De Portland, Oregón. De sonidos americanos que beben sin disimulo de The Byrds, CSN, Buffalo Springfield, Big Star, Jayhawks y tantos otros. De buena compañía como la que les llevó por tierras peninsulares hace un par de años junto al magnífico Doug Paisley. De talento indiscutible... y es que de esa guisa es imposible no seguir la pista a The Parson Red Heads quienes este año han firmado uno de esos discos de escucha lenta y pausada, que crecen y enamoran conforme pasan los días, las semanas y los meses, y que al llegar el Otoño se hacen imprescindibles. "Blurred Harmony" es uno de mis discos favoritos en lo que llevamos de año. Sus armonías y americanismo me desarman, sus guitarras cargadas de folk-rock en ocasiones psicódelico con cierto aroma sanfrancisquero me trasladan a tonadillas conocidas como las de mis amados Jefferson Airplane, y su inmensa variedad en cuanto a sabores americanos me hacen muy fácil explicar porqué se ha convertido en uno de los discos top del año. El quinteto de Portland se inspira en un poema de Donald Justice para crear sus canciones tomando prestado también su nombre para el disco, y su sonido tiene cierta reminiscencia a Big Star, pero para no irnos muy lejos en el tiempo podríamos decir que tienen un algo de The Jayhawks y de Teenage FanClub, mezclado todo con la sabiduría de Scott McCaughey (que allá donde aparece acaba por convertirse en uno de mis favoritos del momento) con quién por cierto han trabajado en innumerables ocasiones pero que esta vez no se encuentra enfrascado en el proyecto pues es el guitarrista Sam Fowles quién se ocupa de la producción. Las nuevas canciones siguen un hilo común, el del tiempo, lo que nos hace pensar que es un disco "conceptual" vestido de psicodelia folk, esas canciones que se agigantan a cada escucha, trasladando al oyente a paraísos celestiales con olor a tierra mojada hacen a este disco esencial, lo hace inmensamente bello.


The Parson Red Heads - Blurred Harmony (2017): 01.- Please Come Save Me/ 02.- Coming Down/ 03.- Time After Time/ 04.- Answer Twice/ 05.- Sunday Song/ 06.- What Have I Become/ 07.- Terrible Lie/ 08.- Time Is a Wheel/ 09.- Today Is the Day/ 10.- Waiting for the Call/ 11.- Out of Range/ 12.- In a Dream.

Hay tantas referencias míticas en la canción que abre el disco y que ya se han nombrado en incontables reseñas que para qué me las voy a dar yo de listo y repetirlas. "Please come save me" es, independientemente de a qué nos recuerde, un tema descomunal y precioso, concentrando en él casi todas las virtudes del folk/pop/rock americano dejando en cueros a bandas como Fleet Foxes o Band of Horses, mitificados hasta extremos incomprensibles hoy en día. En el segundo tema, "Coming down" visitan la costa oeste americana de finales de los sesenta y se empapan del aroma Sanfrancisquero, sonando, al menos para un servidor, a tonadillas que perfectamente Marty Balin podría firmar como Jefferson Airplane. Delicioso y favoritísima. "Time after Time" es otro pelotazo que nos deja sin aliento ya desde esa guitarra espeluznante hasta su estribillo perfecto. La rara, breve y caprichil "Answer twice" sirve de puente hacia otro de los temas del disco, "Sunday song". Donde encontramos un desarrollo progresivo que firmaría sin pestañear el señor Gilmour, desde luego tiene esa melancolía, ese feeling, esa destreza. Y así podría pasar el rato, dando el coñazo canción a canción intentando decir muchísimo pero repitiéndome más que el ajo. Todas y, sí, digo todas las canciones son magníficas, para qué negar la evidencia ni buscarle tres pies al gato. Claro que tengo mis favoritas, las que creo que son sobresalientes, como por ejemplo el trío que viene: "What have I become", "Terrible Lie" y sobretodo "Time is wheel" que es oro puro. Un temazo de esos que desarman y vuelan cabezas. Del resto? pues todo reseñable, todo de lujo aunque me quedo personalmente con "Today is the day" y "Out of range", otra que hay que amar sobre todas las cosas. Entre medias "Waiting for the call" que no desentona y el final con "In a dream" que pone broche de oro a uno de los mejores discos del año. 

Recuerdo perfectamente ir a ver "La princesa Prometida" al cine en un programa doble de esos que ya han desaparecido, bueno, desaparecieron los programas dobles y los cines. Treinta años después, que se dice pronto, me siento junto a mi hija Arlet de seis años a ver el DVD de la película para celebrar que nada más y nada menos cumple 30 años. Mi hija, por supuesto, queda enseguida atrapada en una de las más bonitas historias de amor de la fantasía ochentera, y embrujada por todos los maravillosos personajes que van apareciendo. Después de una hora y media con la boca abierta y viéndole la cara, sé que hemos acertado y que esa película la recordará siempre, lástima que ya no se hagan películas de esa guisa, la última, tal vez, fuese aquella maravillosa "Stardust", basada en al novela de Gaiman, la que recuerda en todo a la historia de amor entre Westley y Buttercup. Como decía, treinta años después sigue funcionando a la perfección, sigue embrujando y manteniendo al público embobado ante la historia que se les va mostrando, sirviendo como perfecta "primera película adulta" para los más pequeños. Su director, Rob Reiner (Cuenta Conmigo, Spinal Tap, Cuando Harry encontró a Sally, Misery,...), realizó un trabajo magistral. Los actores serán siempre recordados por sus papeles, tanto Robin Wright (Buttercup), Cary Elwes (Westley), Mandy Patinkin (Íñigo Montoya), Chris Sarandon (Príncipe Humperdinck), Chistopher West (Conde Rugen), Wallace Shawn (Vizzini) e incluso Andrea El Gigante (Fezzic) nunca han podido quitarse de encima a los personajes que interpretan, sólo Billy Cristal (Milagroso Max), que es un ser de otra galaxia, ha seguido a su bola. Sin olvidarnos de Fred Savage y Peter Falk que son los culpables de que conozcamos la historia. Todo en la princesa prometida es genial. Genial son los retos de Westley con Montoya, Fezzi y Vizzini. Genial es Milagroso Max. Como detestable es el conde de seis dedos que provocó que la frase de Montoya "Hola, mi nombre es Íñigo de Monyoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir" se quedase grabada en el cerebro de toda una generación, tanto como aquel "Como desees" de Westley. Las luchas a espada, el pantano de fuego y la máquina del dolor. Sin olvidarnos de la banda sonora del film realizada por Mark Knopfler y Willie DeVille. Mítica de principio a fin. Imprescindible. Y sobretodo recordad: Nunca luchéis contra un siciliano cuando la muerte está al acecho!



