Un ser llamado Guzzest.Capítulo 29: Anillo de fuego

Se acercaba el segundo Z del minuto W de la hora H del día D, todo estaba preparado, la camiseta de Batman, las gafas de pasta naranja, una caipiroska, un bol de cacahuetes y unas cuantas aceitunas rellenas de anchoas rellenas de aceitunas rellenas de anchoa, y cuando la luna llena apareciera justo encima de Nikochan Castle, sería el momento justo de pronunciar las palabras mágicas que harían del Dr. Nikochan y señora, los reyes del mundo mundial. Mientras tanto en las mazmorras, Guzzest pensaba como escapar de aquella angustiosa, claustrofóbica y demasiado ruidosa celda, el ser que tenía justo al lado, Ude, si es que se le puede llamar de alguna manera, no paraba de canturrear, llevaban allí dos días y Ude había repasado todos los éxitos habidos y por haber, por orden cronológico de Presley, Dylan, Clapton, y estaba llegando al final de las rarezas de Johnny Cash, de repente, se hizo el silencio, Ude había dejado la canción a medias y por lo que parecía se había largado, justo en el momento en que Pini abrió la puerta general que conducía a las celdas para hacer la ronda de cada hora como mandaba el Dr. Nikochan. – Hola pringaos, como va todo, os trata bien el Doctor?, dentro de un ratito se apoderará del Universo y todos tendréis que obedecer sus órdenes.- dijo Pini mientras inspeccionaba una por una las celdas.- Pini, Pini, Pini, creo que te la has ganado, te falta uno de los presos, un tal Ude, no sé si te has dado cuenta, pero se ha esfumado de la celda.- dijo Guzzest con algo de prepotencia.- Perdona, pero creo que te equivocas, esa celda está igual de vacía que cuando entrasteis, sigue vacía, nunca ha habido nadie dentro, de hecho, no es una celda, sino que es mi dormitorio, ni siquiera está cerrada, creo que alucinas, pero tranquilo, que tu final se acerca.- contestó Pini extrañado de los argumentos de Guzzest. Pini apagó las luces y se fue tarareando, Guzzest estaba desconcertado, Cucu gritaba como una mona, la bruja Munthes dormía, y Flush, bueno, Flush con sus largos y elásticos brazos estaba toqueteando a Maqui por sus bajos fondos a través de los barrotes, que indecentes, Guzzest no tenía otro remedio que pensar un plan él solito, entonces sacó de sus ¿calzoncillos? una cuchara sopera que con gran habilidad había escondido antes del cacheo que le hizo Pini, y comenzó a escarbar la pared, la tierra que sacaba se la tragaba, recordando sus años de manías y hábitos algo extraños y enfermizos, como la stachtofagia, cautopirofagia, foliofagia, añadimos la mencionada geofagia y por último, y de manera accidental coprofagia. Cada hora, y puntual como un reloj, Pini hacía la ronda, y cada vez Guzzest tapaba el agujero con algún póster, los conseguía gracias a que Pini en un gesto de amabilidad se los proporcionaba para decorar un poco la celda y cada vez tenían que ser mas y mas grandes. El agujero ya era suficientemente grande para que el cuerpo algo voluminoso de Guzzest pudiera atravesarlo, y mientras el grupito seguía haciendo sus cosas, Guzzest entró por el agujero, y volvió a colocar el último póster que Pini le había traído, un póster gigante de la portada del disco King of America de Costello, un clásico, avanzaba con cierta rapidez por el agujero, se arrastraba y arrastraba hasta llegar a lo que parecía un conducto de aire, no se lo pensó dos veces y entró, pasó un par de habitaciones, y no sabía como pero estaba otra vez dónde había empezado, en el pasillo que conducía a las celdas, en ese justo momento Pini volvía a pasar para hacer la ronda, cuando apreció que Guzzest ya no estaba, abrió la celda, y cogió una cuchara que había en el suelo y la tiró contra el póster de Costello y este se rompió quedando a la vista el túnel, Pini, propinó un grandioso y espeluznante grito que se pudo escuchar en todo el castillo y comenzó a correr a lo largo del pasillo para activar la alarma. En el mismo momento que Guzzest notó justo delante un desagradable y fuerte aliento, un aliento a whisky barato, no se atrevía a mirar, sabía que había alguien, y comenzó a escuchar una canción: “I Fell Into a Burning Ring Of Fire. I Went Down, Down, Down. And The Flames Went Higher. And It Burns, Burns, Burns. The Ring Of Fire. The Ring Of Fire” y unos círculos de humo de cigarrillo le golpeaban la cara, Guzzest miró al frente, abrió los ojos y al ver a Ude fumando desnudo dentro del conducto del aire se puso tan nervioso que debido a su peso y al movimiento, el conducto del aire cedió y cayeron los dos justo encima de Pini, dejándole completamente inconsciente. Guzzest había dejado fuera de combate al gigantón Pini, y aunque tenía las llaves para liberar a sus compañeros, también tenía su nariz incrustada justo en la parte mas oscura, peluda y fétida del trasero de Ude, que seguía cantando a todo volumen: “And It Burns, Burns, Burns. The Ring Of Fire. The Ring Of Fire”.

1 comentario:

  1. ¿Eso es todo pichulín? ¿para esto tanta amenaza? eres un moñas, dame tu mejor golpe nenaza...

    pd: cabrón

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