?) donde se dice que "True Meanings" es el "Nebraska" (Springsteen) de Weller, o su "King of America" (Costello) o su "Sea Change/Morning Phase"" (Beck) o un ejercicio parecido de verdad, de alma, de esos que Neil Young se ha sacado de la manga tantas veces... Seguramente muchos habréis torcido el morro al leer esto porque penséis que es una comparación exagerada, y puede que llevéis razón, el tiempo dará o quitará razones, pero tal vez es la mejor forma de situar este artefacto, de ponerlo en situación y de entender lo que Weller ha querido realizar. Weller en modo acústico. En modo reflexivo, celestial, melancólico. En modo arruga bella. En modo clase total. Le sobra esos remixes que no aportan nada. La verdad es que no entendemos esa manía que tiene de hacer "deluxe" sus discos, pero a parte de eso, los catorce temas que contiene son todo un tesoro.
Paul Weller - True Meanings (2018): 01.-The Soul Searchers/ 02.- Glide/ 03.- Mayfly/ 04.- Gravity/ 05.- Old Castles/ 06.- What Would He Say/ 07.- Aspects/ 08.- Bowie/ 09.- Wishing Well/ 10.- Come Along/ 11.- Books/ 12.-Movin On/ 13.- May Love Travel With You/ 14.- White Horses.
La encargada de abrir el disco, "The Soul Searchers", es un temazo y punto. No le busquéis tres pies al gato. Con una guitarra tristona casi "fadesca" que con dulzura nos va introduciendo un tema maravilloso para rematarnos con un órgano de "traca i mocador", y por supuesto la voz de Weller que suena vieja pero poderosa. "Glide" es una nana maravillosa. Celestial, mística.... Y entonces llega "Mayfly" para robarnos el corazón, el alma, el aliento y casi la vida. Magnífica. Que no os dice nada el disco? pues ya podéis coger hora en el médico, estáis muy pero que muy mal. Un temón fantástico, una canción que cabría en esos discos del modfather que todo el mundo mitifica. Vuelve el romanticismo bien entendido con "Gravity" y sus preciosos arreglos de otra época. Decir que son bellísimos es quedarme corto. "Old castles" es otro grandísimo tema de Weller con toques jazzísticos y algo del mítico Donovan. "What would he say" empieza con una guitarra acústica marca de la casa. La voz de Weller poniendo los pelos de punta. Y una melodía que nos traslada a los setenta, ... esos vientos..... Llegamos al ecuador del disco con otro tema delicado y bello. "Aspects" es una de las grandes canciones de este enorme disco. Balada folk maravillosa. Nada más que decir. Gigantesca. Weller rinde tributo a uno de los más grandes en su siguiente canción. "Bowie" rinde homenaje al camaleón, al que tanto se acercó en sus últimos tres discos, y lo hace con maestría, con ese regusto folk lisérgico que otra vez me lleva a alguna canción de Donovan más que al artista al que rinde tributo a pesar que modula la voz para recordarle y sin duda, es una canción que encantaría al Duque Blanco. La sencillez de "Wishing Well" y su tono pastoral recuerda muy mucho al bueno de Tito Neil, no cuesta para nada imaginar a Young entonando la canción, que por cierto es estupenda, o encabirla en aquel tesoro de Beck llamado "Morning Phase". El final se acerca. "Come along" es puro Weller, el sitar de "Books" encandila y en "Moving on" muestra su modo soulero. Otro triunfo. "May love travel with you" tiene ese rollo clásico total, ese rollito de boniquismo de Macca, de Costello, de Bacharach.... y finalmente, pone punto y final con "White horses", también de corte "Costelliano" al inicio y de tono "Donoviano" hacia el final. Los extras y remixes no tienen demasiado interés, más que alguna instrumental y la "The soul searchers" junto al estupendo Richard Hawley. Paul Weller firma a sus sesenta años un disco precioso, enorme. Por ahora casi incomprendido, absurdamente ninguneado... pero no se lleven a engaño, no se dejen arrastrar por las corrientes negativas.. estamos ante un disco maravilloso, dulce, melancólico y que rebosa folk, soul y mucha mucha clase.
*Post aparecido originalmente en Exile SH Magazine por Nikochan
Soy fácil de convencer, de engatusar. Me vendieron muy bien el producto. Mejor dicho, me vendieron la novela pero estando yo como estoy enfrascado en mil y una lecturas más lo que te rondaré morena pues me apunté la novela de Jo Nesbo "El muñeco de nieve" y dejé pasar unos días hasta que la casualidad me hizo saber que había una moderna versión cinematográfica del bestseller noruego, que su director era el mismo que el de "Déjame entrar" y "El Topo", un tal Tomas Alfredson, y además su protagonista era Michael Fassbender y estaba todo plagado de secundarios conocidos como JK Simmons, Val Kilmer, Cloë Sevigny, James D'Arcy, Rebecca Ferguson, Charlotte Gainsbourg... etc, etc... Y la historia además era un thriller policíaco/psicológico con aires nórdicos, asesinos en serie y esas historias fáciles de ver y digerir... pero, sí hay un pero: la película es un desastre. No funciona. Primero porque le falta ritmo y va a trompicones. Segundo porque en esta clase de películas no puede ser que sepas quién es el asesino desde el primer cuarto de hora. Y tercero, y esto no es cosecha mía, al parecer la historia cambia un algo con el libro, siendo menos interesante, menos oscura y algo más para todos los públicos. La actuación de Fassbender es paupérrima. Nunca conectas con un personaje que debería estar más atormentado, que debería ser más frío, más duro, más listo.... Le falta como a la película una mejor ambientación, digna de la historia y de la localización. Sus dos horas de metraje parecen no acabar nunca cuando, como ya dije, está todo el pescado vendido, sabemos quién es el culpable y se ven a una legua todos los giros y sorpresas. Podría haber sido el bombazo oculto que prometía pero se quedó en enorme decepción.
