M Ward - What a Wonderful Industry (2018)

Camille Preaker sube a su coche totalmente desquiciada, triste y sin encontrar sentido a su vida. Antes de arrancar saca una botella de agua mineral que contiene vodka en lugar de agua y da un enorme trago. Conecta el teléfono a la radio del coche antes de emprender un viaje nocturno sin rumbo mientras escucha "A Wasteland Companyon" (2012) del monstruo del folk Mathew Stephen Ward. El personaje que interpreta Amy Adams en la excelente y brutal "Heridas Abiertas" hace acordarme de lo que me gusta M Ward, de su clase, de su magia, de su enorme calidad y me pregunto porqué arrinconé su último disco "What a wonderful industry" mientras escuchaba otras medianías que no le llegan ni a la suela de los zapatos al bueno de Matt. El señor Ward lleva una carrera impecable llena de grandes canciones y enormes discos, ya sea colaborando con miles de músicos amigos, por ejemplo en el insuperable "Monsters of Folk" del 2009 o con la Deschannel en su aventura retro y gafapastil en "She & Him", o en solitario. Es cuando trabaja solo cuando su magia se nos presenta sin trampa ni cartón y, su universo sonoro y su atmósfera ensoñadora nos embrujan por completo. Hablaba Chals Roig acertadamente en Exile SH Magazine sobre las diferentes épocas en la carrera de Ward, dando a entender su preferencia por su primera etapa. Yo no sé por cual decidirme. La verdad es que soy un gran defensor de sus últimos trabajos, a mi "More Rain" me parece estupendo, pero mi favorito sigue siendo "Post-War". Creo sinceramente que su último trabajo, el que hoy nos ocupa, está a la altura de sus mejores obras, no me atrevo a decir más aunque, sinceramente, lo piense. Cada cual que piense y opine lo que crea oportuno pero es indiscutible que Ward ha firmado otro discazo más, otra obra menor de artista mayor como diría mi buen amigo Jorge García aka Addison De Witt, o puede que simplemente obra y artista sean enormes. El artista oriundo de Oregón sorprende al respetable con esta colección de canciones que vuelven a enseñarnos todas su cartas: la de músico enamorado del rocanrol cincuentón, el crooner, el folki americano, el amante de los Beatles, el popero embadurnado de tradición, el creador de atmósferas... Ward entrega un disco maravilloso y eso ya no es noticia, y mientras muchos aún no se han enterado otros disfrutamos de un grande, de un gigante en la sombra, siempre agazapado de la primera línea de esa horrible o maravillosa industria. 


M Ward - What a Wonderful Industry (2018): 01.- Arrivals Chorus/ 02.- Miracle Man/ 03.- Shark/ 04.- Motorcycle Ride/ 05.- El Rancho/ 06.- Sit Around The House/ 07.- Kind of Human/ 08.- A Mind is the Worst Thing to Waste/ 09.- Return to Neptune's Net/ 10.- Poor Tom/ 11.- War & Peace/ 12.- Bobby.

"What a wonderful industry" tiene todas las señas de identidad de M Ward. Es otra muestra más de su juanpalomismo. Él se lo guisa y él se lo come. Todo lo hace a su manera, siendo fiel a u estilo, a su forma de entender lo que tiene que ser un buen disco. Nada de una excitación inicial para luego caer en el olvido. Sus discos se cocinan como se deben escuchar, a fuego lento. A la antigua usanza. De principio a fin se escuchan sus canciones hasta empaparnos de ellas. Así encontraremos pequeños recovecos mágicos, giros musicales, frases con doble sentido y malicia. Sí, Ward es un genio y nosotros debemos intentar como oyentes estar a su altura. La inicial "Arrivals chorus" es una delicatessen, una caricia auditiva. Es otro mundo. Una maravilla. Pura nostalgia, pura magia. "Miracle Man" es pura tradición, y lo más parecido a un single o hit que nos podamos encontrar. Simplemente es escandalosa de buena y deja bien claro quién es quién en el mundillo musical. "Shark" es oscura y deprimente, pero es grandiosa aunque personalmente tardé unas cuantas escuchas en darme cuenta. "Motorcycle ride" y "El rancho" son dos pelotazos a tener muy en cuenta. La primera tiene un toque paulsimoniano, mezclando estupendamente el folk y el pop, enseñando como un cantautor debe tratar la melodía y las armonías, en cambio, la segunda, "El rancho", entronca con sus discos pasados, puede que encajara perfectamente en "Hold Time". Da igual. Es pura magia. Favoritísima. Llegados al ecuador rocanrolea estupendamente en "Sit around the house", una marca de la casa, y luego en "Kind of human" se countrifica un algo para acabar popeando en "A mind is the worst thing to watse", entregando una tripleta de lujo. La instrumental "Return to neptune's net" tiene algo de surfero, de playa de principios de los sesenta que nos conduce hacia el final, primero por la blusera "Poor Tom", luego por la folki ensoñadora "War and Peace" para rematarnos energícamente con "Bobby" y entregar así otro disco sobresaliente. 

2 comentarios:

  1. Para mi Post-War y Hold Time son sus obras cumbre, las que me hacen arrodillar. Y este disco es verdad que quizás está a la altura, y/o con el tiempo lo estará, un favorito M.Ward. Gracias por la mención!!!!

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  2. Coincido con Chals, Pot-War y Hold Time son los discos que me hicieron rehén de la música de Ward. Yo el que dejé un poco abandonado fue More rain, pero éste puede competir con cualquier obra de su carrera, yo creo que está en el grupo de arriba dentro de su discografía.
    Gracias por esa mención.
    Abrazos.

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