Cuando llegue el momento de recopilar los discos escuchados durante este 2018, de clasificarlos y ponerles nota, seguro que "People are my drug" estará entre los mejores trabajos del año para un servidor. Con total seguridad Phil Cook ha firmado uno de los discos más bonitos de los últimos meses, una delicatessen de belleza gigantesca. Un disco de esos agustito total que ha llegado para iluminar nuestros corazones, darles algo de paz y de alegría. Os mentiría si os dijese que sigo a Cook desde Megafaun. Os mentiría como un canalla porque nunca le he seguido la pista, ni a él ni a su banda, y siempre le he considerado un secundario de lujo. Ya sea en el propio Megafaun, en sus apariciones junto a MC Taylor como por ejemplo tocando el piano en el "Heart like a levee" de Hiss Golden Messenger o acompañando a su amigo Justin Vernon aka Bon Iver. Sobretodo debería destacar aquel trío que formaron Vernon, Moen y Cook. Sí, aquel trío llamado The Shouting Matches, entregó un disco en 2013 que pasado el tiempo no sé como no fue mi favorito del año, y es que "Grownass man" es un disco sobresaliente. Un tesoro. Digo esto, hablo de estas referencias de Cook y no me perdono haber pasado olímpicamente de su anterior trabajo. Me lo recomendaron por activa y por pasiva, me dijeron que era estupendo pero lo dejé caer en el olvido y cuando lo recupero ahora pienso en lo estúpido que fui, pues "Southland Mission" es notable, claro que "People are my drug" es excelente. Es gloria. Es belleza. Es espiritual, celestial y atemporal. Es un disco imprescindible de este 2018.


Phil Cook - People are my drug (2018): 01.- Steampowered Blues/ 02.- Tide of Life/ 03.- Miles Away/ 04.- Another Mother's Son/ 05.- He Gives Us All His Love/ 06.- Now That I Know/ 07.- Tupelo Child/ 08.- Deeper Kind/ 09.- Life.

Es escuchar las primeras notas de "Steampowered blues", canción que abre el disco, y caer rendido a lo pies de Cook. Estamos ante un tema con aroma a New Orleans donde Phil se hace acompañar por las voces de Tamisha Waden y Chastity Brown, que le dan al tema ese toque gospeliano, ese toque que va de las bellas tonadas de Paul Simon al Exilio de los Stones. Ni más ni menos. Casi ná. "Tide of life" sigue por los mismos derroteros, sigue con la misma esencia, con la misma magia negra. Las dos primeras canciones son sobresalientes pero al llegar al tercero corte nos damos cuenta que estamos ante algo grande. "People are my drug" no es un disco cualquiera y "Miles Away" no es una canción más, es pura pasión, pura belleza, pura verdad. "Miles Away" es una de las mejores canciones del año. Preciosa de principio a fin. Cook está brillante pero todo sube a un nivel inigualable cuando Amelia Meath (Sylvan Esso/Mountain Man) hace acto de presencia. Vocalmente Phil Cook está inspiradísimo como vemos en la hermosa y delicada "Another mother's son", una de mis favoritas del disco. Melodías delicadas y sencillas con una percusión hipnótica casi jazzistica en "He gives us all hislove", donde el soul saca la cabeza para enamorarnos, nos llevan en volandas a "Now that I Know" donde la guitarra se hace protagonista absoluta. Delicia con guiños sureños que demuestran que Cook emana talento por todos sus poros. Si faltaba algo al disco era tal vez un guiño al León de Belfast y sin duda en "Tupelo Child" encontramos esa referencia, tanto por el título como por la forma de componer y arreglar el tema. Glorioso. El final se acerca, primero con "Deeper Kind" que tiene ese toque rocker divertido y desenfadado, y segundo y para culminar este discazo nos topamos con "Life", un mediotiempo que va cogiendo fuerza y poder conforme el piano toma protagonismo. Una joya de canción. Un final a la altura de un soberbio disco, una joya del 2018, una masterpiece. Una POM. Sí, por qué no decirlo?

Unos pocos días después de ser sorprendido por el film "Que Dios nos perdone" de Rodrigo Sorogoyen me dispuse a ver la película que acabó por imponerse en los Goya de aquel año. Era la primera película para su director, para el actor Raúl Arévalo (La Isla mínima) que también firma el guión junto a David Pulido. Así que la ópera prima de un actor metido a director que había superado al film de Sorogoyen tenía que ser forzosamente de una calidad indiscutible, como así es. No es una obra maestra. No quiero engañar a nadie pero sí está a la altura de lo que se esperaba y marca la calidad a la que deberían llegar la mayoría de film españoles. En ambas películas encontramos a Antonio de la Torre. En la película de Sorogoyen como secundario y aquí como protagonista absoluto. En ambos casos borda su papel y a mi parecer es el actor español más en forma del momento. El film, a pelo, no tiene mucho secreto. Es una historia de venganza y redención que no quiero desvelar en exceso. La historia es muy simple pero está explicada con clase y con mucho tino. El ritmo no decae y consigue  mantenernos atentos durante todo el metraje. Hay en la película un cierto aroma a "ópera prima", la ambientación, que se ve apoyada por la fotografía, se ve viejuna, sucia, gastada, como en aquellos film policíacos de los setenta. Es todo un acierto. La acción explota cuando empieza el momento "road movie", antes Arévalo había ido desgranando la historia a base de pequeños actos, hasta que aparece "la ira". Nada que objeta. Muy recomendable. Puro cine de género, pura pasión por el séptimo arte. Bravo señor Arévalo. 