Cuesta imaginar dos figuras más emblemáticas, influyentes e imprescindibles como los PAUL. McCartney y Simon son leyenda. Son genios y son casi octagenarios. Y siempre han formado parte de mi vida, siempre han sonado y sonarán en el hogar nikochiano. A diferencia de otros coetáneos creo que no han sabido envejecer del todo, sobretodo el Beatle Paul que no hace un disco decente desde vete tú a saber, "Run Devil Run" de 1999??? En cambio Paul Simon, sin tirar cohetes, resucitó en 2011 con "So Beautiful or So What" donde el ejercicio de retomar sonidos a lo "Graceland" teñidos de modernidad fueron todo un acierto. Ninguno de ellos ha sabido o ha podido mantener la magia ni la voz ni la inspiración. Le pesa creo yo a Macca su pasado Beatle. Allí fue el puto amo sin duda, claro que la compañía además de inigualable era mágica e irrepetible. No miento si os digo que en solitario hay pocos discos enteros que me apasionen de él, nunca he conectado del todo con su carrera en solitario, con su exceso de azúcar... siempre me faltaba la sal de Harrison y la pimienta de John, en cambio aunque para mi Simon con Garfunkel son esenciales y eternos, casi místicos, la carrera del pequeñín siempre ha sido una debilidad. Me gusta más Simon que Macca? pues creo que sí, y me gusta más el último disco de Simon que el del ex-beatle? pues también o no, no lo sé, si os soy del todo sincero creo que estamos ante dos trabajos flojos, anodinos, aburridos, dispersos e impropios de quienes los firman. Es el final de la carrera de ambos? es el fin de los Paul? creo que sí aunque es una lástima que sus últimos discos sean tan flojos, en la línea de Ray Davies. Tres genios que se han querido borrar del club de "la arruga es bella". Trabajos muy menores de los artistas más mayores, superiores y grandes que se escuchan con cariño pero que no cumplen con las expectativas. Gracias por los años y los servicios prestados, un poquito de como soy se lo debo a ustedes y si no se retiran y vuelven dentro de unos años allí estaré, en eso no les fallaré porque son gigantescos y sí, se les perdona todo. Y ahora, dicho esto... voy con los discos... que después de escucharlos varias veces.... y esperar para escribir sobre ellos me di cuenta que el de Macca no está tan mal y que el de Simon es soso... pero bueno, vamos con ellos.
Paul Simon - In the Blue Light (2018): el décimo cuarto disco de Paul Simon en solitario y puede, o seguro, que el último puesto que al parecer ha anunciado su retirada, no parece ser el disco del adiós que todos esperábamos y el que Paul se merecía. Es un disco flojo con grandes momentos aunque pocos, muy pocos. Hay demasiada paja para buscar la aguja. Su amigo Roy Halee lo produce junto a él, y hay una calidad brutal sonora, unos arreglos de lujo y una voz que aún no siendo lo que era se mantiene bien en un estilo que tampoco le hace forzar excesivamente. Lejos quedan sus grandes años, sus grandes obras. Lo que encontramos no es otra cosa que canciones antiguas revisadas, retocadas, puestas al día, así que tampoco es que le haya vuelto la creatividad de golpe. Es un sí quiero pero no sé si puedo. Hay invitados de lujo como Winston Marsalis que le vienen bien al disco y le dan ese regusto jazzísitico que no acaba de cuajar del todo aunque todo esté en su sitio, demasiado ordenado y nosotros queríamos desorden, algo de caos. Hay falta de ideas, falta de tensión, de punch, incluso de melodías certeras y arrebatadoras a pesar que el sonido sea sobresaliente. No le veo el qué al disco, lo escucho mientras hago eso o aquello pero nunca reclama mi atención y después de unas cuantas escuchas (pocas, demasiado pocas) lo dejo, lo abandono y lo olvido. Flojo, muy flojo, para lo que nos tiene acostumbrados.
01.- One man’s ceiling is another man’s floor/ 02.- Love/ 03.- Can’t run but/ 04.- How the heart approaches what it yearns/ 05.- Pigs, sheep and wolves/ 06.- René and Georgette Magritte with their dog after the war/ 07.- The teacher/ 08.- Darling Lorraine/ 09.- Some folks’ lives roll easy/ 10.- Questions for the angels.
