Happy!


Han pasado casi veinte años desde que a Christopher Meloni le hacían y hacía millones de tropelías en la Ciudad Esmeralda del correccional de Oswald. La serie de Tom Fontana y Barry Levinson, OZ, es una de las grandes series de HBO y de las que inició eso de la edad de oro de la televisión, una de mis favoritas, y una de las que, aunque al final decepcionó por agotamiento, hay que tener un par para verla. Pues bien, veinte años más tarde y después de pasar como secundario en innumerables films pero sobretodo recordándolo por su presencia en "Law and Order", Meloni encuentra una serie donde lucirse. Una serie muy extraña, muy freak, muy estúpida y violenta. "Happy!" se llama el invento. Y el invento es una serie de ocho episodios, ideal para la anti-Navidad, donde se mezclan extraños conceptos como la animación y la ultra-violencia. Podríamos simplificar la historia diciendo que Meloni interpreta a un ex-policía, Nick Sacks, con el extraño don de acabar con todo lo que le rodea. Después de casi acabar muerto empieza a ver a un extraño unicornio azul que se convertirá en su compañero ideal, el cual necesitará su ayuda pues juntos tendrán que rescatar a la amiga del unicornio (él es Happy) y a la hija de Sacks, que hasta entonces desconocía. La trama no la pienso explicar pero os aseguro que aunque al principio descoloca y parece todo algo tonto y absurdo al final se convierte en una diversión sin filtros, llena de irreverencia, violencia, sangre y bastante humor. Todo funciona sin ser sobresaliente, pero lo hace con suficiencia para gustar y engatusar. Meloni está fantástico, y el guión es una puta locura. No se la pierdan pues es una de las sorpresas del año.

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