Capítulo 31. Le llamaban Guzzest.
Guzzest se despertó, lo último que recordaba era haber caído dentro de un gran caldero, y ahora mismo se encontraba amarrado a lo que parecía ser una auténtica y antigua silla de barbero pero los ojos vendados no le permitían saber con exactitud dónde estaba, escuchaba ruido, como si alguien estuviera por la habitación, esa persona estaba tarareando mientras buscaba algo desesperadamente, entonces Guzzest agudizó su sucio y encerado oído y pudo escuchar una voz que le resultó familiar. – No, esto no, es muy gordo, esto no le va a caber por hay, esto tampoco, si le doy con esto puede que me lo cargue, no esto no, no le haría nada, uhhmmm, déjame que piense, y si, sí, esto servirá, el cinturón de multi-hobby viene perfecto para esta tarea.- dijo el personaje misterioso. Mientras tanto Guzzest se temía lo peor, escuchó como el personajillo se colocaba y ataba un cinturón al parecer con utensilios algo peligrosos, y escuchaba como se acercaba lentamente, entonces y de manera violenta sintió como un martillo de plástico le golpeaba la cara y al hacerlo producía un ruido extraño, el enigmático ser cantaba sin parar: “The currents rage so deep upon us. This is the age of Video violence. The currents rage so deep down inside us. This is the age of Video Violence. Na Na Na Na Na Na ...”, le golpeaba y golpeaba, y entonces a Guzzest debido a los golpetazos que recibía se le soltó la venda y pudo ver al fin a su agresor, estaba totalmente desnudo, con el cinturón de herramientas de multi-hobby perfectamente colocado y entonces recibió un golpe definitivo en la frente y mientras se quedaba de nuevo inconsciente escuchaba “This is the age of Video Violence. Na Na Na Na Na Na ... Na Na Na Na Na Na ...”. Volvió a despertar, esta vez no estaba atado aunque si estaba encerrado en una habitación donde sólo había una butaca, un televisor, un video Beta, una cinta encima de una vieja mesa de madera, y una nota en el televisor que rezaba: “Siéntate. Pon la cinta”, y así hizo Guzzest, se sentó en la butaca, introdujo la cinta en el video y le dio al play, en ese momento la película comenzó a rodar, en la pantalla y en primerísimo primer plano se podía observar al Dr. Nikochan: “Bienvenido al infierno queridísimo Guzzest, tú me hiciste así, tú me has separado de mi amada Nikochana, y tú me has impedido dominar el mundo, pero por suerte, la diosa fortuna me ha dado algo bueno, quieres saber que es?, pues coge el espejo que hay debajo de la butaca y obsérvate un poquito” así finalizaba el mensaje. Guzzest se inclinó y cogió el espejo: Guarrrrgfjjfjfjjfjf!!!!! Gritó desesperado, por primera vez era consciente de su nuevo aspecto, regordete (eso no era exactamente nuevo), color naranja, con antenas, el culo en la cabeza, y unos guantes y botas rojas, de golpe la butaca comenzó a descender hasta otra habitación donde sólo había un ordenador, un reloj despertador con forma de perro Pluto, un armario y unas gafas de sol sobre el teclado, al encender el ordenador otro nuevo mensaje del Doctor: “Querido Guzzest, si quieres que tus seres queridos no mueran y salir alguna vez de aquí, deberás pulsar cada hora en este ordenador la siguiente clave: 4, 8, 15, 16, 23, 42. La decisión es tuya”. Guzzest estaba realmente desorientado, pulsó la clave, le dio al enter, y empezó a investigar la habitación, no había mucho que investigar, sólo el armario, lo abrió y, eureka!, estaba lleno de botellas de vino y como no, otra notita: “Veo que has encontrado las botellas, te informó que podrás beber todas las botellas que quieras, hasta llegar a una catarsis extrema, pero en ese caso te verás muy perjudicado para pulsar la clave, difícil elección, “Vicio o Salvar vidas”. - Maldito seas Dr. Nikochan.- gritó Guzzest.- hagas lo que me hagas, me transformes en lo que quieras, encontraré una manera de salir de este lugar, encontraré una manera de volver a mi estado original, y encontraré la manera de vengarme de ti, porque hagas lo que hagas, aún me llaman Guzzest.
Capítulo 32. Guzzy, can you hear me?