El álbum "Giant" del año 2006 les puso en el escaparte y dos años después "Next Year in Zion" (2018) les catapultó al estrellato indie y gafapastil que es como le llamábamos antes y que ahora etiquetamos como "hipster". Los hermanos Herman Düne aparecían en todos los saraos molones, y algunas de sus canciones como "I wish that I could see you soon" del disco "Giant" formaron parte de anuncios y promos cerveceras estivales. Luego se fueron apagando lentamente, dieron un par de coletazos: primero el interesante pero menor "Strange Moosic" en 2011 y después el poco acertado "Mariage á Mendoza" en 2013. A todo esto y ya de bajón un servidor había tirado la toalla con la banda francesa y había dejado de apostar por David-Ivar como genio antifolk, pero como es normal ellos mismos han podido taparme la boca y no me queda otra que reconocer mi error al escuchar su nueva colección de canciones agrupadas bajo el título de "Sweet Thursday". Un disco que ya de primeras os comento que es sensacional, que te lleva al huerto con sencillez y buena letra. Un disco de esos para susurrar mientras conduces. Un disco de folk canalla grabado en California junto a Kyle McNeill al bajo y Lewis Pullman a la batería, en el que David-Ivar vuelve al sonido que le hizo famoso bajo el nombre de Herman Dune. Un sonido que encaja con el de su mejor disco hasta la fecha, su "Next Year in Zion". Por ejemplo musicalmente esto se ve reflejado a la perfección en la canción que abre el disco, "Oh sweet thursday", que claramente resucita su propio estilo y sonido pero que podríamos decir que es una extraña mezcla entre Cat Stevens y Bonnie "Prince" Billy, salpicada del tono canalla de la Gran Manzana, con sus "woo woo" incluidos. Extraña mezcla que acaba combinando a la perfección y que me engatusa con cierta facilidad. La entrada blusera de "Vincent Thomas Blues" bien vale un disco, y el tema pues sin salirse de las reglas básicas es notable y se deja gustar. "Wicked Love" es una de mis favoritas. Puro antifolk con aroma al gran Jonathan Richman, mientras que la dynalensque de "A giant's dream" es simplemente demoledora. "Down by the jacaranda" pone broche de oro a la primera mitad del disco, disco que luego baja un poquito de calidad pero que se mantiene en casi casi el sobresaliente. Maravillosa "Love car blues" y maravillosa también "Early morning Anderson blues", y aunque "Joanna" es disfrutable, sí es más de lo mismo y sí confirma que vamos de bajón pero eso no quiere decir que sea una canción mala, sino más bien que no acaba de sorprender o de enamorar. El cierre con "Dreaming is Over, California" deja un sabor de boca delicioso. Un regusto a gran disco, a disco que crece con las escuchas y que con el tiempo se va haciendo grande. Un disco de Herman Dune, reconocible por su particular estilo y que vuelve a la calidad de "Giant" o "Next Year in Zion", sus dos discos más acertados. No se pierden esta maravilla de David -Ivar. Déjense sorprender por una gran colección de canciones, indispensable para este 2018.

Herman Düne - Sweet Thursday (2018): 01.- Oh Sweet Thursday/ 02.- Vincent Thomas Blues/ 03.- Wicked Love/ 04.- A Giant’s Dream/ 05.- Down by the Jacaranda/ 06.- Love Cat Blues/ 07.- Early Morning Anderson Blues/ 08.- Joanna/ 09.- Dreamin’ Is Over, California.

"Train in Vain"


Un día de esos que no sabes que ver y pasas las horas por los menús de Netflix o HBO caes en la cuenta que has visto todas las grandes y nuevas series que ofrecen. Es entonces cuando empiezas a rebuscar y te topas con "Barry", miniserie en plan comedia con Bill Hader, uno de los últimos grandes de verdad del "Saturday Night Live", como protagonista absoluto compartiendo el guión con otro crack televisivo, Alec Berg. Ocho fantásticos episodios que le han valido, sin despeinarse, la renovación para una segunda temporada. Bill Hader interpreta al ex-militar y asesino a sueldo Barry Berkman, quién se siente al borde de la crisis nerviosa y decide dejarlo aunque su mentor Monroe Fuches, interpretado maravillosamente por Stephen Root, tiene otros planes para él que incluyen la colaboración con una banda mafiosa rusa que está a punto de entrar en guerra con los colombianos. Todo se va al garete cuando Barry tiene una crisis existencial y decide comenzar clases de interpretación bajo el nombre de Barry Block.... Y hasta aquí os puedo explicar porque os jodería toda la intriga. Los personajes están muy bien construidos, tiene su toque carismático y estúpido, te encariñas con ellos y ... bueno, la historia es genial sin huir de la violencia, algo así como los productos de Dan Aykroyd cuando se ponía algo más serio. Combinando el gag tipo "Saturday" con un thriller policíaco sin complejos. Todo un acierto. Todo un divertimento que se puede degustar de un tirón. Fantástica serie fuera de toda comercialidad.


