Había escuchado tropecientas buenas palabras sobre el film del director David O. Russell, y la verdad es que todo aquello que había leído o escuchado era cierto, pero no es para tanto. Un buen film? sin duda, pero un gran film? eso ya es más discutible. No es de extrañar que "Joy" fuese alabada por millones de personas pues la saturación por humanos con capa y superpoderes en la gran pantalla es increíble, y cuando se nos presenta un drama más o menos notable, o simplemente correcto pues se puede llegar a pensar que estamos ante la gran película, pero no, no lo estamos. El señor Russell monta una más que correcta historia, y para ello cuenta con su equipo de confianza. Por un lado con una de las mejores actrices del momento, Jennifer Lawrence, a quién conocí ya con la fantástica y muy recomendable "Winter's Bone", también cuenta con el tipo que consiguió arrancar a Irina de los brazos de Cristiano aunque como actor es más que discutible, el "resacoso" Bradley Cooper, y con el mito de DeNiro. Todos ellos, sobretodo la pareja protagonista, han coincidido en films de Russell: El lado bueno de las cosas, La gran estafa americana, y Joy. DeNiro y Cooper coincidieron también en "Sin limites" que no me disgustó, y de Russell me gustaron films como "The Fighter" y "Tres Reyes". Lo de la Lawrence con "Los juegos del Hambre" lo tengo por ver, me da pereza, mucha muchísima, pero supongo que algún día caerán. Yo, la prefiero en estos papeles tipo "Joy", de eso no tengo dudas. Y "Joy", el film, está bastante bien o dejémoslo en bien, en correcto pues como os dije no me pareció esa gran película que me vendieron, un film interesante sobre realizar los sueños, sobre la familia, sobre la realización personal. Todo ello revestido con gracia y salero, con cinismo y buenas actuaciones. Tiene Russell como es habitual un problema con el ritmo, a veces las historias se le caen aunque normalmente consigue retomarlas, y esta vez lo consigue porque esta historia basada en un hecho real es plana, previsible y superficial, y gracias a los actores que son muy buenos. Por ese motivo para mí es un aprobado algo justito pero que en realidad sí se puede ver pues no es un desastre. Algo decepcionado me ha dejado, más aún al ver al día siguiente "El lado bueno de las cosas", que aunque parece (y puede que sea) más pastelosa, es mejor película.
Recuerdo como me sorprendió la serie exclusiva de Netflix "Bloodline", como su historia me atrapó, me cautivó y me dejó con ganas de más. Recuerdo como me alegré al saber que la serie tendría segunda temporada y como he aplaudido al saber que tendrá una tercera. Gracias Netflix por esos maratones televisivos que nos brindas, gracias de verdad. Me va a costar no destripar la historia, no quiero decir nada para no estropear aunque no recuerdo si lo hice al hablar de su primera temporada. El caso es que la serie retoma la historia en el mismo punto donde se quedó. La familia Rayburn, bueno, los hijos, cometen un delito del que se arrepentirán toda la vida y que cada vez les arrastra más y más al fondo del pozo (la foto que acompaña al post es un spoiler en toda regla, lo siento, no me he percatado hasta publicar el post). Todo se complica, todo comienza a volverse inseguro... hasta que..... No! no haré spoilers, lo prometo, aunque por eso este post no será un post excesivamente extenso ni tampoco creo que sea un buen post, pues entre que ando reincorporándome a la Isla después de vacaciones, que me falta frescura e inspiración, y que me autoveto para no destripar nada... pues eso. En esta segunda temporada el ritmo es superior, no hay tanta montaña rusa y la línea a seguir está clara, el guión y el ritmo también, y de eso se benefician las actuaciones que convencen siempre a pesar que en la primera temporada algunas de ellas dejaban dudas. Kyle Chadler como John Rayburn y Ben Mendelsohn como su hermano Danny se llevaban la palma en la primera tanda de episodios, Kyle Chadler sigue llevando el peso de la serie y su personaje no para de crecer, y sorprendentemente el personaje interpretado por Enrique Murciano (Marco Díaz) crece y crece, y sorprende. Los secundarios siguen estando fantásticos aunque como Chloë Sevigny solamente aparezcan a cuentagotas, y bravo bravísimo por la incorporación de un hijoputesco John Leguizamo. Ya digo, "Bloodline" sigue sorprendiendo. Una de esas series de tapadillo que hay que ver, y de la que personalmente espero con ansia su tercera temporada.