Botellas y botellas vacías de vino cubrían todo el suelo de la sala, Guzzest en plena catarsis, saltaba, gritaba, correteaba por la habitación, tocaba la guitarra eléctrica imaginaria, y hacía poses a lo estrella de rock’&’roll, definitivamente estaba trompa, no pudo aguantar nada mas que dos míseras horas sin beber una gota de alcohol, seguía en éxtasis y de golpe cayó al suelo golpeándose con el armario en toda la quijotera, perdiendo el conocimiento en el acto. Al despertar se encontró navegando en un río de cerveza, viajaba en un barco con forma de cenicero, una gran vela de papel de fumar y como remos unos cigarritos gigantescos, justo enfrente de la barca y sentados mirándole fijamente observó a Flush vestido de apache, Pini vestido de Paleta, Ude vestido de Policía, otro Ude vestido esta vez de marinerito, y el Dr. Nikochan con un enorme sombrero de cowboy y sus boticas con espuela, perplejo se pellizco los michelines, como no le bastó con eso, se dio un fuerte tortazo, y para comprobar que todo aquello era real, finalmente, se metió el dedo en un ojo, mientras rabiaba de dolor y lloraba un poquito notó que el grupito que tenía delante comenzó a levantarse y se puso en línea mirándole, uno de los Udes tosió un par de veces, y empezaron una coreografía algo afeminada pero muy trabajada, al mismo tiempo que entonaban al unísono: “In the navy. Yes, you can sail the seven seas. In the navy. Yes, you can put your mind at ease. In the navy. Come on now, people, make a stand. In the navy, in the navy. Can't you see we need a hand. In the navy. Come on, protect the motherland. In the navy. Come on and join your fellow man. In the navy. Come on people, and make a stand. In the navy, in the navy, in the navy (in the navy)”. Guzzest no sabía donde meterse, así que le dio una fuerte calada a uno de los cigarrillos gigantes que hacían de remo y saltó al río de cerveza sin pensar que su habilidad para nadar era totalmente inexistente y entonces intento nadar con la técnica resultona de un perro, pero cada vez se hundía mas y mas, hasta que observó que no se ahogaba y que podía respirar, hablar y como no se encendió un cigarrillo, nada sienta mejor que un buen cigarrillo en la profundidad de un río, pensó. Caminando por el subsuelo observó lo que parecía una sirena, y la siguió a toda prisa, parecía que le había dado esquinazo cuando una gran concha se abrió y de ella aparecieron Cucu, la bruja Munthes, Maqui, y Ude con unas grandes colas de pescado, un collar de flores hawaiano y un calamar gigante en sus cabezas a modo de peluca, y cantaban: “Whoa, hug him and squeeze him tight. Find out what you want to know. If it's love, if it really is. It's there in his kiss. It's in his kiss (That's where it is). Ooh, it's in his kiss”, Guzzest no podía soportarlo mas abrió la boca y empezó a tragar toda la cerveza que aquel río llevaba, bebía y bebía, y cada vez se hinchaba mas y mas, mientras lo hacía iba subiendo a la superficie, la corriente le llevó hasta un inmenso océano y allí se quedó, como una enorme y anaranjada bolla a merced de las olas del mar, hasta que observó una luz que le enfocaba, parecía un barco que iba directamente hacía él, no paraban de tocar la sirena para que se apartase pero él, permanecía inmóvil, estaba paralizado por el terror, la bocina no paraba de sonar, y entonces justo antes de que el barco le arrollase se desmayó. Al despertar, seguía en la sala donde el Dr. Nikochan le había encerrado, una sirena no paraba de sonar, no había pulsado la contraseña, no quedaba ni pizca de vino, y su estado comatoso no le permitía ni tan siquiera levantarse, con dificultad abrió los ojos, con algo de dolor y un gran esfuerzo pestañeó un par de veces y desde unos enormes altavoces pudo escuchar una voz que no paraba de repetir: “Guzzy can you hear me? Can you feel me near you, Guzzy can you feel me? Can I help to cheer you. Oooh Ooo, Guzzy, Guzzy, Guzzy, Guzzy, Guzzy, Guzzyyyyy…...”
Capítulo 33. Are you lonesome tonight?
-La madre que parió al vino de garrafa, que dolor de cabeza, y por cierto, dónde narices estoy?- se preguntaba Guzzest mientras observaba las cuatro paredes de la habitación. Como la luz cegaba sus ojos y le producía una migraña sobrenatural decidió ponerse las gafas de sol que había encima del teclado del ordenador.- Pero que es esto, unas gafas mágicas, si veo mujeres desnudas, y, cigarrillos, y vino, viva el vino!, y mujeres desnudas, ya entiendo…- Guzzest descubrió que las gafas le permitían ver todo aquello que él deseara, y pensó lógicamente en una puerta para poder salir, y ahí estaba, con su marco y su pomo, que preciosidad, la abrió y sin querer al abrirla se golpeó el pié con la puerta e hizo el ademán de atravesar a la otra estancia dándose un morrocotudo golpe en el labio que no dejaba de sangrar y partiendo las gafas en dos. Se guardó las gafas en el bolsillo y atravesó la puerta, estaba en una especie de pasillo, con cámaras de vigilancia en cada esquina, y empezó a buscar la sala donde se encontraban dichas cámaras, atravesó varias puertas, subió y bajó por numerosas escaleras, y nada, ni rastro de la sala ni de gente, parecía que no había nadie, entonces, por megafonía sonó la voz del Dr. Nikochan. - Buenos días Guzzest, veo que descubriste las gafas, siempre estuvieron ahí, siempre pudiste escapar, pero el vino te perdió, eres lo mas bajo de la sociedad, ahora mismo me voy en mi nave, voy a conocer al Oráculo, él me dirá como volver a mi forma, por lo que he leído sólo uno de los dos puede, puesto que se necesita un extraño animal del que sólo queda un individuo de su especie, una lástima, tu nunca saldrás de aquí porque te he preparado una sorpresa, además del laberinto de túneles tendrás que librar con un antiguo amigo tuyo que te tiene una gran estima, te dejo con él, buena suerte, ja, ja, ja ,jua, jua, jua!.