ELVIS COSTELLO/ ARMED FORCES (1979)/ ACCIDENTS WILL HAPPEN

 

La primera vez que pude asistir a un concierto de Elvis Costello quedé totalmente a sus pies. Sin duda superó mis expectativas, no como showman pero sí a  nivel de calidad donde sin discusión alguna lo coloqué entre los más grandes. Mejor cantante y, sobretodo, mejor guitarrista de lo que imaginaba. Además, claro está, de su increíble e inacabable cancionero. Y a pesar que el cambio de la sala no gustó a nadie ni mucho menos a Costello, del Poble Espanyol a Razzmatazz, el concierto fue abrasador con versión stoniana final para quitar el hipo. Aquella "Costellada" fue efectivamente en Razz allá por finales de julio del 2013, y sí, su recuerdo aún me produce piel de gallina, así que pensar que le vería otra vez y que esta vez el enclave sería precioso, pues me ponía todo de punta. Nada más y nada menos que en Els Jardins de Pedralbes, lugar algo clasista y con toques woodyallenescos, y además con la presencia de mi queridísimo archienemigo Don Guzz, qué más podía pedir? Pues además de un cancionero abrasador y una actuación impecable, una duración del concierto a la altura del personaje, una gran sobredosis de clásicos, al menos un final de fiesta de esos de trempera inolvidable, alguna versión de postín y .... nada más, lástima que aquí en Barcelona no estuviese Seu Jorge de telonero cantando covers de Bowie como sí en Madrid, pero bueno, lo importante es ver a este monstruo del rock, a este grande entre los grandes, sin discusión alguna.


La banda con la que se presentaba el señor MacManus, The Imposters, contaba con el mítico Steve Nieve a los teclados y Pete Thomas a la batería. Ambos excepcionales y energéticos a pesar de su edad. Les acompañaba el bajista ex-Cracker Davey Faragher, cumplidor pero sin mucho brillo y un par de coristas celestiales, de esas que hacen que el cancionero se vista de soul. En cuanto al setlist hubo poca o ninguna sorpresa respecto a otros conciertos en festivales de similar pelaje. El inicio soulero con "Wonder Woman" y "Girls Talk" resultó maravilloso, y luego fueron cayendo temas (espero no dejarme ninguno ni inventarme otros) como "King Horse", "Tears Before Bedtime", "Shabby Doll", etc, etc... Pero todos esperábamos sus clásicos, y el primero en aparecer fue una, en mi opinión, discreta "(I don't want to go to) Chelsea", una muy reggae "Watching the detectives" y una "Everyday I write the book" que sirvió para presentar a la banda. Un tema ya clásico en sus conciertos a pesar que lo tuvo ninguneado hasta que su buen alumno Ron Sexsmith lo versionara ante el maestro e hiciese que éste se volviese a encaprichar de su obra. Luego vinieron muchos momentos "crooner", tal vez demasiados, esa es mi queja, mi única queja. Yo quería más guitarra y nos dio mucho mimosín. "Alison" fue bonica del to, él solo arropado íntimamente por sus dos coristas, en la misma línea "Accidents will happen" y "She", ambas con banda. Pero mi cuerpo pedía más "Pump it up" y "I want you" que otra cosa, pedía "Beyond Belief" y nos las ofreció de categoría, para cerrar con la clásica "(What's so funny about) Peace Love and Understanding". Exceptuando el exceso de "croonismo" y algún problema puntual con el sonido, en mi opinión debido a la mala acústica del lugar pensado para otros menesteres que los conciertos delicatessen, Costello ofreció un concierto sobresaliente, dejándome la clara convicción que si vuelve por aquí le volveré a ver, porque es un grande entre los grandes.

*post aparecido originalmente en Exile SHMagazine por Nikochan 

La novena edición del festival itinerante dedicado a la vida y obras de Neil Young vuelve como cada verano para la alegría de todos los amantes de la música y sobretodo para los fans del canadiense. Será en el Pub Dublín de la Playa de Gandia (Valencia) durante los días 5,6 y 7 de Julio. El festival es gratuito y además de actuaciones en directo habrá proyecciones, charlas, bootlegs y rarezas, sesiones de Djs... Buena gente, y amor y pasión por la música. Como os decía es gratis aunque es conveniente pasar por la web oficial para poder arrimar el hombro para que eventos de este tipo sigan adelante. No se lo pierdan, la experiencia vale la pena. 