Me declaro acérrimo seguidor de Sean Scolnick o lo que viene a ser lo mismo de Langhorne Slim. El de Pensylvania (Langhorne es su pueblo de nacimiento) lleva muchos años acompañándome en la salud y en la enfermedad, dándome alegrías y momentos inolvidables con su música. Desde el maravilloso "Electric Love Letter" ha ido maravillándome con cada uno de sus trabajos, ya sea "When the sun's gone down" (2005), "Langhorne Slim" (2008), "Be Set Free" (2009), "The Way we Move" o su reciente y sobresaliente último disco "The Spirit Moves" (2015). Diez años de grandísima música poco valorada en esta parte del planeta aunque a mi poco me importe, pues yo sigo a lo mío: disfrutando. Este año tocaba disco y lo tendremos muy pronto, concretamente su salida está marcada en rojo en el calendario para el 10 de Noviembre vía Dualtone Records, y llevará el título de "Lost at Last Vol. I", lo que provoca que nos preguntemos si pronto habrá un volumen II. Antes de la llegada de este esperadísimo disco en el hogar nikochiano, Langhorne Slim nos sorprende con un EP del que hoy os quería hablar un poquito. Un EP llamado "Never Break" que contiene tres canciones que con total seguridad encontraremos en el nuevo disco. Tres canciones que confirman el estilo tranquilo y bonico del to que tendrá su nueva colección de canciones. Por ejemplo, "Never Break" que abre y da nombre al EP, es un tema muy suyo, una balada típica donde su voz parece romperse en mil pedazos. Un valor seguro. "Old things" se muestra más juguetona, en un dueto con fémina que gusta mucho en el hogar nikochiano, y cierra "Zombie" en modo "Cat Stevens" un EP que augura un larga duración de escándalo.

"Killer Queen"


Ya entrando en otoño uno recuerda como las noches calurosas de verano pueden llegar a ser largas. Los días más aún, con las niñas en la playa, luego piscina, bicicleta, paseos, comidas, cenas... uno llega a la noche que no se aguanta derecho. Una vez duermen, si uno es capaz de sacar fuerzas de donde ya no las hay es el momento perfecto para entregarse a alguna comedia televisiva con algo de chispa, ingenio y carisma. Muy difícil todo ello, pero de haberlas haylas. Me llega el soplo de "Lovesick" (Scrotal Recall creo es su título original) de la que Netflix presume de tener dos temporadas (tienen en espera la tercera) pero que al parecer nadie se ha dado cuenta lo buena que es. Dos temporadas de seis y ocho episodios respectivamente, de una media hora de duración cada uno. Una premisa tonta, una excusa pamplinera, la del joven con clamidia que decide avisar a sus ex para que también se hagan la prueba. Cada episodio recibe el nombre de una de esas chicas, cada mini historia es deliciosa, divertida, pero bajo esa linea argumental casi infantil hay otra historia fantástica que gira entorno al amor verdadero y casi prohibitivo. Ese chico, Dylan, comparte piso con dos amigos, con Luke (su mejor amigo) y con su amiga/amor imposible Evie. Reconozco que la serie me ha ido ganando poco a poco y que tardé en caer en sus garras pero ahora está entre mis comedias favoritas del año. Los secundarios como Angus o Abigail son demoledores, y a los protas, incluso a Luke les acabas amando con locura. Fantástica.


QUEEN/ QUEEN I (1973)/ KEEP YOURSELF ALIVE

 

".... and nobody played synthesizer....."

Sin duda 1973 supuso en la música el final de muchas historias y el principio de otras. The Who firmaban seguramente su último gran disco: "Quadrophenia", el punk comenzaba a dar sus primeros pasos de la mano de Iggy & The Stooges y como no de New York Dolls que entregaron obras maestras como "Raw Power" y "New York Dolls" respectivamente, era casi también el año del adiós de Led Zeppelin, vale aún quedarían por aparecer grandes trabajos como "Physical Graffiti" pero está claro que con "Houses of the Holy" habían tocado techo. Los Stones cerraban su época gloriosa con el poco valorado aunque glorioso "Goats Head Soup". Otros como Pink Floyd firmaban su POM (The Dark Side of the Moon), genios como Springsteen, Marley, Elton y Browne se afianzaban y prometían una carrera inigualable, y simplemente Bowie y por ejemplo Stevie Wonder convertían en oro todo lo que tocaban. Incluso había  lugar para rarezas como el "Tubular Bells" de Oldfield o el magnífico "Selling England by the pound" de los Genesis... Ya digo, un año difícil por la variedad de las propuestas: rock de siempre, reggae, soul, progresivo, punk, glam, hardmetal....  Y en todo este barullo, donde encajaba La Reina? pues tomando el testigo que los Zeppelin parecían cederle, a lo que ayudó la prensa que rápidamente vieron en ellos un relevo más que solvente y prometedor, pero Queen no eran Led Zeppelin ni por asomo, y lo digo tanto en lo bueno como en lo malo. Eran y son dos bandas muy diferentes que además aún siendo yo muy fan de Mercury y Cía, reconozco que la Reina no aguanta la comparación con los Zeppelines, pero ese ya es otro tema. Desde luego, el primer disco de Queen, el álbum de debut que como indicaba la moda aparecía sin título o con el clásico Queen I, tenía muchas cosas de Led Zeppelin, pero también muchas de la épica de los Who, y mucho del Glam. Todo bien mezcladito y servido como ellos decían "sin sintetizadores"... curioso, al menos sabiendo en lo que años más tarde se convirtió la banda, ya en los extraños ochenta. 


