HBO promete darnos candela este año y me parece que están dispuestos a traernos una nueva hornada de serie cojonudas. En primer lugar y no porque sea la mejor, ni mi favorita sino más bien porque será la primera en estrenarse encontramos “The Pacific”. Primero explicar que HBO se une a Tom Hanks y a Steven Spielberg para rodar una seriaca sobre la Segunda Guerra Mundial en la linea de “Hermanos de Sangre” y con el ritmillo del Soldado Ryan pero en plan bestia y sin escatimar ni un solo dollar, vamos que a estos les da igual ocho que ochenta, dicen que puede que sea la serie más cara de la historia aunque me parece que el reparto no goza de ningún nombre de relumbrón. Ellos sabrán porque como les salga rana ya veremos donde quedan los tres, aunque normalmente cualquiera de los tres es sinónimo de éxito, así pues los tres juntos.... Esto es solo para abrir boca porque a partir de abril, creo recordar, llega a HBO la nueva serie de David Simon, creador de una de mis series favoritas de la historia “The Wire”, con su visión realista de la escena musical en New Orleans y su caña política después del Katrina. Aquí encontramos a actores habituales del canal como Wendell Pierce (el agente Bunk de The Wire) y Clarke Peters (Freemon en The Wire) a los que acompañan gente de la calaña de Steve Zahn y John Goodman. La cosa promete pero no acaba aquí, porque he dejado para el final el premio gordo que se llama “Boardwalk empire” llegará en otoño y tiene como productor y director del piloto a nada más y nada menos que a Martin Scorsese, por cierto el piloto ha costado sólo 35 millones de euros y dos meses de rodaje..., la cosa trata sobre la corrupción político-mafiosa que reinó en Atlantic city durante la ley seca. Se conoce que la primera temporada tendrá 12 episodios y que el protagonista será Steve Buscemi secundado por Michael Pitt, Michael Shannon, Stephen Graham, Mary Macdonald y Michael Stuhlbarg. Estoy algo ansioso por ver estas tres joyitas. Para más información deberíais visitar la página de HBO, y para abrir boca os dejo con el trailer de Treme que me pone los pelos de punta...

Qué cachondos son los críticos. Sobre "Shutter Island" se puede leer que es "demasiado críptica" o "comercial", que es una "lección de cine" o "una pérdida de tiempo", etc... En fin, como siempre. O casi, ya que por lo que veo el término medio es poco practicado (o menos de lo habitual). Vamos que, generalizando, estamos ante un film que ha encantado o defraudado (maniqueísmo, que lo llaman). Bueno, bueno, ya veremos...
Aparco de momento la peli (luego iremos al tema). Scorsese es un puto crack. Uno de los "últimos jinetes", de los grandes de verdad, que nos deja la historia del cine (y cuidao que casi no quedan). Yo lo pondría en un poker con Coppola, Polanski y Allen, y lo enfrentaría a otro con Spielberg, Lucas, Cameron y, no sé, Howard, para enseñar a los niños eso de "así si, así no" (independientemente que los primeros tengan sus truños -como todo el mundo-, y los segundos hayan hecho algo interesante de forma puntual). Centrándonos ya en el realizador de... bueno, mejor prescindo de poner toda la retahíla -elijan ustedes mismos-, la cosa sería un poco que tras aproximadamente un cuarto de siglo viviendo entre los mundos de las pelis buenas de narices y las puras "masterpieces", con "Casino" (que algunos veíamos ya como una especie de canto del cisne) el tipo ya había quemado los últimos cartuchos... Desde entonces, films tan impolutamente presentados como de interés a suscitar, como mínimo, opinable (siendo muy amable, si) como "Kundun" o "El aviador", una peli como "Infiltrados" que aún siendo irregular de la muerte -amén de un topicazo de la contrarreostia- parece que gustó (que no es mi caso), un "misterio por resolver" como "Gangs of NY" (que le pegaron una tijerada de aquí te espero y que, dudo mucho, veamos alguna vez el film que el tipo tenía en mente... aunque eso si, ¿qué