Jethro Tull - Stand Up (1969)


A principios de 1968 la banda británica Jethro Tull capitaneada por Ian Anderson aparecía con un muy buen debut bajo el brazo. “This Was” es sin duda un debut memorable lleno de buenas canciones e impresionantes melodías que básicamente y aunque extrañe a muchos terrícolas bebía del blues de toda la vida. Mucha culpa de ello tenía el guitarrista de la banda Mick Abrahams que firmaba muchas de las composiciones junto a Anderson además de los no menos importantes “arreglos”. A pesar del relativo éxito, las tiranteces no tardaron en germinar, se sabe y se comenta que Anderson no es un tipo muy afable, es algo cojonero y picajoso, además de un músico excelente claro está pues domina a la perfección desde la guitarra, el piano, el órgano y la armónica hasta las voces y como no, esa enigmática y sorprendente flauta travesera. El disco, como digo, tenía canciones de lujo como “My sunday feeling” y “Someday the sun won’t shine for you”, pero Anderson ya estaba investigando y probando nuevas vías de escape como “Serenade to Cuckoo” que tocó bastante los bemoles al bueno de Abrahams por la nueva dirección que Ian quería darle a la banda. Aún así me quedo con “Dharma for one” y la increíble “A song for Jeffrey” como las canciones del disco. En aquellas sesiones se crearon dos joyitas como “Love story” y “Christmas song” que incompresiblemente se quedarían fuera del disco definitivo. Los Jethro Tull comenzaban a funcionar pero entonces Abrahams abandonó la banda. 


Anderson ya con plenos poderes sobre el grupo ficha al bueno de Tommy Iommi (sí, el mismo que luego formó Black Sabath) pero no aguantó ni dos meses en la banda. Estuvo entrando y saliendo de la formación durante la grabación del Rock’n’roll Circus stoniano a finales de 1968, sale en dicha actuación y tocó algunos riffs en la grabación de Stand Up. Por cierto, esa actuación es grandiosa y “Song for Jeffrey” suena mejor que nunca, claro que era en riguroso playback, je je... Después de pruebas con diversos sustitutos el puesto acabó en manos de Martin Barre que se puede considerar el guitarrista titular de casi todos los discos de Jethro Tull. Así pues, con una formación estable y estando ya bastante engrasados, los Tull comienzan su época dorada, donde las sesiones de los discos y la aparición de las canciones se mezclan sin saber muy bien si pertenecían a uno u otro álbum. Del 69 al 76 firman grandiosas obras, mis favoritas: “Stand up” (69), “Benefit” (70), “Aqualung” (71), “Thick as a Brick” (72), la curiosa compilación “Living in the Past” que recopilaba descartas y singles de toda esta época,  y “A passion play”(73). “Thick as a Brick” es según todo el personal su cima creativa, no lo pondré en duda, pero personalmente me quedo con “Aqualung” que me parece su obra maestra y luego, elijo sin duda al disco del que hoy os vengo a hablar desde el exilio, mi disco más querido de los Tull. No el mejor, pero sí mi favorito. Desde su increíble portada me enamora, y luego, claro, sus canciones me dejaron K.O desde el primer momento que las escuché. Los Tull del 69 sonaban cojonudos y diferentes a todo lo que les rodeaba y eso, en esa época, no era nada fácil. 

Es “Stand Up” curiosamente el único álbum de Jethro Tull que logró el número uno en las listas inglesas de la época, casi seis semanas en el primer puesto en el glorioso año 69. Cosa extraña y a tener en cuenta pues más tarde llegarían los grandiosos “Aqualung” y “Thick as a brick”, pero nunca llegaron a esos niveles, de hecho, el otro mejor disco en las listas de Jethro Tull es “Benefit” que llegó al tercer puesto. Antes de la publicación del disco aparecen dos temazos que incomprensiblemente quedaron fuera del disco, dos cañonazos en forma de single que han ido entrando a lo largo del tiempo en compilaciones y ediciones deluxe. El primero de ellos fue “Living in the past” todo un clásico y el segundo el excelente “Witch’s promises”. Dos grandes canciones que quedaron fuera y que de haber estado hubiesen llevado a “Stand Up” a lo más alto, a brillar con luz propia en la discografía del grupo y en los discos de cabecera de esa gran añada. “Sweet dream” y “Driving song” que están presentes en la edición deluxe del disco también quedaron fuera, así que imaginaros que hubiese sido del disco si todo este material no se hubiese dejado de lado. De todas maneras, lo que ofrece “Stand Up” es toda una delicia.