- Maldito seas Doctor, me tienes hasta los mismísimos, ya nada me sorprende, que me has preparado?, quién hay ahí, habla cobarde, habla! – gritaba Guzzest totalmente acojonado. En ese momento, Guzzest, notó como un frío intenso recorría su voluminoso y blandito cuerpo, se escuchaban unos gemidos y unas risas orgásmicas, entonces comenzó a sonar una canción a capela: “Are you lonesome tonight, do you miss me tonight. Are you sorry we drifted apart. Does your memory stray to a bright sunny day. When I kissed you and called you sweetheart…..”. Guzzest supo en ese momento quién había detrás de megafonía, escuchó al momento como se habría una puerta y se cerraba otra de golpe, y notó como alguien corría por los pasillos, buscándole furtivamente. Guzzest empezó a correr y a correr, pero no había salida, cada vez estaba mas cerca, tropezó con unas cajas, cayó al suelo, y encontró un esparadrapo, cada vez ese individuo estaba mas cerca, y mas, y de golpe cada uno estaba a un lado del pasillo, cara a cara, Guzzest miraba a Ude, y Ude sonriendo entonó: “Is your heart filled with pain, shall I come back again. Tell me dear, are you lonesome tonight”, y empezó a correr hacía Guzzest, que con gran puntería lanzó todo lo que había en las cajas contra la cabeza de Ude, esparadrapos, tijeras, tiritas, efferalganes, las cajas, y ganó unos segundos decisivos para huir, mientras corría, sacó las gafas rotas, estiró del esparadrapo y con cierta pericia pudo volver a colocar las gafas a su forma correcta, estaba al final del pasillo, Ude le había alcanzado, y no había salida, se puso las gafas, pensó en una puerta que le condujera a la azotea del edifico y en su querida nave Alison75 que había perdido en un accidente hacía algún tiempo, y pasó por la puerta se quitó las gafas y la puerta despareció, dándose Ude un fuerte golpe contra la pared, Guzzest subió las escaleras corriendo, vio su nave, saltó sobre ella, giró la llave, y por fin podía escapar de esa prisión, una vez se alejo de las mazmorras, y no corría peligro alguno, puso rumbo hacía la casa de la bruja Munthes para que le dijera el paradero del Oráculo, le dio al piloto automático, se estiró en el sofá de su nave, a la que tanto echaba de menos, y puso una de sus cintas favoritas: “Alison, I know this world is killing you. Oh, Alison, my aim is true. My aim is true.”
Capítulo 34. El Oráculo
Guzzest despertó y mientras se rascaba el culo y se recolocaba las pelotas, decidió escuchar los mensajes del contestador, sólo tenía uno, era de Munthes, la bruja, gracias a sus poderes sabía de la intención de Guzzest de dejarse caer por su casa, así que para evitarlo, le había cogido hora para ver al Oráculo, el mensaje decía: “Hola apestosa bola de sebo, ni se te ocurra venir por mi casa o te lanzo una supermaldición, además no estoy sola, estoy muy bien acompañada, así que no te quiero ver ni en pintura, ahora mismo debes ir al planeta Risketo, el Oráculo estará allí, tienes hora hoy mismo a las nueve de la mañana, no llegues tarde”. Guzzest, con resignación, puso rumbo hacia Risketo, el Oráculo resolvería gran parte de sus problemas, entonces unas fuertes turbulencias sacudieron a Alison75, Guzzest tomó el control de la nave, piso el freno, pero no funcionaba, el freno estaba roto, Guzzest empezó a marearse, tenía fuertes nauseas, agachó la cabeza y vomitó, al agacharse se dio un golpetazo en la nariz y la sangre comenzó a salir como si de una cascada se tratase, el mareo fue en aumento y finalmente su cabeza cayó sobre el volante y perdió totalmente el conocimiento. Al despertar se quedó helado, a pesar de la sangre, de la rotura de frenos y del mareo, había aterrizado en el planeta Risketo y justo delante del altar del Oráculo, bajó de la nave y comenzó a buscar al Oráculo, no sabía como era, que era o quien era, eran ya las diez de la mañana y el cabrón del Oráculo no aparecía, las once, las doce, definitivamente el Oráculo le había dado plantón, desde que era un mocetón con acné y las hormonas a punto de salir disparadas no le habían dejado colgado, la primera y la última fue la reina del baile del instituto a la que Guzzest le dedicaba caricaturas y poemas, la desgraciada nunca se presentó a la cita, nunca acudió aquel día al cine, y Guzzest vio una y otra vez Golfus de Roma para salir de una gran y profunda depresión que le acabó de moldear ese carácter tan particular. Cansado y hambriento, se sentó a fumar un pitillo y entonces vio un enorme y suculento ganchito con sabor a queso justo delante suyo que había quedado enganchado a las ruedas de Alison75, se acercó lentamente para luego hincarle el diente como un desesperado, cuando llevaba medio ganchito ingerido, escuchó una agónica voz.- “Déjame ir, no me comas, no sabes quién soy?, soy el Oráculo, puedo ayudarte, de verdad, que necesitas saber? Te lo diré y después dejarás de comerme, verdad amigo?.- dijo el ganchito.- Vale, vale.- dijo Guzzest con un trozo del Oráculo en la boca.- pues, ahora que lo dices, necesito saber como volver a mi forma original, alguien me dijo que necesitaba un animal, o una especie única, o yo que sé, que sólo quedaba un individuo, y que me hacía falta para no sé que conjuro.- dijo Guzzest mientras seguía engullendo al Oráculo. - Querido, me han hecho esta pregunta hoy dos veces, y te diré lo mismo que al otro ser: “Encontrad a un hombre, no a un animal. Encontrad a un ser con una visión especial. A un ser flacucho, con habla extraña. Nada de conjuros, nada de magia. Harás lo que él te diga. Sin ascos, sin mala gana. Él tiene la solución, te entregará un nuevo mañana, la luz saldrá, verde, roja, o amarronada.”, este es el mensaje del Oráculo, esto es lo que venias buscando, ahora, deja de morderme y suéltame de una vez, que me sueltes te digo, no, no lo hagas, nooo!.- Y así fue como Guzzest, hambriento, se comió al Oráculo, y después de eructar, miró al cielo, levantó el puño y gritó: “Whooooo are you? Who, who, who, who? Whooooo are you? Who, who, who, who? I really wanna to know. Oh, I really want to know. C'mon tell me who are you, you, you? Whoooo are youuuuu?”