En décadas pasadas las grandes bandas, los grandes talentos no podían parar su creatividad, y teníamos un disco al año, incluso a veces dos. Queen no es una excepción, el debut que hoy nos ocupa apareció a final de 1973, pero en 1974 aparecieron otros dos discazos: "Queen II", y "Sheer Heart Attack", en el 75 su POM "A Night at the Opera", en el 76 "One Day at The Races", "News of the World" en el 77, y finalmente, cerrando su época dorada en el 78 "Jazz" con el que su creatividad y su talento comenzaron a difuminarse, concierto de despedida (Killers) y una vuelta al ruedo con "The Game" donde cambiaban de imagen, de estilo, casi de público... Ya nunca más firmaron un disco sobresaliente, canciones buenas de haberlas haylas pero ya nunca fue lo mismo aunque comercialmente les fuese mejor que nunca, y sí, desde entonces sí habían sintetizadores y muchos: Queen, what's new? Queen, someone still loves you!.. ya me entendéis, verdad?. Recomiendo y reto a cualquier detractor de Queen, de la banda del cuero, del bigote, del gugu gaga, del "me llamo Fermín" y el disco del parchís a que cojan al toro por los cuernos y se metan los cuatro primeros discos de la banda de Federico Mercurio en vena. Sobretodo con este "Queen I" que a más de uno cogerá de improvisto y sorprenderá, o porque no lo conozca o porque acabe redescubriéndolo. 


Queen - "Queen I" (1973): 01.- Keep Yourself Alive/ 02.- Doing Allright/ 03.- Great King Rat/ 04.- My Fairy King/ 05.- Liar/ 06.- The Night Comes Down/ 07.- Modern Times of Rock'n'Roll/ 08.- Son & Daughter/ 09.- Jesus/ 10.- Seven Seas of Rhye.

El cuarteto londinense formado por el showman e increíble cantante y compositor Freddie Mercury, poseedor de un instrumento vocal inigualable, el genial guitarrista permanentado Brian May, con un estilo propio e inconfundible a las seis cuerdas y unos riffs reconocibles de aquí a Lima, el bajista John Deacon y el, aunque hoy odiado por un servidor, brutal batería Roger Taylor, dotado de un falsete espectacular. Todos ellos compositores, todos con éxitos propios dentro de la banda, todos con un talentazo demoledor pero nadie con el mojo de Mercury, porque Freddie sí tenía la magia. Era único. Pues bien, 1973 es la fecha de su debut oficial. Un debut homónimo formado por diez temas que nos enseñan un poco de donde vienen y a donde van, sus influencias y su estilo propio que aunque todavía está en pañales ya comienza a enseñar las uñas. Un ejemplo de lo dicho es el temón que abre el disco, "Keep Yourself Alive", con una riff de guitarra impresionante, la sección rítmica a todo trapo y Freddie en su salsa, luciéndose como siempre. Mil capas instrumentales que se convertirían en santo y seña y se triplicarían, voces dobladas, riffs que van y vienen.... temas más allá del rock, con toques líricos y cabaretescos, y un poco de rock de siempre, adornado con un glam-progresivo.... "Keep yoursef alive" es un despiporre, eso es incuestionable, un tema increíble de May, que también firma la autoría junto a Tim Stafell (anterior vocalista de la banda cuando eran Smile) del bellísimo tema "Doing all right", con cambios de ritmo y estilo en el mismo tema que les acercaban a los Zeppelin del "III"... y una explosión eléctrica genial. La opereta "Great King Rat" de Mercury ya apuntaba hacía donde querían ir como banda, es sin duda uno de mis temas fetiche, con él confieso me enamoré de esta magnífica banda. Un tema difícil a todos los niveles que mostraba las cualidades de Freddie como vocalista y compositor. "My Fairy King" es otro tema de Mercury. Por esa época más o menos se repartían él y May casi al 50% la composición de los temas como en "Queen II" donde podríamos decir que cada uno se ocupa de una cara del disco. Tanto "My Fairy King" como "The Night Comes Down" encajarían perfectamente en el "II" pero aquí están. La primera con su faceta operística, es una balada dulce y preciosa que le pone algo de calma y sofisticación al disco, y la segunda, esa estupenda "The Night Comes Down", es puro Zeppelin, una progresión hard-rockera al inicio que firmaría Page al más puro estilo "Baby, I'm gonna leave you" que se va transformando gracias a May en una increíble balada. Y en medio de ambas, otro trallazo como "Liar". Mercury en todo su esplendor. Abrumadora, excesiva, deslumbrante, operística, glamera y putera. Liar es una joya, uno de los grandes temas ocultos de esta imprescindible banda. "Modern Times of Rok'n'Roll" es la cuota que le daban al bueno de Taylor, en los primeros disco siempre tiene tema reservado, compuesto y cantado por él. En este caso se marca un rocanrol clásico, acelerado y apuntado hacia el punk, pero sin más historia que la de ser el séptimo tema del disco debut de Queen. "Son and Daughter" es, otra vez, mucho Zeppelin. De principio a fin, de proa a popa, de la quilla a la perilla... hijo e hija de Page y Plant pasado por el filtro de La Reina, y como no, está firmado por May que no podía ocultar su devoción por los Zeppelin. Antes del final con la brutal instrumental "The Seven Seas of Rhye" que luego aparecería con letra y bien acabada en "Queen II" nos encontramos con otro tema de Freddie, "Jesus", con unas guitarras muy durillas para lo que es Queen, pero magníficas, May se luce. Y nada más, nos quedamos con el regusto de los "siete mares", espero que redescubráis o retoméis este gran disco de una grandiosa banda que por unas cosas u otras a veces no es valorado como se merece. 


