Capítulo 31. Le llamaban Guzzest.

Guzzest se despertó, lo último que recordaba era haber caído dentro de un gran caldero, y ahora mismo se encontraba amarrado a lo que parecía ser una auténtica y antigua silla de barbero pero los ojos vendados no le permitían saber con exactitud dónde estaba, escuchaba ruido, como si alguien estuviera por la habitación, esa persona estaba tarareando mientras buscaba algo desesperadamente, entonces Guzzest agudizó su sucio y encerado oído y pudo escuchar una voz que le resultó familiar. – No, esto no, es muy gordo, esto no le va a caber por hay, esto tampoco, si le doy con esto puede que me lo cargue, no esto no, no le haría nada, uhhmmm, déjame que piense, y si, sí, esto servirá, el cinturón de multi-hobby viene perfecto para esta tarea.- dijo el personaje misterioso. Mientras tanto Guzzest se temía lo peor, escuchó como el personajillo se colocaba y ataba un cinturón al parecer con utensilios algo peligrosos, y escuchaba como se acercaba lentamente, entonces y de manera violenta sintió como un martillo de plástico le golpeaba la cara y al hacerlo producía un ruido extraño, el enigmático ser cantaba sin parar: “The currents rage so deep upon us. This is the age of Video violence. The currents rage so deep down inside us. This is the age of Video Violence. Na Na Na Na Na Na ...”, le golpeaba y golpeaba, y entonces a Guzzest debido a los golpetazos que recibía se le soltó la venda y pudo ver al fin a su agresor, estaba totalmente desnudo, con el cinturón de herramientas de multi-hobby perfectamente colocado y entonces recibió un golpe definitivo en la frente y mientras se quedaba de nuevo inconsciente escuchaba “This is the age of Video Violence. Na Na Na Na Na Na ... Na Na Na Na Na Na ...”. Volvió a despertar, esta vez no estaba atado aunque si estaba encerrado en una habitación donde sólo había una butaca, un televisor, un video Beta, una cinta encima de una vieja mesa de madera, y una nota en el televisor que rezaba: “Siéntate. Pon la cinta”, y así hizo Guzzest, se sentó en la butaca, introdujo la cinta en el video y le dio al play, en ese momento la película comenzó a rodar, en la pantalla y en primerísimo primer plano se podía observar al Dr. Nikochan: “Bienvenido al infierno queridísimo Guzzest, tú me hiciste así, tú me has separado de mi amada Nikochana, y tú me has impedido dominar el mundo, pero por suerte, la diosa fortuna me ha dado algo bueno, quieres saber que es?, pues coge el espejo que hay debajo de la butaca y obsérvate un poquito” así finalizaba el mensaje. Guzzest se inclinó y cogió el espejo: Guarrrrgfjjfjfjjfjf!!!!! Gritó desesperado, por primera vez era consciente de su nuevo aspecto, regordete (eso no era exactamente nuevo), color naranja, con antenas, el culo en la cabeza, y unos guantes y botas rojas, de golpe la butaca comenzó a descender hasta otra habitación donde sólo había un ordenador, un reloj despertador con forma de perro Pluto, un armario y unas gafas de sol sobre el teclado, al encender el ordenador otro nuevo mensaje del Doctor: “Querido Guzzest, si quieres que tus seres queridos no mueran y salir alguna vez de aquí, deberás pulsar cada hora en este ordenador la siguiente clave: 4, 8, 15, 16, 23, 42. La decisión es tuya”. Guzzest estaba realmente desorientado, pulsó la clave, le dio al enter, y empezó a investigar la habitación, no había mucho que investigar, sólo el armario, lo abrió y, eureka!, estaba lleno de botellas de vino y como no, otra notita: “Veo que has encontrado las botellas, te informó que podrás beber todas las botellas que quieras, hasta llegar a una catarsis extrema, pero en ese caso te verás muy perjudicado para pulsar la clave, difícil elección, “Vicio o Salvar vidas”. - Maldito seas Dr. Nikochan.- gritó Guzzest.- hagas lo que me hagas, me transformes en lo que quieras, encontraré una manera de salir de este lugar, encontraré una manera de volver a mi estado original, y encontraré la manera de vengarme de ti, porque hagas lo que hagas, aún me llaman Guzzest.

Capítulo 32. Guzzy, can you hear me?

Botellas y botellas vacías de vino cubrían todo el suelo de la sala, Guzzest en plena catarsis, saltaba, gritaba, correteaba por la habitación, tocaba la guitarra eléctrica imaginaria, y hacía poses a lo estrella de rock’&’roll, definitivamente estaba trompa, no pudo aguantar nada mas que dos míseras horas sin beber una gota de alcohol, seguía en éxtasis y de golpe cayó al suelo golpeándose con el armario en toda la quijotera, perdiendo el conocimiento en el acto. Al despertar se encontró navegando en un río de cerveza, viajaba en un barco con forma de cenicero, una gran vela de papel de fumar y como remos unos cigarritos gigantescos, justo enfrente de la barca y sentados mirándole fijamente observó a Flush vestido de apache, Pini vestido de Paleta, Ude vestido de Policía, otro Ude vestido esta vez de marinerito, y el Dr. Nikochan con un enorme sombrero de cowboy y sus boticas con espuela, perplejo se pellizco los michelines, como no le bastó con eso, se dio un fuerte tortazo, y para comprobar que todo aquello era real, finalmente, se metió el dedo en un ojo, mientras rabiaba de dolor y lloraba un poquito notó que el grupito que tenía delante comenzó a levantarse y se puso en línea mirándole, uno de los Udes tosió un par de veces, y empezaron una coreografía algo afeminada pero muy trabajada, al mismo tiempo que entonaban al unísono: “In the navy. Yes, you can sail the seven seas. In the navy. Yes, you can put your mind at ease. In the navy. Come on now, people, make a stand. In the navy, in the navy. Can't you see we need a hand. In the navy. Come on, protect the motherland. In the navy. Come on and join your fellow man. In the navy. Come on people, and make a stand. In the navy, in the navy, in the navy (in the navy)”. Guzzest no sabía donde meterse, así que le dio una fuerte calada a uno de los cigarrillos gigantes que hacían de remo y saltó al río de cerveza sin pensar que su habilidad para nadar era totalmente inexistente y entonces intento nadar con la técnica resultona de un perro, pero cada vez se hundía mas y mas, hasta que observó que no se ahogaba y que podía respirar, hablar y como no se encendió un cigarrillo, nada sienta mejor que un buen cigarrillo en la profundidad de un río, pensó. Caminando por el subsuelo observó lo que parecía una sirena, y la siguió a toda prisa, parecía que le había dado esquinazo cuando una gran concha se abrió y de ella aparecieron Cucu, la bruja Munthes, Maqui, y Ude con unas grandes colas de pescado, un collar de flores hawaiano y un calamar gigante en sus cabezas a modo de peluca, y cantaban: “Whoa, hug him and squeeze him tight. Find out what you want to know. If it's love, if it really is. It's there in his kiss. It's in his kiss (That's where it is). Ooh, it's in his kiss”, Guzzest no podía soportarlo mas abrió la boca y empezó a tragar toda la cerveza que aquel río llevaba, bebía y bebía, y cada vez se hinchaba mas y mas, mientras lo hacía iba subiendo a la superficie, la corriente le llevó hasta un inmenso océano y allí se quedó, como una enorme y anaranjada bolla a merced de las olas del mar, hasta que observó una luz que le enfocaba, parecía un barco que iba directamente hacía él, no paraban de tocar la sirena para que se apartase pero él, permanecía inmóvil, estaba paralizado por el terror, la bocina no paraba de sonar, y entonces justo antes de que el barco le arrollase se desmayó. Al despertar, seguía en la sala donde el Dr. Nikochan le había encerrado, una sirena no paraba de sonar, no había pulsado la contraseña, no quedaba ni pizca de vino, y su estado comatoso no le permitía ni tan siquiera levantarse, con dificultad abrió los ojos, con algo de dolor y un gran esfuerzo pestañeó un par de veces y desde unos enormes altavoces pudo escuchar una voz que no paraba de repetir: “Guzzy can you hear me? Can you feel me near you, Guzzy can you feel me? Can I help to cheer you. Oooh Ooo, Guzzy, Guzzy, Guzzy, Guzzy, Guzzy, Guzzyyyyy…...”

Capítulo 33. Are you lonesome tonight?

-La madre que parió al vino de garrafa, que dolor de cabeza, y por cierto, dónde narices estoy?- se preguntaba Guzzest mientras observaba las cuatro paredes de la habitación. Como la luz cegaba sus ojos y le producía una migraña sobrenatural decidió ponerse las gafas de sol que había encima del teclado del ordenador.- Pero que es esto, unas gafas mágicas, si veo mujeres desnudas, y, cigarrillos, y vino, viva el vino!, y mujeres desnudas, ya entiendo…- Guzzest descubrió que las gafas le permitían ver todo aquello que él deseara, y pensó lógicamente en una puerta para poder salir, y ahí estaba, con su marco y su pomo, que preciosidad, la abrió y sin querer al abrirla se golpeó el pié con la puerta e hizo el ademán de atravesar a la otra estancia dándose un morrocotudo golpe en el labio que no dejaba de sangrar y partiendo las gafas en dos. Se guardó las gafas en el bolsillo y atravesó la puerta, estaba en una especie de pasillo, con cámaras de vigilancia en cada esquina, y empezó a buscar la sala donde se encontraban dichas cámaras, atravesó varias puertas, subió y bajó por numerosas escaleras, y nada, ni rastro de la sala ni de gente, parecía que no había nadie, entonces, por megafonía sonó la voz del Dr. Nikochan. - Buenos días Guzzest, veo que descubriste las gafas, siempre estuvieron ahí, siempre pudiste escapar, pero el vino te perdió, eres lo mas bajo de la sociedad, ahora mismo me voy en mi nave, voy a conocer al Oráculo, él me dirá como volver a mi forma, por lo que he leído sólo uno de los dos puede, puesto que se necesita un extraño animal del que sólo queda un individuo de su especie, una lástima, tu nunca saldrás de aquí porque te he preparado una sorpresa, además del laberinto de túneles tendrás que librar con un antiguo amigo tuyo que te tiene una gran estima, te dejo con él, buena suerte, ja, ja, ja ,jua, jua, jua!.- Maldito seas Doctor, me tienes hasta los mismísimos, ya nada me sorprende, que me has preparado?, quién hay ahí, habla cobarde, habla! – gritaba Guzzest totalmente acojonado. En ese momento, Guzzest, notó como un frío intenso recorría su voluminoso y blandito cuerpo, se escuchaban unos gemidos y unas risas orgásmicas, entonces comenzó a sonar una canción a capela: “Are you lonesome tonight, do you miss me tonight. Are you sorry we drifted apart. Does your memory stray to a bright sunny day. When I kissed you and called you sweetheart…..”. Guzzest supo en ese momento quién había detrás de megafonía, escuchó al momento como se habría una puerta y se cerraba otra de golpe, y notó como alguien corría por los pasillos, buscándole furtivamente. Guzzest empezó a correr y a correr, pero no había salida, cada vez estaba mas cerca, tropezó con unas cajas, cayó al suelo, y encontró un esparadrapo, cada vez ese individuo estaba mas cerca, y mas, y de golpe cada uno estaba a un lado del pasillo, cara a cara, Guzzest miraba a Ude, y Ude sonriendo entonó: “Is your heart filled with pain, shall I come back again. Tell me dear, are you lonesome tonight”, y empezó a correr hacía Guzzest, que con gran puntería lanzó todo lo que había en las cajas contra la cabeza de Ude, esparadrapos, tijeras, tiritas, efferalganes, las cajas, y ganó unos segundos decisivos para huir, mientras corría, sacó las gafas rotas, estiró del esparadrapo y con cierta pericia pudo volver a colocar las gafas a su forma correcta, estaba al final del pasillo, Ude le había alcanzado, y no había salida, se puso las gafas, pensó en una puerta que le condujera a la azotea del edifico y en su querida nave Alison75 que había perdido en un accidente hacía algún tiempo, y pasó por la puerta se quitó las gafas y la puerta despareció, dándose Ude un fuerte golpe contra la pared, Guzzest subió las escaleras corriendo, vio su nave, saltó sobre ella, giró la llave, y por fin podía escapar de esa prisión, una vez se alejo de las mazmorras, y no corría peligro alguno, puso rumbo hacía la casa de la bruja Munthes para que le dijera el paradero del Oráculo, le dio al piloto automático, se estiró en el sofá de su nave, a la que tanto echaba de menos, y puso una de sus cintas favoritas: “Alison, I know this world is killing you. Oh, Alison, my aim is true. My aim is true.”

Capítulo 34. El Oráculo

Guzzest despertó y mientras se rascaba el culo y se recolocaba las pelotas, decidió escuchar los mensajes del contestador, sólo tenía uno, era de Munthes, la bruja, gracias a sus poderes sabía de la intención de Guzzest de dejarse caer por su casa, así que para evitarlo, le había cogido hora para ver al Oráculo, el mensaje decía: “Hola apestosa bola de sebo, ni se te ocurra venir por mi casa o te lanzo una supermaldición, además no estoy sola, estoy muy bien acompañada, así que no te quiero ver ni en pintura, ahora mismo debes ir al planeta Risketo, el Oráculo estará allí, tienes hora hoy mismo a las nueve de la mañana, no llegues tarde”. Guzzest, con resignación, puso rumbo hacia Risketo, el Oráculo resolvería gran parte de sus problemas, entonces unas fuertes turbulencias sacudieron a Alison75, Guzzest tomó el control de la nave, piso el freno, pero no funcionaba, el freno estaba roto, Guzzest empezó a marearse, tenía fuertes nauseas, agachó la cabeza y vomitó, al agacharse se dio un golpetazo en la nariz y la sangre comenzó a salir como si de una cascada se tratase, el mareo fue en aumento y finalmente su cabeza cayó sobre el volante y perdió totalmente el conocimiento. Al despertar se quedó helado, a pesar de la sangre, de la rotura de frenos y del mareo, había aterrizado en el planeta Risketo y justo delante del altar del Oráculo, bajó de la nave y comenzó a buscar al Oráculo, no sabía como era, que era o quien era, eran ya las diez de la mañana y el cabrón del Oráculo no aparecía, las once, las doce, definitivamente el Oráculo le había dado plantón, desde que era un mocetón con acné y las hormonas a punto de salir disparadas no le habían dejado colgado, la primera y la última fue la reina del baile del instituto a la que Guzzest le dedicaba caricaturas y poemas, la desgraciada nunca se presentó a la cita, nunca acudió aquel día al cine, y Guzzest vio una y otra vez Golfus de Roma para salir de una gran y profunda depresión que le acabó de moldear ese carácter tan particular. Cansado y hambriento, se sentó a fumar un pitillo y entonces vio un enorme y suculento ganchito con sabor a queso justo delante suyo que había quedado enganchado a las ruedas de Alison75, se acercó lentamente para luego hincarle el diente como un desesperado, cuando llevaba medio ganchito ingerido, escuchó una agónica voz.- “Déjame ir, no me comas, no sabes quién soy?, soy el Oráculo, puedo ayudarte, de verdad, que necesitas saber? Te lo diré y después dejarás de comerme, verdad amigo?.- dijo el ganchito.- Vale, vale.- dijo Guzzest con un trozo del Oráculo en la boca.- pues, ahora que lo dices, necesito saber como volver a mi forma original, alguien me dijo que necesitaba un animal, o una especie única, o yo que sé, que sólo quedaba un individuo, y que me hacía falta para no sé que conjuro.- dijo Guzzest mientras seguía engullendo al Oráculo. - Querido, me han hecho esta pregunta hoy dos veces, y te diré lo mismo que al otro ser: “Encontrad a un hombre, no a un animal. Encontrad a un ser con una visión especial. A un ser flacucho, con habla extraña. Nada de conjuros, nada de magia. Harás lo que él te diga. Sin ascos, sin mala gana. Él tiene la solución, te entregará un nuevo mañana, la luz saldrá, verde, roja, o amarronada.”, este es el mensaje del Oráculo, esto es lo que venias buscando, ahora, deja de morderme y suéltame de una vez, que me sueltes te digo, no, no lo hagas, nooo!.- Y así fue como Guzzest, hambriento, se comió al Oráculo, y después de eructar, miró al cielo, levantó el puño y gritó: “Whooooo are you? Who, who, who, who? Whooooo are you? Who, who, who, who? I really wanna to know. Oh, I really want to know. C'mon tell me who are you, you, you? Whoooo are youuuuu?”