Paul Simon - In the Blue Light (2018): el décimo cuarto disco de Paul Simon en solitario y puede, o seguro, que el último puesto que al parecer ha anunciado su retirada, no parece ser el disco del adiós que todos esperábamos y el que Paul se merecía. Es un disco flojo con grandes momentos aunque pocos, muy pocos. Hay demasiada paja para buscar la aguja. Su amigo Roy Halee lo produce junto a él, y hay una calidad brutal sonora, unos arreglos de lujo y una voz que aún no siendo lo que era se mantiene bien en un estilo que tampoco le hace forzar excesivamente. Lejos quedan sus grandes años, sus grandes obras. Lo que encontramos no es otra cosa que canciones antiguas revisadas, retocadas, puestas al día, así que tampoco es que le haya vuelto la creatividad de golpe. Es un sí quiero pero no sé si puedo. Hay invitados de lujo como Winston Marsalis que le vienen bien al disco y le dan ese regusto jazzísitico que no acaba de cuajar del todo aunque todo esté en su sitio, demasiado ordenado y nosotros queríamos desorden, algo de caos. Hay falta de ideas, falta de tensión, de punch, incluso de melodías certeras y arrebatadoras a pesar que el sonido sea sobresaliente. No le veo el qué al disco, lo escucho mientras hago eso o aquello pero nunca reclama mi atención y después de unas cuantas escuchas (pocas, demasiado pocas) lo dejo, lo abandono y lo olvido. Flojo, muy flojo, para lo que nos tiene acostumbrados.
01.- One man’s ceiling is another man’s floor/ 02.- Love/ 03.- Can’t run but/ 04.- How the heart approaches what it yearns/ 05.- Pigs, sheep and wolves/ 06.- René and Georgette Magritte with their dog after the war/ 07.- The teacher/ 08.- Darling Lorraine/ 09.- Some folks’ lives roll easy/ 10.- Questions for the angels.
Paul McCartney - Egypt Station (2018): lo mejor en mi opinión del disco de Macca es su portada. Me encanta aunque haya a gente que le parezca horrenda. Hace mucho que dejé de esperar un gran disco del Beatle Paul, este tampoco lo es desgraciadamente. Como ya he dicho nunca he sido fan de su carrera en solitario a excepción de los cuatro o cinco discos que todos sabéis y que le gustan a cualquiera. Su décimo séptimo disco intenta en ocasiones desprender una juventud y una vitalidad que ya no tiene, como tampoco tiene voz. Se esfumó. Se fue. Esa voz que era la voz, que era pura magia. Tal vez si sus cuerdas vocales estuviesen en forma... tal vez si tuviese algo más de energía.... Tal vez si no quisiese sonar a modernez, a pop milenial, a bandas que le deben todo como XTC.... En otras ocasiones suena a lo que tiene que sonar y nos hace recordar que era/es el rey de la melodía y por eso acaba por robarnos el corazón. El amor que sentimos por él hace que escuchemos con cariño su nueva colección de canciones pero estamos ante un disco sin chicha ni limoná. Si fui algo duro con el disco de Ray también lo debería ser con el de Macca, pero ya no me quedan ganas de encenderme porque me he dado cuenta que tanto Simon, como Ray como Macca se nos van, y sin ellos nada será igual. Hablando del disco exclusivamente tengo que decir que cada canción va por libre, no les veo una continuidad, no veo una idea que una, y cada canción representa un poco cada estilo de Paul, cada momento pero falta garra. Si no esperamos demasiado del disco tal vez nos acabe camelando y gustando incluso, se deja escuchar con facilidad si lo comparamos con el de Simon pero no es para tirar cohetes. Si nos olvidamos que es un disco de Macca y que es de ese artista nuevo que buscamos desperadamente pues lo disfrutaremos. Hay algo de severidad a la hora de juzgar al ex-beatle pero conforme repites escuchas le encuentras cosas buenas y alguna que otra melodía acaba siendo tarareada en los sucesivos días pero nada para recordar ni reivindicar. El disco excepto por cuatro temas soberbios que nos recuerdan quién es el firmante no me engatusa aunque leyendo a mi querido Chals en el Exile hablar sobre "Egypt Station" puede hacer cambiar de opinión a cualquiera.
01.- Opening Station/ 02.- I Don’t Know/ 03.- Come On To Me/ 04.- Happy With You/ 05.- Who Cares/ 06.- Fuh You/ 07.- Confidante/ 08.- People Want Peace/ 09.- Hand In Hand/ 10.- Dominoes/ 11.- Back In Brazil/ 12.- Do It Now/ 13.- Caesar Rock/ 14.- Despite Repeated Warnings/ 15.- Station II/ 16.- Hunt You DownNakedC-Link.