*Post aparecido originalmente en EXILE SH Magazine por Nikochan


01.- A Night at the Opera (1975)
02.- Sheer Heart Attack (1974)
03.- A Day at the Races (1976)
04.- News of the World (1977)
05.- Queen I (1973)
06.- Jazz (1978)
07.- The Miracle (1989)
08.- The Game (1980)
09.- Queen II (1974)
10.- The Works (1984)


Lo peor que le puede pasar a una película de miedito es que uno intuya todo lo que va a pasar antes de los cinco minutos, entonces sólo queda que lo que pase, pase a lo grande, o en definitiva que haya muchos sustos y mucha sangre. En el momento que alguien en Missouri secuestra a un hombre negro, y la historia da el salto a una pareja interracial que va a visitar a la familia blanca en Missouri al más puro estilo Sidney Poitier queda todo más que claro, cristalino. Lo vengo diciendo hace tiempo, sí, soy pesado. Está película es una copia de mil y una películas que hemos visto ya los mayorcitos infinidad de veces, sobretodo en la época ochentera donde el alquilar de VHS, Beta o formato 2000 (sí, si has sonreído es que eras un loser...) echaba humo. Pues bien, si andas preocupado por la infinidad de granos en tu cara seguramente quedarás alucinado con la historia y con el final, si en cambio eres cuarentón, cada cinco minutos citarás a Homer Simpson: me aburro, me aburro, me aburro, me aburro.... La sinopsis vendría a ser algo así: Una pareja interracial visita a los padres de ella, un matrimonio adinerado de Missouri. Pronto Chris (Daniel Kaluuya) comenzará a ver comportamientos extraños, no sólo de sus futuros suegros, sino de toda la familia, invitados e incluso del servicio. A medida que pasan las horas comenzará a descubrir lo que esa familia oculta. Es "Get Out" plana. Con un humor tontorrón que no pega nada y así hacer que el film enganche a un público mayor, si era esa la intención: conseguido. No ayuda que el final, que debería ser una apoteosis gore se quede en pim pam pum. Es decir, que esta historia en los ochenta hubiese salpicado la pantalla, lastimosamente casi cuarenta años después todos se han vuelto muy blanditos. No digo que no se pueda ver, ni que no entretenga a más de uno, pero para un fan como un servidor de este género no es suficiente. Actuaciones mediocres, y resolución facilona. Debo ser el único al que este film le ha decepcionado, así que tendréis que verla y hacerme la contraria. Yo desde luego, no la pienso recomendar. 

Una de mis lecturas veraniegas fue esta maravillosa biografía escrita por Lesley-Ann Jones sobre el gran Federico Mercurio, de la que por cierto todo el mundo me había hablado muy bien y que aseguraban era la mejor biografía sobre Freddie que no sobre Queen. Digo esto porque lo que todo el mundo tendría que saber antes de remangarse y meterse de pleno en la apasionante vida de Mercury es que el libro va sobre su vida y no sobre su banda, que se detallan aspectos sobre el líder de la banda mientras que se pasa de puntillas sobre sus discos. Es más un libro sobre la vida que sobre rock, es más un libro de prensa rosa, incluso me atrevería a decir que a veces amarillea demasiado y ese es tal vez su punto flojo. La primera parte del libro es excelente. Su vida en Zanzibar, su ambiente familiar, su religión y educación... interesantísimo. Una llegada a Londres que nos pone en órbita y todo lo que rodea a la génesis de Queen es magnífica.Con la llegada de los ochenta, o un poquito antes, el desmelene de Freddie y la llegada de su bigote, y todo el rollo loco homosexual ya sea en Munich o donde sea la historia roza los limites del "amarilleo" y eso no acaba de gustarme, como tampoco el sensibleo final. Muchas anécdotas personales y muy poco de Queen y sus canciones, aunque hay más de una perla que desconocía cuando yo pensaba que lo sabía todo sobre él. Libro muy recomendable para conocer que había detrás de uno de los grandes showmen del rocanrol y para humanizar a la estrella. 

Recuerdo como me sorprendió y me gustó Hinterland, una de esas series del catálogo de Netflix que pasan inadvertidas pero que son oro puro. En este caso, y como creo que ya sabéis, es una serie de detective amargado, tristón pero brillantísimo en su trabajo. Un detective que ha perdido el norte debido a la muerte de una de sus hijas por la que se siente culpable, de ahí su separación familiar y su exilio a Gales. La segunda temporada de la serie no sorprenderá a quién haya visto la primera. Casos de una hora y media independientes, normalmente, unos de otros, pero que siguen una fina línea argumental, la de la vida del inspector Mathias, nuestro increíble y normal protagonista. El ritmo, los buenos guiones e interpretaciones, el ambiente, los paisajes bellos tanto por su esplendor como por su crudeza siguen ahí. Como digo, sigue siendo una serie notable y ultra recomendable. Cinco episodios fantásticos para ver en una maratón de fin de semana, cosa que un servidor hizo al saber que ya estaban disponibles la segunda y tercera temporada. La serie me encanta pero me guardo la tercera para dosificármela, pues llegará un día que no tenga nada para meterme entre pecho y espalda. En cuanto a la historia, sabemos más de Mathias y su equipo, y sabemos que el director de policía no es trigo limpio, que hizo algo que no debía y que sin querer el inspector Mathias está a punto de descubrir..... te dejan con la miel en los labios, así que puede que no aguante y antes de que acabe el mes ya haya visto la tercera entrega.


JASON ISBELL AND THE 400 UNIT/ THE NASHVILLE SOUND (2017)/ IF WE WERE VAMPIRES


Cada dos años más o menos Jason Isbell entrega material nuevo, cada dos años una gran mayoría aplaude sus canciones y eleva el nuevo disco del ex drive-by-truckers entre lo mejor del año y, como no, cada dos años un servidor espera que su nuevo trabajo le desarme por completo aunque, para seros sincero, nunca lo consigue del todo. Su nuevo disco aparecido este 2017, "The Nashville Sound", no es una excepción. El disco tiene una calidad por encima de la media, es obvio, y tiene, a priori, todos los ingredientes para enamorarme pero...., no sé porqué pero con Isbell siempre tengo un pero, no acaba de engatusarme, ni volverme loco, ni ponerme la piel de gallina. Tres fueron los discos de la mal llamada "americana" que llegaron a la vez antes del verano a mis manos. Tres discos esperadísimos: Steve Earle con su "If you wannabe an outlaw", Jason Isbell con su "The Nasville Sound" y Justin Townes Earle con "Kids in the Streets"; de estos tres únicamente Earle Junior me pone palote. El resto, sí, vale, pero no para volverme loco. Siempre hay buenas canciones pero en general casi prefiero el disco de Drew Holcomb, "Souvenir", que de tapadillo me ha ido ganado con las escuchas. Hablamos en cualquier caso de muy buenos trabajos, no seamos cenutrios, el disco de Isbell es muy buen disco, mucho mejor, pero mucho mejor que su anterior colección de canciones "Something more then free". Las nuevas canciones tienen más gancho y personalidad aunque siempre suenen a Ryan Adams en modo ochentero. Una cualidad que tiene este nuevo disco de Isbell es que crece a cada escucha, y que tiene, al menos, un poker de temas sobresalientes, lo que justifica sin duda que la gente haya aplaudido y celebrado la llegada de esta nueva colección de canciones, pero no creo que sea suficiente para meterlo entre los mejores discos del año aunque puede que cuando llegue el invierno un servidor haya cambiado de opinión. 


