El brillante y talentoso ugandés de adopción inglesa Michael Kiwanuka nos dejó con la boca abierta, el alma hecha añicos y el corazón en un puño con su precioso debut en 2012, su "Home Again" era una preciosidad, un disco de una belleza fuera de lo habitual con ese regusto al "Moondance" vanmorrisoniano por sus hechuras folk y sus vestidos instrumentales como la mágica flauta, además Ethan Jones era el productor, y su buen gusto y su buen hacer están fuera de dudas. Kiwanuka entregó un disco, como he dicho, maravilloso pero desde entonces su silencio comenzaba a ser preocupante y todos aquellos que disfrutamos (y amamos) su primer trabajo esperábamos como almas en pena el siempre difícil segundo disco, el que debe poner a cada cual en su lugar, el que debe llevar a un artista a su confirmación o hacerle entrar en el selecto grupo de hypes debuteros. Como digo, el caso de Kiwanuka era preocupante pues llevaba mucho tiempo en barbecho y la rumorología apuntaba a que Danger Mouse sería el productor de su nuevo trabajo, y no es que no sepa hacer su trabajo pues desde luego es uno de los grandes productores de hoy en día pero es que su influencia en los artistas es grandiosa, para bien o para mal, cambiando estilos e identidades, y aunque normalmente sale vencedor y sus trabajos son pura dinamita, en contadas ocasiones el tiro le sale por la culata, y el pastiche se nos sirve en bandeja de plata. "Love and Hate" sería el título de la ansiada continuación de "Home Again", su portada me pareció preciosa y el primer adelanto que pude escuchar "Black man in a white world" prometía y a la vez confirmaba que Danger Mouse ya había modelado a su antojo dejando fuera el folk bonico del to para vestir las canciones con modernidades varias, como dirían los Coen: si la cosa funciona...
Michael Kiwanuka - "Love & Hate" (2016): 01 .- Cold Little Heart/ 02.- Black Man in a White World/ 03.- Falling/ 04.- Place I Belong/ 05.- Love and Hate/ 06.- One More Night/ 07.- I’ll Never Love/ 08.- Rule the World/ 09.- Father’s Child/ 10.- The Final Frame.
Las primeras críticas, opiniones o reseñas de "Love and Hate" no le dejaban muy bien, ni al disco ni a Kiwanuka, y a los expectantes seguidores nos dejaba algo fríos. Había gustado el single a pesar del cambio de tercio hacia modernidades más radiables por decirlo de algún modo. Mi primera escucha entera del disco también me dejó... frío no, pero algo preocupado sí, al compararlo con su anterior referencia, desde luego no me pareció un mal disco sino todo lo contrario, lo que pasa es que en ocasiones no es el momento adecuado. "Love and Hate" es un disco otoñal, no sé como explicarlo, creo que necesita de ese ambiente, de ese olor, de esa sensación.... y además las nuevas canciones necesitan una escucha sosegada y atenta, pues además de no entrar a la primera no son tan bonicas o redondas ( o sí, y no lo parecen de primeras), tan fáciles de escuchar, como las de su primer disco, eso sí, una vez conectas con el disco (que lo haréis a bien poco que lo escuchéis con atención) ya no puedes dejarlo, es y será uno de los grandes discos del año. La prueba de todo lo que digo es "Cold little heart", la canción encargada de abrir el disco, canción de diez minutos de duración que es un tesoro, un regalo, una delicatessen. Tema bello y nostálgico, tema maravillosamente producido, un tema que como decían creo recordar en Pitchfork es una extraña mezcla entre Isaac Hayes y Pink Floyd. Una locura? puede, pero si lo pensamos bien, cuadra. Atmósfera pinkloidaina y guitarra galáctica, calidez, belleza... y cuando entra Kiwa con su voz.... hay que cambiarse de ropa interior.... "Black man in a white world" tiene todo lo que Danger Mouse quiere y predica, tiene ritmo afroamericano, tiene soul, tiene gospel, tiene mensaje, tiene mucho feeling, tiene eso que debe tener todo buen single. "Falling" me pone los pelos de punta, con esa estructura que me recuerda (que no la voz ni otra cosa) al "Everyday Robots" de Albarn, no sé, tiene algo de aquello, de aquella melancolía del futuro. "Place I Belong" tiene ese soul a lo Marvin Gaye, es puro setenta, es sexi, es sudoroso, es algo funki, algo de Mayfield? no sé, hay muchas referencias allí metidas, nada nuevo pero todo bueno. Llegamos al ecuador del disco con la canción que da nombre al disco, "Love & Hate" es fantástica, un regalo musical de siete minutos de duración, un temón, qué cojones!. Un despiporre de calidad, de voz angelical, arreglos celestiales y coros infecciosos de otro mundo. Una maravilla, para qué decir más. "One more night" tiene el sello Danger Mouse, si la tocasen los últimos Black Keys no nos parecería nada extraño, y "I'll never love" es esa canción que echábamos de menos y que conecta con el disco anterior aunque con otros ropajes, creo que en cierto modo mejores. "Rule the world" sigue esa senda más folki, más de cantautor que parecía haber dejado olvidada, una balada preciosa y remata la faena perfectamente con "Father's child" que es una de mis favoritas del disco con esa entrada tan "stevie", ese bello piano circular, esa percusión tan afro, y los increíbles arreglos orquestales. Para cerrar Kiwanuka se guarda otro as en la manga, hablo de "The final frame", que tiene una guitarra de esas que te dejan en cueros y una voz sensual que nos pone todo de punta, pelos incluidos. Para finalizar quería decir sólo una cosa, dejaros ya de puñetas, "Love & Hate" es un discazo en toda regla, en mi opinión superior al bello y sorprendente debut. Para un servidor es un claro candidato a estar entre los mejores a final de año. Dicho queda.
