Clásicos nikochianos: ASTRAL WEEKS (1968)

Existen discos absolutos, discos mágicos e inolvidables, discos que dejan huella, que te marcan, que te recuerdan una época concreta de tu vida, que te recuerdan a alguien a quién quieres, que te llegan al alma, discos perfectos, y en 1968 Van Morrison en solitario nos deleita con su primer disco, su primera obra maestra, con “Astral Weeks” nos regala un viaje bellísimo donde encontramos tanto folk, jazz, blues, como soul, todo cabe en este disco de Van. Comienza con una guitarrita y esa voz mágica, puro Irlanda, siete minutos de tema, de temazo, del tema que da nombre al disco “Astral Weeks” sin estribillos, sin artificios ni engaños Van Morrison en estado puro, después de esta inolvidable canción llega “Beside You”, perfecta, preciosa, tierna, este irlandés es un genio. “Sweet Thing” tal vez, el single del disco, no se puede cantar mejor, como va in crescendo, como se van uniendo los instrumentos, la batería con ese aroma a jazz, esa flauta decorando la melodía, y esa voz enamorándote. La cara A termina con otra canción de casi siete minutos, la espectacular “Cyprus Avenue” en la línea de lo anterior pero dándole importancia a las cuerdas, simplemente maravillosa. “The Way Young Lovers Do” nos propone un tema, un estilo, por el que seguirán muchos de sus discos, la mas pegadiza del disco, aunque sin estribillos, claro, pero el saxofón se deja escuchar con delicadeza y ritmo jazzístico, le sigue “Madame George” una de las joyas del álbum, empieza lenta, explicando su historia, y se va descolgando con violines muy countries, dejándonos escuchar durante sus cortos diez minutos de canción el que tal vez es el mejor tema cantado por el León de Belfast, “Ballerina” es pura poesía, pura magia, y finalmente “Slim Slow Slider” pone el broche final a este gran disco, difícil de encasillar en un estilo, un disco perfecto, letras, música, músicos, voz, todo en “Astral Weeks” es perfecto, un discazo del verano del 68, tal vez su siguiente disco “Moondance” es algo superior, pero sin duda carece del misticismo y de ese regusto que te deja en el paladar “Astral Weeks“, cada vez que lo escuchas te envuelve en su magia, en su belleza, y te das cuenta que estás delante de uno de los grandes clásicos, clásicos nikochianos.

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