Jason Isbell and the 400 Unit - The Nashville Sound (2017): 01.- Last of My Kind/ 02.- Cumberland Gap/ 03.- Tupelo/ 04.- White Man’s World/ 05.- If We Were Vampires/ 06.- Anxiety/ 07.- Molotov/ 08.- Chaos and Clothes/ 09.- Hope the High Road/ 10.- Something to Love.

La bella "Last of my kind" abre el disco a la perfección tirando claramente de tradición americana, entre Lamontagne y Adams, una delicia de tema que me hacía soñar con un disco brutal, ese disco que me hiciera amar para siempre a Isbell. "Cumberland Gap" rompe de sopetón con la atmósfera mágica creada con el primer tema para darnos un rock ochentero heredero de Springsteen y continuísta de lo que hace Ryan Adams con la punta del... paraguas. No me apasiona. Suena y vale, no es un mal tema, pero no me excita, no me da trempera, no es una canción de esas que te desarmen. "Tupelo" es otra cosa. Es maravillosa, porqué no decirlo, y otra vez con el tonito Lamontagne por montera. Y entonces, otra vez, nos da otro tema movidito, pero esta vez "White man's world" sí es de mi agrado puede por esa construcción a lo papá Earle. Mi tema favorito del disco es "If we were vampires", orfebrería pura. "Anxiety" que vuelve a acelerar el pulso después de la calma es otro temazo del copón , confirmando que de "Tupelo" hasta ella el disco es de sobresaliente para luego bajar, en mi opinión de nivel. "Anxiety" es puro ochenta, puro rock épico radiable de aquella época y a pesar de eso, me gusta. "Molotov" es más Adams, y ya van demasiados recuerdos al enfant terrible del country-rock actual. Lo mejor del final es la delicadeza de "Chaos and clothes" que gana enteros a cada escucha, preciosa. "Hope the high road" repite fórmula y aburre un algo mientras que el country resultón de "Something to love" para el cierre da el pego pero no me convence. En definitiva, estamos ante un buen disco, o  más que bueno, un notable disco que personalmente no acaba del todo de enamorarme, hay un algo, un no sé qué que hace que no me vuelva loco al escucharlo, tal vez Isbell va con el freno de mano puesto, tal vez le falte chispa, al disco o a él, o a los dos. Todo correcto pero sin magia. 
"Beat on the Brat"


No esperaba nada de la enésima película marveliana. Una noche veraniega en la que es imposible conciliar el sueño tuvo la culpa de que me entregase al visionado de "Ant-Man". No conocía al personaje, ni su historia. Eso creo es un punto a favor, ni los actores que aparecían en ella a excepción de su protagonista, Paul Rudd, que no me gusta nada. Tal vez por el desconocimiento me acabó sorprendiendo esta película. Mejor de lo que esperaba, entretenidísima y palomitera. Ingeniosa y original, simpática y muy resultona. Ayuda a todo ello que aparezcan en el film Michael Douglas, Evangeline Lilly, Corey Stoll, Michael Peña, Bobby Cannavale, Anthony Mackie, etc, etc... Un acierto el casting y por supuesto todo ese aroma de serie b que el director Peyton Reed consigue darle al asunto. No sólo a mi me gustó, al parecer tuvo muy buena crítica y ya hay en preparación una segunda película: Ant-Man & The Wasp, dirigida también por Reed. No voy a entretenerme en la sinopsis porque es la que casi todo el mundo podría imaginar, más plana que un tebeo de superhéroes, pero, está todo muy bien presentado. Es "Ant-Man" una de esas pequeñas películas que el tiempo las hace grandes, como la primera de "Kick-Ass" o "Deadpool". Films magníficos totalmente desvergonzados que intentan desmarcarse de las grandes películas tipo Thor, Iron Man, Capitán América, Vengadores, etc, etc...  Resumiendo: puro cine palomitas.

Año 1969, los FabFour graban la banda sonora de lo que será su película de animación "Yellow Submarine", tal vez uno de sus discos menos memorables aunque las canciones que contiene sean enormes, siendo una especie de extraña compilación junto a temas instrumentales de la mano de George Martin y notabilísimos temas nuevos como "It's all too much", "All together now" y sobretodo, el tema que nos ocupa, "Hey Bulldog". Como decía Lennon: "el disco suena bien, pero no significa nada", y así se resume perfectamente esta banda sonora aunque en ella reine como ninguna esa canción de Lennon, aunque firmase en tandem con Macca, que fue grabada durante la filmación del vídeo promocional de "Lady Madonna" y cuentan que es la primera grabación donde Yoko estuvo presente. Después del "White Album" las cosas andaban calentitas entre los Beatles, y esta "Hey Bulldog" quería volver a los orígenes, destensar el asunto, y volver a sentir la alegría de antaño, cosa que consiguieron aunque fuese por un período corto de tiempo como muestran las imágenes de dichas grabaciones. El resultado fue excelente y es un  tema que personalmente adoro y suelo canturrear a menudo.