Las primeras críticas, opiniones o reseñas de "Love and Hate" no le dejaban muy bien, ni al disco ni a Kiwanuka, y a los expectantes seguidores nos dejaba algo fríos. Había gustado el single a pesar del cambio de tercio hacia modernidades más radiables por decirlo de algún modo. Mi primera escucha entera del disco también me dejó... frío no, pero algo preocupado sí, al compararlo con su anterior referencia, desde luego no me pareció un mal disco sino todo lo contrario, lo que pasa es que en ocasiones no es el momento adecuado. "Love and Hate" es un disco otoñal, no sé como explicarlo, creo que necesita de ese ambiente, de ese olor, de esa sensación.... y además las nuevas canciones necesitan una escucha sosegada y atenta, pues además de no entrar a la primera no son tan bonicas o redondas ( o sí, y no lo parecen de primeras), tan fáciles de escuchar, como las de su primer disco, eso sí, una vez conectas con el disco (que lo haréis a bien poco que lo escuchéis con atención) ya no puedes dejarlo, es y será uno de los grandes discos del año. La prueba de todo lo que digo es "Cold little heart", la canción encargada de abrir el disco, canción de diez minutos de duración que es un tesoro, un regalo, una delicatessen. Tema bello y nostálgico, tema maravillosamente producido, un tema que como decían creo recordar en Pitchfork es una extraña mezcla entre Isaac Hayes y Pink Floyd. Una locura? puede, pero si lo pensamos bien, cuadra. Atmósfera pinkloidaina y guitarra galáctica, calidez, belleza... y cuando entra Kiwa con su voz.... hay que cambiarse de ropa interior.... "Black man in a white world" tiene todo lo que Danger Mouse quiere y predica, tiene ritmo afroamericano, tiene soul, tiene gospel, tiene mensaje, tiene mucho feeling, tiene eso que debe tener todo buen single. "Falling" me pone los pelos de punta, con esa estructura que me recuerda (que no la voz ni otra cosa) al "Everyday Robots" de Albarn, no sé, tiene algo de aquello, de aquella melancolía del futuro. "Place I Belong" tiene ese soul a lo Marvin Gaye, es puro setenta, es sexi, es sudoroso, es algo funki, algo de Mayfield? no sé, hay muchas referencias allí metidas, nada nuevo pero todo bueno. Llegamos al ecuador del disco con la canción que da nombre al disco, "Love & Hate" es fantástica, un regalo musical de siete minutos de duración, un temón, qué cojones!. Un despiporre de calidad, de voz angelical, arreglos celestiales y coros infecciosos de otro mundo. Una maravilla, para qué decir más. "One more night" tiene el sello Danger Mouse, si la tocasen los últimos Black Keys no nos parecería nada extraño, y "I'll never love" es esa canción que echábamos de menos y que conecta con el disco anterior aunque con otros ropajes, creo que en cierto modo mejores. "Rule the world" sigue esa senda más folki, más de cantautor que parecía haber dejado olvidada, una balada preciosa y remata la faena perfectamente con "Father's child" que es una de mis favoritas del disco con esa entrada tan "stevie", ese bello piano circular, esa percusión tan afro, y los increíbles arreglos orquestales. Para cerrar Kiwanuka se guarda otro as en la manga, hablo de "The final frame", que tiene una guitarra de esas que te dejan en cueros y una voz sensual que nos pone todo de punta, pelos incluidos. Para finalizar quería decir sólo una cosa, dejaros ya de puñetas, "Love & Hate" es un discazo en toda regla, en mi opinión superior al bello y sorprendente debut. Para un servidor es un claro candidato a estar entre los mejores a final de año. Dicho queda.
Es un disco que costó entrarme, no es de los que te entren a la primera, pero después de bastantes audiciones reconozco que es un POM como la copa de un pino.
ResponderEliminarSalud socio
Un discazo brutal. A mi a la primera no, pero a la segunda me conquistó!
EliminarBuenísima reseña, my king, te aseguro que la prefiero a la mía. Sigo sorprendido con las opiniones distantes que ha generado. Aunque ya nada me extraña al ver todo lo que se ha montado con el nobel de Dylan. Abrazos.
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