Miniserie escocesa de cuatro episodios. Niñas durmiendo. Horas por delante para una maratón.... La serie de Netflix/BBC One llamada aquí "Represalias" pero que puede que la encontréis como "One of us" o "Retribuiton" se llevó el gato al agua y me tuvo enganchado durante sus cuatro estupendos episodios, durante sus cuatro horas de metraje. Tiene esta serie todo lo que me gusta a priori. La esencia brittish, un guión misterioso y bien parido, algún muerto, muchos sospechosos, muchas trampas tramposas, y buenas actuaciones.... Soy fan de las series británicas, se nota?. Aún así creo que la serie no es redonda. Creo que podría haber sido mejor y que no está en el top ni en el nivel de otras miniseries de similar pelaje y factura. La historia es sencilla, en un pueblacho de Edimburgo existen dos familias amigas con varias hijos, el hijo de uno y la hija de otros acaban enamorados y se casan y se embarazan, al cabo de poco se los encuentran muertos en su piso de la ciudad. El presunto asesino, no sabemos porqué, tiene la dirección de las familias y para allá va, mientras el dolor y la pena les ha vuelto a juntar en sus respectivas granjas... es entonces, al encontrarse con el asesino o no en cuestión, que todo se complica, que todo se lía, y salen muchos trapos sucios, y ese presunto asesino muere, y es alguien de ellos quién lo ha matado pero como no saben quién pues deciden hacerle desaparecer... y... no sigo... Como digo no es lo perfecta que debería ser, el segundo episodio es flojo y lastra bastante la obra en su totalidad aunque recuperan bien el tono. Hay muchas caras conocidas si uno está acostumbrado a ver series británicas, y las actuaciones son más que correctas. En definitiva estamos ante una buena serie para realizar un maratón, su factura y guión son más que correctos y nos permiten teorizar sobre quién es el culpable, entrando en el juego es como mejor disfrutaremos de la serie aunque en demasiadas ocasiones los giros de guión sean demasiado obvios. Correcta sin más.
Si no estoy equivocado puesto que la memoria comienza a fallarme, rondaba el 2001 cuando me hice con "Crockodials". Ese disco raruno y casi descatalogado que rendía homenaje al discarral de la banda de Liverpool Echo and The Bunnymen de 1980 que no necesita presentación ni defensa alguna. Un tal Kelley Stoltz estaba detrás de esta maravillosa y genial idea de rendir pleitesía a uno de los grandes discos olvidados cuando se trata de nombrar lo mejor de lo mejor de cada época. Allí conocí a Stoltz, el músico Californiano oriundo de San Francisco tocaba todos los instrumentos y dejaba muy claro cuales eran sus influencias y gustos. Después de aquello comencé a seguirle la pista y a disfrutar de su calidad. Con discos como "Antique Glow" (2003), el favoritísimo personal "Below the Branches" (2006) y "Circular Sounds" que forman su tripleta a recomendar fue fácil enamorarse de un artista que estaba por encima de lo comercial y de cualquier moda. Después de aquello y sin saber porqué fui perdiendo interés y casi la pista, su "To Dreamers" del 2010 no cuajó en el hogar nikochiano pero un servidor seguía atento a sus lanzamientos sin que acabasen por engatusarme. Ni "Double Exposure", ni "In Triangle Time" ni tampoco "Que Aura" mejoraba el trío de favoritos nikochiano.... .y llegó 2018, y mi querido amigo Jesús Burgaleta quién regenta un tesoro bloguero llamado "Idiot Cierzo" me puso en la pista del nuevo trabajo de Stoltz, su "Natural Causes" de portada maravillosa y música de otra década. Sorprendente llegada puesto que no hace nueve meses que apareció su anterior trabajo, pero como al parecer se quedó de Rodriguez unas semanas, se bajó al estudio de grabación que tiene en el sótano de casa y en un plis plas empaquetó nueve temas que harán las delicias de todos aquellos que vivieron a tope los ochenta. Este disco, sonido retro al margen, recupera un algo la magia de discos anteriores, de mis favoritos, y eso es de agradecer y me facilita mucho la escucha y el volver a prestarle la atención que sin duda merece.
Kelley Stoltz - Natural Causes (2018): 01.- Natural Causes/ 02.- My Friend/ 03.- Static Electricity/ 04.- Where You Will/ 05.- Decisions, Decisions/ 06.- How Psychedelic Of You/ 07.- Are You An Optimist/ 08.- Our Modern World/ 09.- A Rolling Tambourine.
Tampoco os diré que "Natural Causes" es el disco que cambiará vuestras vidas ni tampoco que es el disco del año. No os quiero llevar a engaño. Es un disco que gustará a cualquier seguidor de Stoltz, eso seguro, y puede que a muchos de los que amontonan discos ochenteros de similar pelaje pero tampoco busquen aquí las respuestas a sus problemas de falta de grandes discos, porque lo nuevo de Stoltz tampoco lo es aunque la canción inicial, el tema homónimo, desde su primera nota nos deleita con una teletranportación a otra década, a otro tiempo, a otras atmósferas.... Es una canción maravillosa de esas que se incrustan en el cerebelo y no te abandonan, muy "bunnymen" ya me entendéis. Un servidor tiene su melodía grabada a fuego y caminando sin rumbo me viene el estribillo... y hablando de estribillos, qué pelotazo es el de "My friend", qué joya, qué gustirrinín!!! con ese toque a OMD, a Kraftwerk de andar por casa... y ese toque kraftweriano aparece también en la brutal ochentera "Static electricity". Ya digo, este disco es un viaje al pasado, a un sonido olvidado pero que para muchos nos trae unos recuerdos imborrables. El disco durante sus nueve temas sigue por esos derroteros, hay temas que me encantan como "Decisions, decisions" en el que mucha crítica especializada y de alto nivel comparar con un Ray Davies de antaño.... Otras como "Our modern world" son pura decadencia matinera después de una juerga descomunal, en cambio "A rolling tambourine", que cierra estupendamente el disco, tiene esos ecos lisérgicos a Syd Barrett, al pop británico de siempre, a los Blur con Albarn endrogado... un tesoro que cierra un disco que sorprenderá a muchos y que a tantos otros cogerá con el pié cambiado, aunque sinceramente creo que a la mayoría se les quedará en el tintero. Sería un error en mi modesta opinión, pero como les dije antes, no es un discón, un discarral o una POM, es sólo buena música, buenas canciones que rememoran otra época, otro tiempo. Es un disco muy personal, fuera de modas, y eso hace que me guste todavía más.