Aquel bluesrock de “This Was” tiene su lógica continuación en la canción que abre el disco, “A new day in yesterday”, que comienza con unos misteriosos riffs que ya no nos abandonan. La guitarra del disco es de Martin Barre pero es sabido que Tommy Iommi grabó algunos riffs, sin ir muy lejos se dice que algunos de esta canción, los de “Living in the past” que al final no entró y también metió mano en la acojonante “Nothing is easy”. Algo de verdad debe tener el asunto porque reminiscencias de esos riffs podemos encontrar en el debut de Iommi con Black Sabath. “A new day in yesterday” es un impresionante bluesrock progresivo con su flauta travesera incluida. Un temazo. El “nuevo sonido” Tull se afianza con la coqueta “Jeffrey goes to Leicester Square” donde Anderson se luce a la voz, una tonadilla alegre y fresca con una percusión peculiar y la flauta danzando sin parar. “Stand Up” es recordado, entre otras cosas, por contener “Bouree”, ese aroma a clásica increíble típica de Jethro Tull, una instrumental alucinante que se te graba en la sesera y ya no te abandona. Simplemente magistral. Lo progresivo se adueña de “Back to the family” con inicio tranquilo y melódico virando a rock rotundo con guitarras desbocadas y la flauta a galope. “Look into the sun” es una preciosidad, una joya melódica marca de la casa, cerrando magníficamente la cara A.


Lo que vendría a ser la cara B comienza con el pelotazo absoluto de “Nothing is easy”, con una melodía que pasito a pasito se va haciendo grande y arrebatadora conforme avanza la canción. El progresivo estaba acechando, llámalo como quieras, lo puedes llamar progresivo pero es puro rock, del bueno, así de simple. Una de mis favoritas. Luego llega lo que llega, llega esa genialidad llamada “Fat Man” con esos toques indios y esa frase inicial: “I don’t want to be a fat man…”. Una canción descomunal, cortita pero directa al grano, un single de lujo que fue tocado en el Circus de los Stones pero que a Jagger no le apeteció que estuviese presente finalmente, claro que no le gustó el resultado de nada de aquello pues casi treinta años estuvo en el cajón guardado.  El sonido clásico llega con “We use to know”, sí, de corte muy clásico donde brilla la guitarra eléctrica por encima de todo. De la eléctrica a la acústica, en “Reasons for waiting”, tenemos aquí otro bellezón de canción, de esas que tanto abundan en la discografía de los Tull. Preciosa sin más. Cerramos este espléndido disco con “For a thousand mothers” a todo trapo, otro bluesrock como al inicio, flauta y guitarra de la mano peleando por el protagonismo.

“Stand Up” es sin duda el primer gran disco de Jethro Tull. Un disco oculto y maravilloso de aquel 1969. Una tremenda colección de canciones de puro rock adornadas por la mágica flauta de Ian Anderson.


Jethro Tull - "Stand Up" (1969) 
9/10
01.- A New Day Yesterday/ 02.- Jeffrey Goes To Leicester Square/ 03.- Bouree/ 04.- Back To The Family/ 05.- Look Into The Sun/ 06.- Nothing Is Easy/ 07.- Fat Man/ 08.- We Used To Know/ 09.- Reasons For Waiting/ 10.- For A Thousand Mothers






* post aparecido originalmente en "Exile: subterranean homesick magazine" por Nikochan

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