Capítulo 35. House of fun
Cansado de tener que vagar por el mundo como un culo con patas y antenas de color naranja, Guzzest decidió hacer una visita, sin avisar, claro, a su viejo amigo Flush, mientras se dirigía a su casa no paraba de pensar quién sería aquel misterioso ser que podría desvelarle la solución a todos sus problemas, entre pensamiento y pensamiento una copa de vino tocaba sus labios, y entre copa y copa, una buena calada de los cigarritos risueños que llevaba como regalo para Flush, fue entonces cuando un poco mareado por el abuso de dichas sustancias, Guzzest, se percató que otra nave le seguía, la nave con forma de enorme pene verde y una gran N en el lateral le adelantó sin que Guzzest pudiese ver al conductor, quién tocó el claxon varias veces para que se apartase y le hizo luces un par de veces, lo cual cegó al pobre Guzzest que pisó el acelerador, entró en la atmósfera del planeta de Flush y acabó, de nuevo, destrozando la casa de Maqui. De los restos de la casa salieron disfrazados de gallinas, Maqui con un látigo y Flush con un inquietante huevo vibrador, entonces vieron a Guzzest, agitaron las alitas y comenzaron a perseguirle escoba y fregona en mano mientras gritaban: “Flush wears his Sunday best. Maqui’s tired she needs a rest. The kids are playing up downstairs. Sister's sighing in her sleep. Brother's got a date to keep. He can't hang around. Our house, in the middle of our street. Our house…”, y Guzzest corría y corría, pero Maqui con cierta destreza lanzó la fregona como si de una jabalina se tratase y golpeó a Guzzest en toda la nuca.- Joder Guzzest, porque, eres Guzzest verdad?, ya me la has liado otra vez, es que no tienes cuidado con nada, Maqui te va ha destrozar, bueno nos va a castigar a los dos. – dijo Flush.- ah, y por cierto, me alegro de verte aunque sea con esa pinta.- No magrados aquet tipo, Flush, estic hasta los nasos de Guzzest, no matavalos y arregleu la casa.- dijo Maqui muy alterada mientras golpeaba el suelo con su látigo juguetón. Así pues, Flush y Guzzest comenzaron la agotadora tarea de arreglar la casa, Guzzest le daba al martillo y Flush, con su traje de gallina pintaba. Extrañamente los colores eran algo extremados, puertas rojas, pared exterior verde, Guzzest recordó entonces las palabras del Oráculo: verde, rojo amarronado, hombre flacucho, nefasta visión, sí, podría ser él, así que mientras acababan de pintar Guzzest tarareaba algo para llamar la atención de Flush: “He lives in a house, a very big house in the country. He's got a fog in his chest so he needs a lot of rest in the country. Flush doesn't drink smoke laugh, takes herbal baths in the country …in the country-y-y”, esa melodía despertó en Flush un gran sentimiento de amistad hacia Guzzest y se alegró de tenerle de nuevo cerca, nadie podía tener peor gusto para elegir una canción y peor voz para entonarla, así que decidió plantarle cara a Maqui, se quitó el traje de gallina, y desnudo, entró por la puerta del dormitorio, cerró de golpe y de él sólo salieron gritos, gemidos y mas gemidos, así que Guzzest se sentó a esperar, y a esperar que la pareja acabase. Al rato salió en calzoncillos verdes, Flush, lleno de arañazos y alguna pluma por el pelo, se sentó junto a Guzzest, le ofreció un cigarrito risueño, dos fuertes caladas y todo parecía flotar, unos lingotazos de whisky y Guzzest parecía no recordar nada, se dejaba llevar, la noche iba a ser larga y la resaca de escándalo, Flush le pasó el brazo por encima, le miró fijamente, le guiñó un ojo y le dijo en voz baja: “Welcome to the House of Fun. Now I've come of age. Welcome to the House of Fun. Welcome to the lion's den. Temptation's on his way. Welcome to the House of……fun”.