Una vez finalizado el visionado de "Que Dios nos perdone" me pregunto porqué no me había interesado antes por el film dirigido por Rodrigo Sorogoyen, si además había estado en las quinielas para el Goya a mejor película del 2017 que ese año se llevó "Tarde para la Ira"  film dirigido e interpretado por Raúl Arévalo que finalmente se llevó el gato al agua a mejor película. El denominador común es el magnífico actor Antonio de la Torre que al menos en "Que Dios nos perdone" está sensacional aunque, como digo, eso ya no es noticia. Que aparezca De la Torre es un punto a favor y que el actor principal fuese Roberto de Álamo era un punto negativo para un servidor pero visto lo visto no creo avergonzarme por pedir disculpas y asegurar que su interpretación es notabilísima y puede que, sin ver todas las películas de aquel año, su Goya sea merecidísimo. El film es un clásico thriller policial muy a lo "americano" pero teñido con lo peor del españolito medio. A dos detectives de policía les cae un caso de asesinato y violación de una anciana, al parecer van detrás de un asesino en serie, y durante el proceso acaban conociéndose como nunca, viéndose a ellos mismos oscuros y temibles. El film de Sorogoyen es duro, violento, incómodo, absorvente y asfixiante. Es puro cine americano editado aquí, en el país de la bellota. El del chiste fácil entre vascos, andaluces y catalanes. Por eso sorprende tanto un film de este género a tan alto nivel y al parecer esa "Tarde para la Ira" es todavía mejor. La veré, sin duda. No es un derroche de originalidad, ni una masterpiece pero es lo suficientemente interesante para mantenernos pegados a la butaca, o al sofá en mi caso. Muy recomendable. 

01.- Band on the Run (1973)
02.- Ram (1971)
03.- Tug of War (1982)
04.- Flaming Pie (1997)
05.- Red Rose Speedway (1973)
06.- McCartney II (1980)
07.- McCartney (1970)
08.- Venus and Mars (1975)
09.- London Town (1978)
10.- Flowers in the Dirt (1989)
"Golden Slumbers"


Basada en la novela del mismo nombre de Caleb Carr, The Alienist, ha sido uno de los platos fuertes de Netflix para esta primavera. Un thriller policial mezcla de Holmes y Jack el Destripador que funciona tanto por su historia, guión e interpretaciones como por su puesta en escena, exquisita. La serie además viene de la mano de Fukunaga (responsable de True Detective) sustituido después en la dirección por Jacob Verbrugen aunque siguiendo en la producción. Además asociados a The Alienist hay nombres tan importantes como Eric Roth, Hossein Amini y John Sayles. Y grandes actores como Daniel Bruhl como un grandioso alienista (Dr Lazslo Kreizler), Luke Evans como Jon Moore (su Watson particular), Dakota Fanning, etc, etc... todo notabilísimo. Durante sus diez episodios consigue introducirnos en el Nueva York de finales de siglo XIX, consigue involucrarnos en el caso, en sus deducciones y en el intento de encontrar al asesino en serie en cuestión que francamente, como pasa en muchas ocasiones, decepciona un algo cuando finalmente aparece. No hay nada nuevo en la historia, eso tal vez sea negativo pero sí obtenemos todo lo prometido y todo lo esperado, y lo obtenemos de manera brillante. Tal vez por eso no tiene un sobresaliente, por la falta de personalidad, de ser algo más que millones de productos del mismo pelaje. Nos vale con buena dirección, interpretación y ambientación? puede que sí, pero con algo más de ambición se hubiese llegado algo más lejos, tal vez a la perfección. Se queda The Alienist en eso, en serie notable y correcta a la que le falta una vuelta de tuerca, un no sé qué para entusiasmarnos y que la recomendemos a diestro y siniestro. La serie está muy bien pero prefiero otras. Esa es mi frase lapidaria. Espero a una segunda temporada que ya se rumorea para concederle esa definición de imprescindible que por ahora no tiene.


JOHN PAUL KEITH/ HEART SHAPED SHADOW (2018)/ SOMETHING SO WRONG

 

De John Paul Keith me gusta absolutamente todo, hasta sus andares. El guitarrista originario de Knoxville (Tennessee) lleva siendo hace tiempo una referencia y una fuente inacabable de alegría. Lleva editados ya cuatro discos en solitario que son cuatro joyas indiscutibles, incluido, sí, su nuevo disco "Heart Shaped Shadow". Hubo un tiempo en el que no pensaba de esta manera. Hubo un tiempo que no sé si por gilipollez absoluta, por desconocimiento, por falta de tiempo o sin razón alguna dejé escapar su música. Fue, creo recordar, en 2011 cuando su disco "The man that time forgot" iba de boca en boca con un saco repleto de halagos y buenas críticas. Un par de años más tarde se alinearon los astros y cayó en mis manos, y quedé alucinado con "el disco del fumador", una auténtica maravilla, que hoy por hoy es sin duda mi disco favorito de John Paul Keith. Luego retrocedí en el tiempo para deleitarme con el debut "Spill and Thrills" pero la confirmación de estar ante un grande la tuve cuando "Memphis Circa 3AM" (2013) comenzó a sonar en el hogar nikochiano. Ese sonido tan tradicional, tan clásico pero sin sonar retro. Tan, tan, tan mocker..... delicioso de principio a fin, así que cinco años de espera han tenido que pasar para escuchar sus nuevas canciones. Además, el gafitas, en este 2018, ha vuelto por partida doble, puesto que además de su trabajo en solitario ha realizado otro junto a Amy Lavere y Will Sexton (quién también produce ambos discos), bajo el nombre de Motel Mirrors, su disco "In the meantime" no tardará en caer en mis manos. Apuntado queda. Volviendo a "Heart Shaped Shadow", tengo que deciros que le encuentro un puntito más soul que en discos anteriores, aunque no se olvida del sonido americano clásico, del que va de R&B, al rocarol pasando por el country y zambulléndose en el soul. 