coño pinta la Diaz ahí en medio?) que jamás podremos valorar en su justa medida si somos algo honestos con el cineasta y, por ahí en medio, un film como "Al límite" que está francamente bien (y que pasó injustamente sin pena ni gloria en mi opinión) pero que, ay, se resiente (resintió) de la torpe elección de protagonista (el cada vez más insufrible sobrino del Sr. Coppola que lleva numeros de parchís... por cada cosa buena o siquiera algo digna te planta veinte mierdazas). Bueno, de alguna manera -eso hay que reconocérselo-, también se ha sabido refugiar (con acierto por lo seleccionado) en el mundo del documental musical que, como es bien sabido, no le és precisamente desconocido. Pero, ay, ¿qué quedaba del mago de "Malas calles", "New York, New York", "Toro salvaje" y tantas otras? A éste no le vale ser puntualmente brillante en un film con una u otra cuestión... Póngamos como ejemplos (yendo más allá de los pasteles que puedan atesorar en su filmografía) a alguien que no me desagrada en absoluto como Burton (y sus impagables diseños de producción en cualquier vertiente), alguien que me agrada bastante como Jarmusch (con esos álbumes de fotos con argumento que se saca de la manga), o unos que me gustan mucho como los Coen (y su particular dominio de la velocidad narrativa)... A Scorsese no le vale con eso, insisto (y aunque cualquiera de los citados tiene al menos un par de pelis o tres a las que lo de "obra maestra" no parece calzarles muy ancho -los Coen alguna más-). El tipo es lo que se reconoce como un "maestro", y se le exijen "obras maestras" (injustamente -no hay más que ver lo que se perpetra desde hace años con Allen... veréis como al final "Manhattan" "no será tan buena" o "Delitos y faltas" estará "sobrevalorada", al tiempo-). No se puede permitir el destacar con detalles esporádicos para buscar el aplauso crítico... de él se espera que cada nueva peli sea como que te atropelle un obus de talento descomunal y que, forzosamente, te va a cambiar la vida porqué si... porque es Scorsese. Una pena, más si pensamos que en mayor o menor grado de eso participamos todos. Supongo que la gracia lo correcto, y pongo el enésimo ejemplo, no es cagarnos en Scott por las infumables "Black Hawk derribado"o "Gladiator" (entre bastantes otras) sino agradecerle "Alien" y "Blade runner" pa los restos, que amén de ser buenas hasta la enfermedad no solo es que nos vayan a sobrevivir a nosotros, sino también a nuestros tataranietos... El tema de intentar tragarse la bilis en favor de la (justa) perspectiva, vaya. Y más, para lo que nos ocupa, cuando tenemos sobre el tapete de debate a un Coppola, un Allen, un Polanski o, desde luego, alguien como el Sr. Scorsese. "¿Por qué?", preguntarán los más chulescos y reaccionarios... Hay varias razones, creo yo, pero las dos más interesantes son: a) el tema de la perspectiva que he mentado y, b) que puede pasar, en efecto, que mengano o fulano se dedique a vivir de glorias pasadas y a seguir currando a un tercio de gas y como pseudohobby (casos de Francis y Woody -si, es que los conozco, qué pasa-) o bien, que te ponga en su sitio todas tus pajas y soberbias mentales con una descarga de talento solo aparentemente a su alcance, como hizo el famoso polaco perseguido por los USA con "El pianista" hace pocos años o, como hace ahora -en menor grado- Scorsese con ésta "Shutter Island"... que no será la maravilla del film de Polanski pero que és, definitivamente, de puta madre (8 sobre 10 en el Guzztómetro y porque no quiero pecar de imprudente hasta que la vea una segunda y tercera vez -una semana a más tardar, en la que subirá a 9 con casi toda probabilidad-). Y en cualquier caso, ¿realmente alguien quiere jugar a poner en una balanza un film notable de un pájaro de este calibre por un lado y el nivel medio de lo que llamamos "cine actual" en el otro?... Como meter al Yeti y a un caniche en un ring y esperar a ver quién gana.