Capítulo 35. House of fun

Cansado de tener que vagar por el mundo como un culo con patas y antenas de color naranja, Guzzest decidió hacer una visita, sin avisar, claro, a su viejo amigo Flush, mientras se dirigía a su casa no paraba de pensar quién sería aquel misterioso ser que podría desvelarle la solución a todos sus problemas, entre pensamiento y pensamiento una copa de vino tocaba sus labios, y entre copa y copa, una buena calada de los cigarritos risueños que llevaba como regalo para Flush, fue entonces cuando un poco mareado por el abuso de dichas sustancias, Guzzest, se percató que otra nave le seguía, la nave con forma de enorme pene verde y una gran N en el lateral le adelantó sin que Guzzest pudiese ver al conductor, quién tocó el claxon varias veces para que se apartase y le hizo luces un par de veces, lo cual cegó al pobre Guzzest que pisó el acelerador, entró en la atmósfera del planeta de Flush y acabó, de nuevo, destrozando la casa de Maqui. De los restos de la casa salieron disfrazados de gallinas, Maqui con un látigo y Flush con un inquietante huevo vibrador, entonces vieron a Guzzest, agitaron las alitas y comenzaron a perseguirle escoba y fregona en mano mientras gritaban: “Flush wears his Sunday best. Maqui’s tired she needs a rest. The kids are playing up downstairs. Sister's sighing in her sleep. Brother's got a date to keep. He can't hang around. Our house, in the middle of our street. Our house…”, y Guzzest corría y corría, pero Maqui con cierta destreza lanzó la fregona como si de una jabalina se tratase y golpeó a Guzzest en toda la nuca.- Joder Guzzest, porque, eres Guzzest verdad?, ya me la has liado otra vez, es que no tienes cuidado con nada, Maqui te va ha destrozar, bueno nos va a castigar a los dos. – dijo Flush.- ah, y por cierto, me alegro de verte aunque sea con esa pinta.- No magrados aquet tipo, Flush, estic hasta los nasos de Guzzest, no matavalos y arregleu la casa.- dijo Maqui muy alterada mientras golpeaba el suelo con su látigo juguetón. Así pues, Flush y Guzzest comenzaron la agotadora tarea de arreglar la casa, Guzzest le daba al martillo y Flush, con su traje de gallina pintaba. Extrañamente los colores eran algo extremados, puertas rojas, pared exterior verde, Guzzest recordó entonces las palabras del Oráculo: verde, rojo amarronado, hombre flacucho, nefasta visión, sí, podría ser él, así que mientras acababan de pintar Guzzest tarareaba algo para llamar la atención de Flush: “He lives in a house, a very big house in the country. He's got a fog in his chest so he needs a lot of rest in the country. Flush doesn't drink smoke laugh, takes herbal baths in the country …in the country-y-y”, esa melodía despertó en Flush un gran sentimiento de amistad hacia Guzzest y se alegró de tenerle de nuevo cerca, nadie podía tener peor gusto para elegir una canción y peor voz para entonarla, así que decidió plantarle cara a Maqui, se quitó el traje de gallina, y desnudo, entró por la puerta del dormitorio, cerró de golpe y de él sólo salieron gritos, gemidos y mas gemidos, así que Guzzest se sentó a esperar, y a esperar que la pareja acabase. Al rato salió en calzoncillos verdes, Flush, lleno de arañazos y alguna pluma por el pelo, se sentó junto a Guzzest, le ofreció un cigarrito risueño, dos fuertes caladas y todo parecía flotar, unos lingotazos de whisky y Guzzest parecía no recordar nada, se dejaba llevar, la noche iba a ser larga y la resaca de escándalo, Flush le pasó el brazo por encima, le miró fijamente, le guiñó un ojo y le dijo en voz baja: “Welcome to the House of Fun. Now I've come of age. Welcome to the House of Fun. Welcome to the lion's den. Temptation's on his way. Welcome to the House of……fun”.

Capítulo 36. Don’t worry be Flushy

Un sonido de motor hizo que Guzzest abriera de par en par sus enigmáticos ojos, al abrirlos un fuerte pinchazo golpeó su maltrecho y gastado cerebro, entonces vio como aquella nave verde con forma de miembro viril que le estuvo siguiendo sigilosamente se alejaba del planeta y desde las alturas lanzaba un paquete que acabó justo en su cabeza provocando un desvanecimiento por traumatismo craneoencefálico. Al despertar, el paquete ya no estaba, y Flush tampoco, estaba solo, tirado en el suelo del porche de la casa, se notaba extraño, mas alto, tal vez menos anaranjado, y con los ojos pegados entró en la casa y se dirigió al lavabo, sentado en el inodoro observaba el mal gusto de Flush que había pintado de rojo las paredes y tanto la taza como la pica del lavabo eran verdes, realmente era un individuo digno de estudio, como la cosa iba para largo se entretuvo leyendo las instrucciones de uso de todas las cremas faciales y corporales de Maqui, y abriendo los cajones del lavabo descubrió una revista de variedades donde pudo ver una foto de Bono de U2 cosa que le produjo un fuerte retorcijón acompañado de una desmesurada diarrea, como no había papel le pareció bastante apropiado limpiarse con la foto del susodicho individuo ya que era el causante del torrente fecal, para mas tarde abrir el grifo y lavarse las manos y la cara, se miró al espejo y gritó: “Guaahhghh, coño!”, no se lo podía creer, de nuevo era Guzzest no un culo anaranjado. – Tenéis que ver esto, Flush, Maqui, Fluuuuuuushhhh!!.- gritaba Guzzest lleno de felicidad. Guzzest comenzó a buscar a su amigo, pero no le encontraba, de golpe escuchó un llanto nervioso, desesperado, abrió la puerta del dormitorio y encontró a Flush tirado en la cama con aquel misterioso paquete abierto y una foto entre las manos.- Joder Guzzest cada vez que entras en mi vida me tiene que pasar una desgracia, tu archienemigo el Dr. Nikochan nos ha enviado una carta y una foto con dedicatoria incluida, la carta dice que ha raptado a Cucu…- dijo Flush llorando.- Y por eso lloras? Que se la quede, coño, esa mujer me agota, sólo quiere fornicar y fornicar, y uno va cumpliendo una edad, y no puedo ir tirando siempre de píldoras azules.- contestó Guzzest algo despreocupado.- Mira que eres cabrón, ha raptado a Cucu y a Maqui, mi Maqui, mi teshooooro, mi dulce Maqui, mi Ama Maqui…- No importa querido Flush, ahora que he recuperado mi forma habitual, sexi, atractiva y algo rechoncha iremos a por el Doctor y le daremos su merecido.- dijo convencido Guzzest.- Gracias, Guzzest, de verdad me acompañaras?, iremos juntos a por él, y rescataremos a mi amada, y..bueno, no te alucines, tampoco te creas que esa forma humana tuya es permanente, he podido romper la transformación a medias, para ello tenías que hacer una catarsis conjunta y alocada, no te acuerdas que pasó?, mejor, y eso hicimos, el problema es que irás volviendo de nuevo al estado anaranjado si es que…- Flush fue interrumpido por Guzzest.- Si es que, qué?..que coño me va a pasar ahora.- preguntó Guzzest.- Si es que no vas bebiendo grandes dosis de alcohol y fumando como un carretero, cada vez que perjudiques el cuerpo de tu alter ego anaranjado volverás a ser Guzzest que ya de por si está perjudicado.- explicó Flush con grandes dosis de sabiduría.- Pues nada, que buena noticia, así que mi medicina es beber y fumar, no se puede pedir mas en la vida, por una vez he tenido algo de suerte, cojonudo, de verdad me estás diciendo que tenemos que ir a salvar a esas dos petardas?, pudiendo fumar y beber a nuestro antojo, sin limites ni restricción alguna?.- preguntó Guzzest, y al oírlo Flush comenzó a llorar de nuevo, Guzzest le pasó el brazo por encima del hombro, le miró fijamente y le susurró al oído: “Here's a little song I wrote. You might want to sing it note for note. Don't worry be Flushy. In every life we have the same trouble. But when you worry you make it double. Don't worry be Flushy. Be Flushy, be Flushy now!”

Capítulo 37. Birthday

El Doctor Nikochan no podía estar mas contento, había conseguido al fin el perdón de su amada Nikochana después de que el Doctor se quedará mirando los pechos de todas aquellas mujeres y hombres en el encuentro final que acabó con Guzzest transformado dentro de una enorme marmita, para conseguir el perdón de Nikochana raptó a dos de aquellas mujeres y les hacía pasar por las peores torturas jamás pensadas a petición de su amada, claro. Si todo esto no fuera suficiente para su absoluta felicidad, hoy era el día de su aniversario, todos sus súbditos le habían hecho infinidad de regalos, todos ellos valiosísimos y aquellos que no lo hicieron, murieron en el acto, así pues, sólo quedaron Nikochana, Pini, y su ex, Laviñu, el resto murieron ahogados debido al hedor tóxico que el Doctor afligió en sus pulmones y que provenía de lo mas profundo del intestino nikochiano. Pini y Laviñu competían por ver quién era la mano derecha de Nikochan, para ello, ataron a las prisioneras en unas sillas justo delante del trono real y cada uno torturaba a petición a una de las damiselas, Pini se encargaba de Cucu, y Laviñu de Maqui, obedecían los caprichos de la pareja, el estado de Cucu era deplorable, un calcetín sudado de Pini estaba justo dentro de su boca, le había cortado el pelo a lo mohicano y todo su cuerpo había sido frotado con sardinas medio podridas, Maqui no estaba mucho mejor, Laviñu le había puesto bengalas sanjuaneras debajo de cada uña de los pies y las había encendido, el pelo estaba de color verde debido al blandi-bloop, y la nariz taponada con dos enormes patatas fritas untadas con su correspondiente Heinz ketchup. Nikochan se lo pasaba en grande junto a su esposa, habían creado una ruleta con castigos y la giraban sin parar, una vez se cansaron de castigar a las damiselas, mandaron les cubrieran la cabeza con una media compresiva para post-operatorio, luego Pini y Laviñu, salieron a buscar un enorme pastel, encendieron las velas y todos cantaron al unísono: “You say it's your birthday. It's my birthday too—yeah. They say it's your birthday. We're gonna have a good time. I'm glad it's your birthday. Happy birthday to you!”, Nikochan estaba emocionadísimo, casi lloraba, y se disponía a soplar las velas, cuando de repente de la nada aparecieron Flush y Guzzest vestidos de ninja, lanzando bombas fétidas por doquier, Flush alargó sus largos brazos y así pudo desatar a las chicas, Nikochana enfurecida mandó a Pini acabar con ellos, y Laviñu golpeó en la cabeza a las chicas, las dejó inconcientes y se las llevó al interior del castillo, Pini golpeaba fuertemente a los hombrecillos, y les aplicaba un severo correctivo con sillitas eléctricas, piquetes de ojos y todo lo que aprendió en la época que se hacía llamar Terremoto Earthquake, Nikochan estaba tan alegre, que gran espectáculo, pensó Nikochan mientras contemplaba la batalla lleno de orgullo y satisfacción, y junto a Nikochana no paraban de repetir: “Yes we're going to a party party. Yes we're going to a party party. Yes we're going to a party party…”, en ese momento el Doctor Nikochan sopló las velas, estas se apagaron rápidamente, se hizo un eterno silencio, y del interior del pastel se pudo escuchar: “Birthday--I would like you to dance--Birthday. Take a cha-cha-cha-chance-Birthday. I would like you to dance--Birthday. Daaaance”, el pastel estalló en mil pedazos y de su interior salió desnudo, y con una gran corona de plumas Ude que con los ojos llorosos y llenos de alegría, seguía gritando a los cuatro vientos: “You say it's your birthday. Well it's my birthday too—yeah. You say it's your birthday. We're gonna have a good time. I'm glad it's your birthday. Happy birthday to you…..!!!!!” (continuará…)

Capítulo 38. En Garde!