John Paul Keith - Heart Shaped Shadow (2018): 01.- Something so Wrong/ 02.- 901 Number/ 03.- Leave Them Girls Alone/ 04.- Ain’t Letting Go of You/ 05.- Ain’t No Denying/ 06.- A Little Bit of Loving/ 07.- Do You Really Wanna Do It/ 08.- Miracle Drug/ 09.- All I Want is All of You/ 10.- Someday Somebody’s Gonna Love Me/ 11.- Throw It on Me Baby/ 12.- Pink Sunsets.

El sonido rock cincuentero es la base de las nuevas canciones pero de soul el disco también va completamente espolvoreado. Un disco cien por cien mocker. Esa esencia se nota durante su escucha. Sus vientos, sus guitarras rítmicas.... "Something so wrong" es el claro ejemplo. Un tema precioso, descomunal, soulero, sexy y ardiente, para seguidamente rompernos el corazón con "901 number" al más puro estilo años cincuenta. Esos cincuenta rocanroleros que se abren paso con "Leave them girls alone", esos sonidos pioneros del garage, esos sonidos pre-WHO, esos sonidos que remiten al "I'm the face" de The Detours.... Otro deje medio rocanrolero, medio honkytonkero espolvoreado de soul  con amartillamientos de piano en "Ain't letting go of you", una de esas joyitas que nos encontramos en el disco. Un disco que sigue modrockeando, esta vez tirándose más al sonido blusero en "Ain't no denying", confirmando que este disco es un despiporre. El espíritu de Roy Orbison o los hermanos Everly aparece en la preciosa "A little bit of loving" mientras que es el fantasma de Jerry Lee quién se da un garbeo en "Do you really wanna do". "Miracle drug" es una balada muy crooner, muy Elvis que nos lleva al funki garagero de "All I want is all of you", volviendo de nuevo al inicio de los Who y millones de bandas de aquella brutal generación. Una de mis favoritas es sin duda "Someday somebody's gonna love me". No me preguntéis porqué, pero es escucharla y sentirme en el cielo. Maravillosa. El final nos llega, primero con el rock herederos de Prestley en "Throw it on me baby" y definitivamente con la preciosa "Pink sunsets" donde el amigo John Paul Keith se luce. Discazo de artistazo. 

Nunca he sido fan de Jim Carrey pero sí reconozco haber visto sus películas más taquilleras e incluso haber disfrutado con ellas. Están las clásicas tontás como "La Máscara", "Ace Ventura", "Dos tontos muy tontos" con las que recuerdo haberme reído mucho, luego en su mayoría encontramos mierdas de dimensiones siderales, pero claro, luego hay alguna que otra pequeña joyita como "El Show de Truman", "Olvídate de mi" y sobretodo "Man of the moon". Aquel film dirigido por el grandísimo Milos Forman narraba la vida del cómico Andy Kaufman, film que hacía mucho que no veía y del que tenía un grandísimo recuerdo. Poco después y casi por casualidad, pude ver a Carrey en un programa junto a Jerry Seinfield (Comedians in cars getting coffe) donde éste entrevista a cómicos mientras les lleva en coche y desayunan. En esa entrevista vi a otro Carrey, a una persona que explicaba alguna que otra interioridad muy interesante. Así que después de eso y recordando "Man of the moon" no pude resistirme al documental "Jim and Andy". En el documental vemos a Carrey durante el proceso de grabación de la película. Todo está grabado de manera casera y 20 años después sale a la luz conun perfecto montaje para ver como interpretar a Kaufman cambió la vida de Carrey. Es espectacular ver como Jim Carrey se mete en el papel, como vuelve locos a todos los integrantes del film, tanto al director Forman como a secundarios como Paul Giamatti, Danny DeVito, Courtney Love, Jerry Lawler.... Estamos ante un documento extraordinario. Una muestra de lo que es actuar. Cautivador y electrizante. Un documental impresionante que obliga a mirar con otros ojos al loco de Jim Carrey, y por supuesto a volver a visionar "Man of the moon". 