"SHUTTER ISLAND"
(Aviso: no pienso reparar en si meto spoilers o no)
Vamos a palmos, empezando por el plantel actoral. Por manía que se le tenga a DiCaprio (tampoco es mi caso, que tampoco es que sea un fan, al menos de momento) se le debe reconocer que es de lo mejorcito, sino lo mejor, de su generación. Puede costar (que ese si es mi caso) el perdonarle cosas de hace tiempo como su figuración como prota en "lindeces" (entre comillas porque "putas mierdas" queda muy ordinario) del tipo "Titanic" (que asco que me da) o "Romeo+Julieta" (="quiero matar a alguien"). Y no son las únicas, cierto. Tampoco le ayuda al tema credibilidad esa cara niño que tiene, o tenía hasta hace poco (no me acabo de creer que este tio tenga un año más que yo... si parezco su abuelo, joder). Pero, en cualquier caso, el chaval es bueno y, lo más interesante, parece que cada vez mejor. Como si el crecimiento de su curva de aprendizaje hubiera ido de la mano del crecimiento de su curva abdominal... Y aunque no le discuto que ya tuviera "algo dentro" de fábrica, también le habrá ayudado (como en su día ayudó a otro famoso con nombre italoamericano) verse convertido en actor fetiche de Scorsese (que aunque no haya sido en sus mejores films, quieras que no, algo tendrá que contar eso). En "Shutter island", no sé si es porque hacía tiempo que no le veía trabajar o qué, ofrece la mejor interpretación que nunca le haya visto y de largo. Me parece más comedido (ya queda lejos esa sensación de cuando era niño-actor en la que pasaba de la media sonrisa de guaperas para teenagers a la histeria total en medio pestañeo -saberse cabrear gradualmente, de forma natural, es todo un baremo para mí a la hora de valorar a un actor... por eso soy tan fan de Pacino, por ejemplo-) y maduro, con esos kilos de más (donde hay lorza hay alegría) y ese bigotillo (más que perilla) chusquero de la muerte. Vamos que, al fin, me parece realmente creíble en un papel adulto (ya hace años que pienso que es buen actor pero, por lo anteriormente mencionado de su aspecto y hasta ahora, no me lo creía porque se me asemejaba a algo parecido a mi sobrino disfrazado de cobrador del frac). Puede que a alguien le parezca abusivo todo el espacio dedicado a "Leo" pero, diré en mi defensa, se excusa porque es el prota absoluto, y en todo momento, del asunto (cuesta horrores recordar una secuencia en la que no aparezca, si es que la hay de hecho -que diría que no así de memoria-). Y guste más o menos, tanto actor como film, el cabronazo lo borda sin reproche que medie.
Para el resto de actores/secundarios, se nos ofrece toda una gama de colores a elegir. Nadie lo hace mal, añado. Pero tenemos a lo que va desde lo funcional sin más (tanto su compinche -Ruffalo- como su mujer muerta -Michelle Williams- no chirrían en absoluto pero allá él quien los quiera recordar), pasando por algún freakie de mode avezado a papeles "raros" a modo "guest star" (Jackie E. Haley y Elias Koteas, que más que "aparición estelar" lo suyo sería "minuto estelar", por lo breve), y secundarios habituales, de esos pseudofamosetes, para acabar de dar poso al asunto (que también tienen un concurso más bien breve todos ellos): Ted Levine (el Buffalo Bill de "los corderos"), Patricia Clarkson (que lo hace bien como siempre pero que, por alguna razón que se me escapa, siempre me ha caido fatal... y desde "Los intocables" de DePalma que me pasa, y no son los papeles ni las interpretaciones... esta señora tiene algo en la cara que me genera antipatía, que le voy a hacer), John Carrol Lynch (el de "Zodiac" o, mucho mejor, el medio tarado marido de la McDormand en la brutal "Fargo") o Emily Mortimer (actriz inglesa de bastante fama por sus apariciones de los últimos años en films como "Match Point" o "Transsiberian"). Todo ello redondeado por la aparición del "bergmaniano" Max Von Sydow, que aquí subimos lo indecible el pistón, si, pero que conviene aclarar que por lo que toca a la trascendencia en la trama, su papel lo podría haber realizado casi cualquiera sin demasiados problemas (cruelmente exiguo el papel del monstruo sueco... aunque se debe comprender porque la verdad es que ya está muy yayete). Igualmente, ya para acabar con el casting, es un film donde aparece el enorme Ben Kingsley y, aquí cuidado, que de este si que soy fan a matar (uno de los contadísimos actores en activo que me puede arrastar a mirar la mayor mierda solo por el gustazo de verlo trabajar). El secundario con mayor aparición en pantalla junto a Ruffalo que, por supuesto, se lleva todas las escenas donde aparece como quien se rasca donde quiera (ya se espera eso de él, lógico, y -como siempre- eso es justo lo que pasa).
Voy ahora con el argumento. El film es una adaptación de la novela de Dennis Lehane (Mystic River y algunos capítulos de la acojonante serie "The wire", para quien busque credenciales). Y funciona, funciona de puta madre de hecho. Lo mejor de esta historia, para mí, es que va más allá de las valoraciones baratas y con la nariz arrugada que todos podamos hacer tras el visionado, esos: "ya se veía venir", "no tiene misterio alguno", "ya me lo esperaba"... lo que se quiera. Aquí se disfraza un psicodrama de la muerte mundial, con sus dejes violento/paranoicos bien medidos y seleccionados, de "thriller psicológico" al uso para vender la burra y, sin duda, la cosa les ha salido rodada a unos y otros... Así, la gente que espera un "Silencio de los corderos", o incluso un "Seven", se encuentra a algo cuya comparación más directa sería "El resplandor", despojado previamente de su parte "fantástica"... Y eso, en mis cuentas, es salir ganando por mucho. Hay tanta búsqueda de la incertidumbre, de incomodar, del agobio bien entendido, como el de cuadrar una historia "presentación-nudo-desenlace", sino más. Así, lo segundo, si a alguien no le convence por ir demasiado a pecho descubierto o lo que sea, ya se compensa holgadamente con lo primero, que es, en definitiva, lo que te ha tenido dos horas sentado sin abrir la boca. Debe ser el rasgo distintivo de la narrativa de Lehane, y que ya vimos en "Mystic River", donde sobreponía los dramas personales de sus protagonistas al desarrollo póngamos "clásico" de la historia (lo que sería generar "mal rollo" a través de lo que sienten, o intuimos que sienten, los personajes más allá de lo que hagan o dejen de hacer). Y no me desagrada el estilo, todo lo contrario, ya me agrada ese detenerse para nutrir a la historia en base a sensaciones tanto como a actos.
