Si por poner un ejemplo el nuevo grupo de moda en la Gran Manzana debuta con un disco que bebe/copia descaradamente de nuestro bajito favorito y moderniza su sonido con electrónica a medio planeta tierra se le caerían las bragas al suelo, aplaudirían con las orejas y convertirían a dicho grupo en la nueva maravilla musical, que seguramente durarían un abrir y cerrar de ojos. Si ese disco lo lanza el artista original, el genial Paul Simon, el pequeño/gran artista de 75 años con una obra tras él, tanto con Garfunkel como en solitario, sólo comparable a los más grandes entre los grandes, la mayoría del populacho se le tira encima por no entregar más de lo mismo, por no conformarse, por no hacer una y otra vez otro "Graceland", pues ya lo hizo con su anterior trabajo, su excelente "So Beautiful or So What". Paul Simon este 2016 entrega el que ya es su décimo-tercer disco en solitario, lo produce también él junto a su productor de toda la vida y amigo Roy Halee, y en el disco encontramos las estructuras y composiciones de siempre, en su base, pero vestidas para la ocasión con una deliciosa y coqueta electrónica que ya probó en "Surprise" (2006) junto a Brian Eno, pero sin abusar de ella, dando un toque experimental al disco, y este hecho acaba haciendo a "Stranger to Stranger" un disco difícil, a veces incómodo para el público, y claro, como pasa en innumerables ocasiones la paciencia tiene premio, y superado el factor sorpresa y el desconcierto inicial, la canciones se sobreponen a la vestimenta y acaban ganado a la mayoría de oyentes. Paul Simon se acompaña de sus fieles escuderos y añade por ejemplo al artista de electrónica Cristiano Crisci (aka Clap Clap) y una infinidad de extraños instrumentos caseros como el zoomoozophone o el chromelodeon, a pesar de todo estos seguimos percibiendo africanismos, guiños a su magnífico "The Rhythm of the Saints", alguna que otra guitarra aflamencada, congas, marimbas, trompetas, campanillas, chelo, trombones, órgano.... un despiporre sonoro de alto copete. Aplaudo y me alegra ver que a sus 75 años sigue investigando, sigue arriesgando y no deja a nadie indiferente, pocos pueden decir lo mismo, pocos pueden mirarse al espejo orgullosos después de más de medio siglo de exitosa carrera musical. Así que pido un respeto, y un tiempo para poder escuchar el disco. No por encima ni con inmediatez, sino a fuego lento y dejando respirar las canciones, canciones que por cierto se hacen grandes a cada escucha.
Paul Simon - "Stranger to Stranger" (2016): 01.- The Werewolf/ 02.- Wristband/ 03.- The Clock/ 04.- Street Angel/ 05.- Stranger to Stranger/ 06.- In a Parade/ 07.- Proof of Love/ 08.- In the Garden of Edie/ 09.- The Riverbank/ 10.- Cool Papa Bell/ 11.- Insomniac’s Lullaby.
Los primeros segundo musicales de "The Werewolf" descolocan muy mucho, precisamente por la electrónica presente. Superado el susto, tomando aire y respirando hondo acabamos entregados a dicho tema, más aún cuando los coros y el estribillo muy africanado al fin aparecen, además nos encontramos una de esas letras que borda Simon. "Wristband" es el single del disco, más cercano al jazz que al pop, casi una capela maravillosa con un Simon a nivel vocal soberbio, en plena forma, y donde otra vez se pone el disfraz de cuentacuentos. Un temón, se mire como se mire. La instrumental "The Clock" es brillante, es preciosa. Digna de un sueño que nos conduce a "Street Angel" con una entrada muy a lo Peter Gabriel, y es que ese regusto a progresivo/experimental está presente en todo el disco, y en esta canción muy mucho. La canción que da nombre al disco, "Stranger to Stranger", apacigua a los críticos con un sonido clásico aunque otra vez cercano a Gabriel, no os la imagináis cantado por él? incluso tiene esa cadencia vocal que tienen sus composiciones. Un tema espléndido, maravilloso, lleno de caminos sonoros que se entrecruzan para llevarnos de vuelta al principio. "In a Parade "retoma el espíritu de "The Rhythm of the Saints", en otro tema para reconciliarse con su público menos exigente y permisivo, un temón en mi modesta opinión, sin discusión... Una vez sobrepasado el ecuador del disco Simon entrega otra maravilla, "In the proof" que es puro Simon. La instrumental "In the garden" nos señala el camino hacia el final con sonidos aflamencados y la voz de Edie Brickell a los coros. "The Riverbanck" cabría en cualquier disco de Paul Simon. Es una delicatessen, con cierto aire a su anterior disco y que hace que cualquiera se reconcilie con él y con el disco si es que alguien puede presentar queja alguna. "Cool Papa Bell" es un regalazo. Uno de los temas del disco, otra vez visitamos "Graceland" y eso nos encanta. Cierra con la delicada nana "Insomniac's Lullaby", un disco experimental, un capricho, que muchos comentan que se podía haber ahorrado pero que a cada escucha me gusta más. Es en mi opinión un notabilísimo disco que requiere de una escucha tranquila, de un dejarlo reposar y desde luego no de un juicio rápido y precipitado. Paul Simon es uno de los compositores más grandes de la historia, por eso merece respeto y algo de esfuerzo si nos lo pide. Al parecer para que discos como éste sean aplaudidos deben ir precedidos de la muerte del artista, veáse Bowie, una pena. Esperemos que nos queden muchos años de Simon.
*post publicado originalmente en Nikochan Island por Nikochan
*post publicado originalmente en Nikochan Island por Nikochan
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