El quinto disco de este oriundo de Nashville ha llegado al hogar nikochiano para quedarse. "Still Here" es mi primera toma de contacto con Don Gallardo y un servidor no puede estar más que contento con el hallazgo. Como digo no es su primer disco, es ya el quinto. Y comentan los sabios del lugar que el anterior, "Hickory" (2015), era un disco sobresaliente. Disco que dentro de poco caerá en mis manos porque el nuevo me está encantando conforme las escuchas aumentan lentamente. Gallardo practica un country-rock amable de esencia americana. Nada que no hayamos escuchado antes, cierto. Nada que sorprenda, cierto también. Menos cierto sería decir que no estamos ante una gran colección de canciones, unas canciones de tono amable y escucha agradable. Tal vez ese es el pero, la amabilidad, puesto que falta algo de mala leche, de garra, de energía. Sobretodo a partir del ecuador del disco donde en mi opinión todo baja un algo de nivel, cayendo en la rutina y en el piloto automático, aunque ya les gustaría a muchos llevar ese piloto automático. La estupenda "Something I gotta learn" abre con clase el disco, regodeándose en el puro sonido americano: sus quejas, su carretera, su corazón quebrado y sus penas ahogadas en alcohol. Sonido clasicón. Medio tiempo épico en "Kicking up the pavement" y country a galope en "Oh Jane". Tripleta inicial notabilísima. El banjo juguetón de "Same Ol'Alley talking blues #12" nos da placer eterno mientras que el estribillo de "The golden rule" se graba en nuestras quijoteras. "The losing kind" es la balada de cowboy que todos esperábamos en este disco, disco que llega al ecuador y que sorprende con una maravillosa y jazzísitica "Stay awhile" para ya marcar un claro bajón aunque justo al final remonte un algo, sobretodo con  "A boat named harmony" y "Ballad of a stranger's heart".  Estamos ante un disco muy interesante, notable y de calidad indiscutible aunque falto de garra. Recomendable para los amantes de la americana y la música de raíces de escucha fácil. Al señor Gallardo habrá que seguirle la pista y repescar alguno de sus anteriores trabajos. Apunten a "Hickory".

Don Gallardo - Still Here (2018): 01.- Something I Gotta Learn/ 02.- Kicking up the Pavement/ 03.- Oh Jane/ 04.- Same Ol’ Alley Talkin’ Blues #12/ 05.- The Golden Rule/ 06.- The Losing Kind/ 07.- Stay Awhile/ 08.- The Bitter End/ 09.- I’ll Never Be Alone/ 10.- A Boat Named Harmony (feat. Erin Rae)/ 11.- Ballad of a Stranger’s Heart/ 12.- Trains Go By.

"the same old rock"


No os mentiré si os digo que esperaba más de la nueva serie exclusiva de Netflix, aunque se tratase de un remake de una serie con el mismo nombre de los años sesenta. La nueva "Perdidos en el espacio" luce muy bien, hay dinerito fresco puesto sobre la mesa y se nota. Hay dinerito para poner a a algunos actores que aseguren una cierta calidad y hay niños.... Sí, eso ya es más difícil de digerir y hace que todo sea algo más difícil. Los chiquillos de la familia Robinson son tres y en todos los casos nos cuesta cogerles cariño teniendo como tiene cada uno un rol concreto. La lista, la graciosilla y el niño acomplejado. En eso, los creadores del producto, Matt Sazama y Burk Sharpless (responsable por ejemplo de "El último cazador de brujas), no se han estrujado mucho el cerebro. Sí funcionan los padres. Tobby Stephens (visto en "Black Sails") y Molly Parker (Deadwood) cumplen y mantienen la serie. Una serie a la que le cuesta introducir sus personajes y hacerlos creíbles. Serie que le cuesta despegar por un guión anodino y endeble. Serie que no acaba de explotar a un robot/alienígena y que tiene a una mala malísima de risa, el personaje interpretado por Parker Posey, el cual nunca acaba de hacer suyo. En fin, que todo es visiblemente correcto, todo es más o menos entretenido si tienes menos de dieciocho años o tienes más y estas viendo la serie con tu hija para quién la serie es su primera aproximación a la ciencia-ficción. Bueno, a mi hija le gustó pero me dijo que donde se ponga "Valerian" se quite esto. No le falta razón. Incluso ha visto "Warcraft" que le gustó bastante... pero ese es el nivel de enamoramiento, el de chiquillos a partir de ocho años que puedan identificarse con los niños Robinson. Poco más. Nunca acaba de funcionar nada, ni la historia, ni las misiones, ni el robot, ni los flashbacks. Todo parece estar de más y no centrarse en nada. Le falta carisma, emoción y mucha aventura.