Ude seguía con su gran espectáculo, saltaba, gritaba, cantaba, bailaba, animaba al respetable, entonces vio a Pini golpeando a Guzzest y a Flush, cosa que le excitó sobremanera y se lanzó a por él, empezó a contonearse y a frotar sus partes nobles por el cuerpo de Pini mientras en voz baja le susurraba al oído: “U dont have 2 be beautiful, 2 turn me on, i just need your body Pini, from dusk till dawn, u dont need experience…”, a Pini le dio tanto asco que salió corriendo vomitando y frotándose el cuerpo con una lija de carpintería, Ude decidió entonces ir a por Flush, se le acercaba contoneándose, y se apretaba con los dedos previamente humedecidos con su saliva los pezones, cada vez estaba mas y mas cerca para poder decirle en voz baja: “U got to not talk dirty, Flushy, if u wanna impress me, U cant be 2 flirty, mama, i know how 2 undress me (yeah), i want 2 be your fantasy…”, a Flush le pareció tan repugnante la sensación de notar el aliento de Ude a tan corta distancia que se apresuró por seguir a Viñu y así no perder el rastro de las dos jovenzuelas, de esa manera mataba dos pájaros de un tiro, se escapaba de Ude e intentaba de nuevo salvar a su amada. Finalmente, Ude puso sus tiernos y sensuales ojitos en el cuerpo rechoncho y algo castigado por la edad de Guzzest, con él no tuvo tanta paciencia, se le abalanzó con el rabo entre las piernas, repitiendo uno de sus clásicos bailes, el baile del silencio de los corderos, y cuando estuvo lo suficientemente cerca de Guzzest le gritó al oído: “U dont have 2 be rich, 2 be my Guzz, u dont have 2 be cool, 2 rule my world, ain’t no particular sign, i’m more compatible with, i just want your extra time and your…Kiiiiiss!!!!!!!!” y entonces ocurrió, justo delante del Doctor Nikochan, el cual disfrutaba como nunca, Ude le dio un beso de tornillo a Guzzest, un beso tornado, escalofriante, inolvidable e irrepetible, justo en el momento álgido del lengüetazo a Guzzest se le puso todo de punta, bello incluido, pero su cuerpo volvió a mutar, Ude se alejó unos metros, Guzzest convulsionaba, parecía poseído, su cabeza giró 360 grados, saltaba y levitaba, sus manos se acortaron, sus piernas también, y se volvieron aún mas rechonchas, su cabeza se quedó sin pelo y entonces dos pequeñas antenas salieron de su cabeza, puff!, una pequeña explosión y de golpe volvía a ser de color naranja. Ude le miraba extrañado, le dio algo de asco, y de pena, empezó a llorar, y resignado dio media vuelta y se fue alejando mientras se decía a si mismo: “You must remember this, a kiss is still a kiss, a sigh is just a sigh, the fundamental things apply, as time goes by..”, y su figura desapareció en el horizonte. Guzzest seguía nervioso, asustado, había vuelto a esa extraña forma, buscó en sus bolsillos, pero ya no había bolsillos, estaba desnudo, buscó su ropa en el suelo, encontró su petaca, desenroscó el tapón y comenzó a beber y a beber, pero no volvía a la forma humana, asustado y confundido se quedó petrificado hasta que pudo escuchar la voz del Doctor Nikochan: “Ja, ja, ja, ja, querido Guzzest, en mi castillo no valen pócimas mágicas ni truquitos anti-hechizos, ahora que estamos solos, no tendrás mas remedio que enfrentarte a mi, sólo uno de nosotros puede volver a la forma humana, para ello, el otro debe morir, ese es nuestro destino, ja, ja, ja”, y mientras reía y reía, apretó un botón rojo que había dentro de una cristalera donde se podía leer “sólo romper el cristal y pulsar en caso de duelo a muerte”, al pulsar, la habitación comenzó a girar rápidamente, de golpe una luz cegó a Guzzest, cuando pudo volver a abrir sus ojos, estaba en una sala vacía pintada de blanco fuertemente iluminada, y justo delante suyo el Doctor Nikochan que sostenía un florete en su mano derecha con su correspondiente casco protector facial. Gritó: “En garde!”.

Capítulo 39. White room

El gran Nikochan no podía parar de mover el florete, parecía que estaba matando moscas, Guzzest estaba impertérrito, esbozó una ligera sonrisa, respiró hondo, y de golpe movió los brazos con rapidez y gritó: Guarggggghhhh!!!, Nikochan se asustó tanto que el florete cayó al suelo y una ligera ventosidad salió de su verde culo, lo que inmediatamente hizo que Guzzest se mareará, mientras Guzzest hacía todo lo posible por no caer al suelo, el Doctor Nikochan cerró los ojos y entonces en sus manos como por arte de magia aparecieron dos guantes de boxeo con unas herraduras de caballo enganchas a cada guante, y un protector bucal que le quedaba muy, pero que muy mono, además se encontraban dentro de un cuadrilátero y un oso panda vestido de negro hacía las veces de árbitro, el oso gritó: “Let’s get ready to rumbleeeee!!!!”, y entonces Nikochan se aproximó a Guzzest y le pegó un croché de derechas que dejó tumbado a su blandito oponente justo cuando el temido uppercut estaba a punto de golpearle la quijotera, a Guzzest le pasó por la cabeza un yunque cayendo del techo, y entonces, de manera sorprendente, Nikochan se vio aplastado por esa enorme y pesada masa de hierro, Guzzest se levantó y miró a su alrededor, esa habitación blanca era muy extraña, no se veían las paredes, no se percibían los límites, entonces por un momento recordó aquel bar de tapas que solía frecuentar, “La Gamba”, llamada así por la imponente gamba de luces de neón que coronaba el salón principal, y volvió a extrañarse puesto que se encontraba sentado en una de sus mesas y aprovechó para beber una caña y picar unos cuantos chipirones. Desde el fondo del local se pudo escuchar: “I’ll wait in this place where the sun never shines. Wait in this place where the shadows run from themselves…In the white room with black curtains near the station. Blackroof country, no gold pavements, tired starlings…”y entonces apareció el Doctor Nikochan con un espectacular chichón en al cabeza, sobre una caballo, llevaba una armadura medieval y una gran lanza, se bajó el casco y repetía sin cesar: “Soy Nikochan, tu me convertiste en lo que soy ahora, prepárate a morir!”, espoleó a su caballo y éste, al galope se aproximaba a Guzzest, Guzzest miró a su alrededor, estaba en la explanada de un enorme castillo sobre un pony y también con una armadura, pero su lanza.., su lanza era ligeramente mas corta que la de Nikochan, su caballo al oír el grito del Doctor también se puso a correr y rápidamente la lanza de Nikochan atravesó el casco de Guzzest y le pegó en toda la frente, lo que propició su caída del caballo. Al levantarse iba vestido de militar inglés del siglo XVIII, sostenía en su mano una pistola y miraba hacía el fondo de la sala, notó a su espalda algo, era Nikochan, y entonces comenzó a contar diez pasos mientras se alejaban el uno del otro, al girarse Nikochan lanzó una moneda al aire, y dijo: lo siento Guzzest me toca disparar primero, ponte de lado, es mi turno. – Un momento, un momento, pero que está pasando?, no entiendo nada, que es está habitación? y porque me vas a disparar? – preguntó Guzzest.- Antes de acabar contigo, te resolveré algunas dudas, estás en la habitación blanca, es mágica como habrás notado, todo lo que pienses en ella aparecerá, así que juega bien tus cartas porqué sólo uno de nosotros saldrá de aquí con vida y con una nueva forma, por otro lado, lo del duelo, creo que has sido tú el que pensó esto, creo que el subconsciente kubrickiano te ha jugado una mala pasada y ahora sufrirás como Barry Lindon, preparado, listo?.- y después de esta explicación Nikochan disparó el pistolón, la bala se acercaba y acercaba a Guzzest, la posibilidad de ponerse de lado para que la superficie de impacto fuera inferior era en este caso inviable puesto que a Guzzest es mas fácil saltarle que rodearle, de lado, su barriga sobresalía demasiado y era un blanco seguro, así que se puso de cara y muy concentrado se quedó mirando la bala fijamente y esbozó una de sus irresistibles sonrisas…(To be continued..)

Capítulo 40. Guzzest’s Army

La bala se acercaba cada vez mas, el disparo parecía ser definitivo, y justo cuando estaba a punto de impactar en el corazón de Guzzest, a éste le aparecieron unas gafas de sol y una gabardina negra y todo se puso a cámara lenta, se inclinó ligeramente y la bala le rozó la mejilla haciéndole una pequeña quemadura, al inclinarse perdió el equilibrio y la cámara lenta dejó de funcionar, cayó inevitablemente al suelo, dándose un fuerte golpe en sus delicadas vértebras. Un puñado de sal le cayó en los ojos al abrirlos, miró a su alrededor con los ojos al rojo vivo y vio a Nikochan con una peluca de sumo acompañada de su respectivo tanguita, el mismo oso panda de antes hacía las veces de juez y árbitro, comenzó el combate y Nikochan golpeaba con las palmas de las manos los pectorales peludos de Guzzest, quién aguantaba como podía el chaparrón de golpes y entonces en uno de esos agarrones típicos del sumo, a Guzzest se le soltó el tanga y quedó, por tanto, como su santa madre lo trajo al mundo, avergonzado pensó en su ropa, en su casa, su dulce hogar, su planeta, y entonces, sucedió, la batalla se trasladó al pequeño planeta de Guzzest, llevaba su camiseta de Batman totalmente inmaculada, sus bermudas blancas, y sus bambas verdes, estaba en su territorio, era SuperGuzzest, Nikochan estaba aterrado, eso nunca se le había pasado por la cabeza, y aún se asustó mas cuando Guzzest se empezó a multiplicar, había Guzzests por todas partes ataviados con trajes de pantalón negro y chaqueta granate, con una camisa de rayas cuatro tallas inferior y todos ellos con unas gafas de pasta negra, y mientras se le acercaban cantaban: “Guzzest's army is here to stay, Guzzest's army are on their way and I would rather be anywhere else. But here today..”, Nikochan corría y corría, en ese pequeño planeta no tenía escapatoria, pensaba en una salida pero parecía que el poder del planeta de Guzzest anulaba la magia de la habitación blanca, estaba atrapado en su maléfico plan, la armada le perseguía, se pusieron en línea, Nikochan cayó al suelo, se giró y se quedó pasmado, mas de mil Guzzest acostelliados le apuntaban con cañones, otros Guzzest con joroba colocaban en los cañones pedazos de quesos, de todas las variedades de queso que uno se pueda imaginar, cheddar, manchego, gruyère, cheshire, parmigiano-reggiano, raclette, edam, fontin, epoisses, herve, camembert, brie, bonchester, pencarreg, chaourc, requesón/ricota, queso feta, mozzarella, crema de queso, queso de cabra fresco, roquefort, gorgonzola, cabrales, danés azul e infinidad de variedades mas, todas ellas fueron disparadas por el cañón cuando el oso panda con parche en el ojo bajó la bandera roja. Nikochan estaba petrificado, abrió un paraguas pero rápidamente fue atravesado por los quesos mas duros, y acabó enterrado en toneladas de queso que con el sol se fueron fundiendo y produciendo una enorme masa que al secarse dejó a Nikochan atrapado e inmovilizado. Guzzest volvió a reunirse en un solo ser, no paraba de reír a carcajadas, sentado delante de Nikochan, se abrió una cerveza Moritz bien fresquita y se encendió un cigarrito, mientras fumaba preparaba el cañón que dispararía el queso definitivo que acabaría con Nikochan, un par de caladas y Boom!, Guzzest por fin había roto la maldición, ya no era un culo de color naranja, y Nikochan al fin había sido reducido, enterrado, y ahogado en apestoso queso. Guzzest siguió bebiendo y bebiendo, haciéndose una plácida catarsis en su amado hogar, sentado delante del montículo quesil finalmente se quedó algo transpuesto, adormilado, y de esa enorme lechosa masa fétida se pudo escuchar: “Niko calling to the faraway towns, now war is declared and battle come down, Niko calling to the underworld, come out of the cupboard, you boys and girls, Niko calling, now don't look to us…. Niiiiiko caaaalling…Niiiiiiko caaaalliiing…!!!!”
Capítulo 20: El autobús mágico

Carcajadas, risas demoníacas, y algún que otro gemido retumbaban en la cabeza de Guzzest, no por ser extremadamente ruidosas, sino, mas bien, por el hecho de que su cabeza estaba algo vacía, sólo serrín, y neuronas, muchas, pero todas ellas a su puto rollo, y un eco, un gran eco que provocaban terribles jaquecas y malestar en nuestro querido Guzzest. – No puedo soportarlo mas, es que vosotros no podéis escuchar esa risa infernal?, de verdad que soy sólo yo?, me estaré volviendo loco?.- preguntaba Guzzest a sus compañeros.- Mira querido, creo que la maldición ha empezado.- exclamó la bruja Munthes, y prosiguió su discurso.- todo aquel que utiliza el conjuro de resurrección tiene que enfrentarse a sus demonios, y sólo si consigues encontrar el gran mechero de Kochan, podrás deshacerte de la maldición, aunque debes saber una cosa, ese mechero tiene un gran poder, es el único capaz de deshacer la maldición, pero cuidado, una vez en tu poder, tendrás que prometer no utilizarlo nunca, jamás se tiene que pasar por tu cabeza encenderlo.- Bueno, vale, no lo encenderé, pero dime, dónde cojones encuentro el mecherito ese.- contestó Guzzest, algo cabreado.- Pues, se encuentra en algún lugar de la Montaña Pinchauva, no sé muy bien dónde, ni quién puede guardar ese objeto tan poderoso, pero será peligroso, muy peligroso, te recomiendo que te acompañe Flush, necesitarás ayuda, mientras tanto, Cucu, la novia zombie, y yo, iremos hacía Nikochan Castle, y así ganaremos algo de tiempo, tenemos que encontrarnos allí con el mechero, os necesitamos a los dos, antes que el Dr. Nikochan utilice las gafas de pasta y la camiseta de Batman que os dejasteis robar para dominar el mundo, encontrad el mechero y salvaréis el mundo, así que andando.- al finalizar su discurso, la bruja Munthes, Cucu y Maqui comenzaron su largo viaje hasta Nikochan Castle. – Comienzo ha estar cansadito de buscar tantas cosas, sabes que, yo paso- dijo Flush agobiado.- Claro, coño, como tu no tienes la risa demoníaca en tu cabeza, serás cabronazo, tú vienes conmigo y a callar.- contestó Guzzest.- tenemos que coger el autobús 13, y bajarnos en playa Coco, desde allí coger el teleférico hacía la Montaña Pinchauva, joder que largo va a ser esto.- Bueno, pues andando que no tengo toda la vida, y, estaba yo pensando, porque no pasamos y que el Dr.Nikochan domine el mundo, total, peor de lo que ya está?.- preguntó Flush a Guzzest.- Sí claro, tu quieres que imponga sus normas y gustos? Estás loco?- contestó Guzzest. Desde la parada del bus se escuchaba una música que se acercaba poco a poco, era la radio del autobusero, cada vez se escuchaba mas y mas fuerte, era rock en esencia, rock clásico, se acercaba y acercaba: “Thank you, driver, for getting me here (Too much, the Magic Bus).You'll be an inspector, have no fear (Too much, the Magic Bus).I don't want to cause no fuss (Too much, the Magic Bus).But can I buy your Magic Bus? (Too much, the Magic Bus).Nooooooooo!”. El autobús paró en seco, las puertas se abrieron, con un sonido a oxidación digno de la mejor película de terror, al volante un hombre bajito, con un traje blanco de lentejuelas y un tupé a lo Elvis, las gafas de sol enormes y un palillo en la boca tapaban su cara.- Subís o no, son 4 machacantes por cabeza, bueno, para el gordo son 5, así que a pagar, y por cierto, no llevo cambio.- dijo el conductor.- Tienes pasta Flush, a mi no me queda mas que una moneda.- dijo Guzzest.- Joder, si que me va a salir caro, el viajecito.- dijo en voz alta Flush. Así que pagaron, se sentaron en el asiento de atrás del autobús completamente vacío, mientras el extraño conductor arrancaba y subía la radio a todo volumen, al arrancar algo cayó del autobús, era un número 1, así que no habían cogido el bus 13, sino el 3, el autobusero miró hacía atrás y esbozó una tímida sonrisa, mientras sonaba: “Thruppence and sixpence every day. Just to drive to my baby. Thruppence and sixpence each day. 'Cause I drive my baby every way. Magic Bus, Magic Bus, Magic Bus, Magic Bus, Magic Bus...I want the Magic Bus, I want the Magic Bus, I want the Magic Bus...”