Capítulo 36. Don’t worry be Flushy
Un sonido de motor hizo que Guzzest abriera de par en par sus enigmáticos ojos, al abrirlos un fuerte pinchazo golpeó su maltrecho y gastado cerebro, entonces vio como aquella nave verde con forma de miembro viril que le estuvo siguiendo sigilosamente se alejaba del planeta y desde las alturas lanzaba un paquete que acabó justo en su cabeza provocando un desvanecimiento por traumatismo craneoencefálico. Al despertar, el paquete ya no estaba, y Flush tampoco, estaba solo, tirado en el suelo del porche de la casa, se notaba extraño, mas alto, tal vez menos anaranjado, y con los ojos pegados entró en la casa y se dirigió al lavabo, sentado en el inodoro observaba el mal gusto de Flush que había pintado de rojo las paredes y tanto la taza como la pica del lavabo eran verdes, realmente era un individuo digno de estudio, como la cosa iba para largo se entretuvo leyendo las instrucciones de uso de todas las cremas faciales y corporales de Maqui, y abriendo los cajones del lavabo descubrió una revista de variedades donde pudo ver una foto de Bono de U2 cosa que le produjo un fuerte retorcijón acompañado de una desmesurada diarrea, como no había papel le pareció bastante apropiado limpiarse con la foto del susodicho individuo ya que era el causante del torrente fecal, para mas tarde abrir el grifo y lavarse las manos y la cara, se miró al espejo y gritó: “Guaahhghh, coño!”, no se lo podía creer, de nuevo era Guzzest no un culo anaranjado. – Tenéis que ver esto, Flush, Maqui, Fluuuuuuushhhh!!.- gritaba Guzzest lleno de felicidad. Guzzest comenzó a buscar a su amigo, pero no le encontraba, de golpe escuchó un llanto nervioso, desesperado, abrió la puerta del dormitorio y encontró a Flush tirado en la cama con aquel misterioso paquete abierto y una foto entre las manos.- Joder Guzzest cada vez que entras en mi vida me tiene que pasar una desgracia, tu archienemigo el Dr. Nikochan nos ha enviado una carta y una foto con dedicatoria incluida, la carta dice que ha raptado a Cucu…- dijo Flush llorando.- Y por eso lloras? Que se la quede, coño, esa mujer me agota, sólo quiere fornicar y fornicar, y uno va cumpliendo una edad, y no puedo ir tirando siempre de píldoras azules.- contestó Guzzest algo despreocupado.- Mira que eres cabrón, ha raptado a Cucu y a Maqui, mi Maqui, mi teshooooro, mi dulce Maqui, mi Ama Maqui…- No importa querido Flush, ahora que he recuperado mi forma habitual, sexi, atractiva y algo rechoncha iremos a por el Doctor y le daremos su merecido.- dijo convencido Guzzest.- Gracias, Guzzest, de verdad me acompañaras?, iremos juntos a por él, y rescataremos a mi amada, y..bueno, no te alucines, tampoco te creas que esa forma humana tuya es permanente, he podido romper la transformación a medias, para ello tenías que hacer una catarsis conjunta y alocada, no te acuerdas que pasó?, mejor, y eso hicimos, el problema es que irás volviendo de nuevo al estado anaranjado si es que…- Flush fue interrumpido por Guzzest.- Si es que, qué?..que coño me va a pasar ahora.- preguntó Guzzest.- Si es que no vas bebiendo grandes dosis de alcohol y fumando como un carretero, cada vez que perjudiques el cuerpo de tu alter ego anaranjado volverás a ser Guzzest que ya de por si está perjudicado.- explicó Flush con grandes dosis de sabiduría.- Pues nada, que buena noticia, así que mi medicina es beber y fumar, no se puede pedir mas en la vida, por una vez he tenido algo de suerte, cojonudo, de verdad me estás diciendo que tenemos que ir a salvar a esas dos petardas?, pudiendo fumar y beber a nuestro antojo, sin limites ni restricción alguna?.- preguntó Guzzest, y al oírlo Flush comenzó a llorar de nuevo, Guzzest le pasó el brazo por encima del hombro, le miró fijamente y le susurró al oído: “Here's a little song I wrote. You might want to sing it note for note. Don't worry be Flushy. In every life we have the same trouble. But when you worry you make it double. Don't worry be Flushy. Be Flushy, be Flushy now!”