De imitador de James Brown a estrella del Soul a sus sesenta y tantos años de la mano de la fábrica soulera Daptone Records, de donde han salido otras viejas/nuevas estrellas como Lee Fields y Sharon Jones. Como aquellos otros dos pájaros, Bradley no ha inventado la pólvora, es más, su soul es muy revivalero y bebe de los más grandes sin disimulo alguno y sin ocultar nada pero con una calidad pasmosa, pero es que este negrazo jubiletas ha despachado este último lustro tres joyas de esas insaltables, hablo claro de "No time for dreaming", "Victim of love" y lógicamente el disco que hoy nos ocupa, el fantástico y muy recomendable "Changes". Antes de meternos de lleno en las once canciones que dan forma a este nuevo trabajo de Bradley habría que preguntarse qué le está pasando al soul, al soul que nos enamora, que nos hace vibrar, que nos pone la piel de gallina, donde están sus grandes intérpretes, sus canciones antológicas. No están, esa es la verdad. No hay ni rastro de aquello y sólo quedan sucedáneos, revivalismos y plagios en cubierto. No hay rastro de un Otis, un Marvin, una Aretha, un Sam, un Curtis,.... Demasiadao hype, demasiada superficialidad. Un buen día alguien tiene la idea de recuperar, no la calidad y magia porque eso es imposible, pero sí la actitud y las maneras de antaño, y así nace en la Brookland el sello Daptone Records y una nueva musa, Sharon Jones, a la que pronto acompañará la banda de apoyo de la inolvidable Amy. A partir de entonces, y años tras año, nos van llegando grandes discos de soul. los de Sharon, los de Charles, los de Sugarman 3, los de The Budos Band, o los de Naomi Shelton.... Pero volvamos con el abuelete Charles que me pierdo, olvidémosnos de sus dos (grandísimos) discos anteriores, agarremos su "Changes" por los cuernos y pa'lante. "Changes" sigue la receta de los grandes discos de antaño pero sus acabados no son para nada antiguos, es más, hay algo de modernidad en el disco, algo nuevo que le aleja del simple revival, para ello repite producción con Thomas Brenneck (un Dap-King) y como ya es habitual aporta su fuerza y su pasión, además de su increíble voz a unas canciones estupendas. dándonos soul de muchos quilates.
Charles Bradley - "Changes" (2016): 01.- God Bless America/ 02.- Good to Be Back Home/ 03.- Nobody But You/ 04.- Ain’t Gonna Give It Up/ 05.- Changes/ 06.- Ain’t It a Sin/ 07.- Things We Do for Love/ 08.- Crazy for Your Love/ 09.- You Think I Don’t Know (But I Know)/ 10.- Change for the World/ 11.- Slow Love.
El gospel asoulado de "God Bless America" enamora desde el primer segundo. Maravilloso minuto y medio. Glorioso. "Good to be back home" suda funky por todos los poros, esto es mierda de la buena, de la que nos regalaba el señor Brown (espejo en el que contínuamente se mira Bradley). Un tema sensacional, con sus metales vistiendo de lujo la melodía, jugando con ella mientras Charles se desgañita. "Nobody but you" es un baladón, clásico clasiquísimo, próximo a Otis, cercano al A-B-C del género aunque no por ello deje de estremecer. "Ain't gonna give it up" nos traslada a los míticos setenta, y personalmente os digo que es una de mis canciones favoritas del disco y, bueno, lo que viene a continuación es una extraña joya, la canción que da nombre al nuevo artefacto de Bradley, "Changes", una versión de nada más y nada menos que Black Sabbath. Sí, para ver y escuchar, magnífica. Sí conocéis el tema no os extrañará, y tampoco que Bradley lo haga suyo, aunque para seros sinceros tampoco lo ha cambiado en exceso. Podría pasarme un buen rato hablando de las canciones del disco, de sus mil y una cosas buenas, porque de estas hay miles. Un disco que no baja de nivel ni intensidad en sus once temas, al que tal vez le falta una canción definitiva, un temón de esos que hace sacar la cabeza al disco por encima de otros, de llamar la atención más allá de los seguidores del soul de siempre, pero desde luego con temas como el medio tiempo "Crazy for your love" rememorando a Solomon o la balada encargada de cerrar el disco, "Slow Love" donde vuelve a aparecerse en nuestro subconsciente la figura de Otis, puede que no haga falta ese gran tema, o sí, o no lo sé. Lo único que sé, es que este "Changes" es un grandísimo disco de soul. Uno que con total seguridad estará entre mis elegidos del año.