I'M KINGFISHER/ TRANSIT (2018)/ SILENT SPRING

 

No recuerdo con exactitud como llegué hasta la bellísima música del sueco Thomas Denver Jonsson. Tirando del hilo creo que debo dicho descubrimiento a Michael McGowan de Purslane y a mi enfermiza inquietud musical. Sin duda sin todo eso nunca hubiese llegado a "Transit" que para Thomas es ya su sexto disco aunque siempre bajo el nombre de "I'm Kingfisher". El autoproclamado Rey Pescador nos obliga, con una nueva colección de canciones que beben del folk-rock clásico, del de siempre, del bello y eterno, y que remiten tanto a un Devendra centrado, como a un Andrew Bird menos musical y más cantante, algo de Oberst, de Buckley, de Jurado o un mucho de un Bon Iver pasado que ya no volverá después de perderse en el absurdo vacío electrónico, a retroceder y repescar en sus obras anteriores, sobretodo en "Arctic" (2011) y "Avian" (2014), pero escuchando aquellos queda claro que con "Transit" ha tocado el cielo, se ha superado y ha creado un disco que estará entre mis favoritos del año, por su calidad, sus canciones y por supuesto, por su belleza absoluta. El disco parece que empezó a coger forma cuando KEXP nombró a la canción que abre el disco, "What good would loving do me now?", como mejor canción del día, del mes o yo qué sé, algo de eso leí por ahí. Desde luego es un temazo que define todo lo que el Rey pescador puede darnos. Define a la perfección su música, su estilo, su sensibilidad. Para un servidor no es ni de lejos la mejor canción del disco, y eso que no hay duda de estar ante un temazo, pero es que este disco es un tesoro sonoro gracias a una guitarra acústica de ensueño, un delicioso y sensible piano, una voz Boniveriana y una atmósfera ensoñadora. 

I'm Kingfisher - Transit (2018): 01.- What Good Would Loving Do Me Now/ 02.- Sinking Ship/ 03.- The Oaks Rule/ 04.- Luck Underwhelms Me/ 05.- Sarajevo/ 06.- Can’t Wait For The Future/ 07.- Superman In A Wake/ 08.- Harbour’s Mouth/ 09.- Silent Spring/ 10.- Topography Of Gabon/ 11.- A New House.

La guitarra seduce con sus primeras notas en la ya comentada "What good would loving do me now?", luciendo unos coros preciosos muy del estilo Justin Vernon, incluso en ese falsete doblado. Sin excesos ni adornos extravagantes ni futuristas y con toda la simpleza posible, estamos ante una canción de las que arropan almas, perfecta para abrir un disco bonico del to. "Singing ship" tiene una entrada muy Fleet Foxes o diría de manera más correcta muy Stills, se toma su tiempo hasta explotar en un tema algo puesto de peyote y toques desérticos a lo Tito Neil. Fabuloso es decir poco. La balada "The Oaks Rule" es de las de piel de gallina, donde la sencillez se hace grande. "Lick underwhelms me" abre una tripleta de favoritas. Estamos ante tal vez mi canción favorita del disco. Con ecos a casi todos los cantautores folkis que me han gustado en la última década. Un resumen o un homenaje a todos ellos en poco más de tres minutos. "Sarajevo" es una delicatessen de la que poco o nada os tengo que decir, es escucharla y caer rendido a ella y al Rey Pescador. "Can't wait for the future" es puro Buckley, pura nana, puro sueño melancólico.... Pasado ya el ecuador del disco confirmamos las sospechas, "Transit" es un disco grande, uno de los discos de folk del año, una colección de canciones maravillosas como "Superman in a wake" y "Harbour's mouth". La primera más celestial y la segunda más campestre, siendo esta segunda otra de mis favoritas. "Silent spring" nos enseña dulcemente el camino al final, por medio una acústica seductora y muy casera nos embruja en "Topography of a Gabon". El cierre le corresponde a "New house", y lo hace con otra maravillosa tonada folk que esta vez recuerda al Devendra menos molón y más artista. Thomas Denver Jonsson o lo que viene a ser Kingfisher, sorprende con un disco que perdurará en el tiempo y que crece a pasos agigantados a cada escucha. Una colección de canciones íntimas, clásicas y preciosas. Sobresaliente. 

La única referencia que tenía de este film australiano exclusivo de Netflix era la presencia de Martin Freeman (El Hobbit, Sherlock, Fargo). Suficiente en mi opinión para darle la oportunidad a una película de la que también desconocía su argumento. Así que sin saber nada, dispuesto a ser sorprendido me dispuse a ver el film dirigido por Ben Howling y Yolanda Ramke. La historia no es nada del otro mundo pero está muy bien tratada, tanto en el ritmo como con la gran sensibilidad que encontramos en ella. El film no es más que la enésima película sobre zombies, muertos vivientes, infectados o caminantes. Da igual como les llaméis. Hay una epidemia mundial que provoca que los humanos enfermen y parezcan zombies, y hay gente que intenta sobrevivir. Freeman interpreta a Andy Rose que con su mujer e hija de menos de un año buscan un lugar donde sentirse seguros. Como podéis imaginar ella es infectada, y él es incapaz de abandonarla o sacrificarla con lo que finalmente será mordido y quedará igualmente infectado teniendo que buscarle un lugar a salvo a su pequeña antes del inevitable cambio. Como digo nada del otro mundo ni nada que nos sorprenda pero desde luego consiguen mantenerte atento e interesado todo la película, y además emociona  conforme el tiempo se acaba para Andy. Destacable también la ambientación, en Australia, ofreciendo planos bellísimos. Hay tensión, hay emoción, hay acción y terror. Todo en uno, todo muy bien ligado, todo presentado de manera notable. Muy interesante. 