Capítulo 21: Good Vibrations

.-Creo que hace un par de horas que pasamos playa Coco, nuestra parada, no sé que pasa pero el conductor no ha parado, y además estoy cansado de escuchar la misma música una y otra vez, al menos le preguntaré si tiene algo de los sobrevalorados chicos de la playa.- comentó Flush agotado del trayecto. Guzzest continuaba estirado en los asientos traseros, mientras Flush se acercaba poco a poco hacia el conductor. –Perdone, me escucha?, se ha pasado nuestra parada, me escucha, está bien?.- preguntaba Flush con desesperación, en ese preciso momento y al tocar ligeramente el hombro del conductor, a éste, se le cayó la cabeza al suelo.- Uahhhh!, Guzzest, levanta, es un muñeco, un puto muñeco, Uahhhh!, yo no sé conducir esto, Guzzest, Guu-zzeeesst.- Gritaba, y gritaba Flush.- Joder con el gafitas, que pesao que eres, quita al dummy y déjame llevar este trasto, no conducía algo así desde que trabajaba en la Sony.- contestó Guzzest con cierta añoranza. Guzzest se puso al volante y dio media vuelta hacia la playa, Flush preparaba dos espectaculares cigarrillos risueños y al mismo tiempo que los encendía, Guzzest puso una cinta en el cassette reversible de doble pletina que llevaba el autobús mágico, después de unas cuantas caladas, se despertaron boca abajo sin saber muy bien que había pasado. – Joder, Flush, te dije que te estuvieras quietecito, mira que te lo dije, no toques el volante, ni el claxon, ni me tires la ceniza en el pelo, y tu, como si nada, y ahora mira, el autobús boca abajo e inservible.- dijo Guzzest.- Mira eso, creo que es el mar, no es el cielo, no el mar, bueno es la playa, hemos llegado, te hace otro cigarrillo risueño, y luego ya veremos como salimos de esta.- contestó Flush. Y mientras daban una calada tras otra en una extraña posición, una canción muy alegre y soleada sonaba por el autobús: “I've been all around this great big world., and I've seen all kinds of girls, yeah, but I couldn't wait to get back in the states, back to the cutest girls in the world, I wish they all could be California, I wish they all could be California giiiirls”, al cabo de un buen rato, salieron arrastrándose como lagartijas del autobús, y decidieron continuar con el plan.- Bueno, según dijo la bruja Munthes, tendríamos que coger un teleférico o algo así que nos lleve hacía la montaña Pinchauva.- dijo Guzzest no muy convencido. – Creo que debe ser eso de hay, “teleféricos pinchauva”, sí, debe ser eso.- exclamó Flush al observar a lo lejos una cabina al parecer de color verde. Se fueron acercando al teleférico, donde una mujer bajita, con minifalda, y una pamela de cestillo le esperaba en la venta de tickets. Al acercarse, se dieron cuenta que no era precisamente una mujer, sino un hombre, muy bajito con los labios pintados de rojo, con peluca y un gorro horrible de paja, una falda escocesa que dejaba a la vista una repugnante pelambrera, y una camiseta blanca con una inscripción: “Miss camiseta mojada”, justo encima de lo que parecían dos pechos pero eran un par de calcetines. – Hola, guapos, queréis subir al teleférico, serán 8 machacantes, 10 para el guapo gordo fornido.- dijo la vendedora de tickets.- Joder, otra vez, y yo sin pasta, Flush, dame unas monedas, dame unas monedas, dame unas monedas.- repetía Guzzest.- Ya está bien, no pienso pagar, estoy harto del saqueo, y usted que mira, con lo fea que es podría mirar a otro sitio, y mira que llevar pintalabios verde, ordinaria.- gritaba Flush poseído por la rabia.. Entonces, la señora de los tickets, sonrió, cogió a Flush y a Guzzest por las patillas y los empujó al interior del teleférico, las puertas se cerraron bruscamente y la cabina comenzaba a elevarse, desde las alturas vieron como la mujer se quitaba el sombrero y la peluca, aquella figura les recordaba a alguien, pero no la podían reconocer, estaban muy lejos, y mientras subían y subían, entonaron una canción: “So hoist up the John B's sail, See how the mainsail sets, Call for the Captain it's shore, Let me go home, let me go home, I wanna go home, let me go home, Why don't you let me go home”

Capítulo 22: Golpea a los mocosos

El teleférico llegó al final del trayecto, un letrero de madera rezaba: “Welcome to Pinchauvas mountain”, los dos aventureros estaban algo confundidos y de bajón puesto que se les habían terminado todos los cigarrillos risueños, y casi no se acordaban del motivo de este peculiar y absurdo viaje, hasta que algo sonó en la cabeza de Guzzest.- Flush, quieres parar de reír me tienes harto, hartito me tienes con la risita satánica.- a lo que Flush contestó.- Mira que eres bobo, es la maldición esa de los huevos, recuerdas? resurrección, maldición, risas, viajecito, hombre que quiere acabar con nosotros y el mecherito de Kochan, te viene algo a esa cabeza hueca?. – Bueno, ya estamos en la montaña, tenemos el mapa, dice, caminar quince pasos hasta el árbol con forma de alienígena borracho, caminar luego en dirección norte treinta y cinco pasos de gnomo australiano hasta llegar a la piedra donut, y por último, saltar a través de la piedra y cuando la cabeza dé contra el suelo, sabréis donde tenéis que cavar. Bueno, Flush, pues ya sabes, que prefieres, cavar o saltar y cavar?.- dijo Guzzest algo cansado de las instrucciones que les dejó la bruja Munthes.- Prefiero que te pierdas, es tu risa demoníaca, y tú, saltas y cavas, yo miro.- contestó Flush. Así pues Guzzest siguió al pie de la letra las instrucciones, y al saltar por el agujero de la piedra donut, se quedó atorado, pero al suelo cayo algo, parecía un cigarrillo..- Mira que eres rastrero, un cigarrillo risueño, no decías que era el último?, maldito seas, gañán, pues ahora me lo fumo, tu sal de la roca como puedas.- dijo Flush algo enfadado.- Je, je, pues si quieres fumar, primero tendrás que cavar justo donde ha caído el cigarrito, porque me parece que mechero, lo que se dice mechero, no tienes, je, je que panolis.- exclamó Guzzest mientras reía. - Pues no eres tu solo el que tenía secretos, me queda una cerilla, y aquí tengo el cigarrito de mis sueños mas risueño que nunca, me pondré aquí delante, y mientras espero y fumo, mi vida yo consumo, para que lo veas bien, pinchauvas, que eres un pinchauvas, pin-cha-u-vas!- gritó Flush algo nervioso, en ese momento un rayo cayó en la piedra donut, partiéndola y liberando a Guzzest, extrañado miró las instrucciones que decían claramente, bueno, claramente, en letra pequeña, no decir nunca pinchauvas tres veces.- Joder Flush, la has cagado, mira que decir eso, y ahora que pasará?, enciende el cigarro que puede ser el último, enciéndelo, leches.- Gritaba Guzzest mientras lloraba. En aquel momento, una voz y su eco se escuchaban por toda la montaña: Here I stand (here I stand..) Look around around around around (around around around around..) But you wont see me (you wont see me..) Now Im here (now Im here..) Now Im there (now Im there..) I’m just a just a new man. Yes you made me live again.- Rápidamente Flush se puso a cavar y a cavar como un desesperado, y consiguió el mechero, era un mechero clipper rojo o verde, daba igual, se lo metió en el bolsillo, y gritó corre Guzzest, corre, es UUUUUddddeeeeeeeeee!!!!!. Y los dos cogidos de la mano comenzaron una carrera frenética hacía el teleférico, Guzzest, el pobre se ahogaba, Flush era demasiado rápido y atractivo para él, mientras corría toda su grasa se movía como si de una bailarina se tratase, era arte en movimiento, corría y corría, Flush desde dentro del teleférico le animaba, mientras la puerta se iba cerrando, Ude ya estaba pisándole los talones, Guzzest saltó y la puerta se cerró bruscamente, él estaba dentro, y su pie fuera, pero el teleférico comenzó a bajar mientras Flush miraba a través de la ventanilla, y veía como Ude se colocaba unos pies de pato de submarinista, unas gafas, un tubo, y enseñaba un cartel que ponía “Nos vemos abajo” y daba un salto al vacío, Flush se quedó petrificado. Mientras tanto, el sudor de Guzzest, parecía un surtidor, fue deshaciendo el papel del interior de la cabina y dejó a la vista unas fotos de Ude, Ude disfrazado de taxista, Ude disfrazado de conductor de autobús, Ude disfrazado de vendedora de tickets….Guzzest al borde del ataque de nervios exclamó: Estamos perdidos Flush, no hay escapatoria, escuchas eso, es la maldición, la maldición en mi cabeza, acabará conmigo una cosa u otra.- No, Guzzest, no, eso no es la maldición, eso que escuchas es a Ude, escucha bien, viene desde abajo, creo que no está esperando, escuchas lo mismo que yo? “Beat on the brat. Beat on the brat. Beat on the brat with a baseball bat. Oh yeah, oh yeah, uh-oh. Oh yeah, oh yeah, uh-oh!!”

Capítulo 23: Campo de fresas

Guzzest y Flush no se atrevían a salir del teleférico, estaban acojonados y agazapados para que no les viera Ude, después de esperar durante dos horas aproximadamente, sólo escuchaban -“Beat on the brat. Beat on the brat. Beat on the brat. Beat on the brat. Beat on the brat. Beat on the brat”.- la frase se repetía una y otra vez, así que Guzzest levantó su grande y pesada cabeza para poder observar a través de la ventanilla lo que estaba pasando y observó que Ude no estaba, sin embargo, pudo ver claramente una funda de un bajo al que Ude, de manera artística y algo particular, había colocado unos zapatos, una camisa de flores y una gorra, la música salía de un viejo tocadiscos del interior del bajo, y aunque la canción estaba rayada, Guzzest y Flush no se dieron cuenta de lo acojonados que estaban.- De verdad Flush, eres el tipo mas cagado que conozco, si es que tengo que salir yo siempre a dar la cara, vergüenza tenía quedarte.- dijo Guzzest en tono agresivo.- Mira Mister barriguita peluda, me estoy cansando de ti, toda esta historia en que me has metido, pero bueno, ya tenemos el mechero, que ya me dirás que tiene de especial, Clipper rojo, o verde, no me mires así, lo llevamos, se acaba tu maldición y fuera, a machacar al Dr.Nikochan que le tengo unas ganas.- dijo Flush envalentonándose.- Vale, vale, tenemos que volver, aunque yo no cojo el autobús, ni el taxi, ni nada, paso, el sonado de Ude puede aparecer en cualquier momento, iremos a Nikochan Castle a reunirnos con las nenas y la bruja Munthes, pasaremos por el viejo sendero que atraviesa el campo de fresas y desde allí tomamos el camino que nos lleva al castillito, venga, en marcha.- exclamó Guzzest. Y los dos, comenzaron a caminar, caminaron durante horas por el bosque, pero algo les intrigaba, parecía que escuchaban un susurro, una especie de canción: “Living is easy with eyes closed, misunderstanding all you see. It's getting hard to be someone but it all works out. It doesn't matter much to me…”.- No lo notas Flush?, ese susurro, me estaré volviendo loco, hace horas que lo noto.- preguntaba Guzzest.- No, hombre no, eso es la maldición, tranquilo, ya llegamos al campo de fresas, contempla esa belleza, todo verde, y las fresas?.- dijo Flush extrañado mientras observaba el campo. En ese momento se escuchaba una voz gritar, cada vez mas fuerte, venía hacía ellos: “Let me take you down, 'cause I'm going to Strawberry Fields. Nothing is real and nothing to get hung about. Strawberry Fields forever. Strawberry Fields forever”, y apareció Ude totalmente desnudo, sólo con una corona y un taparabos fabricados con fresas mientras avanzaba dando pasos de ballet.– Corre, Flush, corre, tenemos que cruzar el campo, corre, y no mires, no le mires, iremos hacía aquella ranchera, y nos largamos, corre!.- gritaba Guzzest mientras corría. Flush llegó enseguida a la ranchera, la puso en marcha, hizo un derrape y la dejó preparada para que saltará Guzzest, saltó pero no pudo subir, se quedó agarrado, y la ranchera le arrastraba, finalmente pudo subir, pero Ude también se agarró, y cantaba y cantaba, hasta que Guzzest comenzó a soltarle uno por uno los dedos con los que se amarraba a la ranchera, Ude le miró con ojos golositos y le susurró: “You must remember this . A kiss is still a kiss, a sigh is just a sigh. The fundamental things apply. As time goes by. And when two lovers woo. Ude still say, "I love you"..”, y en aquel momento Ude se soltó y despareció rápidamente detrás de la ranchera. Los chicos sanos y salvo llegaron al campamento base, Flush besó apasionadamente a una recién resucitada y aún algo zombie Maqui, y Guzzest intentó lo mismo con Cucu pero la moza le soltó un buen rapapolvo por llevar manchada la camiseta.- Bueno, bruja Munthes, aquí tienes el mechero de Kochan, y sin utilizar, ya puedes deshacer el maleficio? – preguntó Guzzest algo cansado.- Menos mal que lo habéis traído.- dijo Munthes mientras sacaba un buen Habano del bolsillo, mordía la punta, la escupía a los pies de Guzzest, y lo encendía con el mechero mientras chupaba la punta compulsivamente.- Y para eso querías el mechero? Serás bruja!.- gritó Guzzest.- Pues sí querido, sí soy bruja, y dice la leyenda que al mechero de Kochán sólo le queda gas para un solo puro o cigarro, y era algo que quería comprobar, me pierden los puros, y los cubanos mas, sabes querido, nadie es perfecto.

A)Si quieres seguir con la historia pasa al capítulo 28 Jailhouse rock.
B)Si quieres conocer la historia de Nikochan sigue leyendo.