Capítulo 37. Birthday
El Doctor Nikochan no podía estar mas contento, había conseguido al fin el perdón de su amada Nikochana después de que el Doctor se quedará mirando los pechos de todas aquellas mujeres y hombres en el encuentro final que acabó con Guzzest transformado dentro de una enorme marmita, para conseguir el perdón de Nikochana raptó a dos de aquellas mujeres y les hacía pasar por las peores torturas jamás pensadas a petición de su amada, claro. Si todo esto no fuera suficiente para su absoluta felicidad, hoy era el día de su aniversario, todos sus súbditos le habían hecho infinidad de regalos, todos ellos valiosísimos y aquellos que no lo hicieron, murieron en el acto, así pues, sólo quedaron Nikochana, Pini, y su ex, Laviñu, el resto murieron ahogados debido al hedor tóxico que el Doctor afligió en sus pulmones y que provenía de lo mas profundo del intestino nikochiano. Pini y Laviñu competían por ver quién era la mano derecha de Nikochan, para ello, ataron a las prisioneras en unas sillas justo delante del trono real y cada uno torturaba a petición a una de las damiselas, Pini se encargaba de Cucu, y Laviñu de Maqui, obedecían los caprichos de la pareja, el estado de Cucu era deplorable, un calcetín sudado de Pini estaba justo dentro de su boca, le había cortado el pelo a lo mohicano y todo su cuerpo había sido frotado con sardinas medio podridas, Maqui no estaba mucho mejor, Laviñu le había puesto bengalas sanjuaneras debajo de cada uña de los pies y las había encendido, el pelo estaba de color verde debido al blandi-bloop, y la nariz taponada con dos enormes patatas fritas untadas con su correspondiente Heinz ketchup. Nikochan se lo pasaba en grande junto a su esposa, habían creado una ruleta con castigos y la giraban sin parar, una vez se cansaron de castigar a las damiselas, mandaron les cubrieran la cabeza con una media compresiva para post-operatorio, luego Pini y Laviñu, salieron a buscar un enorme pastel, encendieron las velas y todos cantaron al unísono: “You say it's your birthday. It's my birthday too—yeah. They say it's your birthday. We're gonna have a good time. I'm glad it's your birthday. Happy birthday to you!”, Nikochan estaba emocionadísimo, casi lloraba, y se disponía a soplar las velas, cuando de repente de la nada aparecieron Flush y Guzzest vestidos de ninja, lanzando bombas fétidas por doquier, Flush alargó sus largos brazos y así pudo desatar a las chicas, Nikochana enfurecida mandó a Pini acabar con ellos, y Laviñu golpeó en la cabeza a las chicas, las dejó inconcientes y se las llevó al interior del castillo, Pini golpeaba fuertemente a los hombrecillos, y les aplicaba un severo correctivo con sillitas eléctricas, piquetes de ojos y todo lo que aprendió en la época que se hacía llamar Terremoto Earthquake, Nikochan estaba tan alegre, que gran espectáculo, pensó Nikochan mientras contemplaba la batalla lleno de orgullo y satisfacción, y junto a Nikochana no paraban de repetir: “Yes we're going to a party party. Yes we're going to a party party. Yes we're going to a party party…”, en ese momento el Doctor Nikochan sopló las velas, estas se apagaron rápidamente, se hizo un eterno silencio, y del interior del pastel se pudo escuchar: “Birthday--I would like you to dance--Birthday. Take a cha-cha-cha-chance-Birthday. I would like you to dance--Birthday. Daaaance”, el pastel estalló en mil pedazos y de su interior salió desnudo, y con una gran corona de plumas Ude que con los ojos llorosos y llenos de alegría, seguía gritando a los cuatro vientos: “You say it's your birthday. Well it's my birthday too—yeah. You say it's your birthday. We're gonna have a good time. I'm glad it's your birthday. Happy birthday to you…..!!!!!” (continuará…)
Capítulo 38. En Garde!
Ude seguía con su gran espectáculo, saltaba, gritaba, cantaba, bailaba, animaba al respetable, entonces vio a Pini golpeando a Guzzest y a Flush, cosa que le excitó sobremanera y se lanzó a por él, empezó a contonearse y a frotar sus partes nobles por el cuerpo de Pini mientras en voz baja le susurraba al oído: “U dont have 2 be beautiful, 2 turn me on, i just need your body Pini, from dusk till dawn, u dont need experience…”, a Pini le dio tanto asco que salió corriendo vomitando y frotándose el cuerpo con una lija de carpintería, Ude decidió entonces ir a por Flush, se le acercaba contoneándose, y se apretaba con los dedos previamente humedecidos con su saliva los pezones, cada vez estaba mas y mas cerca para poder decirle en voz baja: “U got to not talk dirty, Flushy, if u wanna impress me, U cant be 2 flirty, mama, i know how 2 undress me (yeah), i want 2 be your fantasy…”, a Flush le pareció tan repugnante la sensación de notar el aliento de Ude a tan corta distancia que se apresuró por seguir a Viñu y así no perder el rastro de las dos jovenzuelas, de esa manera mataba dos pájaros de un tiro, se escapaba de Ude e intentaba de nuevo salvar a su amada. Finalmente, Ude puso sus tiernos y sensuales ojitos en el cuerpo rechoncho y algo castigado por la edad de Guzzest, con él no tuvo tanta paciencia, se le abalanzó con el rabo entre las piernas, repitiendo uno de sus clásicos bailes, el baile del silencio de los corderos, y cuando estuvo lo suficientemente cerca de Guzzest le gritó al oído: “U dont have 2 be rich, 2 be my Guzz, u dont have 2 be cool, 2 rule my world, ain’t no particular sign, i’m more compatible with, i just want your extra time and your…Kiiiiiss!!!!!!!!” y entonces ocurrió, justo delante del Doctor Nikochan, el cual disfrutaba como nunca, Ude le dio un beso de tornillo a Guzzest, un beso tornado, escalofriante, inolvidable e irrepetible, justo en el momento álgido del lengüetazo a Guzzest se le puso todo de punta, bello incluido, pero su cuerpo volvió a mutar, Ude se alejó unos metros, Guzzest convulsionaba, parecía