Un ser llamado Guzzest. Capítulo 41: Niko Calling

La vida le sonreía. Había alcanzado la máxima felicidad. Tenía una mujer que le cuidaba. Una casa adosada estupenda. No trabajaba ya que cobraba el subsidio intergaláctico. Tenía un vecino daltónico a quién putear. Guzzest parecía vivir una de sus mejores épocas. Había dejado atrás el pasado, las aventuras, el ejercicio físico, los quilos de mas le delataban, y todo aquello que llevara la etiqueta de moderno. Lanzó casi todos los libros que poseía, y se quedó solamente con algunos, Tolkien, Pratchet, Vian y alguno que otro de Conan Doyle. Conservaba intactos en sus fundas los comics de Conan, y al fin se compró un buen tocata por ebay, los discos compactos que poseía los vendió a cambio de una plétora de bolsas de risketos y empezó a adquirir cantidades incontables de discos de vinilo. Discos y mas discos se agolpaban en las estanterías del salón, los clasificaba por número de veces que los había escuchado, así, el primero de la lista era el memorable London Calling de los Clash, al que le seguían el Trust de Costello y en tercer lugar Tarzan Boy de Baltimora. Ahora Guzzest fumaba en pipa, veía exclusivamente películas anteriores al siglo veintiuno y jugaba compulsivamente a un videojuego on line de caracter rolero que le absorbía el poco cerebro que le quedaba. En algunos momentos de lucidez salía al jardín, observaba el paisaje mientras consumía su pipa, se sentaba y miraba fijamente aquella montaña amarilla, dura, consistente, y a veces apestosa. No recordaba nada sobre aquellos restos lechosos, ni tampoco recordaba porqué su vecino Flush cercó el lugar para que nadie se acercase. Cada vez que Guzzest preguntaba sobre aquel turbador montículo todo el mundo le respondía con evasivas, hablaban del tiempo, de fútbol, de lo mal que había envejecido Robert Redford o la transformación de McCartney en una jubilada abuela cebolleta. Nadie quería hablar sobre aquel montículo, así que después de mirarlo fijamente siempre y de forma impulsiva, como si de un zombie se tratase, e incomprensiblemente cogía de la estantería un disco de vinilo de color verde, sin portada, sin letras, sin información, y lo colocaba en el tocadiscos, movía la aguja con suavidad, la dejaba caer, y dejaba que el sonido le embriagara: "Tell him. Tell him that the sun and moon. Rise in his eyes. Reach out to him.. And whisper. Tender words so soft and sweet. Hold him close to feel his heart beat. Love will be the gift you give yourself...". - Qué narices estás haciendo?, apaga eso, te digo que lo apagues! - le gritaba Cucu desde el comedor.- no me dejas ver por enésima vez el episodio doce de la séptima temporada de Friends, además, he tirado ese disco infinidad de veces, lo he tirado, lo he quemado, lo he metido en un cofre, cerrado con diez candados, atado a un yunque de una tonelada y lanzado al mar, lo he enterrado, e incluso me lo he comido, y dime, dime, dimeeee!!.- seguía gritando Cucu mientras con la zapatilla le golpeaba la cabeza.- dime como es posible que escuches ese disco, esa canción, por favor, la Streisand?..- preguntaba con aspavientos Cucu a Guzzest. .- Pues no tengo ni puta idea.- contestó Guzzest de forma muy creíble.- la verdad es que cada vez que miro ese dichoso montículo me entra como un no sé qué, me coge una cosa extraña, como si hubiese tomado docenas de cigarrillos risueños y pierdo el control, no me lo explico, la verdad.- susurraba Guzzest. - De qué montículo me hablas?.- preguntó contrariada Cucu.- Pues de ese, coño, de ese, el que tiene atrapado al Dr. Nikochan, joder, no me mires así, ese enano verde con cara de culo que intentó matarnos para dominar el mundo, no me digas que no te acuerdas, no me crees?, pues pregúntale a Flush, el te lo explicará.- decía un mas que nervioso Guzzest.- Mira Guzzest, cariño, ni montículo, ni doctor, ni marciano verde que valga, y que le pregunte a Flush.. madre mía!, deberías dejar de ir según con quién, orden de alejamiento, una orden de alejamiento voy a pedir, malditas sean las malas compañías. Pasa, pasa para adentro, que te voy a dar yo marciano pal cuerpo, me cago en..- decía entre dientes Cucu. Mientras tanto Guzzest miraba el montículo desde la ventana, estaba seguro de lo que decía, no sabía porqué no recordaba lo sucedido, pero tenía la certeza que lo que decía era cierto, se le cerraron los ojos lentamente y en su cabeza sonó algo familiar: "Niko calling to the faraway towns, now war is declared and battle come down, Niko calling to the underworld, come out of the cupboard, you boys and girls, Niko calling, now don't look to us…. Niiiiiko caaaalling…Niiiiiiko caaaalliiing…!!!!”

4 comentarios:

  1. Cagondena...El primer capítulo y ya me han arreado...Y lo peor es que me han entrado unas ganas terribles de escuchar "Tarzan boy".
    pd: por cierto, ¿en este cony de barrio, que todo hace subida, nadie vende riskettos o qué? Jodios badulaques, solo tienen "matitano", "iguel esnacs" y "pringues" !

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  2. Vaya yuyu este primer capítulo de la nueva entrega..
    Esperando sobre ascuas ardientes nos tiene, Sr. Niko. No nos defraude.

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  3. gracias, por la parte que me toca... todo a su tiempo....

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  4. joder, ahora que pienso, que crítica mas dura, yuyu, con este término se irían al traste muchas carreras, imaginaros que haces un film como balde runner que no gustó para nada y le llamas yuyu, ya no puedes seguir haciendo cine..... bueno, acepto la crítica, pero en mi defensa aclaro que era un episodio introductorio para retomar al personaje, en realidad no pasa nada, ya lo sé pero creo que era necesario. Ahora lo de yuyu, me lo guardo.

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