Tampoco os diré que "Natural Causes" es el disco que cambiará vuestras vidas ni tampoco que es el disco del año. No os quiero llevar a engaño. Es un disco que gustará a cualquier seguidor de Stoltz, eso seguro, y puede que a muchos de los que amontonan discos ochenteros de similar pelaje pero tampoco busquen aquí las respuestas a sus problemas de falta de grandes discos, porque lo nuevo de Stoltz tampoco lo es aunque la canción inicial, el tema homónimo, desde su primera nota nos deleita con una teletranportación a otra década, a otro tiempo, a otras atmósferas.... Es una canción maravillosa de esas que se incrustan en el cerebelo y no te abandonan, muy "bunnymen" ya me entendéis. Un servidor tiene su melodía grabada a fuego y caminando sin rumbo me viene el estribillo... y hablando de estribillos, qué pelotazo es el de "My friend", qué joya, qué gustirrinín!!! con ese toque a OMD, a Kraftwerk de andar por casa... y ese toque kraftweriano aparece también en la brutal ochentera "Static electricity". Ya digo, este disco es un viaje al pasado, a un sonido olvidado pero que para muchos nos trae unos recuerdos imborrables. El disco durante sus nueve temas sigue por esos derroteros, hay temas que me encantan como "Decisions, decisions" en el que mucha crítica especializada y de alto nivel comparar con un Ray Davies de antaño.... Otras como "Our modern world" son pura decadencia matinera después de una juerga descomunal, en cambio "A rolling tambourine", que cierra estupendamente el disco, tiene esos ecos lisérgicos a Syd Barrett, al pop británico de siempre, a los Blur con Albarn endrogado... un tesoro que cierra un disco que sorprenderá a muchos y que a tantos otros cogerá con el pié cambiado, aunque sinceramente creo que a la mayoría se les quedará en el tintero. Sería un error en mi modesta opinión, pero como les dije antes, no es un discón, un discarral o una POM, es sólo buena música, buenas canciones que rememoran otra época, otro tiempo. Es un disco muy personal, fuera de modas, y eso hace que me guste todavía más.
Me habían hablado estupendamente de este melodrama que retrata el Mississippi posguerra durante los años 40. Esa América sureña, racistas, machista y clasista. La afroamericana Dee Rees hace un retrato maravilloso de esa época y una descripción estupenda de dos familias bien diferentes aunque igualmente afectadas por la época que las ha tocado vivir, en ambos casos e independientemente de blancos o negros, tendrán un ex-soldado que debe adaptarse de nuevo a la vida cotidiana. La historia avanza con lentitud y nos pide paciencia, todo en la película es notable, tanto las actuaciones como la fotografía y el guión. No en vano dispuso de muchas nominaciones en los premios Oscar aunque no obtuvo finalmente ninguno: mejor actriz reparto para Mary J Blige, fotografía para Rachel Morrison, guión Virgil Williams y Dee Rees, y mejor canción para Blige por "Mighty River". Lo contadopuede que ya lo hallamos visto mil una veces anteriormente, no digo que no, por eso tampoco es la película para recordar y recomendar pero desde luego es un film para no perderse. La sinopsis robada habla de dos hombres regresan de la Segunda Guerra Mundial a su hogar, en una pequeña población rural en Mississippi, donde tendrán que readaptarse a su nueva vida tras la guerra, y al racismo imperante en la región.... pero tiene más de crítica racial y social que de posguerra. Tiene más de superación vital que otra cosa. Y puede que no tirar de dramón o de racismo a tope le reste puntos para llegar a ser lo que debería haber sido pero el buen sabor que deja al finalizar no tiene precio. Muy recomendable.