"Hey Bulldog" ha sido versionada por innumerables y variopintos artistas desde Miles Kane a Elvis Costello, pasando por Alice Cooper, Dave Matthews, Manfred Mann's Earth Band, The Golden Ticket, Dave Matthews & Friends como también Dave Grohl o los mismísmos The Lopez. Me quedo por eso con la versión en directo de Dave Grohl junto a Jeff Lynne con motivo del 50 aniversario de la aparición de los Beatles en el Ed Sullivan's Show que se celebró en Los Angeles con Paul y Ringo como espectadores de lujo, que como no, al final también se dieron un cantecito. Os dejo con la versión, que es de escándalo, tremendo Jeff Lynne!.


Se tiende a ensalzar fácilmente películas, libros, discos, series... se tiende a poner por las nubes ciertas novedades, lo que acostumbra a llamarse hype, dicho hype no es otra cosa que algo encumbrado antes de su llegada, que no está exento de calidad, pero que en un período breve de tiempo se desinfla y casi pasa al olvido. Últimamente vemos habitualmente esto en las series. The Wire y The Sopranos son POMs (putas obras maestras) ese es el nivel, entonces, aún estando francamente bien y siendo notable, ni "Quarry", ni "Taboo", ni "Peaky Blinders", "ni "Ray Donovan" ni "Westworld" ni ... cualquiera que se os pueda ocurrir lo son. Parecía que "True Detective" sería esa gran serie pero su segunda temporada tiró todo por tierra. Y esa es la cuestión, una serie de varias temporadas debe para ser grande tener un nivel alto siempre. En los últimos años sólo dos series me han parecido dignas de ser consideradas casi-POMs, hablo de "The Leftovers" y de "Fargo" (T1, T2). En ambas, curiosamente, un denominador común: Carrie Coon. La serie de HBO, "The Leftovers", es difícil pero tiene premio si la completas. Eres consciente de haber visto algo genial, de calidad y belleza pasmosa. Con un principio y un final, sin dar vueltas, con una idea clara, un mensaje. Una serie sobresaliente no apta para todos los públicos. La otra serie, la que hoy nos ocupa, la "Fargo" televisiva es una joya. Un tesoro. Su primera temporada retomaba la historia del film de los Coen, aún así consiguió sorprender y enamorar. La difícil segunda temporada daba un giro inesperado y valiente, no seguía la línea temporal y se iba unos cuantos años atrás. Resultado? un artefacto descomunal con otro elenco de actores igual o superior al inicial. Con esas, llegamos a una tercera temporada con un elenco alucinante: Ewan McGregor, Carrie Coon, David Thewlis, Marie Elizabeth Winstead, Michael Stuhlbarg, Scoot McNairy, Shea Whigham, Ray Wise....  La historia es temporalmente continuísta con la primera temporada, de hecho tienen la genial idea de enlazarlas mediante un personaje secundario de esos de los que quieres saber mucho más. No todo es perfecto, pues aunque yo no tengo queja sé que a muchos les ha parecido lenta, y eso es cierto, a medias. La serie comienza muy perezosa para desatarse a partir del ecuador o un poco antes. La esencia Coen coge impulso e incluso tenemos un momento "bolera" que es sublime. La historia es muy buena, y todos los actores, todos, lo bordan. Nada más. Hay que ver "Fargo" pues tanto cada temporada como en su totalidad demuestra que es una de las grandes y que juega en otra liga, la de las series POM.


ROBYN HITCHCOCK/ ROBYN HITCHCOCK (2017)/ SAYONARA JUDGE 


Hacía muchos meses que el disco del Soft Boy Robyn Hitchcock purulaba por casa de manera invisible aunque todo apuntaba a que sería uno de esos discos que te cojen por los huevos y no te sueltan. Lo habían avanzado en sus respectivos hogares tanto Addison de Witt como Johnny JJ. El disco de Hitchcock estaba predestinado a gustarme, a encadilarme, a robarme el entendimiento pero yo, absurdamente, le negaba minutos de escucha. Pero un buen día de verano, o mejor dicho, una noche veraniega tuve, como los alcohólicos, un momento de lucidez. Sin luz y estirado en la hamaca, mirando el cielo estrellado mientras la brisa me reconfortaba, me coloqué los auriculares y haciendo caso a Damon Albarn (si estás solo, dale al play), me puse ese disco que desde su portada tiene algo de alquimia, de brujería, de magia negra. El sonido clásico del disco hace que enseguida conectes con sus canciones, hay en ellas algo beatleliano, algo lennoniano como por ejemplo en mi favorita del álbum, la magistral "Sayonnara Judge". Otra cosa que me vino en seguida a la cabeza al escuchar "Mad Shelley's Letterbox" es la conexión con la música de Brendan Benson, sin duda un buen discípulo de Robyn, y uno de mis mayores placeres ocultos ( o no tanto). El ex-Raconteur, para mi sorpresa, es el productor del disco, de ahí todo ese sonido que en el tema comentado sin disimulo saca la cabeza. Este disco homónimo de Hitchcock me aporta todo aquello que no me dio el de Sir Ray Davies. El disco del Kinky no es un mal disco, la verdad es que me encanta, pero le falta eso que lo diferencia del resto. Quiere ser perfecto, sonar a sublime belleza y, gustar y convencer a todos sus seguidores pero creo que falla en el intento, en cambio Robyn sin querer eso, lo consigue todo. Diez temazos, diez composiciones exquisitas que convencen y se hacen grandes a cada escucha. Sin duda uno de los discos del año.


Robyn Hitchcock - Robyn Hitchcock (2017): 01.- I Want to Tell You About What I Want/ 02.- Virginia Woolf/ 03.- I Pray When I’m Drunk/ 04.- Mad Shelley’s Letterbox/ 05.- Sayonara Judge/ 06.- Detective Mindhorn/ 07.- 1970 In Aspic/ 08.- Raymond and The Wires/ 09.- Autumn Sunglasses/ 10.- Time Coast