poseído, su cabeza giró 360 grados, saltaba y levitaba, sus manos se acortaron, sus piernas también, y se volvieron aún mas rechonchas, su cabeza se quedó sin pelo y entonces dos pequeñas antenas salieron de su cabeza, puff!, una pequeña explosión y de golpe volvía a ser de color naranja. Ude le miraba extrañado, le dio algo de asco, y de pena, empezó a llorar, y resignado dio media vuelta y se fue alejando mientras se decía a si mismo: “You must remember this, a kiss is still a kiss, a sigh is just a sigh, the fundamental things apply, as time goes by..”, y su figura desapareció en el horizonte. Guzzest seguía nervioso, asustado, había vuelto a esa extraña forma, buscó en sus bolsillos, pero ya no había bolsillos, estaba desnudo, buscó su ropa en el suelo, encontró su petaca, desenroscó el tapón y comenzó a beber y a beber, pero no volvía a la forma humana, asustado y confundido se quedó petrificado hasta que pudo escuchar la voz del Doctor Nikochan: “Ja, ja, ja, ja, querido Guzzest, en mi castillo no valen pócimas mágicas ni truquitos anti-hechizos, ahora que estamos solos, no tendrás mas remedio que enfrentarte a mi, sólo uno de nosotros puede volver a la forma humana, para ello, el otro debe morir, ese es nuestro destino, ja, ja, ja”, y mientras reía y reía, apretó un botón rojo que había dentro de una cristalera donde se podía leer “sólo romper el cristal y pulsar en caso de duelo a muerte”, al pulsar, la habitación comenzó a girar rápidamente, de golpe una luz cegó a Guzzest, cuando pudo volver a abrir sus ojos, estaba en una sala vacía pintada de blanco fuertemente iluminada, y justo delante suyo el Doctor Nikochan que sostenía un florete en su mano derecha con su correspondiente casco protector facial. Gritó: “En garde!”.
Capítulo 39. White room
El gran Nikochan no podía parar de mover el florete, parecía que estaba matando moscas, Guzzest estaba impertérrito, esbozó una ligera sonrisa, respiró hondo, y de golpe movió los brazos con rapidez y gritó: Guarggggghhhh!!!, Nikochan se asustó tanto que el florete cayó al suelo y una ligera ventosidad salió de su verde culo, lo que inmediatamente hizo que Guzzest se mareará, mientras Guzzest hacía todo lo posible por no caer al suelo, el Doctor Nikochan cerró los ojos y entonces en sus manos como por arte de magia aparecieron dos guantes de boxeo con unas herraduras de caballo enganchas a cada guante, y un protector bucal que le quedaba muy, pero que muy mono, además se encontraban dentro de un cuadrilátero y un oso panda vestido de negro hacía las veces de árbitro, el oso gritó: “Let’s get ready to rumbleeeee!!!!”, y entonces Nikochan se aproximó a Guzzest y le pegó un croché de derechas que dejó tumbado a su blandito oponente justo cuando el temido uppercut estaba a punto de golpearle la quijotera, a Guzzest le pasó por la cabeza un yunque cayendo del techo, y entonces, de manera sorprendente, Nikochan se vio aplastado por esa enorme y pesada masa de hierro, Guzzest se levantó y miró a su alrededor, esa habitación blanca era muy extraña, no se veían las paredes, no se percibían los límites, entonces por un momento recordó aquel bar de tapas que solía frecuentar, “La Gamba”, llamada así por la imponente gamba de luces de neón que coronaba el salón principal, y volvió a extrañarse puesto que se encontraba sentado en una de sus mesas y aprovechó para beber una caña y picar unos cuantos chipirones. Desde el fondo del local se pudo escuchar: “I’ll wait in this place where the sun never shines. Wait in this place where the shadows run from themselves…In the white room with black curtains near the station. Blackroof country, no gold pavements, tired starlings…”y entonces apareció el Doctor Nikochan con un espectacular chichón en al cabeza, sobre una caballo, llevaba una armadura medieval y una gran lanza, se bajó el casco y repetía sin cesar: “Soy Nikochan, tu me convertiste en lo que soy ahora, prepárate a morir!”, espoleó a su caballo y éste, al galope se aproximaba a Guzzest, Guzzest miró a su alrededor, estaba en la explanada de un enorme castillo sobre un pony y también con una armadura, pero su lanza.., su lanza era ligeramente mas corta que la de Nikochan, su caballo al oír el grito del Doctor también se puso a correr y rápidamente la lanza de Nikochan atravesó el casco de Guzzest y le pegó en toda la frente, lo que propició su caída del caballo. Al levantarse iba vestido de militar inglés del siglo XVIII, sostenía en su mano una pistola y miraba hacía el fondo de la sala, notó a su espalda algo, era Nikochan, y entonces comenzó a contar diez pasos mientras se alejaban el uno del otro, al girarse Nikochan lanzó una moneda al aire, y dijo: lo siento Guzzest me toca disparar primero, ponte de lado, es mi turno. – Un momento, un momento, pero que está pasando?, no entiendo nada, que es está habitación? y porque me vas a disparar? – preguntó Guzzest.- Antes de acabar contigo, te resolveré algunas dudas, estás en la habitación blanca, es mágica como habrás notado, todo lo que pienses en ella aparecerá, así que juega bien tus cartas porqué sólo uno de nosotros saldrá de aquí con vida y con una nueva forma, por otro lado, lo del duelo, creo que has sido tú el que pensó esto, creo que el subconsciente kubrickiano te ha jugado una mala pasada y ahora sufrirás como Barry Lindon, preparado, listo?.- y después de esta explicación Nikochan disparó el pistolón, la bala se acercaba y acercaba a Guzzest, la posibilidad de ponerse de lado para que la superficie de impacto fuera inferior era en este caso inviable puesto que a Guzzest es mas fácil saltarle que rodearle, de lado, su barriga sobresalía demasiado y era un blanco seguro, así que se puso de cara y muy concentrado se quedó mirando la bala fijamente y esbozó una de sus irresistibles sonrisas…(To be continued..)
