The Walking Dead T7, segunda parte


Lo visto en la primera parte de la temporada siete se confirma en esta segunda: la serie aburre hasta el fan más acérrimo, es decir, a mi. Normalmente cada tongada de ocho episodios contiene dos o, tal vez, tres capítulos infumables. Aburridos como ellos solos, pero en este retomar la séptima temporada se han lucido. Ni un episodio se salva de la quema. Las historias de los personajes de siempre flojean en exceso, bueno, de los de siempre siempre ya sólo quedan un par. Se olvidan de Carl, casi de Carol, Daryl y Michonne, mostrando de esta un perfil de tipa atontá y enamoradiza que no hace justicia al personaje, y todo eso para dar protagonismo a figuras como Tara o Eugene que son vomitivos. Además, su periplo por todas las comunidades no está a la altura del cómic. Se quedan en meras anécdotas, y el tema de Negan.... , a mi me sobrecarga la actuación de Jeffrey Dean Morgan, pero mucho mucho... Dicho esto, todos esperábamos el episodio final de casi media hora. Prometían sangre, sudor y lágrimas. Y ni una cosa ni otra. Ni chicha ni limoná. Soy fiel a los caminantes pero coño, no gilipollas. El último episodio, seré sincero, no está mal, ya me hubiese gustado toda esta minitemporada así pero es que nos la quieren dar con queso. Todo, todito, se ve a millas. Y al final, todo para nada, para estirar todo lo que pueden la cuerda y comenzar la T8 igual, con el mismo cuentecito. O se ponen las pilas o aquí uno que se baja del barco.

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