Ya solo quedaría, de entre lo más importante, la banda sonora (puro "suspense de libro") que funciona como un reloj suizo (en palabras del mismísimo Nota) y, por supuesto, lo mejor de todo: el tema fotográfico, la descomunal elección de paisajes y decorados y el como son exprimidos por el realizador... al que por mi ya pueden darle todos los premios del año, aunque solo sea por lo conseguido en este apartado. Las distintas localizaciones de la isla son la muerte por envidia inmediata de Burton (el acantilado, el faro, el cementerio, las montañas, las tomas panorámicas -cuando van en coche se puede intuir un pequeño homenaje a Kubrick en el inicio de -de nuevo- "The shining"-, etc... un considerable "etc"). Todo ello con esa fotografía tan deliberadamente oscura, húmeda y densa, que utiliza nieblas y tormentas como arma anímica tanto como paisajística para con el espectador. Espectacular lo suyo Sr. Scorsese. Y los interiores tampoco se quedan atrás: la cripta, los pabellones (tremendo el momento "intro del Silent Hill" de la visita al pabellón C, los pasillos, el gélido interior del faro o el calor que proyecta la sala de estar de los médicos en la mansión... (otro "considerable etc", en efecto). Bueno, un festival de imágenes a recordar/atesorar. Sin embargo, como este director es así de cabroncete, no se olvida de darle al evento un ritmo de "menos a más" cojonudo y calzarle el broche, la cereza del pastel (que de pastel esto no tiene nada), con un bonito final que lo acaba por cuadrar todo. Recomendable a ciegas.
En resumen, para mí: no sé si "el gran Scorsese ha vuelto" o no, pero con "Shutter Island" agarra por las solapas a los Burton, Jarsmuch o mis queridos Coen (sin olvidarnos de todos los neogenios ensalzados por la crítica de los últimos lustros -con los dos Anderson y Payne a la cabeza-) entre tantos otros, y les pone todos los puntos que se quiera sobre la vocal que prefiráis y de una sola sentada. No es un film de suspense, terror, drama o mera tensión... es un film de Martin Scorsese con todo eso junto, donde aprovecha para marcar la diferencia (como ya hacía demasiado tiempo que no hacía) entre el que -cree que- se lo sabe y ha estudiado todo sobre arte (y que por eso mismo piensa que puede sentar cátedra o dogmatizar sobre lo que le de la gana sin vergüenza alguna de acto o palabra), y el que puede agarrar un pincel un lienzo en blanco y hacer que se te caigan los gayumbos/bragas al suelo sin prosa que medie. Bravo.
