
Unas guitarras a caballo abren el disco y entonces desde lo más profundo del alma sale el lamento de Ray: “Trouble, trouble, trouble, trouble…, trouble been doggin' my soul since the day I was born”. Joder, se te ponen los pelos de punta. Tremendo. Un clásico instantáneo. “Trouble” es una puta maravilla sin discusión, una canción perfecta. Absolutamente bella. Pero Lamontagne no se queda aquí y entrega de seguidilla la magnífica “Shelter” que sigue los patrones de la anterior canción, mezclando el folk con el soul, con su preciosa voz por encima de todo y un ambiente romántico y melancólico que te deja sin habla. La cosa se ánima un poquito con “Hold you in your arms” que sabe y huele al gran Van Morrison, aquel de Moondace que me enamoró durante años. “Narrow escape” comienza con una harmónica que quita el hipo para darnos un episódico fílmico inigualable. La perfección está presente con esos coros muy de cantautor americano con el claro sello del productor y músico Ethan Johns para luego seguir con el baladón “Burns” y encadenar con dos de las maravillas de disco “Forever my friend” con ese tono cálido y amigable, y con “Hanna” donde los violines y las voces femeninas por parte de Sara Watkins son memorables. Y antes de señalar el camino hacia el final del disco nos regala “How come” que creo haber escuchado para mi sorpresa y desgracia en muchas series algo pijillas y films más o menos actuales, así que aunque no lo sea podríamos decir que es el single del disco. Una cancionaca y punto aunque yo soy más de “Jolene”, bonica del to. Y para finalizar la preciosa y algo tristona “All the wild horses”. Lamontagne firmó un disco de debut difícilmente superable, un disco que cogía cosicas de Van Morrison, Tim Buckley y Stephen Stills pero que no se olvidaba de los clásicos del soul, y es que a veces recuerda al mismísimo Otis cuando se ponía desgarrador. “Trouble” es un discazo impresionante, un auténtico clásico de nuestros tiempos, un clásico nikochiano.
Pues me lo grabas. Y ya puestos: ¿el Richard Hawley ese merece la pena o es otra martingala de la crítica gafapastil de esas que detesto?. Por cada Sexsmith, Iron & Wine o Eliott (snif) Smith hay cuarenta Rufus, Devendras, Antonia & the Tostons y demás neogenios prefabricados de esos tan chupiguays... Estoy harto !
ResponderEliminarPd: Marvin y Otis le limpian los zapatos a Sam Cooke (el único y auténtico Soul-man, con mayúscula)