Penny Dreadful ha llegado a su fin. Tres temporadas irregulares donde acompañamos a Vanessa Ives en su periplo infernal decepcionando un algo en su desenlace y final. Ya dijimos casi todo de la serie en la Isla, tanto en la temporada T1 como en la T2, que su creador John Logan hace un gran trabajo, que si produce Mendes, que si los actores están muy bien, sobretodo Eva Green, el resto no tanto, que si muchos personajes como el de Dorian no dan la talla... etc, etc... Lo que sí es para aplaudir es el tono que Logan quiso darle a la serie, siempre ha sido fiel al mismo y siempre ha seguido con la misma idea en mente, no se ha avergonzado de su estilo serie b, ni de sus, a veces, ridículas tramas casi insostenibles. El producto es el que es, irregular pero muy disfrutable, episodios tediosos seguidos de otros totalmente sobresalientes. Esta temporada ha tenido un par de horribles: el del oeste y el final, y uno magnífico (casi POM), el de la hipnosis de Vanessa y su habitación Blanca. Algunos personajes como el Dr Frankenstein y su monstruo (grande Kinnear!) se han diluido, la trama Dorian aburriendo comos siempre... y, Vanessa, siempre Vanessa, porque la serie es ella, ni más ni menos, y por eso, por esa razón ya ha terminado. Me queda mal sabor de boca por el episodio final, y no por el final en si mismo sino por como se ha mostrado, y es que el episodio dirigido por Paco Cabezas es una chufla, y bueno, al final sí le falta épica y romanticismo pero no podemos pedir más. y aquí lo dejo porque me está costando no spoilear. Penny Dreadful tiene muchas cosas negativas pero las positivas hacen olvidarnos de todo, sobretodo esa monstrua de Eva Green, que como dije anteriormente, si alguna vez tengo que ir al infierno, que me lleve ella.
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