Creo que hace ya algún tiempo os hablé de mi particular nuevo descubrimiento en el mundo del comic, hablo claro de Odio de Peter Bagge. La historia de una familia de las afueras de New Jersey me hizo pasar grandes ratos pero cuando el hijo mediano, Buddy, decide abandonar el hogar para vivir la vida en el lluvioso y grunge Seattle toda la historia dio un salto de calidad espectacular. Desde luego no hay cosa mejor para subirme el ánimo que leer algunas de las cosas que le pasan a Buddy Bradley, sin duda podría pasar por uno de nosotros. A veces me veo reflejado, otras (que son la mayoría) al que veo es a mi archienemigo Guzzest. Y es que tanto la forma de pensar, como la pinta, como sus gustos, y en esto meto tanto los que incluyen a la cultura como los vicios, parecen copiados directamente de la vida de Guzz. Pero dejemos de hablar del señor Hernia y volvamos a Buddy Bradley. Después de varios tomos parecía que la historia decaía un poquito, concretamente el tomo 4 de Odio era más bien flojito, eso coincidió con la vuelta al hogar de Buddy junto a su novia del momento, la neurótica Lisa. No es que estuviese mal, me reía, pero algunos pasajes eran ciertamente repetitivos, es por eso que comencé el tomo 5 con algunas reservas. Y reconozco haberme equivocado. Ese tomo es la repanocha. Pero de todo lo que pasa en él, que son muchas cosas, me quedó con el momento en que la hermana de Buddy le organiza una cita a ciegas con una enfermera asiática mayor que él, la primera cita resulta un desastre, la tipa es un marimandona de tres al cuarto pero Buddy, no sé como, acaba sucando el melindru. Después de eso Buddy ni la llama ni nada, pasa. La asiática le canta las cuarenta y a él como buen calzonazos no le queda otro remedio que volver a quedar con ella quien arrepentida por la bronca le ha preparado un regalo, ha conseguido 2 entradas carísimas para ver a U2 pensándose que como a todo el mundo a Buddy también le gusta el grupo de Bono. Buddy miente por no hacer un numerito en el restaurante, luego se disculpa muy educadamente para ir al baño, y es allí donde se pone a vomitar sólo al pensar que tendrá que ir al concierto de unos mierdas, y como no quiere hacer tal cosa decide afrontar la situación y cantarle las cuarenta a la oriental. Así que como es de suponer...., sale corriendo del restaurante sin dar ninguna explicación. Qué grande!!! Os recomiendo que os hagáis con las desventuras de Buddy que son acojonantes, y es que Buddy es todo un personaje, hasta Adam Green le ha dedicado una canción y según me dijo un pajarito se especulaba con la idea de hacer una película, eso ya da más miedo, pero bien hecha podría ser muy canalla e hijoputesca. Si al final se lleva a cabo espero que Guzzest se presente al casting.
Siempre es difícil la adaptación de un film a la gran pantalla puede que alguien recuerde una perfecta pero a mi ahora mismo no se me ocurre ninguna. Normalmente son criticadas por su baja fidelidad al libro y su libre adaptación, otras en cambio dicen ser perfectas adaptaciones aunque luego resultan ser un tostón como películas. Y es que no nos engañemos, una cosa es la literatura y otra muy diferente el cine. Y a la historia en papel hay que darle un ritmo diferente, hay que traducirla al lenguaje del celuloide aunque para ello haya que pasar de puntillas por algún momento o destrozarnos, vía casting, la imagen que nuestra mente se había hecho de los protagonistas. Es difícil pero no imposible conseguir un buen producto, un producto fiel al libro, fiel a la esencia de la historia, y es o es lo que ha conseguido el director John Hillcoat (The Proposition, 2005) al adaptar al cine la novela ganadora del Premio Pulitzer del autor de moda en yanquilandia Cormac McCarthy (No es país para viejos) llamada “La carretera”.

SINOPSIS: En un futuro quizá no lejano, en un sombrío mundo post-apocalíptico, un padre (Viggo Mortensen) trata de poner en lugar seguro a su hijo (Kodi Smit-McPhee). El planeta ha sido arrasado por un misterioso cataclismo, y en medio de la desolación un padre y su hijo viajan hacia la costa para buscar un lugar seguro donde asentarse. Durante su travesía se cruzarán con los pocos seres humanos que quedan, los cuales o bien se han vuelto locos, o se han convertido en caníbales..

El libro es tremendamente duro, frío y desolador. Al acabarlo te deja el cuerpo hecho un guiñapo y el corazón encojido. El film, no. Pero tampoco es que cuando acaba te apetezca irte de parranda, sigue siendo duro y sigue siendo triste. Hillcoat consigue una muy buena ambientación, y sigue en mi opinión muy bien la historia que nos contaba McCarthy y como la contaba. Aparecen imágenes del pasado de la mujer del protagonista que le atormentan y por otro lado le hacen seguir adelante con el único propósito de ver a su hijo a salvo. Vale que hay cosicas, pequeños detalles, que uno imagina de otra manera, pero en general está todo muy bien llevado a la pantalla, hay incluso momentos exactamente idénticos o que al menos yo me los imaginaba de la misma manera. Otra cosa y muy buena son las actuaciones. Viggo Mortensen, sin ser de mis favoritos, hace un trabajo impecable, podría decir que es de lo mejorcito que le he visto. El niño, Kodi Smit-McPhee, está pasable. No molesta. Y claro, no podemos pasar por alto las apariciones de secundarios de lujo en algunos casos casi irreconocibles: Charlize Theron, Robert Duvall, Guy Pearce y Michael K. Williams (el “Little Omar” de The Wire.., qué bueno, aún puedo escuchar a veces su silbidito…). En general podríamos decir que las interpretaciones son notables, la fotografía perfecta, la ambientación es increíble, joder, la parte visual es poderosa. Pero algo he notado a faltar y no sé que. No lo sé, le falta ambición, le falta ponernos aún más en tensión, le falta hacernos sentir el terror que su protagonista guarda en su interior, aunque de todas maneras creo que es un muy bien film, si no es perfecto se debe a que algunos hemos leído la novela y creo que si alguien no lo ha hecho disfrutará aún más del film, y si alguien tiene que elegir mejor leer el libro, si es posible del tirón, pues aunque no me prodigo mucho en la literatura es de lo mejorcito que he leído estos últimos años.