Capítulo 24. Nikochan’s World: Venganza

Me desperté con la boca seca, como si en pleno desierto me hubiera comido un polvorón de almendras, el Jack Daniels me estaba destrozando, pero era imposible dejar lo único que en esta vida me daba placer, no conseguía superar la muerte de mi periquito N’kono, el pobre murió de una sobredosis de pipas rancias, y es que las pipas no son buenas para nadie aunque sean bajas en sal, aquel desagradable día de invierno, al despertarme e ir a saludarle me lo encontré tirado en la jaula con todo el pico lleno de sal, lloré mucho su muerte y lo enterré en el rosal que tengo en el balcón, el cual murió poco después por falta de riego, por eso aún conservo la maceta con tierra y el cuerpo de N’kono en el balcón, y por eso la pena me llena por dentro y utilizo el Jack Daniels para eliminar todos mis males. Llevaba barba de varios días y una babilla digna de un gran soñador, aún eran las 7:22, no sé porqué extraña razón me levantaba siempre unos minutos antes de que sonara el dichoso y maléfico despertador, me levanté con dolores de espalda, piernas cansadas, algo sudoroso y con algún que otro gemido de dolor, me acerqué a la estantería, y comencé a mirar mi estupenda y gigantesca colección de vinilos, no me decidía por ninguno en especial, clásicos y clásicos nikochianos, todos en perfecto estado, con una funda con mi nombre, sin una mota de polvo, de golpe lo tuve claro, el cuerpo me pedía marcha, me pedía rock, y en seguida comenzó a sonar “Baba O’Riley”, y mientras me rascaba el culo y tiraba del calzoncillo para despegarlo de mi trasero sonaba a todo volumen: “Teenage wasteland, It's only teenage wasteland, Teenage wasteland..They’re all wasted!” toda una verdad cantada a los cuatro vientos, el disco seguía sonando, con ese ruidito caracterítico que sólo los vinilos tienen, ese sonido a antiguo, a película de cinexín, a crujidos susurrantes que se escuchan entre canción y canción, solo cuando nos invade el silencio previo a la tormenta, y tormenta es lo que sonó en la habitación y me hizo correr hasta el lavabo corriendo, bajarme los calzoncillos hasta los tobillos y deslizarme de un salto a la taza del inodoro. Miraba las baldosas del suelo con los parpados ligeramente pegados, los abría y cerraba lentamente buscando alguna señal, alguna respuesta en las formas que los dibujos de las baldosas hacían, pero sólo veía la cara de mi periquito y eso me destrozaba. Ya desnudo, entré en la ducha, con la mala suerte que el disco finalizó en su primera cara, como ya estaba enjabonado y con el pelo a modo punk, decidí continuar yo mismo y a capela con la cara b. Y mientras me secaba a ritmo de la magnífica “Behind blue eyes”, sonó el teléfono justo cuando comenzaba el estribillo, maldición, era del trabajo, me tenían bastante harto, así que dudé unos segundos, pero finalmente no lo cogí, me senté en pelota picada en el sofá, y me pasé unos cuantos minutos con la mirada perdida, después, me levanté, me vestí y cogí mi mochila de la segunda guerra mundial, y en ella puse un par de calzoncillos y calcetines, unos pañuelos de papel, tres eferalganes, una manzana, y mi petaca llena de ron, para luego coger la maceta del balcón y salir en dirección a ningún sitio, cerré la puerta con llave dando doble vuelta y con un gran suspiro que pronosticaba que tardaría mucho tiempo en volver, bajé por las escaleras furtivamente esperando no encontrarme con ningún vecino, y comencé a caminar sin echar la vista atrás, una nueva vida me esperaba, un nuevo comienzo, un futuro prometedor con miles de aventuras y una mujer, un futuro que me marcaría y transformaría para siempre, un futuro que comenzaba en el tren de las 5:15 sin rumbo conocido, con el añejo ruido del tren, mi cabeza se fue acercando lentamente a la ventanilla, y los ojos se me fueron cerrando, hasta quedarme dormido, allí estaba yo, Nikochan, dormido en el asiento de un tren, abrazado a una maceta sin flor, rumbo a lo desconocido. Desperté bruscamente, el tren estaba parado dentro de un túnel, el ambiente demasiado tranquilo, nadie a mi alrededor, me levanté y fui avanzando por los vagones, ni un alma en el tren, estaba solo, decidí salir del tren y caminar por el túnel con la esperanza de ver un poco de luz que me señalará la salida, pero después de horas de caminar y caminar, no había salida, eso no debía ser un túnel, ni siquiera existían raíles, como podía haber llegado el tren hasta allí, seguro que no era un túnel, no había paredes, ni limites, era una gran extensión de terreno a oscuras, notaba mi cuerpo algo diferente, me sentía mas pequeño y rechoncho, la bolsa me ceñía y me costaba abrazar la maceta, de repente, me pareció escuchar un sonido, parecía el ruido del agua de un riachuelo, o de una fuente, a medida que me acercaba al sonido una brisa golpeaba mi cara, definitivamente había encontrado la salida, un poco de luz comenzaba a vislumbrar lo que aquel recinto escondía, no era tal recinto, era una cueva, y el tren, que hacía allí el tren, no era lógico, nada parecía normal, mire hacía el final de la cueva, un río atravesaba la cueva separándola en dos partes, y caía por un agujero formando una inmensa cascada, de ese agujero provenía la luz, pero por allí no podía salir, era demasiado peligroso, así que me senté en una roca y me agaché para refrescarme la cara, al agacharme para coger un poco de agua, observé mi cara reflejada en el agua cristalina del río, me quedé paralizado, y la maceta se cayó por el suelo, se partió y la tierra junto con el cadáver de N’kono fue arrastrado por la corriente del río. Mi cara era verde, mi cuerpo era verde, no tenía pelo, pero sí dos antenas que servían de nariz, y el culo, el culo justo encima de la cabeza, mis brazos y piernas eran muy cortas, no sabía muy bien en qué tipo de monstruo me había convertido, ni como ni porqué, pero desde aquel momento encontré un motivo para seguir viviendo, encontrar la manera de volver a mi estado natural, la respuesta de quién, como y porqué me había convertido en esa especia de albóndiga verde, y sobretodo, la manera de devolver la pelota al miserable responsable de aquella atrocidad. Venganza.


Capítulo 25. Nikochan’s World: Alquimia

Aún sin entender muy bien lo que había pasado continuaba perdido en las cuevas, pasadizos oscuros, pequeños agujeros, murciélagos, estalactitas, estalagmitas, y toda clase de mandangas típicas de las cuevas, y finalmente, después de dar vueltas y vueltas, de subir y bajar por innumerables pasadizos, pude encontrar uno con una puerta de madera con una inscripción: “Can Pini”, llamé varias veces a la puerta, y al final, al golpear la puerta con el pie, ésta se abrió, la habitación desprendía un olor nauseabundo, parecía que hacía tiempo que nadie limpiaba la casa, que nadie limpiaba la ropa, ni los platos, ni tan siquiera él mismo, y digo él porqué pude observar a un ser enorme, con una camiseta tres tallas menor que él, y el canalillo del culo totalmente al aire, roncando como un poseso, a su alrededor, botellas vacías, miles de botellas vacías de Jack Daniels, y las paredes blanquiazules con dibujos de periquitos, y algunos pósters y fotos de mujeres, debía ser un tipo algo mujeriego, aunque ciertamente no era muy atractivo. Me decidí a coger un cubo con agua y hielo y se lo tiré por encima a aquel individuo, que con un muy mal despertar me golpeó varias veces en el plexo, me hizo un par de sillitas eléctricas, y un piquete de ojos, para acabar con el abrazo del oso, enseguida comprendí que le necesitaba, sólo él conocía la salida y decidí no devolverle los golpes y dejarle ganar puesto que lo necesitaba vivo. El chico luego me contó que le llamaban Pini, y que desde hace mucho tiempo mantiene una extraña relación con una tal Laviñu, de la que aún conserva fotos, era una relación difícil, aunque depende del mes se retoma y depende del día se acaba, así que, es quiero y no puedo y esto al chico le tiene algo confundido, y por eso motivo bebe y bebe sin moderación. Como el pobre estaba aún un poco aturdido, pude engañarlo diciéndole que tenía una poción que si se la tomaba conquistaría a la chica que se propusiera, así que saqué delante suyo unos efferalganes y los introduje en mi petaca de ron, removiendo fuertemente para que la efervescencia dejará flipado a Pini y creyera en mis poderes y sabiduría alquimista. Con la poción hecha, le propuse un trato, me sacaría de la cueva y me juraría fidelidad eterna, a cambio de la poción mágica y la dirección de Laviñu, por suerte, conservaba una agenda con todas las mujeres del planeta que estaban disponibles y sus teléfonos, así que, llegamos a un acuerdo, y cuando me di cuenta, ya estaba fuera de la cueva, así que ya tenía un discípulo, un ayudante para comenzar a vengarme del tipo que me hizo un monstruo verde, un ayudante que podría trabajar en la sombra, y mientras Pini se marchaba a la dirección indicada, llamé a Laviñu de forma anónima y le dije que era un espíritu del futuro, y que su amor verdadero entraría por la puerta al atardecer con una petaca en la mano, y la ingenua me creyó, pobre. Así que comenzaba a atar cabos, y necesitaba explicaciones para entender todo lo que había pasado, y mientras pensaba llegué a un cruce de caminos, al este el valle Munthes, al oeste la guarida de Pini, al norte el pantano de Suso que llevaba a la zona conocida como Durantetown, y al sur el castillo de Kochan, y como el letrero hacia el este estaba lleno de dibujitos de pociones, gatos y escobas, pensé que era un buen sitio para comenzar a obtener respuestas, al fin y al cabo quién podría ser esa tal Munthes, una bruja?.

Capítulo 26. Nikochan’s World: Visiones

Parecía que había llegado al lugar correcto, me quedé mirando un cartel que decía: “Bienvenidos a Munthes”, de golpe la puerta de la casa se abrió, y por supuesto entré, al entrar, la puerta se cerró de un fuerte golpe. Había una especie de niebla dentro de la casa, olía como a quemado, comida quemada para ser exactos, quién vivía en ese lugar no parecía que cocinara muy bien, una voz inundó la sala, era una voz de mujer madura algo etilizada, el aliento denotaba el consumo de grandes cantidades de licor de melocotón de oferta, se dirigió a mi, y me dijo que si no tenía machacantes para pagarle ya me podía marchar por donde había entrado, ella que se autoproclamó como bruja, adivinadora, ilustradora y artista, tiene cojones, sacó de su canalillo una lista, y me dijo los precios, aquello resultaba un insulto, pero me pareció que sería una buena solución a mis numerosos problemas. Elegí la visión del futuro a través de la bola mágica, y por supuesto dos preguntas de 100 machacantes cada una, que no eran otras que quien me había hecho esto y como solucionarlo, el total subía a unos 1200 machacantes pero eso no era nada para un culo verde y respingón como era yo. Antes de empezar a decirme el futuro por un módico precio me dijo que había otros como yo, la raza Kochan y que como yo no era ni humano ni Kochan, pasaría a llamarme Nikochan, la bruja Munthes me había bautizado y luego empezó a mover los brazos y en la bola, misteriosamente, comenzaron a aparecer unas visiones algo inquietantes, me dijo que veía una nave llamada Allison75 con dos o tres tripulantes, un gordo con una camiseta de Batman, y otro medio cegato y algo delgaducho con gafas de pasta naranja, y a mi entrando en la nave, mmm..eso me daba que pensar, luego se calló y me pidió 1000 machacantes mas, maldita bruja, finalmente me dijo que necesitaría la camiseta de batman y las gafas de pasta naranja par un asunto de suma importancia que en estos momentos y por falta de pago no me iba a decir pero que sería crucial, y me permitiría transformarme a mi estado inicial, lo que si me dijo fue el nombre del tipo que me había hecho eso, un tal Guzzest, que había derramado cantidades industriales de blandiblup al pozo de dónde yo sacaba el agua potable. Al decirme eso entré en cólera, y di un fuerte golpe en la mesa, entonces cayó una cortina al suelo que dejó a la vista una jaula grande con un ser humano dentro, era calvo y llevaba una camisa estampada, al darle la luz se despertó y comenzó a cantar sin parar, parecía que podía leerme el pensamiento, la canción se metía en mi cabeza: “I shot the Guzzest but I swear it was in self- defence. I shot Guzzest and they say it is a capital offence”, el teléfono sonó, era Pini, me dijo que tenía a un sospechoso llamado Guzzest, estaba solo, pero llevaba una camiseta de Batman, le dije que le torturará como él quisiera pero que necesitaba la camiseta que luego me pasaría. Al colgar el teléfono y ver la jaula me acordé de mi periquito N’kono y abrí la jaula, ese ser cambio de golpe, se desnudó y se frotó desnudo por mi cuerpo y el de la bruja y se fue por la ventana. La bruja me dijo que era Ude, hijo de un duende y de un demonio cantarín, algo único, y me lanzó un conjuro horrible, nunca mas volvería a ser humano, y que los objetos que me dijo no me servirían mas que para dominar el mundo, a la vez que Pini me comunicó que Guzzest se había escapado con la ayuda de su ex, Laviñu, pero que no pararía hasta encontrarlo ya que le había robado una estatuilla de Rasheed Wallace. Así que totalmente apenado comencé a caminar hacía el castillo de Kochan.

Capítulo 27. Nikochan’s World: Troya

Tal vez fue la mejor decisión que había tomado en mucho tiempo, dirigirme al castillo de Kochan, una vez allí, llamé a la puerta y me abrió una atractiva y sensual marciana rosa, sin duda era una Kochan, la Kochan mas atractiva de todo el planeta y de toda la raza, nada mas abrir la puerta, la marciana me besó me arrastro hasta su dormitorio, me puso unas esposas y jugueteó conmigo durante meses, nos casamos según el rito de los Kochan, había que llevar un tanga de lentejuelas en la cabeza, y luego cantar y bailar el baile del pañuelo y los pajaritos, la fiesta fue bastante normal, menos por la actuación de Ude que lo hizo por agradecimiento, ya que le había liberado de aquella cárcel, cantó, se bebió todo lo que se podía beber en el banquete, hizo un streaptease y se marchó, y bueno, el castillo pasó a ser mío y le cambié el nombre por el de Nikochan Castle, sin duda un braguetazo inesperado, pero no todo era de color de rosa, bueno, la reina del castillo si lo era, pero tenía un carácter muy especial, no le gustaba demasiado que hablara con mi ayudante Pini, no le gustaba nada todo el rollo de la venganza, así que hacía todo el trabajo sucio a escondidas, hasta que un buen día recibí una llamada, la llamada era de Pini, había encontrado a Guzzest y al chico de las gafas, un tal Flush, yo necesitaba la camiseta y las gafas, y ellos viajaban en una nave llamada Allison75, todo encajaba con la visión que me enseñó la bruja Munthes y yo también aparecía dentro de la nave, tenía que entrar en ella, pero como lo haría, lo que estaba claro era que ya no podría volver a mi estado inicial, pero quien quería volver a su estado inicial si ahora triunfaba en la comunidad Kochana, junto a mi sexi esposa, Nikochana, pero si conseguía los objetos dominaría el mundo y eso me ponía muy cachondo, así que lo discutí con mi señora y me dijo que todo eso traería problemas, y muchos, haz lo que quieras, tu mismo me dijo, así que elaboré un genial y astuto plan digno de las antiguas civilizaciones basado en el mito del caballo de Troya, solo que esta vez me escondería dentro de un huevo para poder entrar en la nave, así que junto a Nikochana montamos una situación dantesca en el planeta Kochan dejando que nuestro odiado Guzzest pensara que había conseguido destruir a Nikochana y a sus huevos, pero lejos de la realidad, yo estaba dentro de la nave gracias al lado mas maternal y posesivo de Flush, y al fin conseguí salir del interior del huevo, atar a Guzzest y a Flush, y conseguir los ansiados objetos, la camiseta de Batman y las gafas de pasta naranja, entonces, saqué de mi mochila una cinta de cassette, la puse en la radio y le di al play, una musiquilla sonaba mientras bailaba, me desnudaba y cantaba al unísono con la cinta: “Well, I don't know why I came here tonight , I got the feeling that something ain't right , I'm so scared in case I fall off my chair, and I'm wondering how I'll get down those stairs. Guzzest to left of me, Flush to the right, here I am, stuck in the middle with you”, que recuerdos, mientras me quitaba los calcetines, los frotaba por mi entrepierna y los colocaba uno en cada oreja de Flush, luego me quité los calzoncillos con derrape incluido y los puse en la cabeza de Guzzest, todo esto sin para de bailar, es que soy bueno, coño. Pero justo en ese momento la trampilla de la nave se rompió, un ligero contratiempo a mis planes, apareció una tal Cucu que decía ser la novia de Guzzest, así que decidí marcharme sin mas, abrí la escotilla de la nave y salté abriendo mi precioso paracaídas amarillo con el famoso “soy dulce". Ya tenía todo lo necesario en mi poder para dominar el mundo, ahora solo hacía falta esperar al primer día de luna llena, para utilizar las gafas y la camiseta, el mundo sería mío y la venganza se haría realidad, estaba excitadísimo, y con una mujer como Nikochana a mi lado, la espera no podía ser mas amena y sexi, aún quedaban veinte noches para luna llena, pero mucha pasión por desatarse, así que nos encerramos en el dormitorio y allí permanecimos hasta el día señalado.

