Fueron sus diez nominaciones a los Oscar y no sé cuántos Globos de Oro, Baftas..., además de un reparto brutal: Amy Adams, Christian Bale, Jennifer Lawrence, Bradley Cooper, Jeremy Renner, Louis C.K. y Robert de Niro; los que hicieron que me interesase por este film americano dirigido por David O. Russell (Tres Reyes, The Fighter...) pero como viene siendo habitual debido a mi paternidad a tiempo completo lo de ir al cine pasó a la historia y como bien imagináis no pude verla cuando tocaba y se quedó en el olvido. Este pasado domingo pude verla y comprobar que puede que sí, como dijo en su día el crítico Carlos Boyero, que el film realmente haga honor a su nombre y sea una estafa. No es que no me haya gustado, que sí pero poco, pero tampoco es que me haya disgustado, así que ni fú ni fa, ni frío ni calor, cero grados. Toda la trama gira en torno a un estafador y su peluquín (Christian Bale) y a su compinche Amy Adams que además viven una idílica y extraña historia de amor. Todo quiere ser tan raro (desde luego las pintas lo son) tan extravagante que acaba por cansar. El ritmo del film es plomizo, en ocasiones aburrido y la duración es en mi opinión excesiva. La banda sonora es estupenda, eso sí, el vestuario, la peluquería, el cuerpo de Amy Adams... sobretodo Amy Adams... y aunque como digo se me hizo larga y en ocasiones aburrida tiene media docena de buenos golpes de humor, contados, claro. Creo que no es para tanto o yo no he sabido encontrarle el punto, ese nivel de calidad que todo el mundo comenta. No digo que sea mala ni buena, es lo que es, una estafa.
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