La primera temporada de True Blood me sorprendió, me engatusó y me dejo satisfecho. Para nada era el tipo de serie que suele gustarme pero qué cojones, la trama vampírica me fue atrapando cada vez más hasta llegar al último episodio donde se descubría un cadáver dentro de un coche que al parecer era uno de mis personajes preferidos, el negro traficante y maricón Lafayette. Y no quiero olvidarme de lo cachondo que me pongo viendo los episodios, no son nada del otro mundo a nivel erótico, pero qué queréis que os diga, a mi me ponían bastante. Con todas estas cosas a favor me hice con la segunda temporada de la serie de HBO y desde un principio se podía notar que la cosa daba un bajón de la ostia, la trama principal basada en una especie de diosa griega maléfica aburre algo, la del hermano Stackhouse y su afiliación a la iglesia del Sol es flojita de narices, así pues sólo nos quedaba la historia de Bill el vampiro y la competencia con su “jefe” Eric, eso sí está bien. La cosa como es típica en HBO mejora con los episodios y al final uno se engancha pero menos que con la primera entrega, además hay un cierto exceso de fantasía poco creíble y unos maquillajes tipo “Buffy” que tiran pa'tras. Además de lo repelente que es la protagonista, repelente y fea, porque por mucho que alguien que yo me sé, alguien que ha abandonado la vida sibarita de la urbe por el ruralismo de las rodalies, diga que la muchacha no es fea sino diferente, y por mucho que intenten arreglarla la cosa está clara, Anna Paquin nunca estará colgada en un calendario de un taller mecánico. Particularmente he notado un bajón pero espero que quede subsanado con la tercera temporada que no llegará antes de septiembre, por suerte para mi tengo series mucho mejores a nivel fantástico como Lost y la temporada 2 de Fringe pues esta serie de vampiros tiene también demasiados amoríos cosa que gusta y mucho a nikochana, así que para hacer bocado entre Lost y Fringe siempre podemos optar por una ración de sangre fresca.
Desde principios de año tengo en mi poder un gran juego de mesa del creador Marcel-André Casasola Merkle llamado “Taluva”, está editado por la alemana Hans im Glück y tiene una factura impecable. El juego trae 48 fichacas de cartón que se dividen en tres hexágonos, uno de los cuales siempre es un volcán. Cada jugador tiene en su reserva 25 piezas de madera, 20 cabañas, 2 torres y 3 templos, todos ellos en madera y con unos diseños bastante logrados. El manual está muy bien explicado y tiene bastantes ejemplos de cosas que se pueden y no se pueden hacer, lástima que estén sólo en alemán, así pues toca hacerse con unas reglas en castellano cosa que gracias a Internet no resulta muy difícil.


El juego no es demasiado complicado y las partidas no suelen alargarse en exceso (unos 40 minutos), es por eso que es un gran juego para jugar antes o después de meterse entre pecho y espalda una partida a Bootleggers. Lo mejor para Taluva es que estén el máximo de jugadores, en su caso cuatro, y que estos tengan un nivel parejo pues de esa manera el juego gana en adicción y dificultad, y la estrategia y el puteo tienen una mayor importancia. El objetivo del juego es ser el primero en construir todas las fichas de dos tipos, o ser el jugador con más templos construidos al final del juego, o ser el último jugador en ser eliminado, la eliminación se produce si durante su turno un jugador no puede construir nada, en ese caso queda fuera del juego aunque creo que no es muy habitual si es que no eres torpe de cojones. En cada turno el jugador puede realizar dos fases: Poner una loseta de isla, y construir alguna de sus construcciones. Al colocar la loseta de terreno, ésta se puede colocar simplemente a continuación de otra ya puesta sobre la mesa o colocarla encima de otras losetas siempre haciendo coincidir volcán con volcán, produciendo una erupción volcánica y así subiendo el tablero de altura. Cada partida acaba con un diseño de tablero totalmente diferente cosa que hace interesante el juego. Al producirse la erupción se pueden ir a tomar por culo las cabañas de otros jugadores cosa que putea y hace que la partida tenga algo de mala uva. Los edificios no se pueden construir a la babalá: las cabañas solo pueden colocarse en terrenos de altura 1, para las torres el terreno debe de tener, al menos, altura 3 y para los templos el asentamiento debe de tener al menos un tamaño de 3 hexágonos. Además en el caso de las torres y los templos, en el asentamiento en el que se construyan, no puede contener previamente una construcción del mismo tipo. Así a groso modo estás son las normas básicas, hay más que complican el juego pero con estas creo que os podéis hacer una ligera idea. En general Taluva es un muy buen juego de estrategia, con un material impecable, sencillo de entender, y una vez que sabes jugar es bastante adictivo. De todos los juegos que me ha enseñado el señor “Black Meeple” es tal vez uno de mis favoritos. Si lo veis por ahí, comprarlo sin pensar, no os decepcionará.
