The Code fue la serie del 2014 en las Antípodas. Fruto de tal éxito le proporcionó una renovación para una segunda temporada que se estrenó al año siguiente manteniendo el nivel de popularidad y de crítica. Hablamos de una miniserie estructurada en dos temporadas de seis episodios cada una que no llegan a la hora de duración. En total doce episodios estupendos para un thriller de investigación centrado en la informática y el poder político, en cómo los estados utilizan esa tecnología para controlar todo lo que hay a nuestro alrededor e incluso a nosotros mismos. Mantiene el aroma a las mejores series inglesas policíacas y de investigación pero dándole ese toque tan australiano, tan rudo y potente. La sinopsis oficial habla de la trama de poderes políticos que se destapa a partir de un accidente de tráfico que implica a dos jóvenes aborígenes que chocan con un camión que transporta sustancias tóxicas y peligrosas no declaradas... la noticia, un vídeo de un móvil, un código encriptado de la empresa implicada en los tóxicos... caerán en manos de dos hermanos, uno periodista y otro informático, que se verán envueltos en una espiral de espionaje trepidante. Los protagonistas absolutos de la trama son Dan Spielman y Ashley Zuckerman, totalmente desconocidos para mi, que realizan un trabajo fantástico. Están muy bien acompañados las dos temporadas por Adele Perovic. El resto del elenco no desentona y tal vez las caras más conocidas o familiares sean David Wenham (Top of the Lake, Iron Fist) en la temporada uno, y Anthony LaPaglia en la segunda temporada: la serie comienza como un cañón. Su historia te atrapa conforme la tela de araña se va haciendo más y más grande y van tirando del hilo. La primera temporada es sobresaliente y la segunda notable. Es cierto que baja algo el listón y que ya no sorprende pero los guionistas consiguen mantener la tensión sin defraudar, siendo fieles a los personajes creados. Muy recomendable si te van las miniseries británicas con aroma policíaco.
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