De entrada os diré con sinceridad que "Cien años de perdón" no es nada del otro mundo, si fuese un producto yanki sería otro más, otra película más de ladrones justicieros, otro thriller que dicen ellos que venden en dos semanas tropecientas mil entradas para ir directamente a un canal de televisión. Aquí sí es necesario hablar de la película, como digo no porque sea una obra maestra (que no lo es) sino por acertar con esa nueva moda española de realizar cine de acción/policíaco con ADN yanki, con su esencia y su buen hacer, y eso aquí es de agradecer. Daniel Calparsoro monta una película interesante y muy entretenida, puro blockbuster patrio, y lo hace con la ayuda de un buen guión y un mejor casting: Rodrigo de la Serna, Luis Tosar, Raúl Arévalo, José Coronado, Patricia Vico, Joaquín Furriel... Con una factura impecable gracias a ser una coproducción argentina-española-francesa, y al dinerito que han puesto muchos, porque sin eso, resulta muy difícil hacer algo de esta guisa y que quede, como es el caso, estupendo. De que va? pues de un robo a un banco, con rehenes y negociador, pero con un secreto, el de un político corrupto que tiene en una caja fuerte un disco duro que desean los más poderosos, y ahí lo dejo. Como veis, nada del otro mundo, topicazo de siempre pero resuelto de manera notable. Muy recomendable para pasar el rato con estos calores veraniegos.
01.- Celda 211 (2009)
02.- Te doy mis ojos (2003)
03.- También la lluvia (2011)
04.- Los lunes al sol (2002)
05.- El Desconocido (2016)
06.- Cien años de perdón (2016)
07.- Operación E (2012)
08.- El niño (2014)
09.- A cambio de nada (2015)
10.- Mientras duermes (2011)
Triste y melancólico de principio a fin. Así te hace sentir este fantástico documental sobre una de las más grandes aunque también una de las más desconocidas. Liz Garbus consigue construir un espléndido rockumental, doloroso e intenso, donde narra la increíble vida de Nina Simone: su niñez, sus inicios, su matrimonio y maternidad, su extraña y complicada relación matrimonial, su acercamiento al movimiento en favor de la igualdad de derechos, su separación, su crisis, su exilio, su vuelta..... Brutal como digo de principio a fin. Lo hace sin adornos, sin florituras y mucho menos sin dorar la píldora. El personaje es el que es, no es amable ni fácil, es áspero y rocoso pero como bien sabéis su talento es incalculable, y los genios tienen esas cosas, no pertenecen nunca a su tiempo, y Nina no es una excepción. Tal vez, ya sea por criticar un algo, el ritmo del documental es parsimonioso, se toma su tiempo, con sus pausas y sus idas y venidas, cosa que aprecio y aplaudo, pero al final todo se vuelve algo apresurado y en mi opinión, mal explicado pero esto ya es una apreciación muy personal pues creo que estamos ante un documental imprescindible, seas o no fan de la Simone. Otro gran documental de Netflix, otro documental esencial, de una de las más grandes entre las grandes.
Suelo hablar de muchas series que me embrujan, que me mantienen sentando en el sofá provocándome muchas veces una adicción insana, y nunca hablo de otras series más ligeras que también suelo ver y que simplemente rellenan un espacio de mi ocio de menor exigencia mental. Una de esas series sin pretensiones pero con muy buen hacer es "Elementary", serie por la que quiero romper una lanza a favor después de una conversación que tuve el otro día con un amigo o enemigo (ya sabes quién eres...). Vale, no es el "Sherlock" de la BBC, Cumbembatch y Freeman han hecho suyos y para siempre a Holmes y Watson respectivamente, su serie puesta al día es una delicia, una pequeña POM televisiva, llena de humor inglés y claro, su respuesta americana por parte de la CBS se queda como muy lejos a nivel de calidad. Pero es una mierda? pues rotundamente no, es más, me atrevo a decir que es una serie muy entretenida y disfrutable. Como Holmes contamos con Jonny Lee Miller (el mítico Sick Boy de Trainspotting) y como Watson, una elección rara pero más que resultona, una mujer, Lucy Liu. Aidan Quinn, John Michael Hill, John Noble, y Ophelia Lovibond completan el reparto. La serie tiene lugar en la gran Manzana y no en la mítica Baker Street Londinense, pero a caso importa? Bueno sí y no. Es una serie de nivel bajo que sigue el esquema yanqui de episodio/caso resuelto, más blanca imposible, incluso acepto que se diga que vulgariza un algo al personaje literario pero como producto televisivo es más que correcto, es entretenido aunque nunca exija un mínimo esfuerzo a nuestras neuronas, pues es la típica serie perfecta para ver cenando o haciendo otros quehaceres, eso sí, a mi la interpretación de Sick Boy me gusta. Si comparamos punto por punto Elemetary con Sherlock, está claro que la serie americana pierde por goleada, no hay color, es una victoria por KO, pero si le damos una oportunidad, sin comparaciones que valgan, la serie se deja ver. La muestra son sus cuatro temporadas con unos números muy respetables en audiencia, también en España aunque como siempre la serie es maltratada en horarios de emisión. En resumen, no es la serie de mi vida, ni de la semana, ni del mes, ni del año... pero siempre que engancho un episodio lo veo, y me resulta interesante. Sin pretensiones, sólo con el objetivo de entretener, elemental o no?.