Llegó el fatídico día, el día mas temido, donde los seres humanos se dan cuenta de que nadie les quiere, para las mujeres el no recibir regalo les lleva a la mayor de las desesperaciones que incluso provoca que se comparen con Betty la fea, pero para el hombre, aún es peor, para ellos no tener que regalar nada es una gran alegría cosa que irritaría sobremanera a las féminas que encuentran muy divertido ir en manada a buscar un regalito para el novio de turno, pero irremediablemente se tiene que comprar algo, y aquí es donde radica el problema, en el puto regalo. Es necesario regalar algo en San Valentín?, es mas, quién coño era Valentín, realmente se merecía ser santo, quién merece ese título, acaso Iker Casillas?, podría Valentín haber sido un proxeneta, un travesti, un pederasta, y nadie lo sabría, venga vamos a beatificar a alguien, y cuanto mas raro suene el nombre mejor, aunque hay que admitir que para el día de los enamorados mejor San Valentín que San Bonifacio, y digo yo quién coño se llama Valentín?, pues gracias al tipejo este, y por decreto de todos los comercios del mundo mundial los hombres, grupo del cual creo que pertenezco, tenemos que comprar un obsequio que determine nuestro amor hacía la fémina en cuestión, entonces piensas que tal si le compro bombones?, y vas directo a la pastelería, allí ves unas cajitas con forma de corazón con tres bombones mal contados, y piensas ya lo tengo.-me pone estos por favor.-dices con voz de lelo enamorado.-sí, son setenta euros.-contesta la zorra de la pastelera, entonces lo piensas bien, porque si le regalas eso te dirá, es que quieres que me ponga gorda?, así que pides finalmente un croissant y sigues buscando, lo siguiente que se te ocurre, es algo de ropa, pero mierda no sabes su talla, y si le regalas algo y le va pequeño te dirá, es que me ves gorda verdad?, o sea que no, a por otra cosa, y si le regalo unos zapatos?, piensas, pero mejor que no la última vez los tuvo que cambiar porque en zapatos además de no acertar con la talla, tienes un gusto horrible, para nada femenino, y ahora que?. Quedan pocas opciones, flores, no, calcetines de colores, no, poco romántico aunque útil, un reloj, no ya tiene uno, una olla express, acaso es tu madre?, un libro, no eso para San Jordi(otra sablada), un cd de por ejemplo Jaime T, no eso sería para uno mismo, una camiseta de Batman, no eso no es viable, una colonia, no recuerda que para reyes ya gastaste esta opción, algún cosmético, ni se te ocurra te dirá: es que crees que me hace falta? No te parezco guapa?, evita esa pregunta, evítala, un peluche, no coño que no tiene doce años, un viaje a algún sitio, no, aún no nos ha tocado la lotería, y tiene que ser algo material, pendientes? Ya lo tengo, pues no, cuando ves los precios…Así que finalmente te rindes y vas a comprar unas bragas y un sujetador, y allí la dependienta te acribilla a preguntas, que si la copa, altas, bajas, tanga, culot, colores, y su puta madre, cuando te das cuenta tienes liada una cola increíble y toda la mesa esta llena de bragas, con lo fácil que es comprar unos calzoncillos, así que sin preguntar,le dices.- Me llevo estos, para regalo, pago con visa, lo podrá cambiar verdad?, y mirarme bien porque nunca mas voy a volver a entrar, pero te han soplado lo mismo que por los bombones, y todo eso después de recorrer cuatro millones de tiendas, esperemos que al menos la noche merezca la pena y no sea San Valentín sino San Calentín. Así que no hay remedio, estamos inmersos en el puto consumismo feminista, y nosotros como buenos calzonazos sólo nos queda una, comprar y comprar, porque sea lo que sea que compremos nunca acertaremos es nuestro destino, es triste, pero la vida es así.