Todo empieza con la trotona y canalla "I want to tell you about what I want",un temazo de esos que no se te van de la quijotera, heredero de los setenta, de Lou Reed o de Ian Dury, un temazo sublime, perfecto para abrir este discarral. La guitarra electrizante de "Virginia Woolf" y esos perfectos acabados de Brendan Benson, sobretodo las segundas voces y coros del tema, me vuelven tarumba, puro "Alternative to Love". Sorprendentemente aparece, como dice el bueno de Addi, un country crepuscular que responde por "I pray when I'm drunk", donde, vale, de acuerdo, va justito de voz pero es definitivamente arrebatador. Como decía en la intro, "Mad Shelley's Letterbox", es un temazo, pero un temazo de Brendan Benson, no sé que ha hecho Robyn aquí, pero ese tema es 100% Brendan Benson, cabe en cualquiera de sus increíbles discos en solitario. Temón. Y entonces, solo entonces, llega uno de los temas del año. Una canción superior, de otra galaxia. "Sayonara Judge" es esa balada hipnótica, preciosa, heredera de Lennon que vale su peso en oro, y un disco completo. El sonido beat de "Detective Mindhorn" volverá loco a todos aquellos, como un servidor, que tengan entre más de la mitad de discos favoritos esas señas de identidad. Joyita oculta. El disco no decae para nada, un ejemplo es la mismísima "1970 in Aspic" o "Raymond and the wire" y "Autumn sunglasses" con dejes muy sesenteros, algo de psicodélia, un mucho de superclase rocanrolera y otro tanto de maravillosa orfebrería pop. Cierra Hitchcock este discazo con un poquito de rocanrol lennoniano en "Time coast", un disco que a poco que le demos una atenta escucha nos desarmará por completo. Uno de los discos del año. 
"Mother"


Parece obvio comparar el film de Daniel Espinosa con el "Alien" de Ridley Scott. El guión, la atmósfera, la tensión, las muertes.. todo remite a aquella POM del séptimo arte. Aquella donde por primera vez el héroe era ella, y ella estaba sexi, sí, y magnífica. Sigourney Weaver se convirtió en la heroína de aquellos tiempos y todos quisieron imitarla. Casi cuarenta años después, en una industria cinéfila sin ideas originales, entregada totalmente a las viñetas de capa y calzoncillo por fuera, la solución parece fácil, copiar ideas y disfrazarlas de algo, aunque como dice el refrán: aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Si hasta Ridley Scott se copia así mismo!!! pues bien, esta "Life" es una mala copia de Alien. Hay dinerito fresco, hay muchos medios técnicos, hay un plantel de actores interesantes aunque algo sosos: Gyllenhaal y Reynolds como cabezas de cartel. Es, en mi opinión, una mala copia. Una mala imitación que sólo colará si eres un puto milenial y nunca has visto "Alien" cosa que puede suceder pues los chicos de ahora no ven ni un film donde el chroma no tenga el 95% de protagonismo. "Alien" era sobretodo un film de terror. "Alien" era una pequeña película con pocos decorados y mucha tensión entre sus actores. "Alien" es perfecta. "Life" en ocasiones da vergüenza. Sus personajes siguen los comportamientos típicos de las películas de terror: si no tienes que abrir la compuerta la abres, si tienes que realizar la cuarentena no la haces, si tienes que correr porque le bicho te coge, te esperas a ayudar a tu compi que flota inerte y sin cabeza en la sala... absurdeces que me ponen negro, absurdeces que solo tragarán los adolescentes. Lo peor? es que está todo preparado para un segundo acto, que visto lo visto esperemos no suceda. Lo salvable? pues que al menos, siendo una copia barata y rudimentaria mantiene un buen ritmo enlazando tópico tras tópico. Lo bueno? pues poca cosa, todo es regulero. Incluso el "extraterrestre" que empieza molón, acaba pareciendo una mezcla entre una cobra y una manta. No me ha gustado pero no me he aburrido viéndola, aunque demasiadas veces me preguntaba quién pagaría por ver esto pudiendo ver en acción a la teniente Ripley en el Nostromo. 

Tantos libros y tantas historias de éxito ha realizado Stephen King que resulta difícil ponerse a discutir sobre su calidad como creador pues la mayoría de sus novelas además de llegar a ser "best sellers" también han sido taquillazos en la gran pantalla (últimamente también en la pequeña) aunque esas novelas sean menores. Lo triste es que todos conocemos sus historias pero pocos las conocemos por la lectura, así que nos resulte difícil valorarlo como escritor. En 1982, ya con un buen puñado de libros a sus espaldas, el señor King edita "La hierba del diablo" que cambió de nombre su  nombre por el de "El Pistolero" en 2003 cuando el autor re-escribió su obra, su obra magna, su saga fantástica llamada "La Torre Oscura" de la que "El Pistolero" es su primer libro. Este verano yo he releído esta primera parte de la saga, ahora que éstas están tanto de moda y aprovechando que ha sido llevada al cine con Idris Elba como El Pistolero y con Mathew McConaughey como el hombre de negro (justo me imaginaba a esos actores con los papeles intercambiados). Pues bien, la historia inicial se puede resumir con la primera frase de la novela, esa que dice "El hombre de negro huía a través del desierto, y el pistolero iba en pos de él", por el medio una ingeniosa y atractiva historia que bebe descaradamente de los spaghetti western y del Clint Eastwood, que abusa de los flashbacks y de la paciencia del lector en sus primeros compases con un ritmo lento o demasiado pausado, luego, de verdad mejora, y aún más lo hace el segundo volumen de la saga que ahora mismo estoy acabando. La relectura no es lo mío, en este caso no tenía muy buen recuerdo y ahora mi opinión sobre la novela ha mejorado aunque sigue lejos de las grandes sagas fantásticas que todos conocemos y de otras que siguen en el anonimato para el terrícola medio, pero claro, el visionado de la película (que por cierto comentan que regulea en exceso) anda cerca y un servidor quería tener la historia fresquita en su mente. Si todavía no habéis leído esta saga y ya se os han acabado las alternativas épico-fantásticas, tal vez esta sea vuestra opción. 