Al principio del nuevo milenio aparecieron una gran cantidad de grupos revivalistas, algunos simplemente eran clónicos, otros en cambio intentaban coger ese sonido, darle una vuelta de tuerca y proponer algo más modernito. No es el caso de The Greenhornes, claro, ya que el grupo de Cincinnati (Ohio) se dedica a hacer rock garagero, clasicote y a veces con tendencia a la british invasion con reminiscencias mod, y eso, a mi me encanta para qué negarlo. Inicialmente debutan en 1999 con “Gun for you” con una formación de quinteto. Allí estaban Craig Fox (guitarra y voz), Patrick Keeler (Batería), Jack Lawrence (bajo), Pared McKinney (teclista) y Brian Olive (guitarra). Olive abandonaría la formación justo después de este disco para bajo el nuevo nombre de Oliver Henry formar la nada despreciable banda “Soledad Brothers”. El single “End of the night” fue su carta de presentación pero en el disco habían un par de momentos bluseros que te dejaban con la boca abierta, “Hold me” y “No friend of mine” son una delicia.

En 2001 llega la confirmación con “The Greenhornes”, el disco que se mueve por los mismos derroteros que el anterior, y es que nadie debería esperar nada modernote ni nuevo que haga estremecer los cimientos del rock’n’roll, aquí hay garage rock del bueno y punto. Lo que sí hay es más garra y convicción en todo lo que hacen, y desde luego hay cancionacas que tiran pa’tras como “Can’t stand it”, “Shadow of grief”, “Stay away girl”, “Lies” y “High time baby”. El talento de Fox empieza a aparecer por todos lados, su voz es perfecta y las letras son cojonudas, además la sección rítmica con Lawrence y Keeler es de lujo, ambos son una puta apisonadora del rock.

Al año siguiente llegó el que para todo el mundo es su mejor disco. “Dual Mono” (2002) es una pequeña obra maestra del nuevo siglo, un indispensable para los amantes de este tipo de música. Ya no cuentan con el teclista McKinney pero sí con un segundo guitarrista, Eric Stein, aunque oficialmente la banda se reduce a trío: Fox, Lawrence y Keeler. El disco se vendió bastante algunos años más tarde, tal vez algo de culpa tuvo Jim Jarmush, un gran fan del grupo, que incluyó el delicioso tema “There is a end” en el que colaboraba como cantante Holly Golightly en su film, gran film, Flores rotas (2005). La canción era uno de los puntos fuertes del disco pero en aquella joya no sólo había momentos delicados, eso se ve claramente ya con la primera canción y es que “Satisfy my mind” es un pelotazo de los buenos. Me cuesta mucho destacar canciones ya que casi no hay altibajos en el disco, pero puede que las dos mencionadas junto a “Three faint calls” y “You’ll be sorry” que rememora los mejores tiempos mod, sean las mejores del paquete.

La amistad que les une a Jarmush, pone en contacto a un amigo de éste, Jack White, con Lawrence y Keeler, quienes juntos colaboran en el disco de la leyenda del country Loretta Lynn llamado “Van lear rose”. Parece que los tres conectan y mucho, tal vez demasiado, The Greenhornes actúan como teloneros en la gira de los Stripes y una vez que White deja a un lado a “The White Stripes” para tomarse un descanso de la reina del bombo, Meg White, forma junto a su amigo Brendan Benson, Patrick Keeler y Jack Lawrence (este último también está en otro proyecto de White, The Dead Weather) el supergrupo de rock clásico ledzepelinero “The Raconteurs” lo que prácticamente deja herido de muerte a Fox y a los Greenhornes cuando les acababa de llegar el éxito. Pero antes de desaparecer como banda o de tomarse un largo e inacabable descanso, pues oficialmente no lo han dejado, apareció el disquito “Sewed Soles” (2005) que realmente no es un lp al uso ya que incluye canciones de otros discos, una especie de extraño greatest hits con canciones nuevas, no sé, parece un “hasta luego”, un punto de inflexión pues con el grupo desperdigado y enfrascado en mil y un proyectos el futuro del grupo está en le aire. De todas formas este “Sewed Soles” parece una muy buena primera toma de contacto si es que aún no se le ha hincado el diente a algunos de sus trabajos, mientras se esperan noticias de The Greenhornes o simplemente de su talentoso líder Craig Fox.