Hyperion es un clásico de la fantasía y la ciencia-ficción. La novela de Dan Simmons fue premiada en 1989 con el Hugo, el Locus y el Ignotus. Así que con esa carta de presentación parece difícil entender como un servidor se había resistido a su lectura. El pasado verano después de leer varias novelas de fantasía que me apasionaron como el "Transcrepuscular" de Bueso necesitaba algo de ese nivel o superior, y mi particular "influencer" literario me paso la novela de Simmons que además es el primer libro de una tetralogía: Los cantos de Hyperion. La trama inicial es sencilla. Hay siete elegidos para peregrinar a las Tumbas del Tiempo en el planeta Hyperion donde dicen habita un ser llamado Alcaudón, como no pertenecen al culto de dicho ser cada peregrino decide contar los motivos por los que han decidido formar parte de esa expedición que tendrá lugar mientras unos seres llamados "Exters" atacan el planeta para apoderarse de la tumbas. En realidad, y dicho así, toda la historia gira alrededor de las historias de cada peregrino, cada una de ellas interesantísimas y muy diferentes entre ellas en cuanto a estilo literario lo que hace muy rica a esta novela. Tal vez la historia del coronel Kassad sea la que menos me ha gustado pero todas ellas tienen algo especial. El libro por tanto está dividido en unas seis partes conectadas por la historia troncal del viaje que queda en mero nexo de unión, y puede que todo eso se deba a que se rumorea que las historias fueron escritas como mini-relatos antes incluso de la idea del libro, arreglados después para hacerlos encajar en la historia, cosa que desde luego a mi particularmente me parece más genial si cabe. No es una novela para recomendar de primeras pero sí es una novela estupenda.
Chris Thile es una de las debilidades de la Isla Nikochiana así que no tiene perdón que su último disco en solitario (y ya van siete!) se nos quedará en el tintero el año pasado aunque como excusa podemos decir que salió casi cuando se bajaba el telón del 2017, justo cuando las listas de favoritos ya habían tomado forma. La verdad es que en primavera ya era consciente de la existencia de "Thanks for listening" pero fue gracias a su vuelta al redil este mismo año junto a los Punch Brothers en el disco "All Ashore" que me he decidido a dedicarle algo de tiempo a unas escuchas pausadas y atentas a su nuevo disco. Estamos ante un disco menor, un disco bonico, sencillo y muy agradable en el que Thile enseña su paleta sonora, esa que ha ido adquiriendo con el tiempo y gracias a sus innumerables colaboraciones ya sea con los Punch Borthers, con Brad Mehldau o con Edgar Meyer, eso sí, sin nunca dejar de lado su mágica mandolina que por ejemplo brilla en "Balboa", uno de mis temas favoritos del disco. Hay momentos introspectivos y románticos, hay momentos bellos y delicados, momentos mágicos y deliciosos pero que puede que solo lo lleguen a disfrutar quienes ya conozcan la trayectoria de Thile. No hay canción gancho, no hay tema radiable, no hay esa canción que venda el disco pero sí que hay diez grande temas como la canción que da nombre al disco y lo cierra, la estupenda "Thank you, New York" que sí podría ser ese tema vendible, la preciosa y garfunkeliana "Feedback loop", y la coqueta "Falsetto". Ya digo, un estupendo disco que pasó y pasará inadvertido pero que es una pequeña joya a descubrir. Nada que nos cambie la vida pero sí algo que la hará un poco mejor.
Chris Thile - Thanks for Listening (2017): 01.- I Made This for You/ 02.- Feedback Loop/ 03.- Elephant in the Room/ 04.- Douglas Fir/ 05.- Thank You, New York/ 06.- Stanley Ann/ 07.- Modern Friendship/ 08.- Falsetto/ 09.- Balboa/ 10.- Thanks for Listening.
Hace algo más de un mes que finalicé el visionado de la segunda temporada de una de las series estrellas del año pasado. La primera temporada de "The Handmaid's Tale" nos pilló desprevenidos. Fue una grata sorpresa. Un placer dejarse llevar durante sus diez episodios por una historia magnífica basada, como ya dijimos en su momento, en la novela homónima de Margaret Artwood. Una vez finalizada dicha temporada el único deseo era que llegará la segunda aunque siempre pensando que podían llegar a estropear algo que resultó sobresaliente, ya que no todos los días nos encontramos con genialidades como la de "The Leftovers". Los guionistas debían dar un paso al frente y comenzar a expandir el universo creado en el libro, y eso, en ocasiones, no suele acabar demasiado bien. Las dudas en los primeros episodios de la segunda temporada aumentaban pues le cuesta bastante arrancar y se regocija demasiado en lo mismo, dando la sensación de no avanzar, de historia circular y repetitiva, de un sufrir por sufrir.... Los flashbacks siguen presentes y nos muestran el pasado de otros personajes, pero el escape o no de la criada sigue estancado hasta el ecuador de una segunda temporada que se va a los excesivos trece episodios. La historia romántica de nuestra DeFred con el chófer Nick es algo cansina, en cambio todo lo que rodea a Nick es fantástico... y como siempre, lo mejor son ese matrimonio maléfico: los DeFred. Ese reverso malvado de ambos es sensacional, y ese darse cuenta de lo horroroso que es uno también. La evolución de Serena (Yvonne Strahovsky) es brutal y lo hijoputesco de Fred Waterford (Joseph Fiennes) más si cabe. Nuestra protagonista, June (Elisabeth Moss), sigue hipnotizándonos, la interpretación de la Moss es brutal pero se empieza a barruntar una sobreactuación o unos vicios peligrosos. Pero tampoco voy a buscarle tres pies al gato a pesar que el final es poco creíble puesto que dejes lo que dejes atrás, y teniendo la oportunidad de huir, para qué quedarse? si seguramente desde fuera podrías hacer más que desde dentro. En eso creo que fallan, y lo hacen para poder darnos una tercera temporada que me crea serias dudas de estar al nivel de sus predecesoras, de momento toca esperar y no hacer de adivino, toca recomendar esta serie porque sinceramente creo que es de lo mejor que uno puede ver ahora mismo.