01.- Waterloo Sunset
02.- You Really Got Me
03.- David Watts
04.- Sunny Afternoon
05.- Days
06.- Dedicated Follower of Fashion
07.- Lola
08.- Celluloid Heroes
09.- 20th Century Man
10.- A Well Respected Man
"A well respected man"

Llevaba unos cuantos meses enganchado a series de postín o al menos a series que aspiran a ser grandes y necesitaba un respiro, un entretenimiento con algo de ingenio y chispa cuando me enteré de la llegada a Netflix de la tercera temporada de "Lovesick". La serie británica sigue siendo uno de los secretos mejores guardados de Netflix. Sigue siendo igual de fresca, igual de divertida y sigue teniendo el romanticismo por montera. No es nada original ni nada del otro mundo pero resulta entrañable ver las relaciones existentes entre sus protagonistas, tanto las de amistad como las amorosas. Ya no tenemos a Dylan diciéndole a sus ex novias que ha tenido clamidia. Le tenemos en plena crisis con su pareja y a las puertas de comenzar una relación con su amor verdadero, Evie. Y al resto de personajes les tenemos donde les dejamos y donde queremos, al borde del ataque de nervios. El personaje de Angus ha ganado enteros y mucho protagonismo, pasando de secundario a esencial, y al bueno de Luke cayendo en su propia trampa cosa que es muy graciosa. Ocho episodios más que siguen la linea trazada pero con algo más de madurez sin perder la chispa, dejando todo abierto para seguir las andanzas de este grupo de amigos. Una pequeña joya, necesaria y muy disfrutable.

Lo de Jessica Jones es una decepción memorable. Fue la primera componente de "The Defenders" en aparecer, y aunque su primera temporada (T1) no era tampoco para tirar cohetes, fue lo suficientemente entretenida para hacer que picásemos en los siguientes escarceos de Netflix con los superhéroes, aunque exceptuando a "Daredevil" el nivel es más que dudoso. En estas que se presenta la segunda temporada y el sopor se hace evidente. Está la fórmula acabada? No lo creo si se hacen bien las cosas, claro que si entregan temporadas reguleras y descafeinadas como la que nos ocupa pues desde luego un servidor dejará de ver estos productos que por otro lado comienzan a orientarse a quinceañeros imberbes. La segunda temporada es peor en todo. Desdibuja a su protagonista y la lleva a la absurdez. No hay  malvado de nivel, echamos mucho de menos a Killgrave (David Tennant) aunque salga ridiculamente en un episodio. La historia de Trish es ridícula y no interesa, como tampoco lo hace el personaje interpretado por Karry Ann-Moss que por cierto encontramos en todas las series de Los Defensores. Así pues, lo de Jessica Jones parece un caso perdido. Temporada aburrida y prescindible.

Si decía que Jessica Jones ha sido una decepción apabullante, lo de la serie belga "Tabula Rasa" ha sido una grata sorpresa. Un thriller trilero de sustos, misterios, asesinatos, memorias pérdidas y casas encantadas que sorprendentemente funciona a las mil maravillas y engancha como una cosa mala. La actriz protagonista, Veerle Batens, está espléndida en su papel de la amnésica Mia D'Haeze. El resto ya es más criticable pero en general tanto las actuaciones, como el guión y la factura son notables. Hay giros de guión interesantes, no demasiado sorpresivos, suficientemente interesantes para tenernos enganchados a la búsqueda de Thomas De Geest, posible víctima de la que Mia parece ser la principal sospechosa. Poco más que contar, os dejo con la intriga para que veáis una serie que normalmente queda fuera de nuestro radar. Muy interesante.


OLD CROW MEDICINE SHOW/ VOLUNTEER (2018)/ CHILD OF THE MISSISSIPPI

 

Después de marear la perdiz con tropecientas novedades de lo más retromodernas con dejes ochenteros a uno se le queda cierto malestar estomacal, cierta acidez, cierto desasosiego que únicamente puede ser solventado con unas cucharaditas de la vieja medicina del cuervo. Sí amigos terrícolas, es escuchar el primer tema de una de mis bandas predilectas y abrazar la vida eterna. La vuelta de "Old Crow Medicine Show" siempre es una grata sorpresa, un placer y una obligación el entregarse a su atenta escucha. Cierto es que el año pasado nos regalaron un disco, pero no fue un disco suyo, sino uno de homenaje a uno de los más grandes momentos de la historia de la música que no era otra cosa que la celebración de los "50 years of Blonde on Blonde", casi ná. Disco que disfruté mucho en el hogar nikochiano pero que no aplacaba las ganas de hacerse con material nuevo después de los notables (que no sobresalientes) "Carry me back" (2012) y "Remedy" (2014). Así pues, cuatro años más tarde, Secor y Fuqua junto a sus secuaces Cobb, Andrews, Hayes, Jhanig, McCoy y Younts entregan una nueva colección de canciones que saben a gloria, a taberna, a puro Mississippi, a placer