Capítulo 28. Jailhouse Rock

Una vez habían conseguido llevar el inútil mechero de Kochán a la bruja Munthes, decidieron comenzar el viaje hacia Nikochan Castle, así que se pusieron en fila india, y se ataron entre ellos por la cintura, primero Flush, Cucu, Maqui, Munthes y por último Guzzest. – Esperad, esperad, yo no me muevo de aquí ni salvo al mundo ni nada parecido hasta que la brujilla me quite la dichosa maldición, que estoy de vocecitas en la cabeza que no me aclaro.- dijo Guzzest algo mosqueado.- Bueno, de acuerdo bola de sebo peluda, tú lo has querido, pero te va a doler y mucho, cierra los ojos y no te muevas.- contestó Munthes mientras se remangaba y se subía la falda hasta las rodillas, entonces empezó a entonar un cántico, al que todos se unieron: “Close your eyes, have no fear, the monsters gone, He's on the run and your daddy's here, beautiful, beautiful, beautiful, beautiful Guzz”, y justo en el momento en que Guzzest estaba mas relajado y confiado, la bruja Munthes movió sus manos y dedos con una rapidez pasmosa y arrancó una mata de pelos de cada orificio de la nariz de Guzzest.- Me cago en la p..pelambrera esta, coño, que haces Munthes?.- dijo Guzzest mientras una lagrimilla recorría su mas que acolchada mejilla.- Pues tu que crees que hago, quitarte la maldición, aquí quién es la bruja, tu o yo?, así que no me discutas, y andando.- replicó Munthes con una gran autoridad. Caminaron semana tras semana, día tras día, hora tras hora, entraron directamente por una puerta ancha y profunda, abriéndose paso hacia el otro lado, y caminaron por el otro lado, caminaron por el lado salvaje de la vida mientras las algo perjudicadas chicas cantaban: “Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo. Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo”. No era fácil encontrar el camino, tenían que recorrer el bosque cambiante, cada vez que giraban o tomaban un camino, los árboles cambiaban de lugar, así que dependían de la orientación del guía, dependían de Flush, que siguiendo el mapa y con un poco de suerte hizo llegar al grupo hasta las murallas nikochanas, y digo suerte porque el mapa además de estar al revés no era ni de la zona sino de otro bosque. Siguieron caminando por las murallas, y cada vez se hacía mas y mas pesado el trayecto, parecía como si llevaran un yunque atado a la espalda, se giraron sin parar de caminar y vieron a Guzzest sentado sobre un cartón mientras daba un soberbio lingotazo a una petaca.- Joder con el gordo, no tenemos otra cosa que hacer que arrastrar a la morsa, me cago en..- dijo Flush.- No te metas con mi turru, ni lo toquéis.- gritó Cucu.- A mi no me fiqueu en vuestras cosas, no matavalos.- dijo Maqui en una lengua irreconocible. Todos estaban enzarzados en una auténtica pelea callejera, estiradas de pelo, tirones de oreja, era algo increíble, Guzzest seguía sentado sobre el cartón, el día se esfumaba, y parecía que la pelea no tendría fin.- Quietas, quietas, quietas, mirad al fondo de la colina, se ve luz, parece una ventana, la ventana de un castillo, venga dejar de pelear y arrastradme hasta allí.- dijo Guzzest con aires de grandeza. Entonces sin comerlo ni beberlo le cayeron cuatro buenas collejas de las que hacen época y prosiguieron el camino. Una vez llegaron al castillo, se dieron cuenta que sería ardua tarea entrar en él, ya que además del clásico socavón lleno de agua con cocodrilos, había que añadirle la falta de timbre. Por suerte, Pini pasaba justo en aquel momento por la puerta, así que no le fue muy difícil darse cuenta de la presencia del grupito, rápidamente alertó al ejercito nikochano y les apresaron en un plis plas. Después de un largo camino, de innumerables aventuras, se veían encarcelados en las mazmorras de Nikochan Castle, cada uno en su mazmorrilla, Munthes, Cucu, Maqui, Flush, una mazmorra vacía y luego Guzzest, mientras se preguntaban porqué había una mazmorra totalmente a oscuras de separación entre ellos y Guzzest, pudieron saber la respuesta al oír una voz muy familiar: “The warden threw a party in the county jail. The prison band was there and they began to wail. The band was jumping and the joint began to swing. You should’ve heard those knocked out jailbirds sing. Lets rock, everybody, lets rock. Everybody in the whole cell block Was dancing to the jailhouse rock”

Capítulo 29. Anillo de fuego

Se acercaba el segundo Z del minuto W de la hora H del día D, todo estaba preparado, la camiseta de Batman, las gafas de pasta naranja, una caipiroska, un bol de cacahuetes y unas cuantas aceitunas rellenas de anchoas rellenas de aceitunas rellenas de anchoa, y cuando la luna llena apareciera justo encima de Nikochan Castle, sería el momento justo de pronunciar las palabras mágicas que harían del Dr. Nikochan y señora, los reyes del mundo mundial. Mientras tanto en las mazmorras, Guzzest pensaba como escapar de aquella angustiosa, claustrofóbica y demasiado ruidosa celda, el ser que tenía justo al lado, Ude, si es que se le puede llamar de alguna manera, no paraba de canturrear, llevaban allí dos días y Ude había repasado todos los éxitos habidos y por haber, por orden cronológico de Presley, Dylan, Clapton, y estaba llegando al final de las rarezas de Johnny Cash, de repente, se hizo el silencio, Ude había dejado la canción a medias y por lo que parecía se había largado, justo en el momento en que Pini abrió la puerta general que conducía a las celdas para hacer la ronda de cada hora como mandaba el Dr. Nikochan. – Hola pringaos, como va todo, os trata bien el Doctor?, dentro de un ratito se apoderará del Universo y todos tendréis que obedecer sus órdenes.- dijo Pini mientras inspeccionaba una por una las celdas.- Pini, Pini, Pini, creo que te la has ganado, te falta uno de los presos, un tal Ude, no sé si te has dado cuenta, pero se ha esfumado de la celda.- dijo Guzzest con algo de prepotencia.- Perdona, pero creo que te equivocas, esa celda está igual de vacía que cuando entrasteis, sigue vacía, nunca ha habido nadie dentro, de hecho, no es una celda, sino que es mi dormitorio, ni siquiera está cerrada, creo que alucinas, pero tranquilo, que tu final se acerca.- contestó Pini extrañado de los argumentos de Guzzest. Pini apagó las luces y se fue tarareando, Guzzest estaba desconcertado, Cucu gritaba como una mona, la bruja Munthes dormía, y Flush, bueno, Flush con sus largos y elásticos brazos estaba toqueteando a Maqui por sus bajos fondos a través de los barrotes, que indecentes, Guzzest no tenía otro remedio que pensar un plan él solito, entonces sacó de sus ¿calzoncillos? una cuchara sopera que con gran habilidad había escondido antes del cacheo que le hizo Pini, y comenzó a escarbar la pared, la tierra que sacaba se la tragaba, recordando sus años de manías y hábitos algo extraños y enfermizos, como la stachtofagia, cautopirofagia, foliofagia, añadimos la mencionada geofagia y por último, y de manera accidental coprofagia. Cada hora, y puntual como un reloj, Pini hacía la ronda, y cada vez Guzzest tapaba el agujero con algún póster, los conseguía gracias a que Pini en un gesto de amabilidad se los proporcionaba para decorar un poco la celda y cada vez tenían que ser mas y mas grandes. El agujero ya era suficientemente grande para que el cuerpo algo voluminoso de Guzzest pudiera atravesarlo, y mientras el grupito seguía haciendo sus cosas, Guzzest entró por el agujero, y volvió a colocar el último póster que Pini le había traído, un póster gigante de la portada del disco King of America de Costello, un clásico, avanzaba con cierta rapidez por el agujero, se arrastraba y arrastraba hasta llegar a lo que parecía un conducto de aire, no se lo pensó dos veces y entró, pasó un par de habitaciones, y no sabía como pero estaba otra vez dónde había empezado, en el pasillo que conducía a las celdas, en ese justo momento Pini volvía a pasar para hacer la ronda, cuando apreció que Guzzest ya no estaba, abrió la celda, y cogió una cuchara que había en el suelo y la tiró contra el póster de Costello y este se rompió quedando a la vista el túnel, Pini, propinó un grandioso y espeluznante grito que se pudo escuchar en todo el castillo y comenzó a correr a lo largo del pasillo para activar la alarma. En el mismo momento que Guzzest notó justo delante un desagradable y fuerte aliento, un aliento a whisky barato, no se atrevía a mirar, sabía que había alguien, y comenzó a escuchar una canción: “I Fell Into a Burning Ring Of Fire. I Went Down, Down, Down. And The Flames Went Higher. And It Burns, Burns, Burns. The Ring Of Fire. The Ring Of Fire” y unos círculos de humo de cigarrillo le golpeaban la cara, Guzzest miró al frente, abrió los ojos y al ver a Ude fumando desnudo dentro del conducto del aire se puso tan nervioso que debido a su peso y al movimiento, el conducto del aire cedió y cayeron los dos justo encima de Pini, dejándole completamente inconsciente. Guzzest había dejado fuera de combate al gigantón Pini, y aunque tenía las llaves para liberar a sus compañeros, también tenía su nariz incrustada justo en la parte mas oscura, peluda y fétida del trasero de Ude, que seguía cantando a todo volumen: “And It Burns, Burns, Burns. The Ring Of Fire. The Ring Of Fire”.


Capítulo 30. El espectáculo debe continuar


-“And It Burns, Burns, Burns. The Ring Of Fire. The Ring Of Fire”.- Seguía cantando Ude mientras Guzzest sacaba lentamente su nariz de aquel apestoso agujero, una vez pudo extraerla, abrió rápidamente todas las celdas y junto a sus colegas, corrió apresuradamente hacía la sala principal del castillo donde el maléfico Dr.Nikochan se disponía a recitar las palabras mágicas que junto a la camiseta de Batman y las gafas de pasta naranja le harían dominar el mundo. Corrían y corrían pero no daban con la salida, los pasillos eran todos iguales como si de un laberinto se tratase, una vez mas estaban en el mismo sitio, Pini tirado inconsciente en el suelo, y Ude, bueno, Ude, desnudando a Pini. Flush observó entonces que Ude llevaba un calzoncillo en la cabeza de color rosa con un número 24 dibujado en él, y estaba claro que era demasiado pequeño para pertenecer a Pini, con un movimiento rápido y gracias a una cuerda ató a Ude como si fuese un perro, algo que por otro lado pareció gustarle, le arrebató los calzones, y justo dentro, había una etiqueta que rezaba “nikochanín”, estaba claro que el calzoncillo eran del Doctor, y, que hacía Pini con ellos?, mejor no saberlo, pensaron, Flush hizo oler el derrape que había en el calzón a Ude, y este comenzó a correr por los pasillos, tirando de la cuerda que sujeta Flush, a quien consiguió arrastrar, a Flush lo sujetó Maqui, a Maqui, Cucu, a Cucu la bruja Munthes, y a la bruja la sujetó Guzzest por los pelos de la nariz y Ude tiraba con fuerza de todos ellos, tiró y tiró mientras corría por los pasadizos hasta llegar a una gran puerta, entonces paró de correr y se volvió a poner el calzoncillo en la cabeza. Guzzest se acercó a la puerta muy, pero que muy despacio, le pareció escuchar una voz, y aproximó la oreja a la puerta, estaba claro, el Dr.Nikochan había comenzado el ritual, poco a poco el resto del grupo se fue apoyando en la puerta para escuchar, hasta que Flush, se apoyó en la maneta de la puerta y esta se abrió cayendo todos al suelo, y a la vista del Doctor y señora. – Maldita sea, Guzzest, no me estropearás este momento, llegas demasiado tarde y algo desmejorado.- gritó el Doctor mientras su señora entonaba la canción ritual: “One dream one soul one prize one goal. One golden glance of what should be. One shaft of light that shows the way. No mortal man can win this day…”. El Dr. Nikochan se subió al altar, con una mano sujetaba la camiseta de Batman, y en la otra tenía las gafas de pasta naranja, mientras Nikochana cantaba y removía un caldero gigante, parecía una especie de poción, y entonces los dos comenzaron a cantar: “It's a kind of magic. Magic magic magic magic. Ha ha ha it's magic”. – Tenemos que pensar algo y rápido.- dijo Munthes.- Estoy en ello.- contestó Guzzest.- No nos dará tiempo, piensa Turru, piensa.- Gritaba Cucu- No latavalos.- dijo Maqui mientras Flush intentaba sujetar a Ude. Entonces Guzzest gritó el nombre del Doctor, éste le ignoró, y Guzzest se quitó la camiseta y se empezó a tocar sus voluminosos y peludos pechos, el Dr. Nikochan no se inmutó, pero entonces uno a uno, el resto del grupo comenzó a quitarse las camisetas, quedándose con las vergüenzas al aire, y como no al Dr. Nikochan se le fueron los ojos, el plan salía a la perfección, sólo faltaba un detalle, que llegó en milésimas de segundo, Nikochana, harta de que a su queridísimo Doctor se le fueran los ojos cada vez que unos pechos se cruzaban en su camino, le propinó un buen golpe en la cabeza con el cucharón que tenía en las manos, y abandonó la sala corriendo dejando al Doctor solo, a Nikochan con el golpetazo se le escaparon tanto la camiseta de Batman como las gafas de pasta naranja de las manos, y comenzó a correr detrás de ellas, lo propio hizo Guzzest, que saltó mas que Nikochan, atrapó los objetos al vuelo entre los aplausos del respetable, sonrió, pero, desgraciadamente no calculó bien su salto y fue a parar dentro del caldero mágico, se hundió junto a la camiseta y las gafas, y poco a poco la poción se fue volviendo mas y mas naranja, y cada vez olía mas y mas a pollo, Nikochan lloraba porque ya no podría dominar el mundo y su querida Nikochana le había abandonado, pero sonreía por el trágico final de Guzzest, Cucu lloraba desconsolada, Flush y Maqui se excitaron tanto que dejaron enseguida la sala para ir a un lugar mas íntimo y la bruja Munthes abandonaba la sala fumando un Habano mientras Ude cantaba: “The Show must go on! The Show must go on! Yeah! Ooh! Inside my heart is breaking! My make-up may be flaking! But my smile, still, stays on!”. Poco a poco se fueron marchando todos de la sala, y el caldero se fue apagando con lentitud, había sido un trágico final para Guzzest, cocinado a fuego lento en el caldero, entonces, la sopa comenzó a producir unas burbujas, parecía que algo había dentro de la sopa naranja, algo con vida, y de repente del caldero salió con desesperación algo parecido a un bracito regordete y de color naranja….
Capítulo 12: El 4º pasajero