Lleva la plataforma Netflix demasiados meses dorando la píldora. Demasiados meses viviendo de rentas sin presentar ningún producto exclusivo de altura. Este verano no ha sido una excepción y parece que en Otoño quiere quemar todas sus naves con bastantes series interesantes, además, claro, de volver con uno de sus mayores triunfos: Stranger Things. A parte de "Los Defensores" que todavía tengo pendiente, hubo en verano otra serie que pasando un estreno de puntillas fue ganándose al público hasta convertirse en una de las series de estreno que había que ver con los calores. "Ozark" no es una serie sobresaliente, la verdad es que tiene demasiados altibajos para serlo, y puede que a veces lo que intenta no lo consiga aunque se le agradece la intención. Es una serie muy pero que muy entretenida, con suficientes frentes para no aburrirnos y de vez en cuando tiene los bemoles de dar un volantazo y dejarnos con la boca abierta. Hay suficiente material para una segunda temporada. Hay muchas cosas buenas, incluso su protagonista, Jason Bateman, quién nunca me ha gustado como actor, ni tampoco los trabajos que suele realizar. Aquí, se agradece el cambio de registro, y lo hace muy bien, más que bien. Convence. Lo de Laura Linney no hace falta decirlo, es una gran actriz. Con su presencia todo es mejor. El resto? pues más que correcto. Buenas interpretaciones, buen ritmo, grandes dosis de humor negro y en ocasiones pequeñas dosis de gran violencia. Notable y muy recomendable. Ah, de que va? pues de blanqueo de dinero básicamente, no quiero explicaros más para no amargaros la serie. Una de las agradables sorpresas del año.


THE STROKES/ IS THIS IT (2001)/ LAST NITE

 

Dos discos me embrujaron como ninguno en 2001, dos discos de rocanrol que sin disimulo alguno robaban todo lo bueno de los maestros de antaño poniendo algo (o casi nada) al día, vamos, lo que muchos llamaron con cariño "revival", otros en cambio "corta/pega". Esas dos bandas fueron The White Stripes con el excelente "White Blood Cells" y The Strokes con su debut descomunal "Is this It". Los primeros forman parte de las bandas predilectas del nuevo siglo para un servidor, y aunque muchos me lleven la contraria, considero a Jack White un geniecillo. En cambio con The Strokes tengo un problema de los gordos. Me explico. La banda de Julian Casablancas (vocalista y compositor) y compañía, es decir, Nikolai Fraiture (bajo), Albert Hammond Jr (guitarra), Nick Valensi (guitarra), Fabrizio Moretti (batería), quienes fueron denominados como "los salvadores del rock" por este disco tenían todo para ser una de mis bandas preferidas de los primeros dosmiles pero en mi opinión se desinflaron rápidamente. Su corta y pega de la Velvet Underground era más que resultón, y la energía de los grupos viejunos del CBGB estaba muy presente pero fuera de ese "homenaje", de ese "revival" o simple copia de la fórmula no han tenido mucho  más éxito. No seré yo quién diga que su segundo largo, su "Room on fire" no sea decente, lo es, puede incluso que supere el notable pero sin duda ya es un disco menor, con mucho fuego artificial y tan solo un par de auténticos pelotazos. Del resto de su obra mejor no hablamos porque su caída en picado es evidente. Hablamos entonces de una banda con un disco debut tan bueno, tan enorme, tan sumamente grande que acabó por llevárselos por delante. Y yo, amo ese disco, amos esas canciones, y cada vez que lo escucho me revitaliza, me da una trempera descomunal. Sin duda es uno de los mejores discos de los últimos años que con buen criterio he recuperado obsesivamente este verano. El disco apareció en un momento musical huérfano de rocanrol, bueno, de haberlo haylo siempre, pero se echaba en falta algo de garra e incorrección, de energía salvaje y canciones cortas de dos o tres minutos. "Is this it" fue como una cerveza en pleno desierto y aún hoy se escucha con asiduidad y se disfruta. Te embruja y te lleva al huerto. es un discazo del copón. Una obra maestra a pesar que no invente nada. La fórmula la ponían al día, le daban un lavado de cara y la entregaban con unos acabados modernés excelentes. Y esa portada.... , esa sensual portada, mítica, que fue substituida por su incorrección en yanquilandia, como también lo fue allí el tema "New York City Cops" que en versión digital es substituida por "When it started" y que baja bastante el nivel del disco, pero claro, el atentado de las torres era reciente y la policía de NY estaba santificada en aquella época.



The Strokes - Is this It (2001):01.- Is this it/ 02.- The modern age/ 03.- Soma/ 04.- Barely legal/ 05.- Someday/ 06.- Alone, together' 07.- Last nite/ 08.- Hard to explain/ 09.- New York city cops/ 10.- Trying your luck/ 11.- Take it or leave it.

El disco empieza dubitativo con la canción que le da nombre. Me gusta pero no es lo mejor del álbum. Creo que es una buena elección porque su inicio lento, con voz distorsionada y adormilada, dará paso a todo una serie de hits que hacen parecer a este disco de debut como si fuese un recopilatorio excelente. "The modern age" deja las cosas claras, estos son los Strokes, y este es su estilo o mejor dicho, el estilo de la Velvet, de Lou, pasado por el filtro de la modernidad y el cambio de los tiempos. Velvet en estado puro. "Soma" es una debilidad personal. Favoritísima. "Barely legal" es una de las cimas de este disco, su estribillo, su porculeo, su guitarra, y una letra descomunal la hacen grandísima e imprescindible como también lo es "Someday" que ya con sus primeros segundos suena a POM. Un hit indiscutible y eterno. En "Alone, together" predomina el bajo y ese riff que después repitieron o reformularon en su siguiente larga duración, y en seguida dan paso a otro hitazo descomunal como es "Last Nite"a pesar que a Tom Petty no le hiciese demasiada gracia que plagiasen el riff inicial de su "American Girl". Seguimos para bingo con la excelentísima "Hard to explain", otra de mis favoritas, que define a la perfección lo que eran The Strokes y lo que era "Is this it". La controvertida "NY city cops" es un pelotazo, pero su estribillo comentando que los "polis de NY no son demasiado listos" hizo que desapareciese del disco en yanquilandia. La canción que la substituyó, "When it started", está bien pero no mata, como tampoco lo hace, para mí, "Trying your luck" (igualmente, no baja del notable), pero el final con "Take it or leave it" es pura dinamita, cerrando así un disco POM, un disco mítico que además se grabó en una sola toma, demostrando que a veces con una basta, proporcionándole un sonido crudo y directo. "Is this it" es un disco descomunal, tan grande y tan bueno que ni ellos pudieron superarlo. Imprescindible en cualquier caso.