En 2008 sin hacer prácticamente ruido apareció de la nada una banda de Seattle con un estupendísimo disco bajo el brazo que contenía algunas de las melodías más bellas que se han podido escuchar en este inicio de siglo. Recuerdo descubrirlos gracias a un estribillo maravilloso, circular y altamente adictivo...”i was following the, i was following the, i was following....”. Oh! Qué locura, qué maravilla de canción y qué videoclip eterno! Lujazo! Pronto me hize con el álbum “Fleet Foxes”, el disco de debut de la banda que bautizaba con su nombre su primer disco. Claramente el disco me enamoró y me encandiló pero para ser sincero el disco mejora con cada escucha y es hoy, en el 2011, cuando me parece mejor aún que antes pues no sólo de “White Winter Hymnal” vivían lo gañanes, allí lucen extraordinariamente obras eternas como “Ragged Wood”, “Quite Houses” o “Your Protector” por citar tres de mis favoritas. Los Fleet Foxes no inventaban nada, extraña que un grupo de Seattle haga ese tipo de música cercana por decir algo o casi mimetiza a uno de mis grupos preferidos CSN & Y, tanto juntos como por separados aquellos pájaros aún hoy son insuperables pero mira tú por donde estos zorritos demostraron que habían aprendido muy bien la lección. El disco fue un éxito rotundo de ventas y de crítica, algunos de sus componentes antes de sacar el difícil segundo disco editaron sus cosicas por separado pero el segundo álbum se iba cocinando lentamente, demasiado lento creo yo pero claro, las expectativas eran tan altas, la presión era tanta que fácilmente acabarían decepcionándonos. Casi tres años después aparece “Helplessness Blues” y sólo puedo deciros que este disco es gloria bendita...
Fleet Foxes: “Helplessness Blues” (2011): 1.– Montezuma/ 2.– Bedouin Dress/ 3.– Sim Sala Bim/ 4.– Battery Kinzie/ 5.– The Plains Bitter Dancer/ .– Helplessness Blues/ 7.– The Cascades/ 8.– Lorelai/ 9.– Someone You’d Admire/ 10.– The Shrine An Argument/ 11.– Blue Spotted Tail/ 12.– Grown Ocean.
“Montezuma” abre el telón. La voz suena perfecta, preciosa, angelical. Las armonías y los coros me seducen sin compasión. Es sin duda una pieza perfecta para abrir el álbum, simplemente maravillosa. Luego una guitarrita juguetona nos presenta “Bedouin dress”, entra la batería y de nuevo, como no, esa magnífica voz de Robin Pecknold pero esta vez es un violín quién se lleva el protagonismo vistiendo de gala la tonadilla, y la instrumentación se va haciendo cada vez más importante y los coros acaban por arropar la canción y qué canción!. “Sim sala bim” no le va a la zaga, nos mete de lleno en una atmósfera de finales de los sesenta principios de los setenta donde nos parece escuchar por un momento a los CSN, qué puta maravilla, qué guitarra, qué final, eres tú Stills? Has vuelto por tus fueros? Ooooh qué maravilla! Ojito, qué llega “Battery Kinze” una de mis favoritas, que representa en esencia lo que son estos Fleet Foxes, nada nuevo pero con una calidad descomunal. Hasta el momento creo que superan con creces su anterior trabajo pero es que el disco sólo hace que crecer y crecer, es con “The plains/bitter dancer” que se me caen las bragas al suelo. Descomunal. Simplemente perfecta. Los coros angelicales que abren paso a una cancionaca que firmaría el mismísimo Crosby no tienen desperdicio, y esa flautita, qué me decís de esa flautita irresistible? Y de ese final para cantar a tutiplén en el concierto, en el bar, donde sea a pleno pulmón, a pecho palomo, joder, me pone los pelos de punta. A todo esto llega el single del disco, el que le da nombre, llega “Helplessness blues” con esa melodía que es imposible sacarte de la cabeza, una cancionaca de tomo y lomo, máxima candidata a canción del año junto a “Your fake name is good enough for me” de Sam Beam, otro que no se queda precisamente manco. El disco me tiene enamoradísimo y con la instrumental “The cascades” me meo toa, me sorprendo a mi mismo con los bellos de punta, emocionadísimo..., pensaba que tardaría años en volver a tener esa sensación escuchando una pieza instrumental. Y para colmo aún falta bastante disco, sin ir más lejos “Lorelei” es de mis preferidas, una joya, un diamante por descubrir. Qué melodía, qué coros, que savoir faire... Estupenda canción que sólo hace que confirmar que estamos ante un discazo insaltable que comienza a enseñarnos el final del camino con “Someone you're admire” que tiene un algo, un no sé qué de Simon & Garfunkel que me engatusa sin más antes de darnos una cancionaca de ocho minutos con multiples cambios de ritmo y secciones musicales que quitan el hipo, “The shrine/An argument” es estupenda de principio a fin, y Pecknold demuestra, si es que hiciese falta, one more time, que tiene una voz prodigiosa. Puro sonido folk de los setenta. “Blue stopped tail” y “Grown ocean” cierran el disco de forma inmejorable. Los Fleet Foxes han pasado sin ningún sobresalto ni apuro el difícil segundo disco, se han superado a si mismos firmando su mejor álbum, el mejor álbum posible, el mejor álbum del año hasta la fecha sin lugar a dudas.