La nave estaba totalmente en silencio, bueno, totalmente no, se escuchaban los ronquidos de Guzzest, a veces parecía que en algún momento dejaría de respirar, pero no, no había suerte, el cabronazo no paraba, se te metía el ruidito en la cabeza, y cada vez era mas pesado, tal vez la solución a este problema la tenía Flush, quién se había colocado tres tapones de cava, una para cada oreja, además llevaba atado una linterna en la frente, unos calcetines de ejecutivo hasta las rodillas y un calzoncillo verde (o rojo), en la parte posterior de éste se podía leer: “The boy with the thorn in his side” lo que dejaba claro el mal gusto del chico. –Despierta Guzzest, despierta, creo que he oído algo, o a alguien, tenemos que encontrar al huevo..bueno a lo de dentro…despierta rápido.- exclamó Flush algo nervioso. Nada mas abrir los ojos, Guzzest vio como una sombra golpeaba por detrás a Flush en la quijotera, luego notó un golpetazo y perdió el sentido. Al despertar se encontró desnudo atado a una silla, a su espalda Flush en las mismas condiciones que él, una bola de plástico rojo en sus bocas les impedía hablar, y una lagrimilla cayó por sus mejillas al escuchar una voz: “bueno amiguitos, escapasteis una vez de la tortura, para que algo salga bien, uno mismo tiene que hacer las cosas, no como el patoso de Pini, no sé en qué piensa, desde su divorcio no es el mismo, incluso me tiró los tejos, bueno, pero que os estoy contando a vosotros dos, así que pongo el piloto automático rumbo al planeta Kochán, y mientras tanto nos divertiremos”,…entonces, sacó de su mochila una cinta de cassette, la puso en la radio y le dio al play, una musiquilla sonaba mientras el Dr.Nikochan bailaba, o lo intentaba, a medida que bailaba se iba quitando ropa, y luego cantaba al unísono con la cinta: “Well, I don't know why I came here tonight , I got the feeling that something ain't right , I'm so scared in case I fall off my chair, and I'm wondering how I'll get down those stairs. Guzzest to left of me, Flush to the right, here I am, stuck in the middle with you” mientras se quitaba los calcetines, los frotaba por su entrepierna y los colocaba uno en cada oreja de Flush, luego se quitó los calzoncillos con derrape incluido y los colocó en la cabeza de Guzzest, todo esto sin para de bailar, vaya tío, que crack. Justo en ese momento la trampilla se rompió, y apareció un brazo humano, era Cucu que gritaba “Mi Turruuuuuuu”, el Dr.Nikochan viendo la que le iba a caer y puesto que ya habían entrado en la atmósfera del planeta Kochán, cogió la camiseta de Batman de Guzzest y las gafas de pasta de Flush, las metió en su bolsa, y dijo: “Me largo palurdos, ya tengo lo que quería, gracias a estos artilugios dominaré el mundo, jo, jo, jo”, abrió la escotilla de la nave y saltó abriendo un precioso paracaídas amarillo donde se podía leer “soy dulce”. Cucu entró corriendo para cambiar el rumbo de la nave, pero ya era tarde, y se estrellaron contra unos árboles, estaban en el planeta Kochán, todos con vida, pero….estarían a salvo????

Capítulo 13: La poción

Guzzest, Flush y Cucu estaban sentados totalmente en silencio y sin parpadear mirando como había quedado Alison75. Inservible. Así que recogieron algunas cosas y siguieron por el único camino que había en ese dichoso planeta. No se hablaron durante horas y horas, ni tampoco se miraban, caminaban en fila india pensando porqué el Dr.Nikochan había robado esos utensilios, entonces Guzzest exclamó: “Flushito, dame fuego”. Pero Flush no le contestaba, pasaba de él, llevaba los ojos achinados, forzando la vista, puesto que se había quedado sin sus preciadas gafas de pasta, y en ese momento pudo escuchar “Me vas a dar fuego o no, es que te pasa algo?”. – Pues que no veo tres un burro, coño, o es que no te has dado cuenta mendrugo.- replicó Flush. Se enzarzaron en una pelea fruto de la crispación y el nerviosismo al que estaban sometidos, hasta que Cucu pegó un grito y los dos pararon en seco. – Haber criaturas, hemos de recuperar las gafas y la camiseta, no sé como, pero lo tenemos que hacer, ese engendro de Nikochan no puede tomarnos el pelo así que hemos de hacer algo.- dijo Cucu con una gran autoridad. Guzzest con la mirada perdida y riéndose contestó: pues vosotros dos ya podéis empezar, yo voy a esa casita abandonada que hay al pie de la montaña, dormiré un poco, y si es posible beberé algo, si es vino, mejor.- y comenzó a descender, Cucu le seguía de cerca, mientras Flush, se dirigía hacia el lado contrario.- Flush, pringao, es para el otro lado, no me ves o qué, je, je.- gritó Guzzest desde el pie de la montaña. Cuando Flush bajó de la montaña, Cucu y Guzzest estaban mirando un cartel que decía: “Bienvenidos a Munthes”, de golpe la puerta de la casa se abrió, y para cuando Guzzest se dio cuenta Flush ya estaba dentro, Cucu y Guzzest fueron detrás de él y al entrar, la puerta se cerró de un fuerte golpe. Había una especie de niebla dentro de la casa, olía como a quemado, comida quemada para ser exactos, quién vivía en ese lugar no parecía que cocinara muy bien, una voz inundó la sala, era una voz de mujer madura algo etilizada “hola, holita, bienvenidos a mi humilde morada, soy Munthes la bruja megaguay, el destino os ha traído hasta mi, para que os dé una noticia……..”la voz paró en seco, se escuchó como si diera un fuerte trago, y luego un pequeño eructo, con aire a caipirinha…,enseguida una música llenó la sala: “it's. oh. so quiet, it'a oh. so still, you're all alone, and so peaceful until...” y la bruja Munthes tarareaba la letra, una tos le vino de golpe, y prosiguió su discurso: “sé de muy buena tinta, que queréis recuperar unas cuantas cosillas, para recuperarlas tendréis que llegar a Nikochan Castle, pero antes tendréis que pasar por muchas aventuras y peligros, la profecía dice que necesitáis ser cuatro, dos parejas de amantes”.- Pues sólo somos tres, brujilla, y amantes…- contestó Guzzest.- calla, bola de sebo con perilla, y escúchame bien, tendremos que resucitar a Maqui, para eso os daré este mapa y me traeréis los ingredientes para el conjuro de resurrección, sólo así podréis derrotar al Dr.Nikochan, necesito: una rana manca, diez plumas de un pato tuerto, sangre de una virgen, un calcetín agujereado del guardián Pini, y finalmente, lo mas importante e imprescindible……un pelo de Ude.- Pero, Munthes, si Ude no tiene ni un pelo en la cabeza.- Guzzest dijo preocupado. A lo que Munthes respondió: así es Guzzest, así es…..necesito un pelo, sólo uno, un pelo de Ude, de Ude, Udeeeeee, jo, jo, jo….

Capítulo 14: El Pantano

Guzzest y su equipo tenían que reunir: la rana manca, las diez plumas del pato tuerto, sangre de una virgen, el calcetín agujereado de Pini y el dichoso pelo de Ude. Abrió el mapa que le había proporcionado la bruja Munthes y dijo en voz alta: chicos hemos de dirigirnos hacia el norte, sabe alguien donde cojones está el norte?, a lo que Flush respondió; creo que sí, una vez leí….- Guzzest le interrumpió bruscamente.- Una vez leí, una vez leí, es que no sabes hacer otra cosa que leer? Desde luego, no sé para que te pregunto algo, iremos hacía arriba, el norte está hacia arriba, de siempre, de toda la vida, al menos en los mapas, así que no hay pérdida posible.- Y comenzaron a caminar hacia arriba, según la orientación de Guzzest, además de tener la gran idea de atarse con una cuerda entre ellos como si fueran de preescolar. Avanzaban muy lentamente ya que Flush era el primero de la fila y no llevaba gafas, un gran guía sin duda, y Guzzest el último, aunque a lomos de Cucu fumando un pitillo y dándole a la petaquilla de whisky el trayecto no se le hacía demasiado duro. Después de horas y horas caminando llegaron a la zona de la isla conocida como “El pantano de Suso”, decía la leyenda que en el pantano una joven con nariz aguileña y gafas a lo Costello atacó a varias niñas vestidas de colegialas y les arrancó la cabellera y luego les cantó un álbum entero de Oasis, dejando a una de las chicas con vida para que lo pudiera contar al resto de pijas del universo conocido, Flush y Guzzest estaban aterrorizados puesto que odiaban Oasis, avanzaban con cautela por el pantano y de repente escucharon un susurro: “She's electric, she's in a family full of eccentrics, she done things I never expected and I need more time, she's got a sister..”- Joder, Cucu, te quieres callar, es que..joder pero que te hemos hecho .- dijo Guzzest enojado.- En ese momento el pantano se empezó a oscurecer, una niebla envolvía a los tres aventureros y entonces, empezaron a caer calamares del cielo, Guzzest, Flush y Cucu se refugiaron en una pequeña cueva cuya salida quedó sepultada por un derrumbamiento fortuito, creando un maravilloso muro, y desde lo mas profundo de la cueva se pudo escuchar: “Today is gonna be the day, that they're gonna throw it back to you, by now you should've somehow, realized what you gotta do, I don't believe that anybody, feels the way I do about you now”. Y Guzzest y Flush se pusieron a llorar, mientras Cucu tarareaba la letra, de golpe Cucu dejó de tararear, Flush le obsequió con un fuerte mamporrazo en la quijotera y la dejó grogui.- Pero que haces rompetechos, te la has cargado y nos hace falta.- dijo, Guzzest.- Bueno, que quieres, si no se calla, Suso acabará con nosotros.-exclamó Flush algo tembloroso. En ese momento una sombra cantante irrumpió en la sala, era enorme y se acercaba peligrosamente, tarareaba compulsivamente estribillos de Oasis, uno tras otro sin piedad ninguna, y por fin pudieron ver a Suso. Guzzest partiéndose de risa dijo: Y tu eres Suso, me cago en, si eres pequeñísima, anda, anda, déjanos salir de aquí y te doy un sugus.- Suso enfadada, le pegó un puñetazo a Guzzest en la nariz y empezó a sangrar, luego con una dulce voz dijo: Sé que venís por mi mascota, Noel, la rana manca, y sé que la queréis por una buena causa, os la hubiera dado sin pedir nada a cambio, pero en vista de lo que tengo delante, tendréis que cantar una canción conmigo y Noel será toda tuya Guzzest, a Flush le daré un monóculo de pasta naranja y a Cucu le entregaré una bolsa con quicos mágicos, seguro que os harán falta, así que a cantar, y juntos entonaron: “I said maybe, you're gonna be the one who saves me? And after all, you're my wonderwall….”


Capítulo 15: La Guerrera

- Nooooel, Noooeel! - repetía una y otra vez Flush.- Nooel, coño. Guzzest, esta rana no me hace caso, creo que no le gusto.- Guzzest que estaba ensimismado apretándose con los dedos su propia barriga mientras hacia ruiditos respondió.- Si dejaras a la rana Noel tranquila de una vez y no la chuparas, creo que esta rana es manca pero no es alucinógena, así que..no, no Flush, no, sí?, pues será que sí es alucinógena.- dijo Guzzest mientras Flush desnudo y con el monóculo de pasta naranja chupaba a la rana casi sin respirar. – Venga chicos los calamares a la fritanga están listos, a cenar.- gritó Cucu con voz algo repelente. En ese preciso instante un sonido de motor rompió el silencio de la noche, algo o alguien se acercaba, no muy rápido, a unos 10 km/h, y se podía escuchar una canción, bonita y dulce: “Es Winnie Pooh, es Winnie Pooh, un osito gordo de algodón relleno, quédense aquí con el gran Winnie Pooh y mucho, mucho se divertirán..” .- la moto perdió el control, y con ella, la jovencita que la conducía se fue al suelo, y quedó algo magullada y aturdida, Guzzest y Cucu se acercaron rápidamente mientras Flush bailaba tarareando Kraftwerk con la rana Noel. – Como te llamas niña? Como estás?- preguntó Guzzest con voz de capullito de alhelí.- Pues estoy buenísima, gordito, no me ves, de toma pan y moja, me llamo Yolandita “la guerrera” y vengo de muy, pero que muy lejos para daros un mensaje, el mensaje es, es, ..- en ese momento Yolandita se quedó mirando la luna llena, y empezó con calambres, temblores, giró la cabeza tantos grados como números caben en una calculadora, y le empezaron a salir plumas, y pico, y alas, Guzzest se asustó tanto que el hueso de la oliva que se estaba tomando salió disparado e impactó en el ojo de Yolandita dejándola tuerta, en ese momento “la guerrera” exclamó.- La noticia es que soy la mujer-pato y…os voy a comer, je, je.- Guzzest, Cucu, y Flush salieron corriendo aunque Flush no sabía muy bien porqué, sólo repetía: “pilla, pilla” y no paraba de reír, en eso y mientras corría Guzzest tuvo lo que algunos alcohólicos como él llaman “momento de lucidez” y dijo.- Pato, plumas, tuerto, y necesito…4 plumas de un pato tuerto, entonces, no sé que iba a decir.- Y Cucu respondió- tendrás que entretener a Yolandita mientras le cojo las 4 plumas, haz lo que quieras, pero ya!.- Guzzest se paró en seco, se quitó la camiseta, y se quedó con la pelambrera al aire, el cálido viento hacía volar sus sedosos y largos pelos de la barriga, una pequeña bola negra salió de su oscuro y profundo ombligo, pisó fuerte, cogió una florecilla que había a su lado, se armó de valor y con la flor en la boca cantó a los cuatro vientos: “Vicious, you hit me with a flower, You do it every hour. Oh, baby you're so vicious. Vicious, you want me to hit you with a stick, But all I've got is a guitar pick. Oh baby, you're so vicious..”. Yolandita la mujer-pato se quedó petrificada, y ese justo instante lo aprovechó Cucu para arrancarle cuatro plumas, después de eso, Yolandita “la guerrera” volvió a su estado sexi habitual y notó una mano que le golpeaba fuertemente la espalda mientras alguien decía.- Tú la llevas guerrera, si quieres mi rana roja atrápame.- dijo Flush atropellándose con cada sílaba, y volvió a salir corriendo. Yolandita “la guerrera” se montó en su moto de última generación y se marchó, a su moto la llamó libertad, y en el cielo descubrió gaviotas y pintó, estelas en el mar, y se marchó.

