La única referencia que tenía de este film australiano exclusivo de Netflix era la presencia de Martin Freeman (El Hobbit, Sherlock, Fargo). Suficiente en mi opinión para darle la oportunidad a una película de la que también desconocía su argumento. Así que sin saber nada, dispuesto a ser sorprendido me dispuse a ver el film dirigido por Ben Howling y Yolanda Ramke. La historia no es nada del otro mundo pero está muy bien tratada, tanto en el ritmo como con la gran sensibilidad que encontramos en ella. El film no es más que la enésima película sobre zombies, muertos vivientes, infectados o caminantes. Da igual como les llaméis. Hay una epidemia mundial que provoca que los humanos enfermen y parezcan zombies, y hay gente que intenta sobrevivir. Freeman interpreta a Andy Rose que con su mujer e hija de menos de un año buscan un lugar donde sentirse seguros. Como podéis imaginar ella es infectada, y él es incapaz de abandonarla o sacrificarla con lo que finalmente será mordido y quedará igualmente infectado teniendo que buscarle un lugar a salvo a su pequeña antes del inevitable cambio. Como digo nada del otro mundo ni nada que nos sorprenda pero desde luego consiguen mantenerte atento e interesado todo la película, y además emociona conforme el tiempo se acaba para Andy. Destacable también la ambientación, en Australia, ofreciendo planos bellísimos. Hay tensión, hay emoción, hay acción y terror. Todo en uno, todo muy bien ligado, todo presentado de manera notable. Muy interesante.
0 comentarios:
Publicar un comentario