THE GREENHORNES
GREENHORNES (2001)
SHADOW OF GRIEF

Es tan buena Celda 211 como dicen? No, es aún mejor. Es cojonudamente magistral. Mejor de lo que uno hubiese imaginado, y desde luego no defrauda a pesar de las alabanzas y palmaditas en la espalda que se han llevado todos los integrantes del film. Todas, sin duda, merecidas. Para ser una propuesta nacional, de pata negra, se sale del guión establecido a pesar de contar con Resines, todo un handicap, y es que el tema carcelario no es que se prodigue en exceso en nuestro cine, y menos que resulte tener esa factura impecable. El guión está basado en la novela de Francisco Pérez Gandul y ha sido adaptado al celuloide por Jorge Guerricaecheverría y por el propio director del asunto, Daniel Monzón, del que repasando su filmografía recuerdo haber visto toda ella. Curioso, pero cierto. Sólo cuatro films contando el drama carcelario, a saber: El corazón del guerrero (1999), El robo más grande jamás contado (2002) y La caja Kovak (2005), ésta última, tal vez, sea la única que merece ser rescatada ya que recuerdo que estaba bastante bien. De verdad que no quiero joderos la película, así que aunque yo sea un alma maligna y perversa os prometo que no desvelaré nada del argumento. Lo juro. Así que os dejo un momentito con la reseña que hace filmaffinity sobre el argumento, y luego os cuento.

SINOPSIS: El día en que comienza a trabajar en su nuevo destino como funcionario de prisiones, Juan (Alberto Ammann) se ve atrapado en un motín carcelario. Haciéndose pasar por un preso más, luchará para salvar su vida e intentar dar fin a la revuelta, liderada por el temido Malamadre (Luís Tosar). El joven tendrá que jugársela a base de astucia, mentiras y riesgo, sin saber todavía qué paradójica encerrona le ha preparado el destino...

Lo primero que vemos en la película es una secuencia durísima de suicidio. Joder, ya lo he hecho, mira que no quería desvelar nada. Qué cabrón soy. Bueno, ya no diré más. Ahora de verdad. Pero bueno, esa escena de suicidio antes incluso que los créditos aparezcan nos hace pensar que no veremos algo cutre, ni normal, más bien intuimos que estamos a punto de ver algo especial, como así es. Todo fluye a la perfección, la historia, la trama, la espiral de violencia. Absolutamente todo está en su sitio. Las interpretaciones son magistrales, exceptuando a Resines que hace de Resines, claro está, no sea que se le complique la troca y pierda su mirada y su giro de cuello digna de David Caruso y su archiconocido H. La revelación Alberto Ammann descoloca, yo al menos no lo había visto hasta el momento y de verdad, me ha dejado pasmado. Luego están los secundarios, los presos hijosdeputa que se me quedarán grabados para siempre, sobretodo “El apache” interpretado por Carlos Bardem, el hermanísimo, que te deja pasmado con una interpretación de lujo. Y para acabar, el broche de oro. Luís Tosar. A este tipo hay que ponerle a comer a parte, vaya monstruo. Monstruo!. Su personaje es una perita en dulce para cualquier actor, pero claro luego hay que rematar la faena, llevárselo al huerto, hacerlo suyo, y convencernos de que ese tipo existe. Tosar lo logra. A Malamadre nos lo creemos, nos da miedo, nos acojona, a veces nos da penilla, otras nos hace reír pero fundamentalmente hablamos de un asesino, así que chapeau para Tosar. Eso es ser actor. Un pedazo de actor, aunque eso ya lo sabíamos, yo al menos, para los que no lo creáis podríais visionar, one more time, Los lunes al sol, Te doy mis ojos e incluso Corrupción en Miami por poner un ejemplo ya que hace una clase magistral de interpretación en todas ellas. Así pues, recomiendo a tothom ver este film, sin chuminadas por que sea española ni cosas por el estilo, creo que si se hiciesen más films de esta guisa y menos comedias subnormaloides al cine español le iría algo mejor, o puede que no, porque yo mismo he visto la película de manera fraudulenta, y me sabe mal, porque este film sí valía la pena, y mucho, se merecía al menos que me gastase los cuartos, pero quiero pensar que yo no tengo la culpa, la culpa es de Torrente.