Old Crow Medicine Show - Volunteer (2018)


Después de marear la perdiz con tropecientas novedades de lo más retromodernas con dejes ochenteros a uno se le queda cierto malestar estomacal, cierta acidez, cierto desasosiego que únicamente puede ser solventado con unas cucharaditas de la vieja medicina del cuervo. Sí amigos terrícolas, es escuchar el primer tema de una de mis bandas predilectas y abrazar la vida eterna. La vuelta de "Old Crow Medicine Show" siempre es una grata sorpresa, un placer y una obligación el entregarse a su atenta escucha. Cierto es que el año pasado nos regalaron un disco, pero no fue un disco suyo, sino uno de homenaje a uno de los más grandes momentos de la historia de la música que no era otra cosa que la celebración de los "50 years of Blonde on Blonde", casi ná. Disco que disfruté mucho en el hogar nikochiano pero que no aplacaba las ganas de hacerse con material nuevo después de los notables (que no sobresalientes) "Carry me back" (2012) y "Remedy" (2014). Así pues, cuatro años más tarde, Secor y Fuqua junto a sus secuaces Cobb, Andrews, Hayes, Jhanig, McCoy y Younts entregan una nueva colección de canciones que saben a gloria, a taberna, a puro Mississippi, a placer
inmenso bajo las estrellas.... un puto deleite americano. No sé si por las ganas de escuchar temas nuevos de ellos, si porque estaba hasta los bemoles de sintetizadores y modernidades o porque simplemente las canciones son fantásticas pero a mi me parece que es uno de los mejores trabajos de Old Crow Medicine Show en su ya dilatada carrera. Desde luego los arreglos y la multitud de instrumentos, más un  nivel vocal excepcional hacen del disco una maravilla, además de sin querer queriendo consiguen repasar su trayectoria con nuevas canciones y de reojo homenajear a Dylan y The Band, hay un par de temas que son puro Danko, puro sotano dylaniano. 


Old Crow Medicine Show - Volunteer (2018): 01.- Flicker & Shine/ 02.- A World Away/ 03.- Child of the Mississippi/ 04.- Dixie Avenue/ 05.- Look Away/ 06.- Shout Mountain Music/ 07.- The Good Stuff/ 08.- Old Hickory/ 09.- Homecoming Party/ 10.- Elzick’s Farewell/ 11.- Whirlwind.

La inmediatez y frescura de "Flicker and Shine" nos pone con rapidez en la tesitura y el tono adecuados. Una fantástica canción tabernera que nos traslada a tiempos pasados, a tiempos del debut de los OCMS donde los violines iban y venían a su antojo, mientras los banjos nos hacían levitar. Fantástica. "A world away" supura dylanesque por doquier y tiene un estribillo fabuloso para cantar a pechopalomo mientras que "Child of the Mississipi" (una de mis favoritas del lote) es puro americanismo, con un banjo marcando la pauta y una banda en estado de gracia. Todo lo bueno que es el señor Fuqua lo apreciamos en "Dixie Avenue" , un tema de esos con los que sueña cualquier buen músico, un tema excelente que bajo su sencillez oculta una variedad instrumental que asusta. "Look Away" es puro Rick Danko, en ella encontramos ecos, trazas de uno de los genios de The Band, encontramos el ADN de las desgarradoras baladas americanas. Temazo. Pasado el ecuador del disco nos topamos con "Shout mountain music", otra fresca locura tabernera para saltar, gritar y bailar cerveza en mano. "The good stuff" es un cachondo tema honkitonkero que da paso a otro temazo escrito a cuatro manos entre Faqua y Secor: "Old hickory". Increíblemente bonito, de lo mejor del lote. Ya encaminándonos al cierre nos topamos con la folki "Homecoming party" y la tradicional e instrumental "Elzick's farewell" que suben el nivel del disco a cotas celestiales. El cierre se lo reserva "Whirlwind", un tema clasicón con reminiscencias a los grandes, a Haggard, a Emmylou y a tantos otros que nos han dado y nos dan momentos de gloria, como el señor Earle o Tito Neil cuando se pone campestres. Un cierre perfecto. Old Crow Medicine Show firman un disco que seguro estará entre mis elegidos al final de año, una colección de canciones que creo se encuentran entre lo mejor que han hecho nunca. Canciones de verdad, con cuerpo y alma, sin imposturas y con mucho corazón. Sí, así es la medicina del cuervo. 

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