Capítulo 40. Guzzest’s Army
La bala se acercaba cada vez mas, el disparo parecía ser definitivo, y justo cuando estaba a punto de impactar en el corazón de Guzzest, a éste le aparecieron unas gafas de sol y una gabardina negra y todo se puso a cámara lenta, se inclinó ligeramente y la bala le rozó la mejilla haciéndole una pequeña quemadura, al inclinarse perdió el equilibrio y la cámara lenta dejó de funcionar, cayó inevitablemente al suelo, dándose un fuerte golpe en sus delicadas vértebras. Un puñado de sal le cayó en los ojos al abrirlos, miró a su alrededor con los ojos al rojo vivo y vio a Nikochan con una peluca de sumo acompañada de su respectivo tanguita, el mismo oso panda de antes hacía las veces de juez y árbitro, comenzó el combate y Nikochan golpeaba con las palmas de las manos los pectorales peludos de Guzzest, quién aguantaba como podía el chaparrón de golpes y entonces en uno de esos agarrones típicos del sumo, a Guzzest se le soltó el tanga y quedó, por tanto, como su santa madre lo trajo al mundo, avergonzado pensó en su ropa, en su casa, su dulce hogar, su planeta, y entonces, sucedió, la batalla se trasladó al pequeño planeta de Guzzest, llevaba su camiseta de Batman totalmente inmaculada, sus bermudas blancas, y sus bambas verdes, estaba en su territorio, era SuperGuzzest, Nikochan estaba aterrado, eso nunca se le había pasado por la cabeza, y aún se asustó mas cuando Guzzest se empezó a multiplicar, había Guzzests por todas partes ataviados con trajes de pantalón negro y chaqueta granate, con una camisa de rayas cuatro tallas inferior y todos ellos con unas gafas de pasta negra, y mientras se le acercaban cantaban: “Guzzest's army is here to stay, Guzzest's army are on their way and I would rather be anywhere else. But here today..”, Nikochan corría y corría, en ese pequeño planeta no tenía escapatoria, pensaba en una salida pero parecía que el poder del planeta de Guzzest anulaba la magia de la habitación blanca, estaba atrapado en su maléfico plan, la armada le perseguía, se pusieron en línea, Nikochan cayó al suelo, se giró y se quedó pasmado, mas de mil Guzzest acostelliados le apuntaban con cañones, otros Guzzest con joroba colocaban en los cañones pedazos de quesos, de todas las variedades de queso que uno se pueda imaginar, cheddar, manchego, gruyère, cheshire, parmigiano-reggiano, raclette, edam, fontin, epoisses, herve, camembert, brie, bonchester, pencarreg, chaourc, requesón/ricota, queso feta, mozzarella, crema de queso, queso de cabra fresco, roquefort, gorgonzola, cabrales, danés azul e infinidad de variedades mas, todas ellas fueron disparadas por el cañón cuando el oso panda con parche en el ojo bajó la bandera roja. Nikochan estaba petrificado, abrió un paraguas pero rápidamente fue atravesado por los quesos mas duros, y acabó enterrado en toneladas de queso que con el sol se fueron fundiendo y produciendo una enorme masa que al secarse dejó a Nikochan atrapado e inmovilizado. Guzzest volvió a reunirse en un solo ser, no paraba de reír a carcajadas, sentado delante de Nikochan, se abrió una cerveza Moritz bien fresquita y se encendió un cigarrito, mientras fumaba preparaba el cañón que dispararía el queso definitivo que acabaría con Nikochan, un par de caladas y Boom!, Guzzest por fin había roto la maldición, ya no era un culo de color naranja, y Nikochan al fin había sido reducido, enterrado, y ahogado en apestoso queso. Guzzest siguió bebiendo y bebiendo, haciéndose una plácida catarsis en su amado hogar, sentado delante del montículo quesil finalmente se quedó algo transpuesto, adormilado, y de esa enorme lechosa masa fétida se pudo escuchar: “Niko calling to the faraway towns, now war is declared and battle come down, Niko calling to the underworld, come out of the cupboard, you boys and girls, Niko calling, now don't look to us…. Niiiiiko caaaalling…Niiiiiiko caaaalliiing…!!!!”
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