Camille Preaker sube a su coche totalmente desquiciada, triste y sin encontrar sentido a su vida. Antes de arrancar saca una botella de agua mineral que contiene vodka en lugar de agua y da un enorme trago. Conecta el teléfono a la radio del coche antes de emprender un viaje nocturno sin rumbo mientras escucha "A Wasteland Companyon" (2012) del monstruo del folk Mathew Stephen Ward. El personaje que interpreta Amy Adams en la excelente y brutal "Heridas Abiertas" hace acordarme de lo que me gusta M Ward, de su clase, de su magia, de su enorme calidad y me pregunto porqué arrinconé su último disco "What a wonderful industry" mientras escuchaba otras medianías que no le llegan ni a la suela de los zapatos al bueno de Matt. El señor Ward lleva una carrera impecable llena de grandes canciones y enormes discos, ya sea colaborando con miles de músicos amigos, por ejemplo en el insuperable "Monsters of Folk" del 2009 o con la Deschannel en su aventura retro y gafapastil en "She & Him", o en solitario. Es cuando trabaja solo cuando su magia se nos presenta sin trampa ni cartón y, su universo sonoro y su atmósfera ensoñadora nos embrujan por completo. Hablaba Chals Roig acertadamente en Exile SH Magazine sobre las diferentes épocas en la carrera de Ward, dando a entender su preferencia por su primera etapa. Yo no sé por cual decidirme. La verdad es que soy un gran defensor de sus últimos trabajos, a mi "More Rain" me parece estupendo, pero mi favorito sigue siendo "Post-War". Creo sinceramente que su último trabajo, el que hoy nos ocupa, está a la altura de sus mejores obras, no me atrevo a decir más aunque, sinceramente, lo piense. Cada cual que piense y opine lo que crea oportuno pero es indiscutible que Ward ha firmado otro discazo más, otra obra menor de artista mayor como diría mi buen amigo Jorge García aka Addison De Witt, o puede que simplemente obra y artista sean enormes. El artista oriundo de Oregón sorprende al respetable con esta colección de canciones que vuelven a enseñarnos todas su cartas: la de músico enamorado del rocanrol cincuentón, el crooner, el folki americano, el amante de los Beatles, el popero embadurnado de tradición, el creador de atmósferas... Ward entrega un disco maravilloso y eso ya no es noticia, y mientras muchos aún no se han enterado otros disfrutamos de un grande, de un gigante en la sombra, siempre agazapado de la primera línea de esa horrible o maravillosa industria.
M Ward - What a Wonderful Industry (2018): 01.- Arrivals Chorus/ 02.- Miracle Man/ 03.- Shark/ 04.- Motorcycle Ride/ 05.- El Rancho/ 06.- Sit Around The House/ 07.- Kind of Human/ 08.- A Mind is the Worst Thing to Waste/ 09.- Return to Neptune's Net/ 10.- Poor Tom/ 11.- War & Peace/ 12.- Bobby.
"What a wonderful industry" tiene todas las señas de identidad de M Ward. Es otra muestra más de su juanpalomismo. Él se lo guisa y él se lo come. Todo lo hace a su manera, siendo fiel a u estilo, a su forma de entender lo que tiene que ser un buen disco. Nada de una excitación inicial para luego caer en el olvido. Sus discos se cocinan como se deben escuchar, a fuego lento. A la antigua usanza. De principio a fin se escuchan sus canciones hasta empaparnos de ellas. Así encontraremos pequeños recovecos mágicos, giros musicales, frases con doble sentido y malicia. Sí, Ward es un genio y nosotros debemos intentar como oyentes estar a su altura. La inicial "Arrivals chorus" es una delicatessen, una caricia auditiva. Es otro mundo. Una maravilla. Pura nostalgia, pura magia. "Miracle Man" es pura tradición, y lo más parecido a un single o hit que nos podamos encontrar. Simplemente es escandalosa de buena y deja bien claro quién es quién en el mundillo musical. "Shark" es oscura y deprimente, pero es grandiosa aunque personalmente tardé unas cuantas escuchas en darme cuenta. "Motorcycle ride" y "El rancho" son dos pelotazos a tener muy en cuenta. La primera tiene un toque paulsimoniano, mezclando estupendamente el folk y el pop, enseñando como un cantautor debe tratar la melodía y las armonías, en cambio, la segunda, "El rancho", entronca con sus discos pasados, puede que encajara perfectamente en "Hold Time". Da igual. Es pura magia. Favoritísima. Llegados al ecuador rocanrolea estupendamente en "Sit around the house", una marca de la casa, y luego en "Kind of human" se countrifica un algo para acabar popeando en "A mind is the worst thing to watse", entregando una tripleta de lujo. La instrumental "Return to neptune's net" tiene algo de surfero, de playa de principios de los sesenta que nos conduce hacia el final, primero por la blusera "Poor Tom", luego por la folki ensoñadora "War and Peace" para rematarnos energícamente con "Bobby" y entregar así otro disco sobresaliente.
