Un ser llamado Guzzest. Capítulo 39: White Room

El gran Nikochan no podía parar de mover el florete, parecía que estaba matando moscas, Guzzest estaba impertérrito, esbozó una ligera sonrisa, respiró hondo, y de golpe movió los brazos con rapidez y gritó: Guarggggghhhh!!!, Nikochan se asustó tanto que el florete cayó al suelo y una ligera ventosidad salió de su verde culo, lo que inmediatamente hizo que Guzzest se mareará, mientras Guzzest hacía todo lo posible por no caer al suelo, el Doctor Nikochan cerró los ojos y entonces en sus manos como por arte de magia aparecieron dos guantes de boxeo con unas herraduras de caballo enganchas a cada guante, y un protector bucal que le quedaba muy, pero que muy mono, además se encontraban dentro de un cuadrilátero y un oso panda vestido de negro hacía las veces de árbitro, el oso gritó: “Let’s get ready to rumbleeeee!!!!”, y entonces Nikochan se aproximó a Guzzest y le pegó un croché de derechas que dejó tumbado a su blandito oponente justo cuando el temido uppercut estaba a punto de golpearle la quijotera, a Guzzest le pasó por la cabeza un yunque cayendo del techo, y entonces, de manera sorprendente, Nikochan se vio aplastado por esa enorme y pesada masa de hierro, Guzzest se levantó y miró a su alrededor, esa habitación blanca era muy extraña, no se veían las paredes, no se percibían los límites, entonces por un momento recordó aquel bar de tapas que solía frecuentar, “La Gamba”, llamada así por la imponente gamba de luces de neón que coronaba el salón principal, y volvió a extrañarse puesto que se encontraba sentado en una de sus mesas y aprovechó para beber una caña y picar unos cuantos chipirones. Desde el fondo del local se pudo escuchar: “I’ll wait in this place where the sun never shines. Wait in this place where the shadows run from themselves…In the white room with black curtains near the station. Blackroof country, no gold pavements, tired starlings…”y entonces apareció el Doctor Nikochan con un espectacular chichón en al cabeza, sobre una caballo, llevaba una armadura medieval y una gran lanza, se bajó el casco y repetía sin cesar: “Soy Nikochan, tu me convertiste en lo que soy ahora, prepárate a morir!”, espoleó a su caballo y éste, al galope se aproximaba a Guzzest, Guzzest miró a su alrededor, estaba en la explanada de un enorme castillo sobre un pony y también con una armadura, pero su lanza.., su lanza era ligeramente mas corta que la de Nikochan, su caballo al oír el grito del Doctor también se puso a correr y rápidamente la lanza de Nikochan atravesó el casco de Guzzest y le pegó en toda la frente, lo que propició su caída del caballo. Al levantarse iba vestido de militar inglés del siglo XVIII, sostenía en su mano una pistola y miraba hacía el fondo de la sala, notó a su espalda algo, era Nikochan, y entonces comenzó a contar diez pasos mientras se alejaban el uno del otro, al girarse Nikochan lanzó una moneda al aire, y dijo: lo siento Guzzest me toca disparar primero, ponte de lado, es mi turno. – Un momento, un momento, pero que está pasando?, no entiendo nada, que es está habitación? y porque me vas a disparar? – preguntó Guzzest.- Antes de acabar contigo, te resolveré algunas dudas, estás en la habitación blanca, es mágica como habrás notado, todo lo que pienses en ella aparecerá, así que juega bien tus cartas porqué sólo uno de nosotros saldrá de aquí con vida y con una nueva forma, por otro lado, lo del duelo, creo que has sido tú el que pensó esto, creo que el subconsciente kubrickiano te ha jugado una mala pasada y ahora sufrirás como Barry Lindon, preparado, listo?.- y después de esta explicación Nikochan disparó el pistolón, la bala se acercaba y acercaba a Guzzest, la posibilidad de ponerse de lado para que la superficie de impacto fuera inferior era en este caso inviable puesto que a Guzzest es mas fácil saltarle que rodearle, de lado, su barriga sobresalía demasiado y era un blanco seguro, así que se puso de cara y muy concentrado se quedó mirando la bala fijamente y esbozó una de sus irresistibles sonrisas…(To be continued..)

0 comentarios:

Publicar un comentario