Capítulo 16: La Guarida

Una música infernal despertó a Guzzest y a sus compañeros, alguien o algo gritaba y se pegaba en el pecho como si de un oso en celo se tratara, Guzzest estaba en una jaula minúscula, tanto que los michelines le salían por los barrotes, Cucu en cambio estaba en una jaula con un sofá, y unas cuantas revistas, y Flush se encontraba en una jaula que colgaba del techo, todas las jaulas estaban cerradas con llave y no había manera de abrirlas. La misma cosa que gritaba les había raptado la noche anterior, ya que una vez consiguieron las cuatro plumas del pato tuerto y a Noel, la rana manca, Cucu, Flush y Guzzest se sentaron alrededor del fuego, bebieron unas cuantas cervezas y fumaron unos cuantos cigarrillos risueños lo cual les dejó fuera de juego unas cuantas horas. Guzzest observó bien aquel lugar, sin duda alguna se trataba de una cueva, la música parecía pantera, había infinidad de periquitos disecados, colores blancos y azules en la pared junto a posters de Vanessa Paradise, esto sólo podían indicar una cosa, - Me cago en la puta, la hemos cagado, estamos en la guarida del Pini .-dijo Guzzest, con una voz temblorosa.- Tenemos que abrir estas jaulas, yo no llego a esas llaves, mierda.- al intentar coger las llaves, la jaula de Guzzest se volcó y se fue rodando hacía el final de la cueva. – Tranquilos, estoy bien, creo que Pini se ha dormido, con esas grandes baladas de pantera y helloween, tenemos que salir y arrebatarle el calcetín agujereado.- No hay problema Guzzzest.- susurro Flush.- Ahora mismo salgo y cojo las dichosas llaves, es que todo lo tengo que hacer yo.- Entonces Flush comenzó a doblarse, sus dobladillos no tenían límite, se dobló tanto y tanto que pudo salir entre los barrotes sin problema alguno, abrió las jaulas con las llaves y los tres en silencio fueron a por el calcetín agujereado de Pini. Cucu, con la mano temblorosa y una pinza en su nariz estiraba poco a poco del calcetín, cada vez que estiraba, Pini decía algo entre sueños, cosas sin sentido, tiraban del calcetín y se oía “London calling to the underworld. Come out of the cupboard, all you boys and girls. London calling..”, tiraban un poquito mas y “Last train to london,just headin out, Last train to london,just leavin town.But I really want tonight to last forever. I really wanna be with you. Let the music play on down the line tonight”, Cucu tiró por última vez y al fin el calcetín estaba en su poder, así que fueron retrocediendo poco a poco y en silencio hacía la salida de aquel fétido lugar. Guzzest tropezó con la jaula que antes le había contenido, lo que despertó a Pini e hizo huir a Flush y a Cucu en milésimas de segundo. Guzzest se quedó paralizado al ver a Pini con un mallot rosa y negro, el grandullón gritó, cogió a Guzzest por los pelos de la patilla y lo llevó a otro cuarto , dónde un cuadrilátero le esperaba, Pini se puso su máscara de luchador de wrestling mexicano y comenzó a pegar a Guzzest como si de un CrashTestDummies se tratara, que si un dúplex dorsal, que si un volantín, ahora una patada voladora, luego un golpetaso en el plexo solar, una llave retuercebrazos, la sentadilla…,una auténtica pesadilla para Guzzest que no paraba de sangrar y sangrar, de tanto miedo que tenía expulsó un poderoso y fétido cuesco que dejó ligeramente mareado a Pini, se acercó a él y le propinó un fuerte piquete de ojos, le robó una petaca que tenía escondida en el gallumbo y salió por patas. Así que ya tenía en su poder a la rana, los pelos de pato, el calcetín y, claro Guzzest pensó que tanta sangre no podía perderse, y puso su propia sangre dentro de la petaca, ya tenía la sangre de una virgen, bueno, no, de virgen nada, pero eso nadie lo sabría.

Capítulo 17: Durantetown

El último y básico ingrediente de la mágica poción que la bruja Munthes necesitaba para resucitar a Maqui era el mas difícil de obtener, para conseguirlo, Guzzest y sus secuaces deberían atravesar el desierto de la boca-seca, luego cruzar el bosque de los tanzanitos y por último navegar a través del lago negro, o bien, claro, coger un taxi, cosa que Guzzest pensó sería algo mas conveniente. Pararon al primero que se acercó por allí, el taxista preguntó: a donde van jóvenes?. – Pues no lo sé muy bien señor, según mis indicaciones, la dirección es Avenida Infanta Brenda Tudela número 13, en el pueblo de Durante…no sé de que me suena eso.- se preguntó Guzzest.- bueno, rapidito que no tenemos todo el día. El taxista, un señor con gafas de sol, camisa hawaiana, pelo afro, bermudas y bambas rosas, apretó el acelerador mientras tarareaba.- She’s a witch of trouble in electric blue, In her own mad mind she’s in love with you. With you. Now what you gonna do? Strange brew…kill what’s...inside of you.- Joder, con el taxista – pensó Flush en voz alta.- no tendrás lo último de los planetas, no?? Es que a mi, esta mierda revivalista no me gusta, nada, pero nada.- Pues te jodes monóculo gafapastero.- exclamó el taxista.- en mi auto, sólo se escuchan a los grandes del Rock y del Rhythm & Blues, así que si no te gusta, te bajas, capicce?. Te bajas como me llamo Ecir Klaxon, me has entendido?.- respondió el taxista malhumorado. Así pues el trío maravilla se pasó todo el trayecto en silencio mientras el bueno de Ecir se lo pasaba en grande con sus cintas de casete, tarareaba la música imitando con su voz grave como si de un bajo se tratara.- Deberíamos parar, tengo que mear, si no os importa pararé un momento y luego continuaremos, no hace falta ni salir del auto, así que esperar un momento que ahora mismo vuelvo- comentó Ecir al grupo.- No crees que esto es un poco extraño, Guzzest.- preguntó Cucu.- Pues no sé, yo lo veo normal, aunque…me parece algo sospechoso que Ecir no haya puesto el freno de mano, que tampoco este meando, es extraño también que nos movamos, y aún lo es mas que el propio Ecir este empujando el coche hacia este gigantesco barranco de aquí delante….espera, ahora que pienso.. uaahhhhhhh!!!!!!!.- gritó Guzzest.- carbonaaazo!!.- gritaron los tres. Mientras tanto el auto caía y caía cada vez cogiendo mas velocidad, Flush sacó sus brazos por la ventanillas y comenzó a alargarse hasta tocar las paredes del precipicio, Cucu tiraba las cosas del coche para que pesará menos, y Guzzest, bueno, Guzzest se tapó la nariz como si se tirará en bomba a la piscina y gritó.- Armaggedoooooon!!!!. El coche gracias a Flush consiguió llegar al suelo sin daño alguno, aunque las manos del señor elástico quedaron totalmente quemadas, y no había mas remedio que vendarlas así que Guzzest se quitó los calcetines e hizo introducir en ellos las manos de Flush, quedando los calcetines a modo de guantes puesto que no había vendas. Miraron a su alrededor y vieron un letrero: “Durantetown”, entonces desde la cima del precipicio cayeron unas gafas y una peluca afro, los tres miraron hacia arriba, un hombre desnudo, pequeño y calvo les miraba, y desde las alturas les cantó “Left a good job in the city, Working for the man every night and day, And I never lost one minute of sleeping,Worrying about the way things might have been. Big wheel keep on turning, Proud Guzzy keep on burning, Rolling, rolling, rolling on the river”.. (continuará….)


Capítulo 18: Durantetown parte.II

Había llegado el momento de pasar a la acción, Guzzest y su equipo habían localizado la guarida de Ude, no fue muy difícil, puesto que encima del tejado unas luces de neón daban la bienvenida a Udeland, desde fuera de la casa observaban a Ude contonearse mientras bebía, bailaba, cantaba, se probaba ropa de mujer, se pintaba los labios, jugaba con su colección de muñecos a cuerda de StarWars, un auténtico espectáculo, Guzzest decidió esperar y esperar hasta que Ude por alguna razón malsana cayera profundamente en estado de coma. – Vamos a entrar o no, llevamos horas esperando, y creo que ya se ha dormido.- comentó Cucu.- Pues yo esperaría un poco mas.-contestó Flush acojonado de miedo.- que opinas Guzz, Guzzest?. Cuando Cucu y Flush se dieron cuenta, Guzzest ya estaba poniéndose morado en la nevera de Ude, quesitos minibabibel mojados en Heineken bien fresquita, una delicia para el paladar de Guzzest.- Pero que haces, tenemos que trazar un plan para conseguir un pelo de Ude.- dijo enfadada Cucu.- Mientras pensaban que hacer se asomaron a la habitación y vieron a Ude boca arriba, tumbado en el suelo, desnudo y rasurado completamente, no había señales de pelo, ni nada, y entre ellos, un muro de metacrilato que no les deja olerse ni manosearse...pero seguían sin saber que hacer para conseguirlo.- Sólo nos queda una solución, debemos conseguir un pelo de su nariz, así que Flush, a por él, si quieres a tu querida, ya sabes, esfuérzate un poco, coño- dijo Guzzest mientras se rascaba la partes bajas.- Chicos, chicos.- decía nerviosa Cucu.- no está, ya no está, Ude ha desparecido.- Que no cunda el pánico, no nos pasará nada si estamos unidos, no nos separemos y sobretodo que nadie vaya sólo al baño, ni nadie se enrolle con nadie en un cuarto oscuro, bueno, ya sabéis, las normas del psicokiller.- contestó Guzzest acojonado de miedo. En aquel preciso momento todas las luces se apagaron, y se volvió a escuchar la voz de Ude que salía desde lo mas profundo del infierno: “What'll you do when you get lonely, And nobody's waiting by your side? You've been running and hiding much too long. You know it's just your foolish pride. Guzzy, you've got me on my knees. Guzzy, I'm begging, darling please. Guzzy, darling won't you ease my worried mind”. La histeria se apoderó del trío, y comenzaron a chillar y a chillar, mientras Ude les torturaba. “Here it comes, here it comes, here it comes, here it comes. Here comes your nine-teenth nervous breakdown.”, en ese momento Flush notó que algo o alguien le tocaba, extendió los brazos e introdujó por casualidad los dedos en los ojos de Ude dejándole ciego, entonces Ude pisó a Cucu y gritó tanto que lo dejó totalmente sordo, por último Guzzest eructó tan fuerte que el cigarro que en aquel momento se estaba fumando se introdujo en la boca de Ude y le dejó mudo por unos instantes, mientras Ude se tambaleaba, el bueno de Guzzest se armó de valor utilizó sus dedos abutifarrados y algo peludos como si de unas pinzas se trataran, los introdujo en la nariz de Ude y tiró fuertemente, ya era suyo, tenía el último objeto, el objeto indispensable, y como no, salió corriendo, cuando Cucu y Flush se dieron cuenta Guzzest ya estaba a las afueras del pueblo y ellos comenzaron a correr mientras podían escuchar susurrar con dolor a Ude: “see me, feel me, touch me, heal me, see me, feel me, touch me, heal me…”

Capítulo 19: Resurrección aromática

Guzzest no se encontraba muy bien, tenía palpitaciones, sudoración excesiva, gases, bueno, eso no era nuevo, mas bien era normal, el ritmo que imponía Flush de camino a casa de Munthes, para llevar todos los componentes necesarios para salvar a su amada Maqui, era tan rápido y veloz que Guzzest cayó al suelo desmayado. – Guzzest te encuentras bien, no respiras?, te haré el boca a boca.- dijo Flush con gran preocupación.- De eso nada, monada, tu no tocas a Guzzest.- respondió Cucu dando un golpetazo en la nuca a Flush.- te encuentras bien Turru?, todo saldrá bien enseguida llegamos, entre Flush y yo te llevaremos a cuestas si es necesario, no te preocupes, sólo quedan diez quilómetros de nada.- susurro Cucu con voz de gran preocupación. Así pues Cucu y Flush hicieron con sus brazos la sillita tipo trono real y llevaron a Guzzest a cuestas durante diez largos y asfixiantes quilómetros, asfixiantes por el hedor que desprendían las sobaqueras de Guzzest, claro, pero el calvario había terminado, llegaron a la casa de la bruja, entraron y dejaron las cosas en la mesa, y a la cosa en un pequeño sofá al lado del caldero que Munthes estaba preparando para realizar la poción, primero lleno el caldero de agua y escupió en él tres veces, luego tiró un poco de cáscara de limón rayado, para darle aroma, después, tiró sin piedad a Noel, la rana manca al caldero atada a una bola de hierro para que no pudiera nadar, y trituró las diez plumas del pato tuerto, y todo empezó a hervir.- Guzzest, necesito la sangre de la virgen que te pedí, supongo que la traes?.- preguntó Munthes.- Sí, sí, aquí tienes, y de paso toma los pelillos de Ude.- respondió Guzzest agotado.- La bruja Munthes introdujo los pelos de Ude, y luego incorporó tres gotas de sangre de la virgen, la habitación se lleno del aroma de la poción, y todos los que estaban presentes quedaron embriagados del aroma, un aroma sexi, sensual, excitante, provocador, y Flush, Cucu y la bruja Munthes comenzaron a desnudarse, y a contonearse, el efecto del aroma parecía no hacer mella en Guzzest puesto que tenía la nariz taponada, mientras se hurgaba la nariz intentando desentaponarla, se quedó petrificado, los tres, desnudos, le miraban con deseo, y se contoneaban, se le acercaban poco a poco mientras cantaban mirando fijamente a Guzzest: “We want your sex, we want your sex, it’s natural, it’s chemical, it’s logical, habitual, c-c-c-c-come on!”. Guzzest estaba aterrorizado, acojonado, se acercaban poco a poco y justo cuando los tres le iban a tocar, Guzzest gritó, y se despertó sudando. Al abrir los ojos se encontró a Flush y a Cucu mirándole fijamente.- Estás bien, parecías divertirte, y estabas babeando.- preguntó Cucu.- Sí, sí, estoy bien, sólo era una pesadilla, no pasa nada.- respondió Guzzest.- Bueno, amigos, algo ha fallado, y creo que Guzzest sabe lo que ha pasado, la sangre no era de virgen, si no que era de Guzzest, maldita sea!.- dijo Munthes.- Entonces no podrás resucitar a maqui?..- preguntó Flush algo afligido - Claro que sí, no sé como pero habéis acertado la receta de la poción correcta para salvar a Maqui, yo os envié por los ingredientes para resucitar a Steve Mcqueen y quedármelo para mi, maldición!.- gritó la bruja.- Munthes tiró una bombeta de gas seguida de una fétida y despareció por la puerta de atrás a gatas para que no la vieran. Cucu, Guzzest y Flush empezaron a escuchar una canción, no sabían de donde salía, pero daba miedo, mucho miedo: “Its close to midnight and something evils lurking in the dark. Under the moonlight you see a sight that almost stops your heart. You try to scream but terror takes the sound before you make it. You start to freeze as horror looks you right between the eyes..You’re paralyzed! “. Entonces un brazo con el puño cerrado atravesó el suelo, cual zombie liberado de su ataúd y golpeó sin querer a Guzzest en los huevos. Era el brazo de maqui, ella estaba viva, había resucitado, ya eran cuatro y estaban listos para luchar contra el gran Nikochan, pero una escalofriante, intrigante y maníaca risa cortó en seco su felicidad.- Uahh, juahh, ja, ja, Uahh, juahh, ja, ja …..