Seguimos desgranando ese tipo de cine que uno no debería ver pero que inevitablemente acaba visionando. Nunca me acabó de gustar Will Smith, no es que no lo soporte pero sus películas ni fu ni fa, ni me van ni me vienen, ni las odio ni tampoco me disgustan del todo. Es puro entretenimiento, pura maquinaria de hacer dinerito y contentar al respetable. En esas se alía con Netflix quién le produce una película exclusiva que hubiese sido un blockbuster con total seguridad de haberse estrenado en pantalla grande y no en los salones de casa. Eso no quiere decir que sea un film bueno, pero seguro que en taquilla hubiese arrasado. Nos encontramos con una buddie-movie policíaca típica en cuanto a relación de personajes pero que como novedad se presenta en un mundo de fantasía donde hay orcos, hadas, elfos, humanos... mucha magia.... recuerda en su esencia a aquella ochenterada llamada "Alien Nation" pero pasada por el túrmix de Will Smith. Él es un policía humano y su compañero el primer policía Orco al que todo el mundo odia y teme por igual. Hay una poderosa barita mágica de por medio que solo puede ser utilizada por uno seres concretos, ellos deben protegerla para que un ser maléfico no vuelva a la Tierra y destruya todo de un plumazo.... Y bueno, eso es todo. Entretenida, pasable, con su justa acción, sus dosis de chistes tontos y su coleguismo. Al final ganan los buenos y a otra cosa mariposa. Netflix sigue explotando sus productos para adolescentes, esta vez mezclando géneros con un resultado óptimo que sin duda en pantalla grande hubiera tenido más reconocimiento. Es algo boba, previsible y sin chispa, un producto 100% Will Smith, pero encantará a la muchachada.
No recuerdo muy bien quién me recomendó esta magnífica novela. No sé si fue alguien en concreto o leí algo en El País u otro periódico hace unos años en un artículo reivindicando la novela. Da igual, no tiene importancia saber cómo llego a mis oídos y luego a mis manos, puesto que lo importante es como he disfrutado descubriendo esta maravillosa novela escrita por John Williams allá por 1965. Es una historia sensacional que bien podríamos resumir diciendo que trata sobre la vida de un ser humano, desde que nace hasta que muere. Puede no ser suficiente, puede que uno piense que no tiene interés alguno pero en cuanto entramos en la vida de William Stoner, hijo de unos campesinos en Misuri, y vamos observando como crece, madura, evoluciona, como se enamora de la literatura, como se hace profesor, marido, padre.... solo cabe tomar buen asiento y no dejar la historia hasta que Stoner deje este mundo. No soy escritor pero sin duda creo que escribir sobre algo tan familiar, tan sencillo, tan cotidiano debe ser lo más complejo. Y sin duda John Williams sale victorioso aunque al parecer su éxito de ventas y reconocimiento por dicha novela llegue unas cuantas décadas tarde. No sé si es una obra maestra o no, sólo sé que lo he pasado en grande leyendo y que me ha tenido atrapado en su simple y normal historia. Recomendaré este libro siempre porque me parece una obra sensacional. No se la pierdan por favor.
Cuando leí "La Ciudad y la Ciudad" quedé asombrado por una historia excelente que tomando las bases del detective hundido por trauma familiar acababa resolviendo un extraño y turbulento caso que le hacía volver y enterrar su viejo trauma. Todo eso mezclado con un toque de ciencia-ficción brutal, que uno no podía ni imaginar, que realmente hace que esa novela sea una de mis favoritas personales. Dos ciudades. Beszel y AL Qoma, dos ciudades con idiomas diferentes, costumbres, religión, leyes, tecnología, moda.. pero dos ciudades que físicamente están en el mismo sitio. Difícil de entender y mucho más de explicar sino se lee la novela. Conceptos como el desver, desoir, están a la orden del día. El concepto de las zonas comunes, el concepto de la Brecha: la policía secreta que lo ve todo y determina si se ha cometido un delito pasando de una ciudad a otras, ese concepto de la vigilancia eterna, constante. Y el concepto de algo más antiguo, una ciudad antigua que domina a las dos existentes.... Tremendo terrícolas. Pues bien, una vez leído el libro me enteré que la BBC había comprado los derechos de la novela, y hace bien poco pude ver sus cuatro maravilloso episodios con una conclusión clara: estamos ante una serie grande, una versión del libro estupenda, que le hace justicia a pesar de la dificultad que suponía llevar los dos mundos a la pequeña pantalla. La interpretación del inspector Borlú recae en un excelente David Morrissey, un valor seguro, carisma y eficiencia aseguradas. El reparto es magnífico y aunque la adaptación se toma alguna que otra licencia todo es tal como podíamos imaginar y desear. No se la pierdan, ni la serie ni, por supuesto, la novela.