Niko returns

Parece que ha pasado un siglo pero sólo han sido un par de semanas desde que contraje matrimonio con una terrícola. La verdad es que estaba como un flan, es decir, tembloroso y a punto de caramelo, pero aguanté, creo yo, bien el tipo… hasta que comenzaron las copas, pero eso es otro tema. El “Saló de Cent” fue un escenario bellísimo como la novia que estaba de toma pan y moja, el día no acompañó en exceso, llovió y llovió pero justo paró cuando hacia falta. Creo que todo salió bastante bien, yo me lo pasé en grande y eso que era el novio, y me pareció que todo el mundo quedó contento, sobretodo con los aperitivos, la cena y las copas, ah!, y el sitio, el Hotel Me, un sitio pijísimo, con glamour y toda esa mandanga que tanto me gusta. La habitación que el hotel nos regaló esa noche era de superlujo y lo que allí pasó no os lo voy a contar…. Porque puede que pierda todo mi encanto y erotismo…. Luego Nikochana convertida ya en mi maridita y yo marchamos de honeymoon rumbo a Atenas para pasar cuatro día inmersos en la cultura de la piedra antigua y de los museos clásicos, vamos, que nos hemos empapado de toda la rocultura griega. Espectacular chiquets. Y qué decir de la gastronomía, un escándalo. Me pirran las olivas de Kalamata.

Luego, claro, nos dimos un homenaje por las islas Cícladas, tres días en cada una de ellas: Mykonos, Naxos y Santorini, en un nivel lujurioso que por supuesto me ha tenido encantado todos estos días. Mykonos, la verdad, es un poco cartón piedra. La isla se basa en la capital, mu bonita, pero parece hecha expresamente para los turistas, está demasiado explotada, es muy bonita… y muy cara. El resto de la isla es bastante feucho, la condenada no tiene ni un puto árbol pero sus playas ocultas (no las de las fiestuquis gays) son una maravilla. La segunda isla en la que hemos estado, Naxos, me ha sorprendido gratamente. Era para mi la menos conocida y tal vez le que más me ha gustado. Poco turismo, bastante vida griega, buenísimas playas (las mejores) y un mercado antiguo dentro de las murallas que protegían el barrio de Kastro precioso, y no me olvido del portón de piedra gigante que corona la isla. Acojonante. Para finalizar la visita por tierras griegas nos acercamos, como no, vía ferry (coño, que bien funcionan los condenados) a la isla de Santorini, nos alojábamos en unas suites de lujo en Imerovigli, no os podéis imaginar las vistas que teníamos y qué puestas de sol, me cago en diez, si es que uno se siente insignificante. La isla, un encanto. Me ha gustado tanto visitar las islas griegas que pronto volveré, tal vez Corfú sea un gran destino. Bueno, he vuelto con energía, un moreno de lujo, unos cuantos kilos de mas y unos cuantos euros de menos, pero valió la pena os lo recomiendo.

7 comentarios:

  1. que cabrooons...enveja sana, verda, i de tots los colors..
    a tot això, suposo que ha anat més que bé..

    A ver si se anima un poco el cotarro con su vuelta, Sra y Sr. nikochan, que el país anda muy mal.

    PS. tenim una nova joguina.. és negra i més prima que la seva cosina..

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  2. hijosdeputa!!! cuando me invitáis????

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  3. Argh... me quitó el comentario el anterior comentero (lo juro que pensé lo mismo !)

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  4. FELICIDADES NICOCHAN Y AHORA LA CRIATURITA NO?

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  5. Pues no sé Carlos, eso no lo tengo muy claro. Bueno, es nikochana que no lo tiene claro, me parece que no le apetece mucho que mi aliencito le atraviese el estómago como a la teniente Ripley......

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  6. Parece que no da el mismo placer, pero casi.(mentes calenturientas..) ;P
    Lo que no daría nada de placer tener un ejército de nikochancitos aterrorizando a las pobres terrícolas.

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