Si bien es cierto que nuestro pájaro cantor lanzó en 2017 un disco con nuevas composiciones, éste pertenecía a su proyecto "Echolocations" y era más un disco instrumental que otra cosa. El último disco "normal" de Andrew Bird fue el excelente "Are You Serious" en el ya lejano 2016. Aquel disco sonó mucho en el hogar nikochiano, y muchas de aquellas canciones como por ejemplo "Capsized", "Roma Fade" o la misma que da nombre al disco siguen entre mis favoritas de Bird. Este 2019, mi violinista y silbador favorito entrega una nueva colección de canciones a la altura de su anterior trabajo o incluso mejor. Según él, y según su título: su mejor trabajo hasta ahora. No sé si esa afirmación es cierta o no, pero desde luego con más de media docena de escuchas os puedo decir que al menos sí es un disco sobresaliente. Encontramos en esta nueva colección de canciones todos los rasgos estilísticos que hacen de Bird un pájaro especial. Encontramos su maravilloso violín envuelto como es habitual en unos arreglos más jazzísiticos y clásicos que otras veces, siempre arropados por ese silbido mágico marca de la casa. Y además hay temas con mucho gancho, con mucho encanto. Hay estribillos deliciosos, mucho poperismo también, y una voz que, en mi modesta opinión, suena mejor que nunca y eso puede deberse a la producción de Paul Butler, líder de la espléndida y poco valorada banda The Bees, que ya ha trabajado con Michael Kiwanuka, Devendra Banhart Y Nick Waterhouse.
Andrew Bird - My Finest Work Yet (2019): 01.- Sisyphus/ 02.- Bloodless/ 03.-Olympians/ 04.- Cracking Codes/ 05.- Fallorun/ 06.- Archipelago/ 07.- Proxy War/ 08.- Manifest/ 09.- Don The Struggle/ 10.- Bellevue Bridge Club.
Hay dos temas en este disco que son básicamente dos obras maestras (o casi). Dos canciones redondas por las que muchos matarían. Hablo de "Sisyphus" que abre el disco y de la brutal e imprescindible "Manifest". La primera de ellas es pura esencia de Bird. Hay silbidos, hay acordes maravillosos, hay melodía, estribillo y un encanto ante el que es imposible no caer rendido. La segunda, la balada "Manifest", bien vale un disco. Es clásica como ella sola. Vale, estamos en eso de acuerdo,pero que hay de malo en eso?. No solo nos quedamos con esos dos temas, hay maravillas allá por donde ponga uno la oreja. Nos encontramos esa suprema delicadeza jazzística y nocturna de "Bloodless" (una de mis favoritas del lote), la juguetona y popera "Olympians", la perfección de "Cracking codes", o la inmensidad de "Fallorun" que no rehuye para nada los estilos modernos sin dar carpetazo a los estribillos hoy tan pasados de moda. "Archipielago" es más tristona, más de bajón... pero su instrumentación es tan maravillosa que se convierte en una de mis favoritas con suma facilidad. Otra joya con algo más de soul es "Proxy War", bonica del to. Para finalizar el discazo nos topamos con la delicada "Don The Struggle" y el final reservado para "Bellevue bridge club", que siendo una de las más flojas del disco deja un gran sabor de boca con esos ramalazos souleros. Deja un regusto a clásico instantáneo, a discazo absoluto. No lo dejen de escuchar.
*Post aparecido originalmente en EXILE SH Magazine por Nikochan
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